- fabricioExperto del Foro
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LA MANSION DE INVIERNO
Vie 27 Mar 2009, 2:49 pm
Los vestigios del inmenso hotel-casino que funcionó durante sólo tres meses a principios del siglo pasado en la localidad de Empedrado quedan apenas en pie al borde de las barrancas y casi cubiertos por la selva. Aunque su acceso es restringido, por encontrarse en un terreno privado, no son pocos los que se aventuran a navegar por el Paraná para conocer las ruinas. Nunca fue declarado patrimonio histórico, cultural ni arquitectónico, aunque la provincia había tenido una participación decisiva en su construcción, según documentación
Para llegar a las ruinas de lo que alguna vez fue un lujoso refugio donde la oligarquía porteña o la realeza mundial escaparan del ruido del mundo, hay que animarse a surcar el Paraná. Para ello se precisa aprender a respetar sus cambios de ánimo, que pueden pasar desde la paz más profunda, hasta un repiqueteo casi candombero. Se precisa también disimular la falta de coraje que inspira en medio de la canoa el "banco asesino" -un eterno remanso donde se ahogaron varios pescadores.
Después de navegar a remo partido los diez kilómetros que separan al pueblo, del lugar donde fue emplazada la Mansión de Invierno en 1913, habrá que trepar las barrancas para subir clandestinamente y poder ingresar a las ruinas. Ocurre que es imposible el acceso por tierra ya que los vestigios de la antigua edificación quedaron en medio de un terreno privado y sus dueños no estarían muy conformes con las constantes visitas de turistas curiosos, según comentan los lugareños. El resto es un viaje al pasado, pero con la selva de escenografía y con gritos de monos como banda sonora.
Lo que alguna vez fue una foraónica construcción de la Belle Époque, que incluía galerías con inmensos vitrales, terrazas, casino, hipódromo y canchas de críquet, golf y tenis, hoy apenas puede vislumbrarse entre escalinatas enterradas en la hojarasca o arcadas ganadas por las lianas. Algunas columnas penden de las barrancas y en el agua de la costa pueden verse pedazos de muros derrumbados. A simple vista parece claro que ni siquiera un vestigio de la construcción quedará si no se pone en marcha ningún mecanismo de protección.
Cuando fue inaugurada, la mansión comprendía un hotel con capacidad para 150 personas, provisto con salones de lectura, conferencias, muelle sobre el río e instalaciones para bañistas, un casino para todo juego similar a los que funcionan en Europa, teatro y hasta una escuela capaz de albergar a 100 alumnos. Constaba de 4 pisos y 2 subsuelos unidos al casino por un largo pasillo cubierto de vitreaux donde crecían plantas exóticas. Se dice que la concesión del hotel era por 35 años, aunque sólo llegó a funcionar unos meses y paradójicamente no durante el invierno, tal cual había sido planeado. La idea era aprovechar la temperatura media anual de la localidad de Empedrado, que según estudios climatológicos la igualaban a lugares paradisíacos como San Remo; Venecia; Niza; El Cairo o Málaga, en ese tiempo las estaciones invernales más famosas del mundo. El cuadro se completaba con mobiliario parisino, porcelana de Florencia o cristalería de Murano.
Sin embargo, tanto el hotel como el casino y todo lo demás fueron abandonados a poco de iniciarse la Primera Guerra Mundial, en 1914. Años después, parte de la construcción fue demolida.
Parte del suntuoso mobiliario se vendió, al igual que la vajilla y la cristalería. Los empedradeños incluso cuentan con orgullo que la araña de la sala central del casino de Mar del Plata en realidad perteneció antes a La Mansión de Invierno. En la catedral del pueblo se conservan algunas lámparas y por otro lado es un secreto a voces que muchas casas de Empedrado guardan "recuerdos" de la mítica mansión.
