- ciriloperalocaVoz de la Experiencia
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La maldicion de los presidentes
Jue 10 Oct 2013, 12:07 pm
Hay una canción que dice que la historia se repite una y otra vez como un martillo en la pared.
La maldición de Tippecanoe, también conocida como la maldición de Tecumseh, persiguió a los presidentes de EEUU desde 1840 hasta 1960. Según esta leyenda, una maldición causó que todos los presidentes americanos elegidos en un año finalizado en cero, morirían durante su mandato.
Todo comenzó con William Henry Harrison, que también parece ser el origen de la maldición, ya que esta se atribuye a un chamán indio cuya tribu fue derrotada por este en la batalla de Tippecanoe en 1811, fueron traicionados por gobierno norteamericano y por eso la maldicion..
Durante muchos años se habló de la supuesta maldición que pesaba sobre los Presidentes de los Estados Unidos que eran elegidos en año terminado en cero, algo que por el período presidencial de cuatro años, ocurre una vez cada veinte. Según se decía, estos Presidentes no iban a acabar sus respectivos mandatos... vivos. Y es que daba para pensarlo, por la serie de coincidencias que durante casi siglo y medio se produjeron al respecto. Los primeros Presidentes elegidos en año terminado en cero fueron Thomas Jefferson y James Monroe, y a ellos nada les pasó, pero después...
El primero de la lista fatídica es William Henry Harrison. Fue elegido en 1840, asumió el 04 Marzo de 1841... y falleció el 04 de Abril siguiente, exactamente un mes después. Fue el Presidente más viejo en ser elegido (tenía 68 años), hasta Ronald Reagan (quien tenía 69). Sin embargo, además, posee los tristes récords de ser el Presidente más breve de los Estados Unidos (apenas un mes), y también el primero en fallecer en funciones.
El siguiente es el famoso Abraham Lincoln. Completó su primer período, pero durante el segundo, fue asesinado a tiros por un fanático sudista en un teatro, el 14 de Abril de 1865.
El siguiente del listado es James Garfield. Asumió el 04 de Marzo de 1881, y en Septiembre del mismo año, fue víctima del atentado perpetrado por un anarquista, falleciendo poco después.
El siguiente en la lista fatal es William McKinley. Fue elegido Presidente en 1896, y en 1900 postuló para un segundo período, ganándolo. Pero no lo disfrutó mucho. Un anarquista disparó en su contra (ése era el destino común de muchos en la época). Durante una semana estuvo batiéndose entre la vida y la muerte, y por un instante pareció que se iba a recobrar. Pero la maldición fue más fuerte, y se lo llevó a la tumba.
La siguiente cita era en 1920, y Warren G. Harding la aceptó. Su Presidencia ha sido pésimamente calificada por los historiadores, y su muerte resultó de lo más extraña: ¿intoxicación por comida?, ¿depresión?, ¿suicidio?, ¿ataque cardíaco?, ¿envenenado por su esposa...? La opción más aceptada es que se intoxicó comiendo algo que le cayó mal, pero el misterio no está aún completamente resuelto, y las teorías de la conspiración hacen nata al respecto.
Luego vino Franklin Delano Rooselvet, en 1940. En realidad, éste venía siendo su tercer período, porque había sido elegido también en 1932 y 1936 (es el Presidente de los Estados Unidos con más períodos en el cuerpo). Decidió tentar a la suerte una vez más, postulando a la elección de 1944. La pagó en 1945... Un derrame cerebral se cobró rápidamente la vida de Rooselvet.
En 1960 fue el turno de John F. Kennedy. Su historia es demasiado conocida y no la reseñaremos aquí, pero piense usted en "Dallas, 1963", por si acaso.
En 1980 fue elegido Ronald Reagan. Fue el primer Presidente de Estados Unidos elegido en año terminado en cero, desde James Monroe, que se sobrepuso a la maldición. Sin embargo, muchos recordaron ésta cuando en 1981 fue abaleado por un fanático que buscaba la atención de Jodie Foster... El último Presidente a la fecha elegido en año cero fue George W. Bush, y para vencer a la maldición, debe entregar con vida el mando en el año
Hay una canción que dice que la historia se repite una y otra vez como un martillo en la pared. Realmente, así parece. En el año 1811 se acuñó el concepto de “La Maldición de Tecumsé”, también conocida como “la Maldición de los 20 años”. Este es el nombre que se le ha otorgado a un patrón que dictaminó que, desde 1840 hasta 1960, los presidentes norteamericanos que hubiesen ganado las elecciones en un año terminado en cero morían en el cargo.
