- EL PANTERA.Gran Experto del Foro
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Frase Célebre : Confiad y Esperad......Montecristo.
Fecha de inscripción : 29/09/2009
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MEDALLAS DE DEVOCION......verdaderos Tesoros.
Vie 27 Jul 2018, 10:14 pm
saludos amigos.....
comparto interesante documento......espero sea de su agrado!!!!
Esta obra pretende ser un compendio a cerca de la Medalla de Devoción, objeto material en cuanto a su naturaleza e incluso provisto de cierto atractivo estético; pero fundamentalmente cargado de simbolismo en la medida en que para el creyente constituye un referente de las cualidades, modelos de conducta y hasta virtudes que poseen las personas divinas o humanas en él representadas.
La Medalla de Devoción y otros objetos de similar naturaleza, tienen una dilatada historia que se remonta en su conjunto a muchos siglos; si bien, el uso de la medalla por el pueblo con carácter de testimonio de fe, signo de pertenencia, conmemorativo de hechos religiosos y tradicional elemento protector contra calamidades, desgracias y tentaciones; se ha difundido durante los últimos cuatrocientos o quinientos años.
Abordamos el fenómeno de la Medalla de Devoción en esta obra, con la exhaustividad de que hemos sido capaces, dentro de la muy limitada bibliografía existente sobre el tema; entendiendo por nuestra parte que los aspectos de los que cabe hablar, son tres:
1º Su realidad material, reflejada a través de determinadas características físicas.
2º Su contenido doctrinal representado mediante imágenes, símbolos e inscripciones, en respuesta a la voluntad de la jerarquía eclesiástica, de fomentar creencias y devociones; conmover conciencias y estados de ánimo; ensalzar personajes e Instituciones religiosas (ordenes, congregaciones, etc.); conmemorar pronunciamientos de la Iglesia y acontecimientos relativos a personas vinculadas a la misma; etc.
3º Su difusión en el ámbito geográfico-temporal europeo.
Hemos preferido dar a nuestro libro un enfoque más didáctico, divulgativo y práctico que académico, docto y erudito; por ello, quizás parezca que lo hemos vulgarizado un poco (recogiendo un exceso de voces en el Glosario de términos), utilizando un lexico de suficiente nivel pero accesible al gran público y en consecuencia, nada rebuscado.
A pesar de nuestro inicial propósito, no hemos trabajado la obra de Bob Forrest (libro con la virtud de documentar las iconografías que contiene representadas y situarlas en su contexto histórico-religioso) por falta material de tiempo, la barrera para nosotros del idioma, etc.; lo que nos ha impedido integrar eclécticamente aquello que de interés puedan contener los múltiples artículos publicados a los largo de los últimos doce años y su libro que los compendia en una publicación reciente, si bien manifestamos nuestra intención de hacerlo en el futuro.
El Glosario está por supuesto enfocado a la mejor comprensión gráfica y conceptual del conjunto de nuestro libro.
La presente obra se estructura de forma sencilla, pues dividimos su contenido y presentación en dos apartados principales:
1º Un cuerpo teórico elaborado de forma un poco artesanal (dicho sin vanidad, pero sí con legítimo orgullo), dadas las ya citadas escasas referencias bibliográficas que
iertamente hemos aprovechado en lo posible, a base de captar datos (muy reiterativos, por cierto) de forma ecléctica, darles un orden entendemos racional y una redacción expositiva amena a la par que sintética. Hemos evitado expresiones eruditas, tanto porque nuestra formación académica y especialidad profesional de corte más técnico que humanista, nos hubiera limitado mucho en tal propósito; como por el hecho, de que nuestra intención didáctica para con el lector, ha estado muy presente en todo nuestro trabajo, desde el primer día en que iniciamos esta pequeña aventura intelectual. Al margen de los libros, los catálogos y las revistas consultadas, hemos procurado observar detenidamente las medallas (incluso en su contexto más amplio: colgadas de un collar, un rosario, etc. o del hábito de un religioso/a representado/a en una pintura de hace varios siglos), para conseguir que de algún modo, nos hablaran de sí mismas (su substancia material, su significado simbólico, su uso social, etc.). Ello con la intención de poder deducir, intuir e informarnos sobre las mismas; trasladando seguidamente al papel nuestras conclusiones de la manera ordenada y sintética que nuestra mentalidad y hábito profesionales nos han forjado.
2º Un exhaustivo catálogo de las medallas más representativas de las diferentes épocas, en cuyas fichas se ponen de relieve:
. La datación de la pieza, ubicándola en el siglo en que fue elaborada.
. Sus principales características físicas: forma; módulo o tamaño; peso; tipo de asa y otros posibles elementos de sujeción (ojales, prominencias en los bordes, etc. ); y elementos decorativos (espirales, etc.).
. La descripción sistemática de las iconografías, las leyendas e inscripciones, los elementos decorativos (árboles, arcos, columnas, cortinas, doseles, mobiliario, etc.) y simbólicos (blasones, cruces, monogramas, etc.), representados en el anverso y el reverso de la medalla.
El orden en que aparecen relacionadas las medallas en el Catálogo está enunciado con detalle en el Índice de la obra, por lo que en esta Introducción, nos limitamos simplemente a confirmar que tal secuencia no es casual, sino evidentemente deliberada, dado que:
1º Se establece tomando como base la figura representada en el anverso de las medallas, mediante una jerarquía de personajes fácil de advertir por el lector (la Trinidad, los Angeles, la Virgen, los Santos, ...). Criterio que tambien utilizamos para dar secuencia a la medalla siguiente en cuanto al reverso, cuando se trata de un mismo personaje (ejs.: Virgen del Pilar o San Antonio de Padua) y sobre todo, con igual representación iconografíca; colocándolas atendiendo al rango mencionado (Jesucristo que aparece de acuerdo con la cronología de su propia vida, la Virgen, los Santos, ...).
2º Dentro de tales personajes de importancia homogénea, los mismos (las Vírgenes, los Santos, ...) aparecen alfabetizados para su más fácil localización por el lector.
LA MEDALLA DE DEVOCION
. Es un objeto plano (lámina más bien delgada), muy frecuentemente de forma redonda y dotado en su parte superior de un asa, pues estaba destinado a ser llevado sobre el cuerpo:
- Colgado al cuello mediante una cuerdecilla o una cadenita metálica pasada por la citada asa, como signo de devoción, fe, religiosidad y veneración.
- Cosido al vestido o al sombrero con ocasión de las peregrinaciones a los diferentes Santuarios y Basílicas:
* Para cumplir un voto hecho.
* Para corresponder por una gracia recibida.
. Estaba elaborado mediante fundición o acuñación, en metales pobres (estaño, plomo, latón, cobre y bronce sobredorado o sobreplateado) habitualmente, rara vez en plata y excepcionalmente en oro.
. Presenta los relieves más o menos desaparecidos o consumidos por el uso.
. Su fabricación tuvo lugar a partir del siglo XV.
. Representa en el anverso (y comúnmente también en su reverso), la imagen de un ser sagrado (Jesucristo), de personas relacionadas con él (sus padres: San José y la Virgen, ....), consideradas por la Iglesia como sobrenaturales (los ángeles, las ánimas del purgatorio, etc.), elevadas a la dignidad de santos o calificadas como su principal representante en la tierra (los Papas).
. Simboliza para las personas a través de su imagen conocida y fácilmente identificable, un poder o unas cualidades humanas excepcionales y por ello su vista, suscita en los fieles una actitud de confianza, esperanza, gozo, súplica, etc., así como sentimientos de aflicción, emulación, identidad, orgullo, pena, etc.
. Es un instrumento con un denso significado para el creyente con relación a las ideas y valores que admira. De aproximación en suma, a aquellos seres que considera superiores y de los que espera ayuda material, bienestar espiritual y proteccción ante las adversidades y calamidades que la vida en la tierra pueda depararle.
. Es un objeto devocional bastante caído en desuso a partir del último tercio del pasado siglo XX, tanto a nivel de la sociedad en general como en la propia Iglesia, prueba de ello es que en el seno de los Conventos de clausura por su adaptación a la modernidad (recorte en las tocas y en los a veces pesados hábitos de las monjas, retirada de las gruesas rejas de sus locutorios, participación en cursos de bordado y canto desarrollados en otras Comunidades de la misma o diferente Orden, así como en reuniones de su Federación, etc.); se ha dejado en gran parte de lado, el uso de esos largos rosarios cargados de medallas; de manera que han colocado algunas de ellas en la enfermería, sobre la mesilla de noche de su celda, en el costurero de uso personal, etc., procediendo
comparto interesante documento......espero sea de su agrado!!!!