El resto, lo fue haciendo el paso del tiempo y el avance de la naturaleza. Ello, sumado a que el lugar nunca fue declarado como patrimonio ni por ende protegido, más allá de que la provincia tuvo una ingerencia directa en la construcción de la obra, según documentación histórica a la que accedió EL LIBERTADOR (ver recuadro en pag. 11).
Lo que queda son ruinas y leyendas (ver por separado), que vuelven aún más mítico al lugar de difícil acceso y secretos escondidos por la selva y el río.
HISTORIAS
Entre alcobas prohibidas y el pasillo de los suicidas
No son pocas las historias y leyendas que se fueron tejiendo con el tiempo en torno a la Mansión de Invierno. Alimentadas por algunos pocos datos históricos y mucho más por la fantasía popular, se dice que el lugar fue desde centro de encuentro para amores clandestinos, hasta el sitio donde tenían luz verde para suicidarse los millonarios que perdían a la ruleta en el casino. Lo cierto es que no son pocos los que guardan un temor velado sobre el sitio.
El miedo se vuelve mucho más real ante la opulencia de la naturaleza y el aullido eterno de los monos que parecieran guardianes ancestrales de las ruinas. Mucho tendrá que ver también con la reserva y el temor, el virtual desvalijamiento que a lo largo de los años se realizó sobre el lugar. Griferías, espejos o mármoles serían cuidadosamente guardados en varias casas lugareñas.
En esa línea, se cuenta sobre un integrante de la realeza árabe que vivió su romance con una joven de la oligarquía porteña al abrigo de la discreción que garantizaba la exclusividad del lugar.
Es que el edificio y posteriormente sus ruinas dieron lugar para las más diversas elucubraciones, llegando a escucharse comentarios que incluso lo indican como refugio de las tropas correntinas durante la Guerra de la Triple Alianza, lo que en términos históricos resulta imposible, ya que su construcción fue posterior a esa contienda bélica. No obstante, algunas crónicas consignan que hacia fines de 1922, fue utilizada para el acampe de tropas que realizaban maniobras en la región. Años más tarde, en 1928 había llegado el remate total.
Otras de las anécdotas que permanecen en torno al lugar es el intento fallido de que en sus instalaciones funcionara la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste, cuando recién se abría esta unidad académica, idea que finalmente fue desechada.
Diferencias sobre el porque
Las historias y versiones encontradas llegan incluso hasta la explicación misma sobre el fracaso del proyecto, ya que mientras algunas versiones lo atribuyen al inicio de la Primera Guerra Mundial, para otros se debió a cuestiones de inconveniencia en el transporte y la accesibilidad al lujoso hotel.
DOCUMENTO HISTORICO
Una ciudad de invierno
"Autorizase al señor Andrés Demarchi a construir, sobre la costa del río Paraná, en terreno propio, una mansión de invierno", señala el primer artículo de una Ley provincial de 1909 que un año más tarde fue publicada por Benjamín Serrano en su guía general de la provincia.
No obstante, la norma no solamente autorizaba a la construcción de ese establecimiento, sino que además disponía la instalación de una "ciudad de invierno" montada a sus alrededores.
La legislación era precisa: "La empresa hará dividir a su costo los terrenos adyacentes a la mansión en lotes de una cuadra separados por calles de 15 metros de ancho, con la reserva de la parte necesaria para plazas, edificios públicos, presentando a la aprobación del Poder Ejecutivo la aprobación del correspondiente plano". En relación a esto último, otro de los artículos de la legislación establece que "serán donados a la provincia los terrenos de las calles, plazas y edificios públicos, una vez instalada la mansión y aprobado el plano al que refiere el artículo precedente". Por otro lado, la Ley además establecía que el cinco por ciento de los excedentes del casino deberían ser destinados al Consejo de Educación así como al Municipio de Empedrado.
