EL CAMINO DE LOS APARECIDOS.

Ahí les va otra historia por demás interesante, espero les guste. Un cordial y afectuoso saludo a mis lectores.

EL CAMINO DE LOS APARECIDOS.


Alrededor del Cerro de los Gallos se han tejido innumerables leyendas, haciendo alusión la mayoría de ellas a la famosa Cueva de Juan Chávez, donde según se dice, atesora la enorme fortuna que fue acumulando en sus correrías de badidaje. El hombre-leyenda Juan Chávez y su gavilla de salteadores, todo el tiempo armados hasta los dientes, quienes se destacaron por su crueldad y ferocidad con que asaltaban por igual conductas custodiadas por soldados, prósperas haciendas, rancheros adinerados, y las misma encomiendas del gobierno.

Una de las recordadas historias por lo terrible de los sucesos en que vieron involucrados sus protagonistas, es la que sucedió en una de las rancherías de Peñuelas, asentada muy cerca de las faldas del Cerro de los Gallos. Un matrimonio joven, de la localidad, había maquinado un plan para hacerse del cuantioso tesoro de Juan Chávez depositado en la tan mentada Cueva del cerro aledaño.

Ya tenían tiempo reuniendo información histórica sobre los acontecimientos y fechorías de la Banda terror de aquellos lares, inclusive, documentaron los pormenores de la muerte a traición del forajido más temido de la región y la captura y ejecución del resto de la banda en manos de los agentes rurales especiales del gobierno.

--Ya estás preparado Roberto. ¿Ya tienes memorizado todo lo que vas a hacer?
--Sí Lupe, cada detalle lo he repasado de manera que no se me olvide nada.
--Esta es la primera noche de luna llena de octubre. Hoy vamos a iniciar con los rituales de desencantamiento de los azoros y anular los secretos de impedimento que tiene esa Cueva y su caudaloso tesoro que guarda en sus entrañas.

Esa misma noche de luna reluciente, Roberto emprendió el camino que ya había recorrido cientos de veces y que lo llevaba serpenteando las laderas del cerro hasta aquella colina donde había un sendero más ancho y plano rodeado de altos y frondosos árboles, conocido por la mayoría de la gente como "El Camino de los Ahorcados"; pues fue allí, precisamente, donde fueron alcanzados, rodeados y apresados los sobrevivientes de aquella banda de bandoleros, y sin más, sin mediar juicio alguno, los ahorcaron en las ramas más altas de aquellos ahora grotescos y tenebrosos árboles del camino.

Esperó angustiosamente que el reloj de la iglesia del pueblo diera las sonoras tétricas y solemnes doce campanadas de la media noche. Se encaminó donde él sabía estaba la piedra en forma de corazón y no tuvo que esperar mucho, cuando de la nada, repentinamente surgieron una figuras espectrales formados en procesión, orando lastimosamente y dirigiéndose directamente hacia donde él se hayaba; sabiendo qué hacer, sacó el manto bendito y lo desenrrolló y colocó sobre la pieda de corazón. Inmediatamente, las figuras fantasmales de aquellos desdichados ahorcados en ese lugar, comenzaron a evaporarse en el aire así como habían surgido. Sólo quedó un ululante viento helado que calaba hasta la médula de los huesos y producía un sudor frío en todo el cuerpo.

Sacó además de entre sus ropas un doblado papel, cuya letra empezó a recitar con voz grave y pausada. La piedra en forma de corazón comenzó a moverse, ahora perfilándose hacia un enorme montículo en donde sobresalía una piedra triangular con inscripciones apenas visibles. Realizó un pequeño croquis del entorno detalle a detalle y satisfecho, reemprendió el camino de regreso a su casa.

Se reunió con su esposa que lo esperaba espectante y con ansiedad le preguntó:
--¿Conseguíste ubicar la piedra triangular?
--Sí Lupe. Me he llevado tremendo susto, pero el manto hizo efecto y todo fue más fácil para mi.

A la segunda noche, llevando consigo otro manto bendito, se apresuró antes de las doce de la noche a esperar el "tan, Tan" de las campanas del templo del pueblo, permaneciendo cerca del lugar donde él había descubierto la piedra en forma de triángulo. Esta vez quedó paralizado por el terror, pues sorpresivamente y de forma intempestiva, se avalanzó sobre é luna manada de toros bravos de lidia, bramando horriblemente, hechando espuma por el hocico y mostrando unos ojos rojos llameantes a la luz de la luna llena. Reaccionó entre su pánico y el acto reflejo de salir corriendo de ahí, y acordándose del manto, lo colocó rápidamente cubriendo la piedra triangular. Todo cesó "tan repentinamente como inició". Sacó otro papel que guardaba entre sus ropas y empezó a leer su contenido: La piedra adquirió cierto fulgor y entre la penumbra de la noche, en la pared rocosa del cerro se comenzó a ver como boca de lobo, la entrada a una enorme cueva. Logrado su cometido, regresó más que contento a su casa.

