- Cesar GarciaExperto del Foro
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Los Fuegos originados por los Metales Enterrados
Miér 10 Jun 2009, 11:58 am
Una de las preguntas másfrecuentesd que tenemos es sobre los fuegos que se generan sobre los tesoros enterrados.
Esta creencia muy extendida sobre todo en México, al igual que en otros países de habla hispana, carece casi por completo de fundamento... al mismo tiempo qué hace referencia a un hecho harto conocido por la ciencia y sobradamente explicado.
En primer lugar, démosles un nombre:
Se les conoce cómo Fuegos Fatuos o Fuegos de San Telmo y son en su inmensa mayoría, sencillamente, escapes de gas metano que se autoinflama al contacto con el aire dadas unas determinadas condiciones de concentración, temperatura y humedad ambiental.
¿Cómo se producen?
Bueno, una masa de materia orgánica (un cadáver, un buen puñado de hojas o plantas, etc...) quedan enterrados por una capa relativamente estanca (arcilla, lodo, etc...) y comienzan a descomponerse.
Durante la descomposición se producen diferentes procesos químicos y se liberan diferentes productos, algunos de ellos en forma de gases (estos gases si que suelen tener olor). Si estos no se generan en cantidad suficiente o si pueden escapar de forma progresiva a través de porosidades del terreno sin alcanzar la concentración necesaria o si cuando acceden al espacio abierto las condiciones de temperatura y humedad no son las adecuadas, no se inflamarán, diluyéndose o combinándose con el aire que respiramos sin que nos apercibamos de nada... o tan sólo de un mal olor.
Pero si las condiciones son adecuadas se puede producir la autoinflamación de estos gases qué además, cómo en las zonas que se prestan a ello suelen existir más depósitos similares a su alrededor (aunque no puedan quizás haber alcanzado las condiciones de autoinflamación) parecen moverse de un lado para otro pues tal y cómo se van extinguiendo unos van inflamando otros escapes cercanos (o estos se van produciendo y autoinflamando).
El resultado de esto, a nuestros ojos es que una llama, azulada por lo general aunque en algunos casos según los productos asociados al metano pueda ser amarillenta e incluso rojiza o verdosa, pero casi incorpórea, con muy bajo nivel de temperatura (no se trata de un fuego tal y cómo los solemos conocer, en el que la llama parte de una base en ignición y se eleva, si no más bien de una cierta cantidad de gas, en muchas ocasiones muy diluido en la atmósfera, qué se inflama al mismo tiempo y en todas direcciones) que oscila y parece moverse de un lado a otro, e incluso recorrer una trayectoria errática... o no tan errática, empujada por la más leve brisa o, más sencillamente, inflamando un escape al escape que está a su lado y este a su vez al siguiente, etc... y en ocasiones "aprovechando" para su "desplazamiento" los lugares de menor "resistencia" cómo senderos, claros, etc... y, dada su baja temperatura, sin llegar a prender y casi siempre sin llegar siguiera a chamuscar las hiervas, plantas, arboles y maleza en general que pueda haber a su alrededor.
Es un fenómeno típico de las zonas de maleza y alto nivel de humedad ambiental, cómo junglas, ciénagas y pantanos, pero esto no quiere decir que no se puedan dar las condiciones adecuadas en muchos otros lugares, incluso en los terrenos más secos:
Basta tan sólo qué una lluvia haya depositado el nivel suficiente de humedad y que esta haya quedado retenida en una bolsa impermeable del terreno en la que exista alguna materia orgánica enterrada para que comience (o se acelere) el proceso de putrefacción y para qué los microorganismos que llevan a cabo esta y que por lo general son los que producen gas metano cómo desecho, se multipliquen de forma explosiva y aumenten los niveles de metano hasta que estos alcanzan una concentración suficiente cómo para que el proceso se produzca.
¿Tiene esto, pues, algo qué ver con un tesoro enterrado?
Por lo general NO.
No obstante cabe en lo posible que durante el "enterramiento" del tesoro algo de materia orgánica fuese enterrado con él (y no necesariamente (aunque sería posible) los cadáveres de los hombres que cavaron el pozo, no seamos innecesariamente truculentos...), cosas cómo una tela de lino, algodón o lana, o cómo la madera de un arcón ES MATERIA ORGÁNICA susceptible de, en las condiciones adecuadas, producir metano durante su putrefacción... al igual que un árbol enterrado por un corrimiento de tierras o una conejera llena de conejos muertos por un derrumbe o por una enfermedad... por citar algunas posibilidades.