Este patrón tiene su origen en 1811. Ese año tuvo lugar la Batalla de Tippecanoe, que enfrentó al ejército de los Estados Unidos de América y a los confederados de los pueblos tribales, con victoria de los yankees. Estos estaban liderados por William Henry Harrison, gobernador del territorio de Indiana, futuro presidente de los Estados Unidos y el primero en iniciar la maldición. Por otro lado, la tribu estaba liderada por Tecumsé y su hermano Tenskwatawa, “El Profeta”. Se destaca que, a pesar de llamarse “La maldición de Tecumsé”, fue su hermano el encargado de profetizar el destino de los futuros ocupantes de la Casa Blanca.
La maldición
Cuentan que todo surgió durante un coloquio en 1836 donde los presentes discutían sobre quién sería el próximo presidente, ya que William Henry Harrison aspiraba al puesto. Fue en ese preciso momento cuando Tenskwatawa anunció:
“Harrison no ganará este año el puesto de Gran Jefe. Pero ganará la próxima vez. Y cuando lo haga él no terminará su periodo. Morirá”.
Los asistentes no le creyeron ya que dese la batalla de Tippecanoe su personalidad de profeta se había visto afectada. Pero entonces Tenskwatawa continuó e hizo su profecía:
“Les digo que Harrison morirá. Ustedes creen que he perdido mis poderes, yo que hago que el sol se oscurezca y los pieles rojas dejen el aguardiente. Pero les digo que el morirá, y después de él, todo Gran Jefe escogido cada 20 años de ahí en adelante morirá. Y cuando cada uno muera, que todos recuerden la muerte de nuestro pueblo”.
Pocos le creyeron. En 1840 salía elegido William Henry Harrison, y tal como se dijo murió. De hecho, de los nueve presidentes elegidos cada 20 años desde entonces, siete murieron durante su mandato. A continuación, repasamos uno a uno, explicamos las causas de su muerte y desvelamos quienes fueron los dos que rompieron la cadena.
Cuando todo aún era una simple casualidad
En 1840 empezó todo. Ese año, William Henry Harrison subía al poder e inauguraba la maldición de los 20 años. Falleció solo un año después por una pulmonía. El siguiente fue Abraham Lincoln, electo en 1860 y muerto de un disparo en el teatro Ford. El tercero en la lista fue James Abram Garfield, electo en 1880. Coincidiendo con Lincoln, también fue asesinado. Y al igual que Williams, todo sucedió solo un año después de ser elegido.
A estas alturas, el que dudase de la veracidad de la maldición empezaba a cavilar si todo eran macabras coincidencias o si la profecía se estaba cumpliendo. Pero la cosa no acaba aquí.
El cuarto presidente que sufrió la maldición fue William McKinley. Este caso es especial, ya que dicho político fue elegido en 1896, reelegido en 1900 y asesinado durante su segunda legislatura. Ya el quinto en engrosar la lista de Tenskwatawa fue Warren G. Harding. Elegido en 1920, falleció por un ataque cardiaco.
Les siguió Franklin Delano Roosevelt. Elegido presidente por primera vez en 1932, y reelegido en 1936, 1940 y 1944. Roosevelt murió en 1945 a causa de una hemorragia cerebral.
Las piezas del puzzle empiezan a encajar
Los más escépticos se refugiaban en que estos dos últimos presidentes habían fallecido por problemas de salud, y eso no es algo panificable como un asesinato, intentando rechazar así la profecía. También se escudaban en que Roosevelt había sido reelegido varias veces y que en realidad murió durante el mandato electoral de 1944 y no 1940 como dictaría la maldición. Sin embargo, estamos más cerca de aquellos que se saltaron la pauta.