La noticia emocionó y puso feliz a Lupe, pues ya estaban muy próximos a hacerse inmensamente ricos con el tesoro de la Cueva ya develada en la oscuridad de la noche. Lupe esperó a que Roberto durmiera profundamente y a hurtadillas se deslizó fuera de su casa, para dirigirse a otra casa más apartada en las goteras del poblado. Se entrevistó con Rodrigo, su hermano, quien se dedicaba a la magia y el esoterismo. Juntos habían planeado y decidido que Roberto sería el que se expusiera y realizara trodos los rituales de liberación y anulación de secretos para agenciarse del tesoro. Contaban con el hecho significacativo de que él no pudiera salir con vida de la prueba o le durara poco el gusto y el disfrute de su parte del oro, debido a la gasificación cuantiosa a la que estaría expuesto directamente.

En la tercera y definitiva noche, Roberto debería adentrarse en la cueva y apoderarse de todo el dinero en oro que fuera posible y llenar los costales de lona que terciaría en lomos de las dos mulas que había preparado exprofeso.

De vuelta al cerro y dadas las doce campanadas, Roberto se preparaba para lo que vendría portando un crucifijo, la medalla de San Benito y un frasquito con agua bendita, así como el tercer y último manto sagrado, los cuales su esposa Lupe, había robado de la iglesia de San Francisco.

Esta vez al descubrirse la entra da la cueva, de su interior salieron los jinetes fantasmagóricos de los charros que habían sido ahorcados, ahora terribles y amenazantes se volcaron con ira del infierno sobre Roberto quien, rezando fervorosamente y abrazando la cruz, se cubrió la cabeza con el manto y avanzó a su vez con decisión y entereza. No tuvo impedimento para adentrarse en la cueva ante tan soberbia protección y demostración de fe y resolución inquebrantable. Una vez adentro, el temible guardián, sin dejarse ver profirió con voz lúgubre y tétrica: "todo o nada". A lo cual él respondió leyendo el papel que traía preparado...... "todo lo que pueda me llevaré, nada de lo demás tocaré". Y procedió a llenar los costales de lona y a cargarlos en las dos mulas. Una vez en el exterior, inició rápidamente el descenso del cerro y ---------"sólo cometió un descuido fatal"-------, una de las ramas por donde pasaba, atoró el manto bendito, arrojándolo fuera de su cabeza. Al instante, aparecieron los Jinetes de la Muerte, representados y encarnados por aquellas espectrales apariciones que comenzaron a perseguirlo cuesta abajo. Al llegar al punto Del Camino de los Ahorcados le dieron alcance, haciendo tropezar a las bestias y derribándoles entre los peñascos, terminando por darle muerte arrojando sobre su humanidad tremendos pedradones.

Al día siguiente, el pueblo entero se congregó para descubrir y presenciar con morbo y curiosidad un macabro y espeluznante espectáuclo: "EL CUERPO DE ROBERTO YACIA DESTROZADO ENTRE UN MONTON DE PIEDRAS ENSANGRENTADAS A SU LADO Y ALZANDO LA VISTA, SE VEIA BAMBOLEARSE SINIESTRAMENTE CON EL VIENTO, DOS CUERPOS TERRIBLEMENTE ARAÑADOS Y SANGRANTES QUE ERAN LOS DE LUPE Y RODRIGO SU HERMANO", ---que de esa forma, trágica y estremecedora, además de horripilante y diabólica, habían pagado el deseo ambicioso de apoderarse del tesoro de la Cueva de Juan Chávez.

a jijo no pues pobres gentes ,, y por cierto muy buena historia de esas que
no se despega uno de la pantalla asta que les da uno el fin

grasias compa Salvador por postearla
?y de que parte de Mexico es esta leyenda?

Que buenisima historia salvador estas son de las que me gustan, y se disfrutan haciendo una recreacion en la mente..

Ese Tan Famoso Tesoro del Temible Bandolero Juan Chavez yo creo que nadie lo podra sacar..


Saludos

muy buena, pero y la lana? que pasó con ella?

Interesante histora y muy buena narrativa.

Gracias!

Como siempre compañero esta historia la disfrute de principio a fin, muy buena, y que vengan las otras.


Saludos.

exelente historia , te mantiene pegado ala pantalla y echa a volar tu imaginacion ;
:mello: