MORIR POR UN TESORO
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Geo Rock
megaser
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MORIR POR UN TESORO
Vie 11 Ene 2013, 10:21 pm
La historia cuenta que un valiente venezolano llamado Francisco Antonio, al alistarse en una expedición en apoyo a Cipriano Castro, entierra un tesoro al pie de un árbol de mango poniendo como condición a su hija más querida que dicho tesoro sólo podría ser desenterrado por su nieto predilecto, pero al fallar éste en su cometido el botín nunca es liberado, formando parte con el paso de los años de la leyenda que rodea la semana santa de la localidad de Táriba
El origen de esta historia se remonta al año 1899 , cuando don Francisco Antonio se alistó en la localidad de Táriba en la expedición de los sesenta, dirigida por el general Cipriano Castro, en pos de la conquista del poder en la capital de la República. Antes de partir, don Antonio llamó a su hija menor, Ana Isabel, la de su mayor afecto y confianza comunicándole que había enterrado al pie de un gigantesco árbol de mango plantado en el centro del solar un millón de morocotas para protegerlas de una posible invasión o de los ladrones que merodeaban en aquel entonces por estos predios, haciéndole algunas recomendaciones mientras estuviera ausente o en caso de sufrir algún percance en los combates donde iba a participar bajo el mando del general Castro.
-Ana Isabel, hija mía, dijo su padre Francisco Antonio, si perezco en alguna batalla el entierro, el tesoro, lo dejo con un pacto secreto entre los dos : La botija será tuya, pero sólo en caso de fuerza mayor, podrá desenterrarla tu hijo menor Aquilino ,mi nieto del alma, cuando cumpla su mayoría de edad, por cierto, dentro de tres años se va a poner los pantalones largos y le va a salir el bigote .Transcurrió el tiempo, Ana Isabel no tenía noticias de su padre, hasta que un domingo al atardecer llegó la infausta noticia al pueblo sobre la muerte de Francisco Antonio ,en una batalla contra las tropas del gobierno , en las cercanías de la capital. La mala nueva llegó a oídos de Ana Isabel, quien en medio de su desolación recordó las palabras de su padre en torno a la botija enterrada al pie del árbol . Un viejo reloj de madera, de ceiba oscura, y péndulo dorado, colgado en la pared de la vieja casona quedó inmóvil a las tres de la tarde de un viernes santo, hora en que se dice murió Nuestro Señor Jesucristo en el Gólgota y por extraña coincidencia, a esa misma hora un Viernes Santo, murió de un balazo en la frente Francisco Antonio, en una escaramuza cercana a La Victoria según las informaciones recibidas por los familiares del temerario guerrero que un día partió de su amada ciudad de Táriba, en pos de la conquista del poder . Al cabo de un año de la trágica desaparición del abuelo de Aquilino, de súbito, Ana Isabel cayó enferma de gravedad por lo que llamó a su hijo para enterarlo del pacto relacionado con el entierro al pie del mango .
-Hijo mío, estoy muy enferma, pronto me iré de tu lado, tu mayoría de edad la tendrás dentro de seis meses. Tu abuelo Francisco me dejó un mollón de morocotas enterrado al pie del mango que está en el solar . La condición para rescatar ese tesoro para librar el alma en penas de mi padre , es que tú al cumplir los diez y ocho años , sin que nadie lo sepa , vas a sacar esa botija, insisto , debes guardar absoluta reserva , pues eso forma parte del pacto entre tu abuelo y yo -¡ Ah !, se me olvidaba , el Viernes Santo a las tres de la tarde, con una cruz de ramo y agua bendita, debes estar en el lugar indicado para liberar el tesoro enterrado por tu abuelo. Antes de cavar la tierra, para que te des valor , bebe tres tragos de miche, pues así lo acostumbran los que saben de entierros .Transcurrieron los años, Aquilino cumplió al pie de la letras los consejos de su madre. Al llegar el viernes santo, cumplía el ritual señalado, pero por extrañas circunstancias no había podido lograr el objetivo de tener por fin en sus manos la tan anhelada botija dejada por su abuelo al pie del árbol..Aquilino se pobló de años, sus blancos cabellos y su bigote cuidado con esmero, muestran su verdadera edad, sesenta años de sorprendentes peripecias en donde siente la plena madurez de su vida centrada en una sola idea: encontrar la botija que le dejó su abuelo hace mucho tiempo al pie del añoso árbol que le trae entrañables recuerdos de su infancia donde correteaba con sus hermanitos en el solar de su casa .Se avecina la Semana Santa, hoy es Domingo de Ramos, le comenta Aquilino a Magdalena -encargada de su crianza a la muerte de su madre - en la cocina de la vieja casona paladeando poco a poco una taza de café tinto, aspirando el humo de un cigarrillo. Se asoma a la calle, cuando se escuchan unas matracas y detrás viene una procesión encabezada por el párroco del pueblo, rezando el santo rosario en medio de un denso cortejo humano en los que se balancean suavemente las imágenes de la Virgen Dolorosa, El Nazareno y el Santo Sepulcro, transportadas por los penitentes que marchan lentamente en medio de la multitud . Esta vez será, comenta para sí, ya se acerca el viernes santo y estoy ansioso por librar el alma en penas de mi abuelo .