El último presidente que no rompió las predicciones fue John Fitzgerald Kennedy, electo en 1960. Su muerte, a manos de un francotirador en Dallas en 1963, es de sobra conocida ya que todo se encuentra registrado en vídeo.
Las excepciones
Desde 1813 hasta 1960 todos los presidentes que habían llegado al poder cada 20 años habían fallecido durante el mandato. Podría decirse que la maldición estaba más latente que nunca. Sin embargo, se en 1980. Fue Ronald Reagan quien recibió un disparo a la salida de una conferencia. Tras este suceso, fue reelegido y aún así falleció a los 93 años víctima una neumonía, tras dejar el poder, . Cuentan los rumores que se salvó de la maldición gracias a su mujer, Nancy Reagan, que recurrió en varias ocasiones a un astrólogo.
El último de la lista en romper la profecía fue George W. Bush, que llegó al poder el año 2000 y fue reelegido en el 2004.
- See more at: http://www.monemonkey.com/2012/01/la-maldicion-que-mato-a-siete-presidentes-americanos/#sthash.JCMDgvoM.dpuf
Hay una canción que dice que la historia se repite una y otra vez como un martillo en la pared. Realmente, así parece. En el año 1811 se acuñó el concepto de “La Maldición de Tecumsé”, también conocida como “la Maldición de los 20 años”. Este es el nombre que se le ha otorgado a un patrón que dictaminó que, desde 1840 hasta 1960, los presidentes norteamericanos que hubiesen ganado las elecciones en un año terminado en cero morían en el cargo.
Este patrón tiene su origen en 1811. Ese año tuvo lugar la Batalla de Tippecanoe, que enfrentó al ejército de los Estados Unidos de América y a los confederados de los pueblos tribales, con victoria de los yankees. Estos estaban liderados por William Henry Harrison, gobernador del territorio de Indiana, futuro presidente de los Estados Unidos y el primero en iniciar la maldición. Por otro lado, la tribu estaba liderada por Tecumsé y su hermano Tenskwatawa, “El Profeta”. Se destaca que, a pesar de llamarse “La maldición de Tecumsé”, fue su hermano el encargado de profetizar el destino de los futuros ocupantes de la Casa Blanca.
La maldición
Cuentan que todo surgió durante un coloquio en 1836 donde los presentes discutían sobre quién sería el próximo presidente, ya que William Henry Harrison aspiraba al puesto. Fue en ese preciso momento cuando Tenskwatawa anunció:
“Harrison no ganará este año el puesto de Gran Jefe. Pero ganará la próxima vez. Y cuando lo haga él no terminará su periodo. Morirá”.
Los asistentes no le creyeron ya que dese la batalla de Tippecanoe su personalidad de profeta se había visto afectada. Pero entonces Tenskwatawa continuó e hizo su profecía:
“Les digo que Harrison morirá. Ustedes creen que he perdido mis poderes, yo que hago que el sol se oscurezca y los pieles rojas dejen el aguardiente. Pero les digo que el morirá, y después de él, todo Gran Jefe escogido cada 20 años de ahí en adelante morirá. Y cuando cada uno muera, que todos recuerden la muerte de nuestro pueblo”.
Pocos le creyeron. En 1840 salía elegido William Henry Harrison, y tal como se dijo murió. De hecho, de los nueve presidentes elegidos cada 20 años desde entonces, siete murieron durante su mandato. A continuación, repasamos uno a uno, explicamos las causas de su muerte y desvelamos quienes fueron los dos que rompieron la cadena.
Cuando todo aún era una simple casualidad
En 1840 empezó todo. Ese año, William Henry Harrison subía al poder e inauguraba la maldición de los 20 años. Falleció solo un año después por una pulmonía. El siguiente fue Abraham Lincoln, electo en 1860 y muerto de un disparo en el teatro Ford. El tercero en la lista fue James Abram Garfield, electo en 1880. Coincidiendo con Lincoln, también fue asesinado. Y al igual que Williams, todo sucedió solo un año después de ser elegido.
A estas alturas, el que dudase de la veracidad de la maldición empezaba a cavilar si todo eran macabras coincidencias o si la profecía se estaba cumpliendo. Pero la cosa no acaba aquí.