I N T R O D U C C I O N
Esta obra pretende ser un compendio a cerca de la Medalla de Devoción, objeto material en cuanto a su naturaleza e incluso provisto de cierto atractivo estético; pero fundamentalmente cargado de simbolismo en la medida en que para el creyente constituye un referente de las cualidades, modelos de conducta y hasta virtudes que poseen las personas divinas o humanas en él representadas.
La Medalla de Devoción y otros objetos de similar naturaleza, tienen una dilatada historia que se remonta en su conjunto a muchos siglos; si bien, el uso de la medalla por el pueblo con carácter de testimonio de fe, signo de pertenencia, conmemorativo de hechos religiosos y tradicional elemento protector contra calamidades, desgracias y tentaciones; se ha difundido durante los últimos cuatrocientos o quinientos años.
Abordamos el fenómeno de la Medalla de Devoción en esta obra, con la exhaustividad de que hemos sido capaces, dentro de la muy limitada bibliografía existente sobre el tema; entendiendo por nuestra parte que los aspectos de los que cabe hablar, son tres:
1º Su realidad material, reflejada a través de determinadas características físicas.
2º Su contenido doctrinal representado mediante imágenes, símbolos e inscripciones, en respuesta a la voluntad de la jerarquía eclesiástica, de fomentar creencias y devociones; conmover conciencias y estados de ánimo; ensalzar personajes e Instituciones religiosas (ordenes, congregaciones, etc.); conmemorar pronunciamientos de la Iglesia y acontecimientos relativos a personas vinculadas a la misma; etc.
3º Su difusión en el ámbito geográfico-temporal europeo.
Hemos preferido dar a nuestro libro un enfoque más didáctico, divulgativo y práctico que académico, docto y erudito; por ello, quizás parezca que lo hemos vulgarizado un poco (recogiendo un exceso de voces en el Glosario de términos), utilizando un lexico de suficiente nivel pero accesible al gran público y en consecuencia, nada rebuscado.
A pesar de nuestro inicial propósito, no hemos trabajado la obra de Bob Forrest (libro con la virtud de documentar las iconografías que contiene representadas y situarlas en su contexto histórico-religioso) por falta material de tiempo, la barrera para nosotros del idioma, etc.; lo que nos ha impedido integrar eclécticamente aquello que de interés puedan contener los múltiples artículos publicados a los largo de los últimos doce años y su libro que los compendia en una publicación reciente, si bien manifestamos nuestra intención de hacerlo en el futuro.
El Glosario está por supuesto enfocado a la mejor comprensión gráfica y conceptual del conjunto de nuestro libro.
La presente obra se estructura de forma sencilla, pues dividimos su contenido y presentación en dos apartados principales:
1º Un cuerpo teórico elaborado de forma un poco artesanal (dicho sin vanidad, pero sí con legítimo orgullo), dadas las ya citadas escasas referencias bibliográficas que
iertamente hemos aprovechado en lo posible, a base de captar datos (muy reiterativos, por cierto) de forma ecléctica, darles un orden entendemos racional y una redacción expositiva amena a la par que sintética. Hemos evitado expresiones eruditas, tanto porque nuestra formación académica y especialidad profesional de corte más técnico que humanista, nos hubiera limitado mucho en tal propósito; como por el hecho, de que nuestra intención didáctica para con el lector, ha estado muy presente en todo nuestro trabajo, desde el primer día en que iniciamos esta pequeña aventura intelectual. Al margen de los libros, los catálogos y las revistas consultadas, hemos procurado observar detenidamente las medallas (incluso en su contexto más amplio: colgadas de un collar, un rosario, etc. o del hábito de un religioso/a representado/a en una pintura de hace varios siglos), para conseguir que de algún modo, nos hablaran de sí mismas (su substancia material, su significado simbólico, su uso social, etc.). Ello con la intención de poder deducir, intuir e informarnos sobre las mismas; trasladando seguidamente al papel nuestras conclusiones de la manera ordenada y sintética que nuestra mentalidad y hábito profesionales nos han forjado.
2º Un exhaustivo catálogo de las medallas más representativas de las diferentes épocas, en cuyas fichas se ponen de relieve:
. La datación de la pieza, ubicándola en el siglo en que fue elaborada.
. Sus principales características físicas: forma; módulo o tamaño; peso; tipo de asa y otros posibles elementos de sujeción (ojales, prominencias en los bordes, etc. ); y elementos decorativos (espirales, etc.).
. La descripción sistemática de las iconografías, las leyendas e inscripciones, los elementos decorativos (árboles, arcos, columnas, cortinas, doseles, mobiliario, etc.) y simbólicos (blasones, cruces, monogramas, etc.), representados en el anverso y el reverso de la medalla.
El orden en que aparecen relacionadas las medallas en el Catálogo está enunciado con detalle en el Índice de la obra, por lo que en esta Introducción, nos limitamos simplemente a confirmar que tal secuencia no es casual, sino evidentemente deliberada, dado que:
1º Se establece tomando como base la figura representada en el anverso de las medallas, mediante una jerarquía de personajes fácil de advertir por el lector (la Trinidad, los Angeles, la Virgen, los Santos, ...). Criterio que tambien utilizamos para dar secuencia a la medalla siguiente en cuanto al reverso, cuando se trata de un mismo personaje (ejs.: Virgen del Pilar o San Antonio de Padua) y sobre todo, con igual representación iconografíca; colocándolas atendiendo al rango mencionado (Jesucristo que aparece de acuerdo con la cronología de su propia vida, la Virgen, los Santos, ...).
2º Dentro de tales personajes de importancia homogénea, los mismos (las Vírgenes, los Santos, ...) aparecen alfabetizados para su más fácil localización por el lector.
LA MEDALLA DE DEVOCION
. Es un objeto plano (lámina más bien delgada), muy frecuentemente de forma redonda y dotado en su parte superior de un asa, pues estaba destinado a ser llevado sobre el cuerpo:
- Colgado al cuello mediante una cuerdecilla o una cadenita metálica pasada por la citada asa, como signo de devoción, fe, religiosidad y veneración.
- Cosido al vestido o al sombrero con ocasión de las peregrinaciones a los diferentes Santuarios y Basílicas:
* Para cumplir un voto hecho.
* Para corresponder por una gracia recibida.
. Estaba elaborado mediante fundición o acuñación, en metales pobres (estaño, plomo, latón, cobre y bronce sobredorado o sobreplateado) habitualmente, rara vez en plata y excepcionalmente en oro.
. Presenta los relieves más o menos desaparecidos o consumidos por el uso.
. Su fabricación tuvo lugar a partir del siglo XV.
. Representa en el anverso (y comúnmente también en su reverso), la imagen de un ser sagrado (Jesucristo), de personas relacionadas con él (sus padres: San José y la Virgen, ....), consideradas por la Iglesia como sobrenaturales (los ángeles, las ánimas del purgatorio, etc.), elevadas a la dignidad de santos o calificadas como su principal representante en la tierra (los Papas).
. Simboliza para las personas a través de su imagen conocida y fácilmente identificable, un poder o unas cualidades humanas excepcionales y por ello su vista, suscita en los fieles una actitud de confianza, esperanza, gozo, súplica, etc., así como sentimientos de aflicción, emulación, identidad, orgullo, pena, etc.
. Es un instrumento con un denso significado para el creyente con relación a las ideas y valores que admira. De aproximación en suma, a aquellos seres que considera superiores y de los que espera ayuda material, bienestar espiritual y proteccción ante las adversidades y calamidades que la vida en la tierra pueda depararle.
. Es un objeto devocional bastante caído en desuso a partir del último tercio del pasado siglo XX, tanto a nivel de la sociedad en general como en la propia Iglesia, prueba de ello es que en el seno de los Conventos de clausura por su adaptación a la modernidad (recorte en las tocas y en los a veces pesados hábitos de las monjas, retirada de las gruesas rejas de sus locutorios, participación en cursos de bordado y canto desarrollados en otras Comunidades de la misma o diferente Orden, así como en reuniones de su Federación, etc.); se ha dejado en gran parte de lado, el uso de esos largos rosarios cargados de medallas; de manera que han colocado algunas de ellas en la enfermería, sobre la mesilla de noche de su celda, en el costurero de uso personal, etc., procediendo
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QUE SOMOS.....? VIENTO Y ARENA.........viento y arena....
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Re: MEDALLAS DE DEVOCION......verdaderos Tesoros.