PD: ME FALTAN LAS FOTS Y ES A ESTE LUGAR EN DONDE VOY A IR DENTRO DE DOSS SEMANAS A PROSPECTAR DISEN QUE QUEDARON ALGUNAS QUE OTRAS COSAS Y QUE ESTAN EN LOS SUB SUELOS, PERO AHY QUE TENR CUIDADO YA QUE ESTA PRACTIMAENTE COLGANDO DE UN BARRANCO MUY SERCA DEL RIO
Para llegar a las ruinas de lo que alguna vez fue un lujoso refugio donde la oligarquía porteña o la realeza mundial escaparan del ruido del mundo, hay que animarse a surcar el Paraná. Para ello se precisa aprender a respetar sus cambios de ánimo, que pueden pasar desde la paz más profunda, hasta un repiqueteo casi candombero. Se precisa también disimular la falta de coraje que inspira en medio de la canoa el "banco asesino" -un eterno remanso donde se ahogaron varios pescadores.
Después de navegar a remo partido los diez kilómetros que separan al pueblo, del lugar donde fue emplazada la Mansión de Invierno en 1913, habrá que trepar las barrancas para subir clandestinamente y poder ingresar a las ruinas. Ocurre que es imposible el acceso por tierra ya que los vestigios de la antigua edificación quedaron en medio de un terreno privado y sus dueños no estarían muy conformes con las constantes visitas de turistas curiosos, según comentan los lugareños. El resto es un viaje al pasado, pero con la selva de escenografía y con gritos de monos como banda sonora.
Lo que alguna vez fue una foraónica construcción de la Belle Époque, que incluía galerías con inmensos vitrales, terrazas, casino, hipódromo y canchas de críquet, golf y tenis, hoy apenas puede vislumbrarse entre escalinatas enterradas en la hojarasca o arcadas ganadas por las lianas. Algunas columnas penden de las barrancas y en el agua de la costa pueden verse pedazos de muros derrumbados. A simple vista parece claro que ni siquiera un vestigio de la construcción quedará si no se pone en marcha ningún mecanismo de protección.
Cuando fue inaugurada, la mansión comprendía un hotel con capacidad para 150 personas, provisto con salones de lectura, conferencias, muelle sobre el río e instalaciones para bañistas, un casino para todo juego similar a los que funcionan en Europa, teatro y hasta una escuela capaz de albergar a 100 alumnos. Constaba de 4 pisos y 2 subsuelos unidos al casino por un largo pasillo cubierto de vitreaux donde crecían plantas exóticas. Se dice que la concesión del hotel era por 35 años, aunque sólo llegó a funcionar unos meses y paradójicamente no durante el invierno, tal cual había sido planeado. La idea era aprovechar la temperatura media anual de la localidad de Empedrado, que según estudios climatológicos la igualaban a lugares paradisíacos como San Remo; Venecia; Niza; El Cairo o Málaga, en ese tiempo las estaciones invernales más famosas del mundo. El cuadro se completaba con mobiliario parisino, porcelana de Florencia o cristalería de Murano.
Sin embargo, tanto el hotel como el casino y todo lo demás fueron abandonados a poco de iniciarse la Primera Guerra Mundial, en 1914. Años después, parte de la construcción fue demolida.
Parte del suntuoso mobiliario se vendió, al igual que la vajilla y la cristalería. Los empedradeños incluso cuentan con orgullo que la araña de la sala central del casino de Mar del Plata en realidad perteneció antes a La Mansión de Invierno. En la catedral del pueblo se conservan algunas lámparas y por otro lado es un secreto a voces que muchas casas de Empedrado guardan "recuerdos" de la mítica mansión.
El resto, lo fue haciendo el paso del tiempo y el avance de la naturaleza. Ello, sumado a que el lugar nunca fue declarado como patrimonio ni por ende protegido, más allá de que la provincia tuvo una ingerencia directa en la construcción de la obra, según documentación histórica a la que accedió EL LIBERTADOR (ver recuadro en pag. 11).