El cuarto presidente que sufrió la maldición fue William McKinley. Este caso es especial, ya que dicho político fue elegido en 1896, reelegido en 1900 y asesinado durante su segunda legislatura. Ya el quinto en engrosar la lista de Tenskwatawa fue Warren G. Harding. Elegido en 1920, falleció por un ataque cardiaco.
Les siguió Franklin Delano Roosevelt. Elegido presidente por primera vez en 1932, y reelegido en 1936, 1940 y 1944. Roosevelt murió en 1945 a causa de una hemorragia cerebral.
Las piezas del puzzle empiezan a encajar
Los más escépticos se refugiaban en que estos dos últimos presidentes habían fallecido por problemas de salud, y eso no es algo panificable como un asesinato, intentando rechazar así la profecía. También se escudaban en que Roosevelt había sido reelegido varias veces y que en realidad murió durante el mandato electoral de 1944 y no 1940 como dictaría la maldición. Sin embargo, estamos más cerca de aquellos que se saltaron la pauta.
El último presidente que no rompió las predicciones fue John Fitzgerald Kennedy, electo en 1960. Su muerte, a manos de un francotirador en Dallas en 1963, es de sobra conocida ya que todo se encuentra registrado en vídeo.
Las excepciones
Desde 1813 hasta 1960 todos los presidentes que habían llegado al poder cada 20 años habían fallecido durante el mandato. Podría decirse que la maldición estaba más latente que nunca. Sin embargo, se en 1980. Fue Ronald Reagan quien recibió un disparo a la salida de una conferencia. Tras este suceso, fue reelegido y aún así falleció a los 93 años víctima una neumonía, tras dejar el poder, . Cuentan los rumores que se salvó de la maldición gracias a su mujer, Nancy Reagan, que recurrió en varias ocasiones a un astrólogo.
El último de la lista en romper la profecía fue George W. Bush, que llegó al poder el año 2000 y fue reelegido en el 2004.
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La maldición
Cuentan que todo surgió durante un coloquio en 1836 donde los presentes discutían sobre quién sería el próximo presidente, ya que William Henry Harrison aspiraba al puesto. Fue en ese preciso momento cuando Tenskwatawa anunció:
“Harrison no ganará este año el puesto de Gran Jefe. Pero ganará la próxima vez. Y cuando lo haga él no terminará su periodo. Morirá”.
Los asistentes no le creyeron ya que dese la batalla de Tippecanoe su personalidad de profeta se había visto afectada. Pero entonces Tenskwatawa continuó e hizo su profecía:
“Les digo que Harrison morirá. Ustedes creen que he perdido mis poderes, yo que hago que el sol se oscurezca y los pieles rojas dejen el aguardiente. Pero les digo que el morirá, y después de él, todo Gran Jefe escogido cada 20 años de ahí en adelante morirá. Y cuando cada uno muera, que todos recuerden la muerte de nuestro pueblo”.
Pocos le creyeron. En 1840 salía elegido William Henry Harrison, y tal como se dijo murió. De hecho, de los nueve presidentes elegidos cada 20 años desde entonces, siete murieron durante su mandato. A continuación, repasamos uno a uno, explicamos las causas de su muerte y desvelamos quienes fueron los dos que rompieron la cadena.
Cuando todo aún era una simple casualidad
En 1840 empezó todo. Ese año, William Henry Harrison subía al poder e inauguraba la maldición de los 20 años. Falleció solo un año después por una pulmonía. El siguiente fue Abraham Lincoln, electo en 1860 y muerto de un disparo en el teatro Ford. El tercero en la lista fue James Abram Garfield, electo en 1880. Coincidiendo con Lincoln, también fue asesinado. Y al igual que Williams, todo sucedió solo un año después de ser elegido.
A estas alturas, el que dudase de la veracidad de la maldición empezaba a cavilar si todo eran macabras coincidencias o si la profecía se estaba cumpliendo. Pero la cosa no acaba aquí.
El cuarto presidente que sufrió la maldición fue William McKinley. Este caso es especial, ya que dicho político fue elegido en 1896, reelegido en 1900 y asesinado durante su segunda legislatura. Ya el quinto en engrosar la lista de Tenskwatawa fue Warren G. Harding. Elegido en 1920, falleció por un ataque cardiaco.