Vie 27 Jul 2018, 10:17 pm
con el resto a echarlas al pozo de la huerta, enterrarlas en un rincón de la misma o del cementerio de la Comunidad, para evitar actitudes irreverentes como tirarlas a la basura. Eso siempre que las religiosas no percibieran cierto valor artístico o económico en las medallas, crucifijos, relicarios, rosarios, etc. en cuyo caso, se han cuidado muy mucho de conservarlas en el archivo-biblioteca o incorporarlas a la pequeña sala-museo del monasterio junto a otros objetos litúrgicos y de orfebrería, dependencias casi siempre de uso interno, pero en ocasiones de posible acceso al público en calidad de Museos de arte sacro.
MEDALLA RELIGIOSA Y MEDALLA DE DEVOCIÓN
No es fácil establecer los confines o límites entre las medallas sagradas conmemorativas y las medallas sagradas de devoción, pues entra en juego el subjetivismo, dado que una medalla evidentemente conmemorativa pudo ser siempre considerada como devocional por la persona que la poseía. Muchas veces una misma medalla conmemorativa, emitida para solemnizar el particular aniversario de un santuario o la coronación de la imagen de la Virgen en él venerada, llega a ser reproducida tambien en un formato más pequeño, provista de un asa y transformada de esta forma, en una verdadera medalla de devoción.
La medalla religiosa abarca para nosotros un concepto más amplio que la medalla de devoción, tal y como en el apartado anterior quedó definida. A la par que puede ser un objeto de aproximación (comunicación, exaltación, identificación, súplica de ayuda, etc.) al ser sobrenatural o a la persona santa ante la que se intercede, para conseguir los bienes espirituales o materiales antes mencionados, puede tener otro tipo de utilidades, tales como:
a) La conmemorativa de una efemérides de la Iglesia pasada (aniversario de la muerte, beatificación o canonización de un santo,...) o actual (proclamación de un dogma, nombramiento de un nuevo pontífice, apertura de un año Jubilar, celebración de una asamblea eucarística, erección de una basílica, traslado de una imagen o de unas reliquias, …).
Las medallas conmemorativas más difundidas son aquellas emitidas por los Santuarios que solemnizaron su construcción o un acontecimiento de su historia o, en particular, la imagen de la Virgen allí venerada. La calidad artística de estas medallas es bastante desigual. Su origen está generalmente ligado a :
- Una aparición.
- Un milagro.
- La vida santa de un eremita.
- El hallazgo fortuito de una imagen de la Virgen particularmente venerada.
- El voto de los ciudadanos agradecidos por una intervención extraordinaria de la Virgen.
Tienen en suma un carácter histórico-religioso.
b) La acreditativa a modo de signo de pertenencia, por cuanto la persona que la posee es miembro de una Asociación piadosa (Adoración Nocturna o Hijas de María), una Cofradía de devoción (Virgen de Lourdes, Virgen del Rosario, San Antonio, Santa
Lucía,....) o de una Hermandad penitencial de la Semana Santa (el Prendimiento, Jesús crucificado, las Siete Palabras, el Santo Sepulcro,....).
c) La exaltación de la figura de un nuevo Papa a través de la difusión de su nombre, como consecuencia de su reciente elección por el cónclave de cardenales.
Las medallas religiosas, sobre todo en su vertiente conmemorativa, tienen casi siempre las siguientes características:
. Una forma redonda.
. Un mayor diámetro, tamaño y peso que las medallas de mera devoción.
. Una calidad material superior tambien a las medallas de devoción, pues están elaboradas en bronce sobredorado, plata, plata sobredorada y oro, excepcionalmente.
. La ausencia de asa con el correspondiente agujero para colgar.
. Una ejecución más cuidada.
. La firma del autor frecuentemente.
. Su reverso como antítesis de la figura del Pontífice que aparece siempre en el anverso, representa elementos arquitectónicos (basílicas, castillos, obeliscos, plazas, puentes, etc.), blasones dinásticos, figuras femeninas representativas de virtudes (la Caridad, la Fe, la Justicia, etc.), escenas históricas (la batalla de Lepanto, etc.), inscripciones que ocupan todo el campo de la medalla, etc. Nunca imágenes de ángeles o santos, con la excepción de Jesuscristo, Jesucristo frente a la Virgen, Jesucristo y San Pedro, San Pedro (primer pontífice de la Iglesia) frente a San Pablo, San Lucas pintando a la Virgen, etc.
ANTECEDENTES DE LA MEDALLA
En buena parte de la redacción de este apartado, seguimos la exposición que sobre el tema hizo la doctora italiana Paola Gallamini en dos de sus artículos (La Medalla de Piedad y la Medalla devocional cristiana: S. XVII), publicados en la revista Medaglia.
Es difícil reconstruir la historia de la Medalla de Devoción anterior al amplio arco de tiempo (siglos XVI a XIX) que abarcamos en el presente estudio, porque lamentablemente existen muy pocas referencias históricas que puedan ayudarnos en este propósito.
Sin embargo, se puede decir que la tradición de la medalla de piedad colgada al cuello es muy antigua, remontándose su origen a las medallas talismánicas y a los amuletos paganos. Se sabe que los griegos y los latinos usaban amuletos e imágenes de la divinidad (esto es, sagradas) que se colgaban en el cuello de los niños, para protegerles de las enfermedades, de la influencia de los espíritus malignos, etc. Por lo tanto, cabe afirmar que la medalla aparece ya en la Grecia y Roma clásicas con los mismos materiales y con las mismas finalidades con que las apreciamos hoy. El metal era su soporte más habitual, aun cuando las primeras medallas colgadas del cuello o del pecho
de aquellos lejanos ciudadanos, pudieron ser muy probablemente de origen marino; algunas de aquellas hermosas conchas del Mare Nostrum con las que se votaba en las decisiones municipales, son las cáscaras de las ostras precisamente. En tiempos posteriores y presentes, recordamos la venera de los peregrinos a Santiago de Compostela, precisión que tomamos del religioso carmelita Fray Valentín de la Cruz.
Como ha quedado dicho, quizás el material usado para elaborar estos objetos no era el metal, porque por lo común se trataba de figurines en piedra tallada en diferentes posturas, como por ejemplo el mutinus, representado con una mano en la boca y otra en el ano, y que tenía la propiedad de proteger el sueño del niño de todo tipo de turbaciones.
Por otras fuentes se sabe que las matronas romanas colgaban en el cuello de sus hijos la Bulla, un disquito metálico en el cual estaban grabadas las imágenes de los Lares, además de los datos característicos de la familia de origen; quizás con la Bulla tenía afinidad, la plaquita metálica colgada en el cuello de los esclavos sobre la que estaba escrito el nombre y la dirección del dueño. De cualquier manera, esta información concuerda con el deseo de protección que hay en todo hombre.
Es fácil imaginar que con la difusión del Cristianismo, las imágenes de los Lares o aquella de un Dios pagano, se sustituyeron por la de Cristo o de la Virgen. Las catacumbas sugieren una cantidad de símbolos muy fácilmente reproducibles.
Sabemos tambien que a los fieles les gustaba, ya en los primeros siglos del Cristianismo, dirigirse en peregrinación a los lugares sagrados de la cristiandad, como los monasterios (ej.: San Miguel Arcángel en Gargano) o los centros de particular interés religioso.
Los orígenes de las medallas devocionales se retrotraen a los siglos III y IV, presentando predominantemente iconografías referidas a Jesucristo, los Ángeles, los Apóstoles, el Buen Pastor, el sacrificio de Abraham, la adoración de los Reyes Magos, escenas evangélicas y bíblicas,....
La medalla inicialmente es unifaz, pero rápidamente se transforma en bifaz.
Las primeras medallas devocionales cristianas fueron documentadas por un grupo de estudiosos que en el siglo XVII abordaron este objetivo, clasificando un amplio bagaje de material paleocristiano, emergido del subsuelo romano como consecuencia de las reiteradas excavaciones operadas en la zona de las catacumbas de Priscila. En base a tales hallazgos y a aquellos otros anteriormente observados en el Museo Vaticano, pudieron tales investigadores, trazar un fiable orden en los variados objetos devocionales cristianos de los primeros siglos, tales como:
. El encolpio que según la opinión de los historiadores:
1) Fue el símbolo pagano en el que se acopló el primer objeto devocional cristiano.
2) Era un disquito metálico de una sola cara, normalmente realizado en un metal pobre (plomo, cobre o latón), agujereado o con un asa, en el que era representada la divinidad y la simbología del amor.