Lo que queda son ruinas y leyendas (ver por separado), que vuelven aún más mítico al lugar de difícil acceso y secretos escondidos por la selva y el río.
HISTORIAS
Entre alcobas prohibidas y el pasillo de los suicidas
No son pocas las historias y leyendas que se fueron tejiendo con el tiempo en torno a la Mansión de Invierno. Alimentadas por algunos pocos datos históricos y mucho más por la fantasía popular, se dice que el lugar fue desde centro de encuentro para amores clandestinos, hasta el sitio donde tenían luz verde para suicidarse los millonarios que perdían a la ruleta en el casino. Lo cierto es que no son pocos los que guardan un temor velado sobre el sitio.
El miedo se vuelve mucho más real ante la opulencia de la naturaleza y el aullido eterno de los monos que parecieran guardianes ancestrales de las ruinas. Mucho tendrá que ver también con la reserva y el temor, el virtual desvalijamiento que a lo largo de los años se realizó sobre el lugar. Griferías, espejos o mármoles serían cuidadosamente guardados en varias casas lugareñas.
En esa línea, se cuenta sobre un integrante de la realeza árabe que vivió su romance con una joven de la oligarquía porteña al abrigo de la discreción que garantizaba la exclusividad del lugar.
Es que el edificio y posteriormente sus ruinas dieron lugar para las más diversas elucubraciones, llegando a escucharse comentarios que incluso lo indican como refugio de las tropas correntinas durante la Guerra de la Triple Alianza, lo que en términos históricos resulta imposible, ya que su construcción fue posterior a esa contienda bélica. No obstante, algunas crónicas consignan que hacia fines de 1922, fue utilizada para el acampe de tropas que realizaban maniobras en la región. Años más tarde, en 1928 había llegado el remate total.
Otras de las anécdotas que permanecen en torno al lugar es el intento fallido de que en sus instalaciones funcionara la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste, cuando recién se abría esta unidad académica, idea que finalmente fue desechada.
Diferencias sobre el porque
Las historias y versiones encontradas llegan incluso hasta la explicación misma sobre el fracaso del proyecto, ya que mientras algunas versiones lo atribuyen al inicio de la Primera Guerra Mundial, para otros se debió a cuestiones de inconveniencia en el transporte y la accesibilidad al lujoso hotel.
DOCUMENTO HISTORICO
Una ciudad de invierno
"Autorizase al señor Andrés Demarchi a construir, sobre la costa del río Paraná, en terreno propio, una mansión de invierno", señala el primer artículo de una Ley provincial de 1909 que un año más tarde fue publicada por Benjamín Serrano en su guía general de la provincia.
No obstante, la norma no solamente autorizaba a la construcción de ese establecimiento, sino que además disponía la instalación de una "ciudad de invierno" montada a sus alrededores.
La legislación era precisa: "La empresa hará dividir a su costo los terrenos adyacentes a la mansión en lotes de una cuadra separados por calles de 15 metros de ancho, con la reserva de la parte necesaria para plazas, edificios públicos, presentando a la aprobación del Poder Ejecutivo la aprobación del correspondiente plano". En relación a esto último, otro de los artículos de la legislación establece que "serán donados a la provincia los terrenos de las calles, plazas y edificios públicos, una vez instalada la mansión y aprobado el plano al que refiere el artículo precedente". Por otro lado, la Ley además establecía que el cinco por ciento de los excedentes del casino deberían ser destinados al Consejo de Educación así como al Municipio de Empedrado.
PD: ME FALTAN LAS FOTS Y ES A ESTE LUGAR EN DONDE VOY A IR DENTRO DE DOSS SEMANAS A PROSPECTAR DISEN QUE QUEDARON ALGUNAS QUE OTRAS COSAS Y QUE ESTAN EN LOS SUB SUELOS, PERO AHY QUE TENR CUIDADO YA QUE ESTA PRACTIMAENTE COLGANDO DE UN BARRANCO MUY SERCA DEL RIO
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