Les siguió Franklin Delano Roosevelt. Elegido presidente por primera vez en 1932, y reelegido en 1936, 1940 y 1944. Roosevelt murió en 1945 a causa de una hemorragia cerebral.
Las piezas del puzzle empiezan a encajar
Los más escépticos se refugiaban en que estos dos últimos presidentes habían fallecido por problemas de salud, y eso no es algo panificable como un asesinato, intentando rechazar así la profecía. También se escudaban en que Roosevelt había sido reelegido varias veces y que en realidad murió durante el mandato electoral de 1944 y no 1940 como dictaría la maldición. Sin embargo, estamos más cerca de aquellos que se saltaron la pauta.
El último presidente que no rompió las predicciones fue John Fitzgerald Kennedy, electo en 1960. Su muerte, a manos de un francotirador en Dallas en 1963, es de sobra conocida ya que todo se encuentra registrado en vídeo.
Las excepciones
Desde 1813 hasta 1960 todos los presidentes que habían llegado al poder cada 20 años habían fallecido durante el mandato. Podría decirse que la maldición estaba más latente que nunca. Sin embargo, se en 1980. Fue Ronald Reagan quien recibió un disparo a la salida de una conferencia. Tras este suceso, fue reelegido y aún así falleció a los 93 años víctima una neumonía, tras dejar el poder, . Cuentan los rumores que se salvó de la maldición gracias a su mujer, Nancy Reagan, que recurrió en varias ocasiones a un astrólogo.
El último de la lista en romper la profecía fue George W. Bush, que llegó al poder el año 2000 y fue reelegido en el 2004.
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Hay una canción que dice que la historia se repite una y otra vez como un martillo en la pared. Realmente, así parece. En el año 1811 se acuñó el concepto de “La Maldición de Tecumsé”, también conocida como “la Maldición de los 20 años”. Este es el nombre que se le ha otorgado a un patrón que dictaminó que, desde 1840 hasta 1960, los presidentes norteamericanos que hubiesen ganado las elecciones en un año terminado en cero morían en el cargo.
Este patrón tiene su origen en 1811. Ese año tuvo lugar la Batalla de Tippecanoe, que enfrentó al ejército de los Estados Unidos de América y a los confederados de los pueblos tribales, con victoria de los yankees. Estos estaban liderados por William Henry Harrison, gobernador del territorio de Indiana, futuro presidente de los Estados Unidos y el primero en iniciar la maldición. Por otro lado, la tribu estaba liderada por Tecumsé y su hermano Tenskwatawa, “El Profeta”. Se destaca que, a pesar de llamarse “La maldición de Tecumsé”, fue su hermano el encargado de profetizar el destino de los futuros ocupantes de la Casa Blanca.
La maldición
Cuentan que todo surgió durante un coloquio en 1836 donde los presentes discutían sobre quién sería el próximo presidente, ya que William Henry Harrison aspiraba al puesto. Fue en ese preciso momento cuando Tenskwatawa anunció:
“Harrison no ganará este año el puesto de Gran Jefe. Pero ganará la próxima vez. Y cuando lo haga él no terminará su periodo. Morirá”.
Los asistentes no le creyeron ya que dese la batalla de Tippecanoe su personalidad de profeta se había visto afectada. Pero entonces Tenskwatawa continuó e hizo su profecía:
“Les digo que Harrison morirá. Ustedes creen que he perdido mis poderes, yo que hago que el sol se oscurezca y los pieles rojas dejen el aguardiente. Pero les digo que el morirá, y después de él, todo Gran Jefe escogido cada 20 años de ahí en adelante morirá. Y cuando cada uno muera, que todos recuerden la muerte de nuestro pueblo”.
Pocos le creyeron. En 1840 salía elegido William Henry Harrison, y tal como se dijo murió. De hecho, de los nueve presidentes elegidos cada 20 años desde entonces, siete murieron durante su mandato. A continuación, repasamos uno a uno, explicamos las causas de su muerte y desvelamos quienes fueron los dos que rompieron la cadena.