) Constituía el regalo simbólico del prometido a la futura esposa que lo llevaba (como lo significa el mismo nombre) colgado al cuello y ocultándolo entre los pliegues del vestido.
4) Más que estar dedicados a la divinidad del amor (símbolo pagano), llevaba símbolos similares a los de las catacumbas y de las alhajas cristianas: el crismón, la cruz, la paloma, el pez, el ancla, etc.
Los estudiosos llamaron por ello a tales hallazgos encolpios cristianos (concepto que tambien se utiliza en la actualidad, para denominar a las cruces-relicario de época y estilo bizantino) y estuvieron de acuerdo en afirmar que los neófitos de las catacumbas habían adoptado el símbolo pagano como un objeto devocional, transformando sus representaciones.
La conclusión de los historiadores sobre la base del material existente hoy, no es en absoluto aventurada en lo relativo a los documentos de los encolpios, simbologías e idiogramas reproducidos en sus escritos; sino que está apoyada en la convicción de que un eventual símbolo devocional podía difundirse entre los primeros cristianos, oprimidos por las persecuciones imperiales, solamente con una espera y con un uso extraordinariamente convencional e íntimo: como, precisamente, aquel del encolpio pagano.
Ver cruz-relicario pag. 82.
. Las teseras bautismales.
Eran piezas cúbicas o planchas con inscripciones que los romanos usaban como testimonio, reseña y recuerdo del hecho de haber sido bautizados.
. Las medallas paleocristianas:
1) No están dedicadas a una divinidad desconocida.
2) El historiador G. B. De Rossi que en el Boletín de Arqueología Cristiana del año 1.869 enuncia los cuatro aspectos anteriormente referidos respecto de los encolpios, facilita una amplia documentación sobre los citados hallazgos y proporciona un informe sobre los debates acaecidos entre los estudiosos y los arqueólogos a propósito de su clasificación que además ilustra, mediante un cuadro que representa gráficamente los hallazgos, poniendo de relieve las directrices del culto que en el se proponen:
a) La fe en la redención operada en Cristo y el testimonio sobre él, dado por los mártires: el culto a éste, tributado por los fieles, expresado en la representación de su imagen y de su martirio (VI), y en la visita a su sepulcro (VII).
b) Las primeras ceremonias y escenas de piedad: el bautismo (III), la consagración del Niño a Dios (IV), la entrega del poder a Pedro (VIII), la manifestación de Dios al mundo expresada en la adoración de los Magos (IX).
c) La simbología relativa a la figura de Cristo: Cristo-Orfeo que aplaca a las fieras (I) y el Buen Pastor (II).
) Las medallas de este período (siglos IV al VII) encontradas en las catacumbas, representan en ocasiones, la escena del martirio de San Lorenzo.
4) Las medallas paleocristianas de los alanos, normandos, suevos y vándalos, pueblos que cabe ubicar temporalmente a estos efectos entre los siglos VIII a X, época en que renunciaron al paganismo germánico y se convirtieron al catolicismo:
a) Son de plomo.
b) Están vastamente fundidas.
c) Son de estilo artesanal local.
5) Las medallas bizantinas con asa para llevar colgadas del cuello:
a) Son redondas.
b) Son iguales en su anverso y en su reverso en cuanto a iconografía, pues llevan dos cruces concéntricas orladas por rayos, rodeadas por querubines y cargadas de letras que tienen un significado mágico, herencia de la tradición pagana.
6) En una reciente visita al área denominada Biblioteca de los Museos Vaticanos, pudimos confirmar las características físicas e iconográficas de lo señalado en párrafos anteriores, correspondientes al cuadro de De Rossi y a la explicación que del mismo hace el propio autor, observando como más destacadas las siguientes:
a) La forma redonda.
b) El módulo o tamaño de dos dimensiones diferentes.
c) La existencia de asa en unas pocas del total de las medallas expuestas. Por el contrario, las que carecían de ella, estaban taladradas por un pequeño agujero situado en su borde superior con el objetivo evidente de prestar la misma función a su poseedor, la posibilidad de colgarlas del cuello.
d) Representan animales y sobre todo, imágenes de personas vestidas con túnica o uniforme militar clásico, estilizadas y hasta hieráticas, similares a las que unos cientos de años después, seguirán representándose en las lápidas, frescos, cruces denominadas encolpios, etc., entre los siglos VI y IX (época bizantina). Tambien representan crismones, al igual que lo hacen varios anillos de hierro y/o cobre datados como del siglo VII que tambien se muestran.
e) La datación que figura en la ficha colocada dentro de la vitrina y al lado de las medallas (denominadas exactamente “Le medaglie devozionali”), las sitúa en el siglo IV, con excepción de dos fechadas en términos menos concretos, pues las califica como de época medieval. Una vitrina contigua exhibe diversos medallones de vidrio con incrustaciones de oro, formando figuras que aparecen definidas en la correspondiente ficha como:
MEDALLA RELIGIOSA Y MEDALLA DE DEVOCIÓN
No es fácil establecer los confines o límites entre las medallas sagradas conmemorativas y las medallas sagradas de devoción, pues entra en juego el subjetivismo, dado que una medalla evidentemente conmemorativa pudo ser siempre considerada como devocional por la persona que la poseía. Muchas veces una misma medalla conmemorativa, emitida para solemnizar el particular aniversario de un santuario o la coronación de la imagen de la Virgen en él venerada, llega a ser reproducida tambien en un formato más pequeño, provista de un asa y transformada de esta forma, en una verdadera medalla de devoción.
La medalla religiosa abarca para nosotros un concepto más amplio que la medalla de devoción, tal y como en el apartado anterior quedó definida. A la par que puede ser un objeto de aproximación (comunicación, exaltación, identificación, súplica de ayuda, etc.) al ser sobrenatural o a la persona santa ante la que se intercede, para conseguir los bienes espirituales o materiales antes mencionados, puede tener otro tipo de utilidades, tales como:
a) La conmemorativa de una efemérides de la Iglesia pasada (aniversario de la muerte, beatificación o canonización de un santo,...) o actual (proclamación de un dogma, nombramiento de un nuevo pontífice, apertura de un año Jubilar, celebración de una asamblea eucarística, erección de una basílica, traslado de una imagen o de unas reliquias, …).
Las medallas conmemorativas más difundidas son aquellas emitidas por los Santuarios que solemnizaron su construcción o un acontecimiento de su historia o, en particular, la imagen de la Virgen allí venerada. La calidad artística de estas medallas es bastante desigual. Su origen está generalmente ligado a :
- Una aparición.
- Un milagro.
- La vida santa de un eremita.
- El hallazgo fortuito de una imagen de la Virgen particularmente venerada.
- El voto de los ciudadanos agradecidos por una intervención extraordinaria de la Virgen.
Tienen en suma un carácter histórico-religioso.
b) La acreditativa a modo de signo de pertenencia, por cuanto la persona que la posee es miembro de una Asociación piadosa (Adoración Nocturna o Hijas de María), una Cofradía de devoción (Virgen de Lourdes, Virgen del Rosario, San Antonio, Santa
Lucía,....) o de una Hermandad penitencial de la Semana Santa (el Prendimiento, Jesús crucificado, las Siete Palabras, el Santo Sepulcro,....).
c) La exaltación de la figura de un nuevo Papa a través de la difusión de su nombre, como consecuencia de su reciente elección por el cónclave de cardenales.
Las medallas religiosas, sobre todo en su vertiente conmemorativa, tienen casi siempre las siguientes características:
. Una forma redonda.
. Un mayor diámetro, tamaño y peso que las medallas de mera devoción.
. Una calidad material superior tambien a las medallas de devoción, pues están elaboradas en bronce sobredorado, plata, plata sobredorada y oro, excepcionalmente.
. La ausencia de asa con el correspondiente agujero para colgar.
. Una ejecución más cuidada.
. La firma del autor frecuentemente.
. Su reverso como antítesis de la figura del Pontífice que aparece siempre en el anverso, representa elementos arquitectónicos (basílicas, castillos, obeliscos, plazas, puentes, etc.), blasones dinásticos, figuras femeninas representativas de virtudes (la Caridad, la Fe, la Justicia, etc.), escenas históricas (la batalla de Lepanto, etc.), inscripciones que ocupan todo el campo de la medalla, etc. Nunca imágenes de ángeles o santos, con la excepción de Jesuscristo, Jesucristo frente a la Virgen, Jesucristo y San Pedro, San Pedro (primer pontífice de la Iglesia) frente a San Pablo, San Lucas pintando a la Virgen, etc.