De un gancho de res cuelga la mochila de fique amarrada con un mecate. Aquilino la baja y de ella saca una cajetilla de cigarrillos, un frasco de agua bendita, un rosario con una cruz de ramo bendito y una botellita de aguardiente para darse valor en el momento crucial. Son las dos y media de la tarde, viernes santo, Aquilino le pide a Magdalena un café bien tinto, prende un cigarrillo; mientras Magdalena le sirve una taza de café caliente, lo bebe con parsimonia pensando que ha llegado el momento definitivo de rescatar la botija que mantiene prisionera el alma de su querido abuelo, que desde hace muchos años custodia el tesoro . Afuera el frío y la neblina extiende su manto oscuro en la tarde presagiosa con el recuerdo luctuoso de Cristo crucificado por la incomprensión y la ambición de la miseria humana. Esta noche mi querida Magdalena iremos a la Basílica a rezar los treinta y tres credos en la capilla del Santo Sepulcro prepara la cena mientras busco unos papeles que se me cayeron esta mañana en el solar . Se santigua, riega agua bendita sobre su cuerpo, se toma tres palos de miche y se dirige resuelto al solar, envuelto en la neblina y una leve llovizna, en pos de una lucecita titileante en un lugar fijo al pie del árbol gigantesco guardián del tesoro que tendrá en pocos minutos y lo sacará por fin de la pobreza franciscana soportada durante tantos años y liberar de paso el alma en penas de su generoso abuelo.....Son las tres en punto de la tarde , de pronto se abre la tierra y el mollón cubierto de tierra ennegrecida aflora por fin a la superficie con el tintineo de relucientes monedas de oro ante la vista atónita de Aquilino, quien no soporta la tremenda emoción y sufre un infarto fulminante, cayendo cuan largo es, sobre la tierra removida, ocultándose el tesoro bajo su cuerpo inerte. La noticia corrió como pólvora en el pueblo, muchos se acercaron a la casa para enterarse de lo ocurrido el Viernes Santo al pie del árbol, donde murió Aquilino. Treinta años después, el vecindario continúa comentando que una lucecita anda y desanda en el lugar donde falleció Aquilino, a la espera de que su único hijo sobreviviente o un extraño afortunado, como suele suceder, pueda rescatar el alma en penas que custodia la botija de Semana Santa
El origen de esta historia se remonta al año 1899 , cuando don Francisco Antonio se alistó en la localidad de Táriba en la expedición de los sesenta, dirigida por el general Cipriano Castro, en pos de la conquista del poder en la capital de la República. Antes de partir, don Antonio llamó a su hija menor, Ana Isabel, la de su mayor afecto y confianza comunicándole que había enterrado al pie de un gigantesco árbol de mango plantado en el centro del solar un millón de morocotas para protegerlas de una posible invasión o de los ladrones que merodeaban en aquel entonces por estos predios, haciéndole algunas recomendaciones mientras estuviera ausente o en caso de sufrir algún percance en los combates donde iba a participar bajo el mando del general Castro.
-Ana Isabel, hija mía, dijo su padre Francisco Antonio, si perezco en alguna batalla el entierro, el tesoro, lo dejo con un pacto secreto entre los dos : La botija será tuya, pero sólo en caso de fuerza mayor, podrá desenterrarla tu hijo menor Aquilino ,mi nieto del alma, cuando cumpla su mayoría de edad, por cierto, dentro de tres años se va a poner los pantalones largos y le va a salir el bigote .Transcurrió el tiempo, Ana Isabel no tenía noticias de su padre, hasta que un domingo al atardecer llegó la infausta noticia al pueblo sobre la muerte de Francisco Antonio ,en una batalla contra las tropas del gobierno , en las cercanías de la capital. La mala nueva llegó a oídos de Ana Isabel, quien en medio de su desolación recordó las palabras de su padre en torno a la botija enterrada al pie del árbol . Un viejo reloj de madera, de ceiba oscura, y péndulo dorado, colgado en la pared de la vieja casona quedó inmóvil a las tres de la tarde de un viernes santo, hora en que se dice murió Nuestro Señor Jesucristo en el Gólgota y por extraña coincidencia, a esa misma hora un Viernes Santo, murió de un balazo en la frente Francisco Antonio, en una escaramuza cercana a La Victoria según las informaciones recibidas por los familiares del temerario guerrero que un día partió de su amada ciudad de Táriba, en pos de la conquista del poder . Al cabo de un año de la trágica desaparición del abuelo de Aquilino, de súbito, Ana Isabel cayó enferma de gravedad por lo que llamó a su hijo para enterarlo del pacto relacionado con el entierro al pie del mango .