Cuando todo aún era una simple casualidad
En 1840 empezó todo. Ese año, William Henry Harrison subía al poder e inauguraba la maldición de los 20 años. Falleció solo un año después por una pulmonía. El siguiente fue Abraham Lincoln, electo en 1860 y muerto de un disparo en el teatro Ford. El tercero en la lista fue James Abram Garfield, electo en 1880. Coincidiendo con Lincoln, también fue asesinado. Y al igual que Williams, todo sucedió solo un año después de ser elegido.
A estas alturas, el que dudase de la veracidad de la maldición empezaba a cavilar si todo eran macabras coincidencias o si la profecía se estaba cumpliendo. Pero la cosa no acaba aquí.
El cuarto presidente que sufrió la maldición fue William McKinley. Este caso es especial, ya que dicho político fue elegido en 1896, reelegido en 1900 y asesinado durante su segunda legislatura. Ya el quinto en engrosar la lista de Tenskwatawa fue Warren G. Harding. Elegido en 1920, falleció por un ataque cardiaco.
Les siguió Franklin Delano Roosevelt. Elegido presidente por primera vez en 1932, y reelegido en 1936, 1940 y 1944. Roosevelt murió en 1945 a causa de una hemorragia cerebral.
Las piezas del puzzle empiezan a encajar
Los más escépticos se refugiaban en que estos dos últimos presidentes habían fallecido por problemas de salud, y eso no es algo panificable como un asesinato, intentando rechazar así la profecía. También se escudaban en que Roosevelt había sido reelegido varias veces y que en realidad murió durante el mandato electoral de 1944 y no 1940 como dictaría la maldición. Sin embargo, estamos más cerca de aquellos que se saltaron la pauta.
El último presidente que no rompió las predicciones fue John Fitzgerald Kennedy, electo en 1960. Su muerte, a manos de un francotirador en Dallas en 1963, es de sobra conocida ya que todo se encuentra registrado en vídeo.
Las excepciones
Desde 1813 hasta 1960 todos los presidentes que habían llegado al poder cada 20 años habían fallecido durante el mandato. Podría decirse que la maldición estaba más latente que nunca. Sin embargo, se en 1980. Fue Ronald Reagan quien recibió un disparo a la salida de una conferencia. Tras este suceso, fue reelegido y aún así falleció a los 93 años víctima una neumonía, tras dejar el poder, . Cuentan los rumores que se salvó de la maldición gracias a su mujer, Nancy Reagan, que recurrió en varias ocasiones a un astrólogo.
El último de la lista en romper la profecía fue George W. Bush, que llegó al poder el año 2000 y fue reelegido en el 2004.
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La maldición de Tippecanoe, también conocida como la maldición de Tecumseh, persiguió a los presidentes de EEUU desde 1840 hasta 1960. Según esta leyenda, una maldición causó que todos los presidentes americanos elegidos en un año finalizado en cero, morirían durante su mandato.
Todo comenzó con William Henry Harrison, que también parece ser el origen de la maldición, ya que esta se atribuye a un chamán indio cuya tribu fue derrotada por este en la batalla de Tippecanoe en 1811, fueron traicionados por gobierno norteamericano y por eso la maldicion..
Durante muchos años se habló de la supuesta maldición que pesaba sobre los Presidentes de los Estados Unidos que eran elegidos en año terminado en cero, algo que por el período presidencial de cuatro años, ocurre una vez cada veinte. Según se decía, estos Presidentes no iban a acabar sus respectivos mandatos... vivos. Y es que daba para pensarlo, por la serie de coincidencias que durante casi siglo y medio se produjeron al respecto. Los primeros Presidentes elegidos en año terminado en cero fueron Thomas Jefferson y James Monroe, y a ellos nada les pasó, pero después...
El primero de la lista fatídica es William Henry Harrison. Fue elegido en 1840, asumió el 04 Marzo de 1841... y falleció el 04 de Abril siguiente, exactamente un mes después. Fue el Presidente más viejo en ser elegido (tenía 68 años), hasta Ronald Reagan (quien tenía 69). Sin embargo, además, posee los tristes récords de ser el Presidente más breve de los Estados Unidos (apenas un mes), y también el primero en fallecer en funciones.