ANTECEDENTES DE LA MEDALLA
En buena parte de la redacción de este apartado, seguimos la exposición que sobre el tema hizo la doctora italiana Paola Gallamini en dos de sus artículos (La Medalla de Piedad y la Medalla devocional cristiana: S. XVII), publicados en la revista Medaglia.
Es difícil reconstruir la historia de la Medalla de Devoción anterior al amplio arco de tiempo (siglos XVI a XIX) que abarcamos en el presente estudio, porque lamentablemente existen muy pocas referencias históricas que puedan ayudarnos en este propósito.
Sin embargo, se puede decir que la tradición de la medalla de piedad colgada al cuello es muy antigua, remontándose su origen a las medallas talismánicas y a los amuletos paganos. Se sabe que los griegos y los latinos usaban amuletos e imágenes de la divinidad (esto es, sagradas) que se colgaban en el cuello de los niños, para protegerles de las enfermedades, de la influencia de los espíritus malignos, etc. Por lo tanto, cabe afirmar que la medalla aparece ya en la Grecia y Roma clásicas con los mismos materiales y con las mismas finalidades con que las apreciamos hoy. El metal era su soporte más habitual, aun cuando las primeras medallas colgadas del cuello o del pecho
de aquellos lejanos ciudadanos, pudieron ser muy probablemente de origen marino; algunas de aquellas hermosas conchas del Mare Nostrum con las que se votaba en las decisiones municipales, son las cáscaras de las ostras precisamente. En tiempos posteriores y presentes, recordamos la venera de los peregrinos a Santiago de Compostela, precisión que tomamos del religioso carmelita Fray Valentín de la Cruz.
Como ha quedado dicho, quizás el material usado para elaborar estos objetos no era el metal, porque por lo común se trataba de figurines en piedra tallada en diferentes posturas, como por ejemplo el mutinus, representado con una mano en la boca y otra en el ano, y que tenía la propiedad de proteger el sueño del niño de todo tipo de turbaciones.
Por otras fuentes se sabe que las matronas romanas colgaban en el cuello de sus hijos la Bulla, un disquito metálico en el cual estaban grabadas las imágenes de los Lares, además de los datos característicos de la familia de origen; quizás con la Bulla tenía afinidad, la plaquita metálica colgada en el cuello de los esclavos sobre la que estaba escrito el nombre y la dirección del dueño. De cualquier manera, esta información concuerda con el deseo de protección que hay en todo hombre.
Es fácil imaginar que con la difusión del Cristianismo, las imágenes de los Lares o aquella de un Dios pagano, se sustituyeron por la de Cristo o de la Virgen. Las catacumbas sugieren una cantidad de símbolos muy fácilmente reproducibles.
Sabemos tambien que a los fieles les gustaba, ya en los primeros siglos del Cristianismo, dirigirse en peregrinación a los lugares sagrados de la cristiandad, como los monasterios (ej.: San Miguel Arcángel en Gargano) o los centros de particular interés religioso.
Los orígenes de las medallas devocionales se retrotraen a los siglos III y IV, presentando predominantemente iconografías referidas a Jesucristo, los Ángeles, los Apóstoles, el Buen Pastor, el sacrificio de Abraham, la adoración de los Reyes Magos, escenas evangélicas y bíblicas,....
La medalla inicialmente es unifaz, pero rápidamente se transforma en bifaz.
Las primeras medallas devocionales cristianas fueron documentadas por un grupo de estudiosos que en el siglo XVII abordaron este objetivo, clasificando un amplio bagaje de material paleocristiano, emergido del subsuelo romano como consecuencia de las reiteradas excavaciones operadas en la zona de las catacumbas de Priscila. En base a tales hallazgos y a aquellos otros anteriormente observados en el Museo Vaticano, pudieron tales investigadores, trazar un fiable orden en los variados objetos devocionales cristianos de los primeros siglos, tales como:
. El encolpio que según la opinión de los historiadores:
1) Fue el símbolo pagano en el que se acopló el primer objeto devocional cristiano.
2) Era un disquito metálico de una sola cara, normalmente realizado en un metal pobre (plomo, cobre o latón), agujereado o con un asa, en el que era representada la divinidad y la simbología del amor.
) Constituía el regalo simbólico del prometido a la futura esposa que lo llevaba (como lo significa el mismo nombre) colgado al cuello y ocultándolo entre los pliegues del vestido.
4) Más que estar dedicados a la divinidad del amor (símbolo pagano), llevaba símbolos similares a los de las catacumbas y de las alhajas cristianas: el crismón, la cruz, la paloma, el pez, el ancla, etc.
Los estudiosos llamaron por ello a tales hallazgos encolpios cristianos (concepto que tambien se utiliza en la actualidad, para denominar a las cruces-relicario de época y estilo bizantino) y estuvieron de acuerdo en afirmar que los neófitos de las catacumbas habían adoptado el símbolo pagano como un objeto devocional, transformando sus representaciones.
La conclusión de los historiadores sobre la base del material existente hoy, no es en absoluto aventurada en lo relativo a los documentos de los encolpios, simbologías e idiogramas reproducidos en sus escritos; sino que está apoyada en la convicción de que un eventual símbolo devocional podía difundirse entre los primeros cristianos, oprimidos por las persecuciones imperiales, solamente con una espera y con un uso extraordinariamente convencional e íntimo: como, precisamente, aquel del encolpio pagano.
Ver cruz-relicario pag. 82.
. Las teseras bautismales.
Eran piezas cúbicas o planchas con inscripciones que los romanos usaban como testimonio, reseña y recuerdo del hecho de haber sido bautizados.
. Las medallas paleocristianas:
1) No están dedicadas a una divinidad desconocida.
2) El historiador G. B. De Rossi que en el Boletín de Arqueología Cristiana del año 1.869 enuncia los cuatro aspectos anteriormente referidos respecto de los encolpios, facilita una amplia documentación sobre los citados hallazgos y proporciona un informe sobre los debates acaecidos entre los estudiosos y los arqueólogos a propósito de su clasificación que además ilustra, mediante un cuadro que representa gráficamente los hallazgos, poniendo de relieve las directrices del culto que en el se proponen:
a) La fe en la redención operada en Cristo y el testimonio sobre él, dado por los mártires: el culto a éste, tributado por los fieles, expresado en la representación de su imagen y de su martirio (VI), y en la visita a su sepulcro (VII).
b) Las primeras ceremonias y escenas de piedad: el bautismo (III), la consagración del Niño a Dios (IV), la entrega del poder a Pedro (VIII), la manifestación de Dios al mundo expresada en la adoración de los Magos (IX).
c) La simbología relativa a la figura de Cristo: Cristo-Orfeo que aplaca a las fieras (I) y el Buen Pastor (II).
) Las medallas de este período (siglos IV al VII) encontradas en las catacumbas, representan en ocasiones, la escena del martirio de San Lorenzo.
4) Las medallas paleocristianas de los alanos, normandos, suevos y vándalos, pueblos que cabe ubicar temporalmente a estos efectos entre los siglos VIII a X, época en que renunciaron al paganismo germánico y se convirtieron al catolicismo:
a) Son de plomo.
b) Están vastamente fundidas.
c) Son de estilo artesanal local.
5) Las medallas bizantinas con asa para llevar colgadas del cuello:
a) Son redondas.
b) Son iguales en su anverso y en su reverso en cuanto a iconografía, pues llevan dos cruces concéntricas orladas por rayos, rodeadas por querubines y cargadas de letras que tienen un significado mágico, herencia de la tradición pagana.
6) En una reciente visita al área denominada Biblioteca de los Museos Vaticanos, pudimos confirmar las características físicas e iconográficas de lo señalado en párrafos anteriores, correspondientes al cuadro de De Rossi y a la explicación que del mismo hace el propio autor, observando como más destacadas las siguientes:
a) La forma redonda.
b) El módulo o tamaño de dos dimensiones diferentes.
c) La existencia de asa en unas pocas del total de las medallas expuestas. Por el contrario, las que carecían de ella, estaban taladradas por un pequeño agujero situado en su borde superior con el objetivo evidente de prestar la misma función a su poseedor, la posibilidad de colgarlas del cuello.
d) Representan animales y sobre todo, imágenes de personas vestidas con túnica o uniforme militar clásico, estilizadas y hasta hieráticas, similares a las que unos cientos de años después, seguirán representándose en las lápidas, frescos, cruces denominadas encolpios, etc., entre los siglos VI y IX (época bizantina). Tambien representan crismones, al igual que lo hacen varios anillos de hierro y/o cobre datados como del siglo VII que tambien se muestran.
e) La datación que figura en la ficha colocada dentro de la vitrina y al lado de las medallas (denominadas exactamente “Le medaglie devozionali”), las sitúa en el siglo IV, con excepción de dos fechadas en términos menos concretos, pues las califica como de época medieval. Una vitrina contigua exhibe diversos medallones de vidrio con incrustaciones de oro, formando figuras que aparecen definidas en la correspondiente ficha como:
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Re: MEDALLAS DE DEVOCION......verdaderos Tesoros.