Esta creencia muy extendida sobre todo en México, al igual que en otros países de habla hispana, carece casi por completo de fundamento... al mismo tiempo qué hace referencia a un hecho harto conocido por la ciencia y sobradamente explicado.
En primer lugar, démosles un nombre:
Se les conoce cómo Fuegos Fatuos o Fuegos de San Telmo y son en su inmensa mayoría, sencillamente, escapes de gas metano que se autoinflama al contacto con el aire dadas unas determinadas condiciones de concentración, temperatura y humedad ambiental.
¿Cómo se producen?
Bueno, una masa de materia orgánica (un cadáver, un buen puñado de hojas o plantas, etc...) quedan enterrados por una capa relativamente estanca (arcilla, lodo, etc...) y comienzan a descomponerse.
Durante la descomposición se producen diferentes procesos químicos y se liberan diferentes productos, algunos de ellos en forma de gases (estos gases si que suelen tener olor). Si estos no se generan en cantidad suficiente o si pueden escapar de forma progresiva a través de porosidades del terreno sin alcanzar la concentración necesaria o si cuando acceden al espacio abierto las condiciones de temperatura y humedad no son las adecuadas, no se inflamarán, diluyéndose o combinándose con el aire que respiramos sin que nos apercibamos de nada... o tan sólo de un mal olor.
Pero si las condiciones son adecuadas se puede producir la autoinflamación de estos gases qué además, cómo en las zonas que se prestan a ello suelen existir más depósitos similares a su alrededor (aunque no puedan quizás haber alcanzado las condiciones de autoinflamación) parecen moverse de un lado para otro pues tal y cómo se van extinguiendo unos van inflamando otros escapes cercanos (o estos se van produciendo y autoinflamando).
El resultado de esto, a nuestros ojos es que una llama, azulada por lo general aunque en algunos casos según los productos asociados al metano pueda ser amarillenta e incluso rojiza o verdosa, pero casi incorpórea, con muy bajo nivel de temperatura (no se trata de un fuego tal y cómo los solemos conocer, en el que la llama parte de una base en ignición y se eleva, si no más bien de una cierta cantidad de gas, en muchas ocasiones muy diluido en la atmósfera, qué se inflama al mismo tiempo y en todas direcciones) que oscila y parece moverse de un lado a otro, e incluso recorrer una trayectoria errática... o no tan errática, empujada por la más leve brisa o, más sencillamente, inflamando un escape al escape que está a su lado y este a su vez al siguiente, etc... y en ocasiones "aprovechando" para su "desplazamiento" los lugares de menor "resistencia" cómo senderos, claros, etc... y, dada su baja temperatura, sin llegar a prender y casi siempre sin llegar siguiera a chamuscar las hiervas, plantas, arboles y maleza en general que pueda haber a su alrededor.
Es un fenómeno típico de las zonas de maleza y alto nivel de humedad ambiental, cómo junglas, ciénagas y pantanos, pero esto no quiere decir que no se puedan dar las condiciones adecuadas en muchos otros lugares, incluso en los terrenos más secos:
Basta tan sólo qué una lluvia haya depositado el nivel suficiente de humedad y que esta haya quedado retenida en una bolsa impermeable del terreno en la que exista alguna materia orgánica enterrada para que comience (o se acelere) el proceso de putrefacción y para qué los microorganismos que llevan a cabo esta y que por lo general son los que producen gas metano cómo desecho, se multipliquen de forma explosiva y aumenten los niveles de metano hasta que estos alcanzan una concentración suficiente cómo para que el proceso se produzca.
¿Tiene esto, pues, algo qué ver con un tesoro enterrado?
Por lo general NO.
No obstante cabe en lo posible que durante el "enterramiento" del tesoro algo de materia orgánica fuese enterrado con él (y no necesariamente (aunque sería posible) los cadáveres de los hombres que cavaron el pozo, no seamos innecesariamente truculentos...), cosas cómo una tela de lino, algodón o lana, o cómo la madera de un arcón ES MATERIA ORGÁNICA susceptible de, en las condiciones adecuadas, producir metano durante su putrefacción... al igual que un árbol enterrado por un corrimiento de tierras o una conejera llena de conejos muertos por un derrumbe o por una enfermedad... por citar algunas posibilidades.
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