El siguiente es el famoso Abraham Lincoln. Completó su primer período, pero durante el segundo, fue asesinado a tiros por un fanático sudista en un teatro, el 14 de Abril de 1865.
El siguiente del listado es James Garfield. Asumió el 04 de Marzo de 1881, y en Septiembre del mismo año, fue víctima del atentado perpetrado por un anarquista, falleciendo poco después.
El siguiente en la lista fatal es William McKinley. Fue elegido Presidente en 1896, y en 1900 postuló para un segundo período, ganándolo. Pero no lo disfrutó mucho. Un anarquista disparó en su contra (ése era el destino común de muchos en la época). Durante una semana estuvo batiéndose entre la vida y la muerte, y por un instante pareció que se iba a recobrar. Pero la maldición fue más fuerte, y se lo llevó a la tumba.
La siguiente cita era en 1920, y Warren G. Harding la aceptó. Su Presidencia ha sido pésimamente calificada por los historiadores, y su muerte resultó de lo más extraña: ¿intoxicación por comida?, ¿depresión?, ¿suicidio?, ¿ataque cardíaco?, ¿envenenado por su esposa...? La opción más aceptada es que se intoxicó comiendo algo que le cayó mal, pero el misterio no está aún completamente resuelto, y las teorías de la conspiración hacen nata al respecto.
Luego vino Franklin Delano Rooselvet, en 1940. En realidad, éste venía siendo su tercer período, porque había sido elegido también en 1932 y 1936 (es el Presidente de los Estados Unidos con más períodos en el cuerpo). Decidió tentar a la suerte una vez más, postulando a la elección de 1944. La pagó en 1945... Un derrame cerebral se cobró rápidamente la vida de Rooselvet.
En 1960 fue el turno de John F. Kennedy. Su historia es demasiado conocida y no la reseñaremos aquí, pero piense usted en "Dallas, 1963", por si acaso.
En 1980 fue elegido Ronald Reagan. Fue el primer Presidente de Estados Unidos elegido en año terminado en cero, desde James Monroe, que se sobrepuso a la maldición. Sin embargo, muchos recordaron ésta cuando en 1981 fue abaleado por un fanático que buscaba la atención de Jodie Foster... El último Presidente a la fecha elegido en año cero fue George W. Bush, y para vencer a la maldición, debe entregar con vida el mando en el año
Hay una canción que dice que la historia se repite una y otra vez como un martillo en la pared. Realmente, así parece. En el año 1811 se acuñó el concepto de “La Maldición de Tecumsé”, también conocida como “la Maldición de los 20 años”. Este es el nombre que se le ha otorgado a un patrón que dictaminó que, desde 1840 hasta 1960, los presidentes norteamericanos que hubiesen ganado las elecciones en un año terminado en cero morían en el cargo.
Este patrón tiene su origen en 1811. Ese año tuvo lugar la Batalla de Tippecanoe, que enfrentó al ejército de los Estados Unidos de América y a los confederados de los pueblos tribales, con victoria de los yankees. Estos estaban liderados por William Henry Harrison, gobernador del territorio de Indiana, futuro presidente de los Estados Unidos y el primero en iniciar la maldición. Por otro lado, la tribu estaba liderada por Tecumsé y su hermano Tenskwatawa, “El Profeta”. Se destaca que, a pesar de llamarse “La maldición de Tecumsé”, fue su hermano el encargado de profetizar el destino de los futuros ocupantes de la Casa Blanca.
La maldición
Cuentan que todo surgió durante un coloquio en 1836 donde los presentes discutían sobre quién sería el próximo presidente, ya que William Henry Harrison aspiraba al puesto. Fue en ese preciso momento cuando Tenskwatawa anunció:
“Harrison no ganará este año el puesto de Gran Jefe. Pero ganará la próxima vez. Y cuando lo haga él no terminará su periodo. Morirá”.
Los asistentes no le creyeron ya que dese la batalla de Tippecanoe su personalidad de profeta se había visto afectada. Pero entonces Tenskwatawa continuó e hizo su profecía:
“Les digo que Harrison morirá. Ustedes creen que he perdido mis poderes, yo que hago que el sol se oscurezca y los pieles rojas dejen el aguardiente. Pero les digo que el morirá, y después de él, todo Gran Jefe escogido cada 20 años de ahí en adelante morirá. Y cuando cada uno muera, que todos recuerden la muerte de nuestro pueblo”.
