DOS HISTORIAS PARA ESTE DIA DE MUERTOS.

EL CERRO DEL CHIQUIHUITE.

Dos pastores, por cierto compadres, acostumbraban llevar su hato de ganado a pastar en las faldas del cerro llamado el Chiquihuite. Cierto día se les extravió una vaquilla y fueron a buscarla, encontrándola toda arizca y asustada cerca de la entrada de una enorme Cueva al pie del cerro. Una vez puesta la vaquilla bajo resguardo, decidieron entrar en la cueva, donde les atraía una brillante luz que salía del interior de la misma.

Apenas se estaban acercando cuando los embistió un embravecido toro negro, al cual
equivaron al correr los dos muy espantados. Se armaron de valor y volvieron a intentar llegar hasta la cueva cuando repentinamente y de la nada, se les apareció el toro negro mirándolos con sus ascuas rojas y bramando estrepitosamente con furia inaudita. "Patas pa' que te quiero", dijeron los compadres mientras se alejaban en desbandada carrera despavorida.

---Compadre, ¿notaste que el toro no se desviaba para nada de las nopaleras y que se venía derechito a nosotros como si no existieran?

---Debe ser un encantamiento o una ilusión, y por lo tanto no es real, no existe y te lo voy a probar.

Y se adelanta el compdre unos pasos valientemente y el toro de inmediato lo embiste furiosa y salvajemente bufando ruidosamente. El hombre se hizo fuerte y no se movió un ápice, sólo se concretó a cerrar los ojos y esperar ansioso y jadeante. Nada pasó en efecto, y el compadre, un poco más sereno le dice: ---Te lo dije, no existe tal toro, sólo es un azoro para asustarnos y alejarnos de aquí.

Interntaron entrar en la cueva y cuál fue su sorpresa que hacerlo, se toparon de frente e inesperadamente con una víbora que se alzaba feroz y amenazadora. Sin pensarlo siquiera, presas del más extremo pánico, salieron "volando" más que corriendo con el alma en vilo y el corazón semiparalizado de terror.

---¿No me vas a decir, compadre, que eso no existe, que es sólo una ilusión?

---Pues sí, así es.... contestó ya repuesto el compadre, con cierto grado de convencimiento en su cara, esbozando una leve y fingida sonrisa. Y para demostrarlo, se encaminó rectamente hacia la cueva armándose de un leño que recogió del suelo.

Se puso listo y al momento que le salió la víbora zizeándole horriblemente, le atizó varias veces con el leño en la cabeza y nomás se oía que sonaba a puro cuero viejo, consiguiendo así, que ésta se desvaneciera lentamente en el aire, dejando un fuerte olor a azufre en el ambiente.

Ya despejado el camino se internaron en la cueva, siguiendo la luz que parecía llamarlos y les iluminaba los ricos y abundantes tesoros que les aguardaban. Ya casi para llegar a los tan preciados tesoros, de la nada y como por encanto se les aparece un fornido indio con cara de pocos amigos, blandiendo en su diestra una afilada hacha y con la cual comenzó a tirar tremendos viajes directo a sus cabezas.

Fuera aparición, encanto o no, ya no pudieron resitir. Sus piernas flaquearon, se les acababa el aire que respirar y a punto de perder la razón debido al susto y la impactante impresión, huyeron despavoridos sin volver la vista atrás, dale que dale velocidad a sus pies y no pararon hasta llegar a sus casas agitados y sin aliento, pálidos como muertos en vida y en vísperas de desmayarse completamente.

Cayeron un buen tiempo enfermos, casi no hablaban y comían muy poco. No se atrevían a contar su horripilante experiencia que vivieron en carne propia al intentar hacerse de ese dinero dentro de la cueva.

Sólo el tiempo sanó sus heridas emocionales y les restauró el ánimo. Y como buenos hombres de campo, nuevamente se armaron de valor y decidieron que podían enfrentar al temible indio, ignorándolo como le habián hecho con el toro y la víbora; sólo que esta vez, por más intentos que hicieron, no pudieron encontrar la entrada de la enorme cueva al pie del cerro donde vivieron su más terrorrífica e increible historia.

El cerro del Chiquihuite y la mentada cueva existen, ¿quiere alguno de ustedes intentar sacar ese fabuloso tesoro? Eso es todo.



EX HACIENDA DE PEÑUELAS, CAMINO VIEJO A SAN JUAN DE LOS LAGOS

Cuentan las consejas de una historia cerca de la Cueva del Diablo en el antiguo camino a San Juan de los Lagos pasando la Ex Hacienda de Peñuelas, donde según los moradores de las cercanías, se abre sólo para los días Santos. Y es sabido que en su interior existen fabulosos tesoros, pero que están custodiados por el mismísimo Diablo Mayor, debido al derramamiento de mucha sangre inocente y una extraña y macabra maldición.