Vie 27 Jul 2018, 10:20 pm
Temas bíblicos.
- Representaciones hagiográficas y otras representaciones.
- El misterio nupcial.
. Las plaquetas:
Los estudiosos actuales han puesto en cuestión el artículo de De Rossi, suscitando dudas sobre su interpretación, pero no sobre la autenticidad de los hallazgos por él descritos. No parece todavía determinante, para este estudio que tales disquitos metálicosfueran medallas antes que teseras bautismales o plaquetas de enterramiento porque, en base a su descripción, es evidente el uso hecho por los primeros cristianos. El agujero o el asa indican que son objetos para llevar por la persona; su objeto revela el fin devocional de testimonio religioso (simbologías, escenas doctrinales y litúrgicas, bautismo, etc.) y de amonestación (el martirio y el sacrificio de Abraham (V)).
Es evidente por ello que estas fueron usadas como medallas devocionales.
Si bien es en el Renacimiento italiano (siglos. XV y XVI), cuando aparecen las primeras medallas de devoción con la denominación de escapularios o paciencias, cabe añadir cinco precedentes más a cuanto ha quedado dicho anteriormente:
. Los cuadrángulos:
. Toscas plaquitas de plomo en las que estaban representadas las imágenes de San Pedro y San Pablo, y que llevaban colgadas al cuello los peregrinos que se dirigían a Roma para obtener indulgencias, con ocasión del primer Jubileo celebrado en 1.300, durante el pontificado de Bonifacio VIII.
. Medallas en plomo o estaño, provistas de cuatro agujeros o piolinos para ser cosidas sobre las capas (esclavinas) o los sombreros de los peregrinos, y datables en cuanto a su uso en el siglo XVI.
. Las insignias de peregrinación:
1) Constituyen un evidente antecedente de la medalla de devoción, pues provocan las mismas actitudes (admiración, exaltación, petición, etc.), persiguen los mismos fines (fomentar creencias y recuerdos, ser signos de pertenencia y testimonios, etc.) y tienen consecuentemente similar utilidad; pudiendo afirmarse que son las medallas más antiguas de peregrinaje.
2) Presentan las siguientes características físicas, diferenciales algunas de ellas respecto de las medallas:
a) Generalmente estaban fundidas mediante una aleación de plomo y estaño, aun cuando sí su composición no constituía tal mezcla; el plomo era utilizado con mucha mayor frecuencia que el estaño por razones de coste económico. Tales objetos se realizaban solo excepcionalmente en oro o plata, para aquellos peregrinos con grandes recursos.
b) En principio eran anepigráficas (no tenían inscripciones, tan solo imágenes y objetos), apareciendo ocasionalmente a finales de la Edad Media.
c) Las imágenes, inscripciones, leyendas, etc. que contienen están representadas en su anverso, pues su reverso es casi siempre liso.
d) Se modifican en la segunda mitad del siglo XV, cambiando el formato y la presentación.
e) Sus formas son bastante similares: rectángulares-verticales, rectángulares-horizontales denominadas cuadrángulas (pues tienen una ligera inflexión apuntada en la parte superior), polígonales y con forma de mandorla (almendradas), tan habitual en las matrices de sellos tardo-medievales (siglos XIII a XVI, primera mitad).
f) Las resaltadas por más habituales, delimitan a través de su geometría, la fachada lateral de una casa con tejado a dos aguas, o bien, la fachada de la portada de un templo con frontón triangular; conteniendo todas ellas dentro de tal contorno, las imágenes motivo de exaltación, pequeños elementos (cruces, escudos, estrellas, etc.), inscripciones y leyendas.
Ver pags. nos. 16, 17, 18, 19 y 20.
g) Están dotadas en su borde de una, dos o tres asas con su pequeño agujero a modo de ojal que posibilita su sujeción al cuello, vestimenta, sombrero y hasta a un morral (caso de los pastores, monjes mendicantes y peregrinos especialmente), mediante una fina cuerdecita o las correspondientes puntadas de un cosido. En aquellos ejemplares que cuentan con una sola asa (su elaboración corresponde ya al siglo XVI y el reverso puede haber dejado de ser liso), presentan hasta siete piolinos o protuberancias en las cuatro esquinas y en la mitad de los otros tres lados de la medalla, los cuales sirven asimismo para facilitar el posible cosido de la pieza a la ropa del peregrino. Tales piolinos veremos después como con igual propósito y a veces tambien con un fin decorativo, van a estar muy presentes en las medallas de forma ovalada y redonda durante todo el siglo XVII.
h) Su módulo o tamaño varía dependiendo de la forma: 76 x 47 mm., 50 x 27 mm., 45 x 30 mm., 30 x 22 mm., etc.
i) Las medallas-distintivo de las peregrinaciones de los siglos XIV a XVI, pescadas en el río Sena en París y estudiadas por A. Forgeais, estaban fundidas en estaño o plomo, dentro de moldes de pizarra fina.
j) Cabe denominarlas tardo-góticas o pre- renacentistas y datarlas entre los siglos XIV y XVI como fecha límite.
k) Rara vez estaban historiadas en sus dos caras, pues generalmente solo tenían una decorada.
3) Desde la perspectiva más social y hasta simbólica, cabe señalar lo siguiente:
La insignia de peregrinación será sustituida por la medalla de devoción en la segunda mitad del siglo XVI.
b) El número de estas piezas que actualmente hay en Museos, archivos-bibliotecas de monasterios y rara vez en colecciones particulares, es realmente escaso.
c) Su estado de conservación con frecuencia no es bueno, pues aparecen dobladas, partidas o con alguna de las asas u ojales rotos (y lamentablemente, con un agujero contiguo al primitivo y perforado años después, para posibilitar la función de prendimiento citada). Cierto es que tal mutilación a veces está compensada por el buen relieve conservado en las imágenes, etc. y/o una pátina estéticamente atractiva.
d) Tenían una triple utilidad para los peregrinos:
- Como recuerdo y testimonio de los ritos de culto realizados.
- Como medio para lograr la indulgencia que el Año Santo jubilar facilitaba a su poseedor.
- Como salvaconducto a veces para entrar o salir de las ciudades.
e) Los lugares donde naturalmente se han localizado estas primitivas medallas, son las sepulturas situadas en el interior de basílicas, monasterios y santuarios; en cementerios ubicados junto a iglesias y ermitas; en el cauce de ríos que atraviesan históricas capitales de Europa, tales como el Sena en París y el Tíber en Roma; etc.
f) Las representaciones que aparecen en las insignias por nosotros conocidas, exaltan las siguientes devociones a través de su iconografía:
- Jesucristo crucificado acompañado por la Virgen y San Juan, teniendo en el reverso la figura de la Virgen con el Niño (S. XVI).
- Representaciones hagiográficas y otras representaciones.
- El misterio nupcial.
. Las plaquetas:
Los estudiosos actuales han puesto en cuestión el artículo de De Rossi, suscitando dudas sobre su interpretación, pero no sobre la autenticidad de los hallazgos por él descritos. No parece todavía determinante, para este estudio que tales disquitos metálicosfueran medallas antes que teseras bautismales o plaquetas de enterramiento porque, en base a su descripción, es evidente el uso hecho por los primeros cristianos. El agujero o el asa indican que son objetos para llevar por la persona; su objeto revela el fin devocional de testimonio religioso (simbologías, escenas doctrinales y litúrgicas, bautismo, etc.) y de amonestación (el martirio y el sacrificio de Abraham (V)).
Es evidente por ello que estas fueron usadas como medallas devocionales.
Si bien es en el Renacimiento italiano (siglos. XV y XVI), cuando aparecen las primeras medallas de devoción con la denominación de escapularios o paciencias, cabe añadir cinco precedentes más a cuanto ha quedado dicho anteriormente:
. Los cuadrángulos:
. Toscas plaquitas de plomo en las que estaban representadas las imágenes de San Pedro y San Pablo, y que llevaban colgadas al cuello los peregrinos que se dirigían a Roma para obtener indulgencias, con ocasión del primer Jubileo celebrado en 1.300, durante el pontificado de Bonifacio VIII.