-Hijo mío, estoy muy enferma, pronto me iré de tu lado, tu mayoría de edad la tendrás dentro de seis meses. Tu abuelo Francisco me dejó un mollón de morocotas enterrado al pie del mango que está en el solar . La condición para rescatar ese tesoro para librar el alma en penas de mi padre , es que tú al cumplir los diez y ocho años , sin que nadie lo sepa , vas a sacar esa botija, insisto , debes guardar absoluta reserva , pues eso forma parte del pacto entre tu abuelo y yo -¡ Ah !, se me olvidaba , el Viernes Santo a las tres de la tarde, con una cruz de ramo y agua bendita, debes estar en el lugar indicado para liberar el tesoro enterrado por tu abuelo. Antes de cavar la tierra, para que te des valor , bebe tres tragos de miche, pues así lo acostumbran los que saben de entierros .Transcurrieron los años, Aquilino cumplió al pie de la letras los consejos de su madre. Al llegar el viernes santo, cumplía el ritual señalado, pero por extrañas circunstancias no había podido lograr el objetivo de tener por fin en sus manos la tan anhelada botija dejada por su abuelo al pie del árbol..Aquilino se pobló de años, sus blancos cabellos y su bigote cuidado con esmero, muestran su verdadera edad, sesenta años de sorprendentes peripecias en donde siente la plena madurez de su vida centrada en una sola idea: encontrar la botija que le dejó su abuelo hace mucho tiempo al pie del añoso árbol que le trae entrañables recuerdos de su infancia donde correteaba con sus hermanitos en el solar de su casa .Se avecina la Semana Santa, hoy es Domingo de Ramos, le comenta Aquilino a Magdalena -encargada de su crianza a la muerte de su madre - en la cocina de la vieja casona paladeando poco a poco una taza de café tinto, aspirando el humo de un cigarrillo. Se asoma a la calle, cuando se escuchan unas matracas y detrás viene una procesión encabezada por el párroco del pueblo, rezando el santo rosario en medio de un denso cortejo humano en los que se balancean suavemente las imágenes de la Virgen Dolorosa, El Nazareno y el Santo Sepulcro, transportadas por los penitentes que marchan lentamente en medio de la multitud . Esta vez será, comenta para sí, ya se acerca el viernes santo y estoy ansioso por librar el alma en penas de mi abuelo .
De un gancho de res cuelga la mochila de fique amarrada con un mecate. Aquilino la baja y de ella saca una cajetilla de cigarrillos, un frasco de agua bendita, un rosario con una cruz de ramo bendito y una botellita de aguardiente para darse valor en el momento crucial. Son las dos y media de la tarde, viernes santo, Aquilino le pide a Magdalena un café bien tinto, prende un cigarrillo; mientras Magdalena le sirve una taza de café caliente, lo bebe con parsimonia pensando que ha llegado el momento definitivo de rescatar la botija que mantiene prisionera el alma de su querido abuelo, que desde hace muchos años custodia el tesoro . Afuera el frío y la neblina extiende su manto oscuro en la tarde presagiosa con el recuerdo luctuoso de Cristo crucificado por la incomprensión y la ambición de la miseria humana. Esta noche mi querida Magdalena iremos a la Basílica a rezar los treinta y tres credos en la capilla del Santo Sepulcro prepara la cena mientras busco unos papeles que se me cayeron esta mañana en el solar . Se santigua, riega agua bendita sobre su cuerpo, se toma tres palos de miche y se dirige resuelto al solar, envuelto en la neblina y una leve llovizna, en pos de una lucecita titileante en un lugar fijo al pie del árbol gigantesco guardián del tesoro que tendrá en pocos minutos y lo sacará por fin de la pobreza franciscana soportada durante tantos años y liberar de paso el alma en penas de su generoso abuelo.....Son las tres en punto de la tarde , de pronto se abre la tierra y el mollón cubierto de tierra ennegrecida aflora por fin a la superficie con el tintineo de relucientes monedas de oro ante la vista atónita de Aquilino, quien no soporta la tremenda emoción y sufre un infarto fulminante, cayendo cuan largo es, sobre la tierra removida, ocultándose el tesoro bajo su cuerpo inerte. La noticia corrió como pólvora en el pueblo, muchos se acercaron a la casa para enterarse de lo ocurrido el Viernes Santo al pie del árbol, donde murió Aquilino. Treinta años después, el vecindario continúa comentando que una lucecita anda y desanda en el lugar donde falleció Aquilino, a la espera de que su único hijo sobreviviente o un extraño afortunado, como suele suceder, pueda rescatar el alma en penas que custodia la botija de Semana Santa
- Geo RockIdentidad Certificada
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Re: MORIR POR UN TESORO
Vie 11 Ene 2013, 11:22 pm
Muy buena historia Megaser!!