Un buen día, los pobres moradores acicateados por la miseria en sus vidas, debido a una prolongada sequía, se pusieron de acuerdo y comisionaron a una Junta de Vecinos para que viniera a la Capital a hablar con el Padre Willy y les ayudara de alguna manera a recuperar para la población tan necesitada, ese grandioso tesoro que conocían por sus antepasados que existía dentro de la famosa Cueva del Diablo.

Despúes de pensarlo mucho y considerando la terrible situación por la que pasaban los lugareños de esa población, el Padre Willy accedió a acompañarlos para la realización de esa empresa de gran envergadura: enfrentar directamente al Diablo Mayor y alejarlo de aquél lugar donde reynaba a sus anchas y quitarle sus preciados tesoros.

Convocó a los habitantes del lugar para formar una cadena mano con mano y rezar el Santo Rosario, para que de esa forma, se alejara el Malo de la Cueva embrujada. La entrada de la Cueva se abrió con toda puntualidad e inmediatamente comenzaron los rezos y el exorcismo.

El primer azoro se presentó en forma de un viento rugiente que casi arrancaba de raíz los arbustos y escasos nopales de los alrededores. ---No se asusten.... no se suelten de las manos y continúen rezando: gritó el Padre Willy desde la delantera. Conminó a todos; ---Pase lo que pase, no se suelten de las manos y no paren en ningún momento de rezar.

El segundo azoro consistió en un gran toro de lidia, oscuro como la noche que repentinamente empezó a embestir con inusitada furia. ---No se suelten, gritó nuevamente el Padre Willy ya adentro de la Cueva. ---No se suelten.

Con el tercer azoro casi se deshizo la cadena humana, aparecieron varios enjambres de abejas zumbando alocada y amenazadoramente muy cerca de las personas que espantadas y en medio de la histeria colectiva se habián soltado de las manos. La Cueva comenzó a cerrarse lentamente con el Padre y algunas gentes adentro. Sale el Padre Willy rezando con su rosario en mano muy apresurado y les dice: --- Continúen rezando y júntense todos que ya estamos muy cerca de vencer al enemigo. ---No dejen de orar y no se aparten unos de los otros.

De ahí en adelante todo pareció mejorar, de manera que comenzaron a fluir desde el interior de la Cueva las primeras cubetas cargadas con pura moneda de oro muy brillantes. Y el Padre gritaba: ---No dejen de rezar y pasen las cubetas de mano en mano hasta que logremos sacar todo el tesoro que hay aquí. ---No se despeguen y sigan rezando.

El ambiente se enrareció y comenzaron a ver apariciones de los bandidos de a caballo que los amenazaban con matarlos si no dejaban ahí todo el oro que estaban sacando. El olor a azufre se hizo intolerable y el Padre Willy irrumpe estrepitosamente
del interior con una cara muy angustiada y les dice a voz de cuello: ----Señores esto se acabó..... ---Esto ya no es nada bueno...... "HE PODIDO COMBATIR Y ERRADICAR CON EXITO AL DEMONIO QUE ESTABA APODERADO DE ESTE GRANDIOSO TESORO....... SEÑORES, PERO CON EL DEMONIO QUE TRAE DENTRO CADA UNO DE USTEDES, NO SE PUEDE".....

Y esto lo dijo con profunda tristeza y gran amargura completamente abatido, al ver y constatar que varias personas habían roto la cadena humana, ya no rezaban y se alejaban ambiciosamente con cubetas llenas de oro en las manos. Ni que decir que la Cueva se cerró completamente hasta casi desaparecer, como si nunca hubiese estado ahí. Y todo el oro que había en las cubetas o regado por el piso, inexplicable y misteriosamente desapareció. Y ahí terminó aquel intento de arrebatarle al Diablo Mayor, uno de los tantos tesoros de los cuales él es el guardían personal porque así le fueron consagrados mediante rituales de encantamiento o embrujamiento.

Y ahí está otra vez la invitación al más pintado de los valientes buscadores de tesoros ocultos.



Feliz día de muertos en compañía de sus seres queridos. No hay que dejar que mueran nuestras tradiciones y costumbres. De lo mágico y misterioso es como se han formado las raíces ancestrales de nuestra sociedad. Aficionado tesorista de Aguascalientes.

HORRORÍZATE Y CUÉNTASELO A QUIEN MAS CONFIANZA LE TENGAS.