. Medallas en plomo o estaño, provistas de cuatro agujeros o piolinos para ser cosidas sobre las capas (esclavinas) o los sombreros de los peregrinos, y datables en cuanto a su uso en el siglo XVI.
. Las insignias de peregrinación:
1) Constituyen un evidente antecedente de la medalla de devoción, pues provocan las mismas actitudes (admiración, exaltación, petición, etc.), persiguen los mismos fines (fomentar creencias y recuerdos, ser signos de pertenencia y testimonios, etc.) y tienen consecuentemente similar utilidad; pudiendo afirmarse que son las medallas más antiguas de peregrinaje.
2) Presentan las siguientes características físicas, diferenciales algunas de ellas respecto de las medallas:
a) Generalmente estaban fundidas mediante una aleación de plomo y estaño, aun cuando sí su composición no constituía tal mezcla; el plomo era utilizado con mucha mayor frecuencia que el estaño por razones de coste económico. Tales objetos se realizaban solo excepcionalmente en oro o plata, para aquellos peregrinos con grandes recursos.
b) En principio eran anepigráficas (no tenían inscripciones, tan solo imágenes y objetos), apareciendo ocasionalmente a finales de la Edad Media.
c) Las imágenes, inscripciones, leyendas, etc. que contienen están representadas en su anverso, pues su reverso es casi siempre liso.
d) Se modifican en la segunda mitad del siglo XV, cambiando el formato y la presentación.
e) Sus formas son bastante similares: rectángulares-verticales, rectángulares-horizontales denominadas cuadrángulas (pues tienen una ligera inflexión apuntada en la parte superior), polígonales y con forma de mandorla (almendradas), tan habitual en las matrices de sellos tardo-medievales (siglos XIII a XVI, primera mitad).
f) Las resaltadas por más habituales, delimitan a través de su geometría, la fachada lateral de una casa con tejado a dos aguas, o bien, la fachada de la portada de un templo con frontón triangular; conteniendo todas ellas dentro de tal contorno, las imágenes motivo de exaltación, pequeños elementos (cruces, escudos, estrellas, etc.), inscripciones y leyendas.
Ver pags. nos. 16, 17, 18, 19 y 20.
g) Están dotadas en su borde de una, dos o tres asas con su pequeño agujero a modo de ojal que posibilita su sujeción al cuello, vestimenta, sombrero y hasta a un morral (caso de los pastores, monjes mendicantes y peregrinos especialmente), mediante una fina cuerdecita o las correspondientes puntadas de un cosido. En aquellos ejemplares que cuentan con una sola asa (su elaboración corresponde ya al siglo XVI y el reverso puede haber dejado de ser liso), presentan hasta siete piolinos o protuberancias en las cuatro esquinas y en la mitad de los otros tres lados de la medalla, los cuales sirven asimismo para facilitar el posible cosido de la pieza a la ropa del peregrino. Tales piolinos veremos después como con igual propósito y a veces tambien con un fin decorativo, van a estar muy presentes en las medallas de forma ovalada y redonda durante todo el siglo XVII.
h) Su módulo o tamaño varía dependiendo de la forma: 76 x 47 mm., 50 x 27 mm., 45 x 30 mm., 30 x 22 mm., etc.
i) Las medallas-distintivo de las peregrinaciones de los siglos XIV a XVI, pescadas en el río Sena en París y estudiadas por A. Forgeais, estaban fundidas en estaño o plomo, dentro de moldes de pizarra fina.
j) Cabe denominarlas tardo-góticas o pre- renacentistas y datarlas entre los siglos XIV y XVI como fecha límite.
k) Rara vez estaban historiadas en sus dos caras, pues generalmente solo tenían una decorada.
3) Desde la perspectiva más social y hasta simbólica, cabe señalar lo siguiente:
La insignia de peregrinación será sustituida por la medalla de devoción en la segunda mitad del siglo XVI.
b) El número de estas piezas que actualmente hay en Museos, archivos-bibliotecas de monasterios y rara vez en colecciones particulares, es realmente escaso.
c) Su estado de conservación con frecuencia no es bueno, pues aparecen dobladas, partidas o con alguna de las asas u ojales rotos (y lamentablemente, con un agujero contiguo al primitivo y perforado años después, para posibilitar la función de prendimiento citada). Cierto es que tal mutilación a veces está compensada por el buen relieve conservado en las imágenes, etc. y/o una pátina estéticamente atractiva.
d) Tenían una triple utilidad para los peregrinos:
- Como recuerdo y testimonio de los ritos de culto realizados.
- Como medio para lograr la indulgencia que el Año Santo jubilar facilitaba a su poseedor.
- Como salvaconducto a veces para entrar o salir de las ciudades.
e) Los lugares donde naturalmente se han localizado estas primitivas medallas, son las sepulturas situadas en el interior de basílicas, monasterios y santuarios; en cementerios ubicados junto a iglesias y ermitas; en el cauce de ríos que atraviesan históricas capitales de Europa, tales como el Sena en París y el Tíber en Roma; etc.
f) Las representaciones que aparecen en las insignias por nosotros conocidas, exaltan las siguientes devociones a través de su iconografía:
- Jesucristo crucificado acompañado por la Virgen y San Juan, teniendo en el reverso la figura de la Virgen con el Niño (S. XVI).
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Re: MEDALLAS DE DEVOCION......verdaderos Tesoros.
Vie 27 Jul 2018, 10:21 pm
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Re: MEDALLAS DE DEVOCION......verdaderos Tesoros.
Vie 27 Jul 2018, 10:24 pm
Otras iconografías representadas en estas insignias de peregrinaje de las que tenemos noticia son las efigies de San Pedro y San Pablo, las imágenes de la Verónica, del Rostro Santo (Volto di Cristo), Nuestra Señora de Loreto, los Reyes Magos, Santa María Rotonda, San Eligio, San Humberto (de las que hay constancia que se vendían entre los siglos XV y XVI en la Barette, localidad de la actual Belgica walona o francófona), San Ubaldo y Santiago con la vieira de Compostela.
. Los plomos:
Los plomos historiados de los siglos XIV a XVI encontrados en el río Sena de París:
. Son los nobles antepasados de las medallas posteriores.
. Tenían al igual que las medallas un fin más o menos mágico y protector.
. Se utilizaban como distintivos de las Corporaciones gremiales y acreditación para los peregrinos.
. Mediante su iconografía honraban la imagen de algún santo.
. Estuvieron en uso en Francia, desde el siglo XII a la primera mitad del siglo XV. Despues fueron sustituídos por las imágenes de tela y papel.
Son objetos muy próximos en el tiempo a la insignias de peregrinaje, constándonos que simultáneamente al estudio de las mismas y otros pequeños objetos de piedad (cruces y medallas); el investigador francés Bruno Maës, los estudió en su aproximación a algunas de las iconografías antes referidas.
De entre los datos que el mismo aporta, destacamos los siguientes:
1) Tienen forma redonda, carecen de asa para colgar y los data en el siglo XV.
2) Del total de los que describe, dos de ellos representan:
a) En el anverso, a la Virgen de Liance en Liesse (Francia).
b) En el reverso, elementos vegetales como un árbol, una rama o una flor, circundados en su tronco o tallo por una inicial o una banderola en cuyo interior, hay una inscripción relacionada con el motivo principal reflejado en el anverso.
. Los sellos:
Son objetos como los que se recogen en la obra de los autores franceses Pierre Julien y Francis Ledermen, representando tambien en ocasiones, las imágenes de santos como es el caso de San Cosme y San Damián, personajes glorificados por la Iglesia, en razón de sus virtudes espirituales y sus aptitudes sanadoras de las personas de su tiempo, dada su condición de médicos. Sus figuras y atributos se muestran en diferentes matrices de sellos, de uso por:
) La ciudad alemana de Essen, datado a principios del siglo XIII.
2) La ciudad alemana de Gostar, datado en la primera mitad del siglo XIV.
3) La Facultad de Medicina de Leipzig (Alemania), datado en el siglo XV.
. Los testones:
Son realmente monedas (con auténtico valor de cambio) que el italiano doctor Mario Traina cataloga con cierta frecuencia (presentando numerosas fotografías y detalladas descripciones, a la par que otras explicaciones) en su exhaustiva e interesante obra de investigación “Los años santos, sus monedas y medallas (1300-1975)”.
Para evitar salirnos de nuestra materia de estudio, señalaremos solamente algunos datos relativos a tales objetos.