Algo que podemos observar en las historias de tesoros, común y de siglos de tradición oral en América Latina, es que se dan en la época de la Semana Santa sobre todo el Jueves Santo.
Lugares mágicos que revelan sus misterios solo ese día... son muchos los que cuentan y los que creen que ese día, en específico, es cuando es más fácil encontrar un buen tesoro o cuando se puede hablar y ver al o los guardianes del mismo.
Aquí en mi pueblo, la historia más conocida e importante habla sobre una cueva en el Cerro de la Reina que aparece solo ese día y que mágicamente se mueve una roca enorme para mostrar la entrada a un palacio con tesoros inimaginables y hasta una ciudad subterránea llena de gente...
Gracias por Compartir.
Saludos y Éxito en sus Prospecciones!!
Algo que podemos observar en las historias de tesoros, común y de siglos de tradición oral en América Latina, es que se dan en la época de la Semana Santa sobre todo el Jueves Santo.
Lugares mágicos que revelan sus misterios solo ese día... son muchos los que cuentan y los que creen que ese día, en específico, es cuando es más fácil encontrar un buen tesoro o cuando se puede hablar y ver al o los guardianes del mismo.
Aquí en mi pueblo, la historia más conocida e importante habla sobre una cueva en el Cerro de la Reina que aparece solo ese día y que mágicamente se mueve una roca enorme para mostrar la entrada a un palacio con tesoros inimaginables y hasta una ciudad subterránea llena de gente...
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- silrosa27@gmail.comExperto del Foro
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Re: MORIR POR UN TESORO
Vie 11 Ene 2013, 11:42 pm
Qué buena historia, gracias por compartirla.
Saludos
Saludos
- enrique.arcaraz.7Identidad Certificada
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Re: MORIR POR UN TESORO
Sáb 12 Ene 2013, 12:31 am
Muy buena historia compañero pero con una trama horrible, pobre Aquilino, perder toda su vida en la pobreza con el solo pensamiento de obtener el tesoro, no poder obtenerlo, y el día que el abuelo lo entrega se muere de un infarto, pues hay que ir a buscar ese mango, jejejeje, hay tantas historias que quisiera uno poder ir a escarbar, pero solo Dios sabe cuándo y cuánto nos tocara. Gracias por compartir. Bendiciones.
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- rockalfIdentidad Certificada
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Re: MORIR POR UN TESORO
Sáb 12 Ene 2013, 9:21 pm
De nueva cuenta compañero megaser, buena historia.
Saludos,
Rockalf.
Saludos,
Rockalf.
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- PachitoGran Experto del Foro
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Frase Célebre : Los locos hacemos camino, que un dia aquellos que se hacen llamar cuerdos recorreran.
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Re: MORIR POR UN TESORO
Sáb 12 Ene 2013, 9:30 pm
Excelente historia compañero, gracias por compartirlo.
Saludos.
Saludos.
- CorrecaminosGran Experto del Foro
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Localización : Tonala,Jalisco,Mexico
Frase Célebre : no hay tesoro mas grande y valioso, que la SALUD, de cuerpo,mente, y alma!
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Re: MORIR POR UN TESORO
Dom 13 Ene 2013, 12:40 pm
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- megaserColaborador ocasional
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Re: MORIR POR UN TESORO
Dom 13 Ene 2013, 9:11 pm
gracias a todos por sus comentarios , y espero que tengan suerte en sus busquedas, todavia esa casa esta habitada, pero la familia no quiere saber nada de eso, no dejan que nadie ni busque ni cave, ni nada de nada aunque algunas personas dicen ,que ya sacaron esas monedas, hace unos quince o 20 años despues de la muerte del señor lo dicen por unas estensas propiedades que compro la familia, pero claro si lo sacaron no van a decir nada , no se puede , no se debe , es ponerse en riesgo , bueno saludos y cuidense mucho colegas
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