Dos historias más haber si ahora sí les gustan.

¿REALMENTE CREES QUE ESTÁS SOLO?

Era su primera noche como vigilante y realizaba sus recorridos consignados silbando alegremente. ¡Sin novedad!.... responde por la radio, escudriñando hacia el fondo del viejo edificio escolar. Apenas giró sobre sus talones, cuando escuchó una voz infantil como de una niñita: ----¿Quiéres jugar conmigo?----; automáticamente dirigió el has de luz directo al sitio donde salió la vocecilla inocente, sólo para ver con asombro y espanto, rebotar lentamente una pelota de plástico. Sintió un aire frío que le calaba hasta los huesos. Tomó el radio portátil para tranquilizarse: ¡Atención base!..... Apenas pronunció la frase, cuando nuevamente escuchó con claridad y tono melodioso, la voz que le pedía: ----¿Quiéres jugar conmigo?----. Desvió la luz de su linterna e iluminó focalmente a una niña. ¡Alguna novedad!.... Se quedó estático, helado, sin articular palabra alguna, presa del más terrorrífico pánico y escalofrío cervical.

Ahí estaba una niñita que le sonreía siniestramente, vestida a la usanza antigua, bien arreglada. Aparecía flotando sutilmente sobre el suelo y sujetando entre sus manos su cabeza sonriente, muy sonriente, que no dejaba de reir y reir burlonamente, celebrando un juego muy divertido para ella: ¡Je, Je, je......Ji, Ji, ji, ji!..... ----¿Quiéres jugar conmigo?----....--

El vigilante soltó la lámpara de sus manos y abandonó a toda prisa y muy asustado su trabajo, sin importarle más nada. Huyó de aquella aparición que parecía lo iba siguiendo insistentemente, riéndose de él. Por supuesto, del vigilante ya no se supo más ni se le volvió a ver por ese lugar.... Y TU, ----¿Quiéres jugar conmigo?----.


ESCALOFRIO.


Vamos a entrar en la Curva de la "M", deténte un poco para esperar algunos coches que vienen atrás de nosotros. ----¡No tengas miedo!..... eso de la aparecida en esta curva es puro cuento. Historias que inventa la gente para emocionar y asustar "a los que se las creen". Los muertos no regresan ni asustan a nadie. ¡Patrañas, sólo patrañas!.

Y sin decir más, aceleró su coche adentrándose en la terrible curva de la "M". Todo transcurría en un silencio sepulcral. Curiosamente, no había un sólo vehículo transitando por ese lugar a esas horas.

Te lo dije, ¿Cuál aparecida?..... ¿Cuál aparecida ni qué ocho cuartos?. Ya vamos a salir de la curva y no ha pasado nada.

No había terminado de hablar cuando miró por el retrovisor de su espejo y lanzó un grito de alarido aterrador:....... ----¡Ahí está la muertaaa!...... Sintió un ESCALOFRIO recorrer todo su cuerpo y sus manos se crisparon nerviosamente al volante, y sus ojos parecían salírsele de sus cuencas al contemplar por el espejo retrovisor, aquella fantasmagórica mujer vestida de blanco, su pelo alborotado meciéndose macabramente por el aire y sus ojos como ascuas oscuras y abismales; sonriéndole maléficamente le decía:.....

----¿Me llevas contigo?----....... Inesperadamente, dió un volantazo y fuera de control se fué a estrellar contra el muro de contensión de la curva de la famosa carretera de la Muerte.

Después, todo era un silencio mortal. El acompañante sobrevivió con graves lesiones y apenas sí pudo relatar su lúgubre historia, porque lentamente, lentamente le fué abandonando la cordura y sólo repetía señalando a ningún sitio en particular.....

----¡Ahí está la muertaaa!----......., -----¡Ahí está la muertaaaa!----.

Y TÚ, si Tú amable lector: -----¡Me llevas contigo!-----.

Hola:
ah.... no mangos, estaba tan a gusto tomandome mi copita, y deleitandome con estas historias, pero con lo ultimo que pusiste ya de plano me hiciste que escupiera con el vino mi lap-top. No hay que ser....je,je,je..... .
Constantine

Gracias, muchas gracias por haberte tomado la molestia de leer estas dos historias Constantine. De verdad aprecio el gesto de un buen lector, el saber que son leídas y saboreadas es el mejor premio para quien esto escribe.

Hola:iempo
Salvador no es ninguna molestia, al contrario, a mi me gusta leer muchisimo, y tus historias me gustaron, mucho, gracias por tu aportacion.
Saludos y cuidense.
Constantine.

exelente