1) Tienen forma redonda.
2) Carecen de asa para colgar.
3) Su tamaño o módulo más común oscila entre los 22 y 28 mm.
4) Están fabricados hasta donde conocemos en plata, si bien, algunas de estas monedas podían estar batidas en oro y rara vez en cobre.
5) Fueron usados antiguamente en Italia y Francia.
6) Las monedas más frecuentes en Italia variaron en su denominación original (ducato, fiorino, Giulio, grosso, piastra, picciolo, scudo, testone,....), así como en su valor de cambio (tre, cinque, dieci,.... / doppio, mezzo, quarto, quatrino,....).
RAZON O JUSTIFICACIÓN DE LA MEDALLA (EL POR QUÉ DE SU EXISTENCIA)
La medalla devocional tiene su razón de ser a lo largo de la historia de muchos pueblos y culturas, fundamentando su existencia en que cabe considerarla y/o se la aprecia, como:
. Un objeto artístico con cierto atractivo que recrea la sensibilidad estética de quien la observa.
. Un recuerdo y un testimonio acreditativo para su poseedor, de cómo visitó un Santuario, participó en los actos de un año Jubilar, un congreso Eucarístico o en una peregrinación que podía tener una triple motivación:
1) Un acto de devoción.
2) La realización de un acto voluntario de penitencia por parte del devoto.
) El cumplimiento de una promesa como compensación a un bienestar material (Ej.: recuperación de la salud después de un accidente o una enfermedad) recibido tras la súplica correspondiente.
. Un testimonio de fe, reflejo de un conjunto de creencias.
. La expresión de una devoción que se manifiesta y da lugar a determinadas modas, formas de comportamiento ético-moral y actitudes de aprecio o estima colectiva por:
1) Lugares considerados santos: ciudades, montes, valles, basílicas, santuarios, ermitas, etc.
2) Objetos (amuletos) mediante los que se ha pretendido y todavía hoy en algunos países se procura:
a) Conservar la buena salud.
b) Proteger la propia vida (los soldados en la guerra, los peregrinos en el camino, los conductores en la carretera, ....).
c) Superar las situaciones de sequía, miseria (hambre, enfermedad, peste, etc.), calamidad pública (inundación, naufragio, terremoto, etc.),....
d) Obtener la protección divina o el patronazgo de oficios, gremios, ciudades, países, etc., a través de la mencionada expresión de devoción popular a determinados seres sobrenaturales o personajes santos.
Ejemplos de medalla-amuleto son las que representan:
. A San Antonio Abad acompañado de un cerdito y rodeado de llamas que simbólicamente representan el “herpes zoster” (fuego de San Antón), enfermedad derivada de la ingestión del pan elaborado con centeno contaminado y que se manifestaba en el paciente, en forma de ennegrecimiento de las extremidades (brazos y piernas) que se quedaban como sarmientos, desprendiendose del cuerpo con el consiguiente sufrimiento.
ESPERO...LES AYUDE....
SU SS LE PANTHERE!!!
. Los plomos:
Los plomos historiados de los siglos XIV a XVI encontrados en el río Sena de París:
. Son los nobles antepasados de las medallas posteriores.
. Tenían al igual que las medallas un fin más o menos mágico y protector.
. Se utilizaban como distintivos de las Corporaciones gremiales y acreditación para los peregrinos.
. Mediante su iconografía honraban la imagen de algún santo.
. Estuvieron en uso en Francia, desde el siglo XII a la primera mitad del siglo XV. Despues fueron sustituídos por las imágenes de tela y papel.
Son objetos muy próximos en el tiempo a la insignias de peregrinaje, constándonos que simultáneamente al estudio de las mismas y otros pequeños objetos de piedad (cruces y medallas); el investigador francés Bruno Maës, los estudió en su aproximación a algunas de las iconografías antes referidas.
De entre los datos que el mismo aporta, destacamos los siguientes:
1) Tienen forma redonda, carecen de asa para colgar y los data en el siglo XV.
2) Del total de los que describe, dos de ellos representan:
a) En el anverso, a la Virgen de Liance en Liesse (Francia).
b) En el reverso, elementos vegetales como un árbol, una rama o una flor, circundados en su tronco o tallo por una inicial o una banderola en cuyo interior, hay una inscripción relacionada con el motivo principal reflejado en el anverso.
. Los sellos:
Son objetos como los que se recogen en la obra de los autores franceses Pierre Julien y Francis Ledermen, representando tambien en ocasiones, las imágenes de santos como es el caso de San Cosme y San Damián, personajes glorificados por la Iglesia, en razón de sus virtudes espirituales y sus aptitudes sanadoras de las personas de su tiempo, dada su condición de médicos. Sus figuras y atributos se muestran en diferentes matrices de sellos, de uso por:
) La ciudad alemana de Essen, datado a principios del siglo XIII.
2) La ciudad alemana de Gostar, datado en la primera mitad del siglo XIV.
3) La Facultad de Medicina de Leipzig (Alemania), datado en el siglo XV.
. Los testones:
Son realmente monedas (con auténtico valor de cambio) que el italiano doctor Mario Traina cataloga con cierta frecuencia (presentando numerosas fotografías y detalladas descripciones, a la par que otras explicaciones) en su exhaustiva e interesante obra de investigación “Los años santos, sus monedas y medallas (1300-1975)”.
Para evitar salirnos de nuestra materia de estudio, señalaremos solamente algunos datos relativos a tales objetos.
1) Tienen forma redonda.
2) Carecen de asa para colgar.
3) Su tamaño o módulo más común oscila entre los 22 y 28 mm.
4) Están fabricados hasta donde conocemos en plata, si bien, algunas de estas monedas podían estar batidas en oro y rara vez en cobre.
5) Fueron usados antiguamente en Italia y Francia.
6) Las monedas más frecuentes en Italia variaron en su denominación original (ducato, fiorino, Giulio, grosso, piastra, picciolo, scudo, testone,....), así como en su valor de cambio (tre, cinque, dieci,.... / doppio, mezzo, quarto, quatrino,....).
RAZON O JUSTIFICACIÓN DE LA MEDALLA (EL POR QUÉ DE SU EXISTENCIA)
La medalla devocional tiene su razón de ser a lo largo de la historia de muchos pueblos y culturas, fundamentando su existencia en que cabe considerarla y/o se la aprecia, como:
. Un objeto artístico con cierto atractivo que recrea la sensibilidad estética de quien la observa.
. Un recuerdo y un testimonio acreditativo para su poseedor, de cómo visitó un Santuario, participó en los actos de un año Jubilar, un congreso Eucarístico o en una peregrinación que podía tener una triple motivación:
1) Un acto de devoción.
2) La realización de un acto voluntario de penitencia por parte del devoto.
) El cumplimiento de una promesa como compensación a un bienestar material (Ej.: recuperación de la salud después de un accidente o una enfermedad) recibido tras la súplica correspondiente.
. Un testimonio de fe, reflejo de un conjunto de creencias.
. La expresión de una devoción que se manifiesta y da lugar a determinadas modas, formas de comportamiento ético-moral y actitudes de aprecio o estima colectiva por:
1) Lugares considerados santos: ciudades, montes, valles, basílicas, santuarios, ermitas, etc.
2) Objetos (amuletos) mediante los que se ha pretendido y todavía hoy en algunos países se procura:
a) Conservar la buena salud.
b) Proteger la propia vida (los soldados en la guerra, los peregrinos en el camino, los conductores en la carretera, ....).
c) Superar las situaciones de sequía, miseria (hambre, enfermedad, peste, etc.), calamidad pública (inundación, naufragio, terremoto, etc.),....
d) Obtener la protección divina o el patronazgo de oficios, gremios, ciudades, países, etc., a través de la mencionada expresión de devoción popular a determinados seres sobrenaturales o personajes santos.
Ejemplos de medalla-amuleto son las que representan:
. A San Antonio Abad acompañado de un cerdito y rodeado de llamas que simbólicamente representan el “herpes zoster” (fuego de San Antón), enfermedad derivada de la ingestión del pan elaborado con centeno contaminado y que se manifestaba en el paciente, en forma de ennegrecimiento de las extremidades (brazos y piernas) que se quedaban como sarmientos, desprendiendose del cuerpo con el consiguiente sufrimiento.
ESPERO...LES AYUDE....
SU SS LE PANTHERE!!!
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Re: MEDALLAS DE DEVOCION......verdaderos Tesoros.
Sáb 28 Jul 2018, 8:09 am
buen aporte compañero saludos
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