¿Qué pasó anoche?

cacheton escribió:

mugar escribió:mis amigos mis hermanos
la entrevista duro poquito mas de una hora,,
la hermana  Damiana en Miami, Rubén en california y su servidor en la perla tapatia

Recuerdame que día la van a transmitir mugarsiño, saludos....

mugar escribió:

cacheton escribió:

mugar escribió:mis amigos mis hermanos
la entrevista duro poquito mas de una hora,,
la hermana  Damiana en Miami, Rubén en california y su servidor en la perla tapatia

Recuerdame que día la van a transmitir mugarsiño, saludos....

mi hermano cacheton
mañana  viernes de 6 a 8 pm
saludos desde la perla tapatia

cacheton escribió:

mugar escribió:

cacheton escribió:

mugar escribió:mis amigos mis hermanos
la entrevista duro poquito mas de una hora,,
la hermana  Damiana en Miami, Rubén en california y su servidor en la perla tapatia

Recuerdame que día la van a transmitir mugarsiño, saludos....

mi hermano cacheton
mañana  viernes de 6 a 8 pm
saludos desde la perla tapatia

Enterado, esperamos escuchar tu aguardientosa voz mi hermano, saludos hasta la perla......

Tabares escribió:Muchas felicidades segura levantaera el reinting del programa de la compañara Damiana, ya que es una gran historia la que usted va a narrar. se que sera excelente su trabajo como narrador.                         

ramhec escribió:No me la pierdo  
saludos mi estimado mugar!!

rafael villalobos galan escribió:QUE HISTORIA MUGAR

joya perdida escribió:MI HERMANO Y AMIGO MUGAR NOMAS NO LA AGAS MUCHO DE TOSSSSSS, SUERTE CUIDATE MUCHO, TEMANDO UN SALUDO ASTA GUADALAJARA.

Pachito escribió:Estaremos esperando la hora, para escuchar la historia, tampoco me la perderé.


Saludos.

rafael villalobos galan escribió:MUGAR,CUENTA LA OTRA POR FAVOR

dagoberto perez escribió:felicidades mi amigo mugar,eso que les paso,no cualquiera lo soporta,es para hacerse pipi mas de 100,le mando un fuerte abrasote desde los angeles california y que se la pase bien en compañia de su familia.

mugar escribió:

[size=12]Estimados compañeros, de regreso a publicar otra aventura.

En esta ocasión nomás de empezar a escribir, se me eriza la piel de recordar lo que pasé en aquellos momentos, que les describiré a continuación.

Nos organizamos, todos los miembros del equipo de trabajo, para salir un viernes y regresar el domingo de ese fin de semana. Íbamos a continuar trabajando en el lugar donde se localiza la famosa Herradura de El Pochote.

Nos pusimos en marcha, cruzamos El Pochote, en donde nos abastecimos de algunas provisiones y continuamos hacia nuestro destino. Y así comenzó nuestra travesía.



Estando en el punto, habiendo ya instalado el campamento debajo de la visera de una cachucha del cerro, nos pusimos a trabajar.



Después de algunas horas, un compañero tuvo recibió una llamada en la que le solicitaban su presencia en la ciudad de manera urgente. Como no tenía mucha experiencia conduciendo en carretera, otro compañero se ofreció a trasladarlo. Ya a punto de partir, un tercer compañero que llevaba varios días fuera de su casa, decidió acompañarlos para que le permitieran asearse debidamente y dar un merecido descanso. Como se regresaba la mitad del equipo de trabajo, comentamos la posibilidad de regresarnos todos, pero estábamos ya a mediados de junio, el temporal de lluvias estaba por llegar, sabíamos que si nos regresábamos, tendríamos que continuar hasta diciembre. Decidimos quedarnos. Oscurecía cuando los compañeros partieron, comentándonos que regresaría al día siguiente temprano por la mañana para continuar trabajando. Sólo nos quedamos en el campamento dos compañeros y su servidor.

Terminó el día de trabajo y nos fuimos a tomar un café. Al terminar la aromática bebida, la charla se tornó hacia las clásicas “charritas”. Al cabo de un rato, se empezó a sentir algo extraño, cosa que nos puso en alerta. Continuamos un rato con la plática, hasta que nos percatamos que no podíamos escuchar ruido alguno, todo estaba en paz y en completo silencio. No se escuchaba ni el canto de los grillos, ni el andar del ganado que pastoreaba, nada, todo silencio. Y para colmo de nuestros males la noche estaba tan cerrada que no mirabas la palma de tu mano en la oscuridad.

No quisimos prestarle mucha atención al asunto y decidimos irnos a descansar dejando la fogata bien guarnecida de leña, habiendo retirado la olla de los nutritivos frijoles. Ya en las casas de campaña, continuaba esa extraña sensación. Yo sabía que mis compañeros tampoco dormían, porque no se escuchaban los ronquidos y las trompetillas de la natural emisión de gases. ¿Qué estaba pasando? Pensaba. Ninguno decía nada, pero los tres estábamos igual.

Ya eran como las diez de la noche cuando por fin se escuchó algo, pero no nos gustó. Era el canto de un tecolote que se había posado sobre la rama de un árbol en las inmediaciones del campamento.  Porque como dice el dicho “cuando el tecolote canta, el indio muere” decidimos no dejarlo a la suerte. Los compañeros intentaron ahuyentarlo con el clásico “ucha, erria, órale” pero no se retiraba. Salí de mi casa de campaña, tomé un leño, se lo arrojé y por fin se fue. Regresamos a tratar de descansar, pero el ambiente se sentía igual de pesado, denso, no se escuchaba ruido alguno y la extraña sensación se mantenía.

Ya pasadas las doce de la noche, regresó el tecolote con su canto. En esta ocasión, los tres salimos a ahuyentarlo con piedras, leños y lo que no encontramos a la mano. Otra vez se retiró. Regresamos cada quien a su lecho, sin poder pegar pestaña. Al cabo de un rato, pasadas las tres de la mañana, comenzamos a escuchar como que alguien se aproximaba por la parte superior de la cachucha. El ruido se asemejaba al andar de una persona entre matorrales, con el clásico sonido “crash, crash” que se emite al pisar la hierba, se detuvo al borde superior de la visera. Nadie dijo nada. La parte alta de la cachucha, desde donde se encontraba el campamento, representaba una altura de cerca de siete metros. Aún así, estábamos seguros, el ruido provenía de la parte alta. Pasados algunos minutos, se escuchó que se acercaba a nosotros, esta vez, bajando por el peñasco o frente de la cachucha; situación que nos parecía imposible dado lo escarpado del lugar. El sonido se asemejaba al ruido que se escucha al tallar un costal.  Continuó bajando por la parte interna de la cachucha hasta llegar al pie del campamento.

Después de la experiencia que les conté en el tema “¿Qué quieren esas luces?”, yo presentía que algún día habría de pasar algo así, me sentía preparado. Total ¿qué podría pasar? Ya escuchándose el ruido al nivel del campamento, escuchamos como caminaba entre las casas de campaña, se detuvo frente a la mía. Esa entidad, estaba a escaso metro y medio de la planta de mis pies. Quise tomar la cámara fotográfica, recoger mis pies y podía mover un solo dedo. Percibía que en cada pierna tenía una barra de hielo, las sentía frías y pesadas. No me podía mover. Eso, que no se qué era, estaba entre mi espacio y el lugar donde estaba la olla de los frijoles.

No sé cuánto tiempo estuvo la entidad frente a mí, calculo que entre cinco y ocho minutos. Seguía sin escucharse nada, cuando de pronto se escuchó un golpe seco y el rodar de la olla de los frijoles. Aquello se devolvió por donde vino y se escuchó nuevamente como si tallaran un costal. Subió a la parta alta y se alejó escuchándose el pisar sobre la hierba, siendo este sonido cada vez más débil y lejano, hasta extinguirse.

Al pasar otro muy buen rato, no recuerdo quién dijo “ya me meo” a lo que los otros respondimos  “yo también”. Ya me podía mover. Salimos y casi hombro con hombro, los tres nos pusimos a orinar, volteando hacia arriba tratando de figurar o identificar algo en la parte alta de la cachucha. Terminamos con nuestras urgencias fisiológicas y sin cruzar palabra, cada quien regresó a su casa de campaña. Para esto ya eran como las cinco de la mañana.

Al comenzar a clarear, me venció el cansancio y entre sueños empecé a escuchar que decían “ya está el agua para el café”, yo les dije que quería dormir un rato más. Se levantó el otro compañero y comenzó a vociferar “a pa’ nochecita pasamos”. Decidí levantarme a tomarme un café, nos sentamos a tomarlo y nadie decía nada. Comenzó el intercambio de miradas hasta que no aguanté más y les pregunté “¿qué pasó anoche?” Uno de los compañeros me dijo “¿cómo que qué pasó? Nos visitaron” Volteamos a ver la olla tirada en el piso con los frijoles desparramados alrededor. Al terminarnos el café decidí meterme nuevamente a descansar, ya eran cerca de las ocho, logré conciliar el sueño por un rato. Ya como a las once, se empezaron a escuchar los silbidos y gritos de los compañeros que nos habían dejado la tarde anterior; al llegar éstos al campamento, salimos los tres a su encuentro. Al vernos a nosotros y a la olla de frijoles en el piso, nos preguntaron “¿qué pasó?” Les dije que nos habían visitado anoche. “¿Cómo que los visitaron?” Sí, nos visitaron, les respondí “¿y tú qué hiciste Mugar?” me preguntaron.  Les respondí que no pude ni moverme, que sólo quería buscar una tranca pa’ ponerle a la entrada de la casa de campaña, que no pude salir.

Los compañeros me miraron fijamente y replicaron “eso es lo que esperábamos, pa’ que nos dijera por dónde buscar” Yo les contesté que esa entidad era maligna porque caminó por los muros y por el techo de la cachucha, debido a que estaba seguro de que si nos encontrábamos con una entidad que nos guiara, se nos manifestaría de frente o por un lado, pero no así. Les dije, recordemos que en la foto que les mostré en donde aparecen alrededor de mí varias luces, aparece a mi izquierda en el piso una entidad agazapada (cuando subí la historia de ¿qué quieren esas luces? Recibí varios MP’s pidiéndome extremara precauciones con esa entidad, ahora pienso que lo que nos visitó era esa misma entidad) que no me da buena espina. Ellos preguntan “entonces ¿qué vamos a hacer?” Les dije que trabajáramos ese día mientras pensábamos qué hacer.

Después de analizar paso a paso lo acontecido, comentó un compañero que mejor nos retiráramos de ahí. Así lo hicimos y no hemos regresado. Desde aquel entonces a la fecha, no existe día en el que no recuerde lo sucedido.

¡Saludos de su amigo Mugar!

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LA ACABO DE ESCUCHAR DE SU PROPIA BOCA, ESTA MAÑANA VINO POR COLIMA    Y  JUNTO CON EL AMIGAZO Ricardo Llamas, UN PLACER CONOCERLOS Y ESTRECHAR SUS MANOS DE AMIGOS GAMBUSINOS.....    
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