Pocos le creyeron. En 1840 salía elegido William Henry Harrison, y tal como se dijo murió. De hecho, de los nueve presidentes elegidos cada 20 años desde entonces, siete murieron durante su mandato. A continuación, repasamos uno a uno, explicamos las causas de su muerte y desvelamos quienes fueron los dos que rompieron la cadena.
Cuando todo aún era una simple casualidad
En 1840 empezó todo. Ese año, William Henry Harrison subía al poder e inauguraba la maldición de los 20 años. Falleció solo un año después por una pulmonía. El siguiente fue Abraham Lincoln, electo en 1860 y muerto de un disparo en el teatro Ford. El tercero en la lista fue James Abram Garfield, electo en 1880. Coincidiendo con Lincoln, también fue asesinado. Y al igual que Williams, todo sucedió solo un año después de ser elegido.
A estas alturas, el que dudase de la veracidad de la maldición empezaba a cavilar si todo eran macabras coincidencias o si la profecía se estaba cumpliendo. Pero la cosa no acaba aquí.
El cuarto presidente que sufrió la maldición fue William McKinley. Este caso es especial, ya que dicho político fue elegido en 1896, reelegido en 1900 y asesinado durante su segunda legislatura. Ya el quinto en engrosar la lista de Tenskwatawa fue Warren G. Harding. Elegido en 1920, falleció por un ataque cardiaco.
Les siguió Franklin Delano Roosevelt. Elegido presidente por primera vez en 1932, y reelegido en 1936, 1940 y 1944. Roosevelt murió en 1945 a causa de una hemorragia cerebral.
Las piezas del puzzle empiezan a encajar
Los más escépticos se refugiaban en que estos dos últimos presidentes habían fallecido por problemas de salud, y eso no es algo panificable como un asesinato, intentando rechazar así la profecía. También se escudaban en que Roosevelt había sido reelegido varias veces y que en realidad murió durante el mandato electoral de 1944 y no 1940 como dictaría la maldición. Sin embargo, estamos más cerca de aquellos que se saltaron la pauta.
El último presidente que no rompió las predicciones fue John Fitzgerald Kennedy, electo en 1960. Su muerte, a manos de un francotirador en Dallas en 1963, es de sobra conocida ya que todo se encuentra registrado en vídeo.
Las excepciones
Desde 1813 hasta 1960 todos los presidentes que habían llegado al poder cada 20 años habían fallecido durante el mandato. Podría decirse que la maldición estaba más latente que nunca. Sin embargo, se en 1980. Fue Ronald Reagan quien recibió un disparo a la salida de una conferencia. Tras este suceso, fue reelegido y aún así falleció a los 93 años víctima una neumonía, tras dejar el poder, . Cuentan los rumores que se salvó de la maldición gracias a su mujer, Nancy Reagan, que recurrió en varias ocasiones a un astrólogo.
El último de la lista en romper la profecía fue George W. Bush, que llegó al poder el año 2000 y fue reelegido en el 2004.
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Hay una canción que dice que la historia se repite una y otra vez como un martillo en la pared. Realmente, así parece. En el año 1811 se acuñó el concepto de “La Maldición de Tecumsé”, también conocida como “la Maldición de los 20 años”. Este es el nombre que se le ha otorgado a un patrón que dictaminó que, desde 1840 hasta 1960, los presidentes norteamericanos que hubiesen ganado las elecciones en un año terminado en cero morían en el cargo.
Este patrón tiene su origen en 1811. Ese año tuvo lugar la Batalla de Tippecanoe, que enfrentó al ejército de los Estados Unidos de América y a los confederados de los pueblos tribales, con victoria de los yankees. Estos estaban liderados por William Henry Harrison, gobernador del territorio de Indiana, futuro presidente de los Estados Unidos y el primero en iniciar la maldición. Por otro lado, la tribu estaba liderada por Tecumsé y su hermano Tenskwatawa, “El Profeta”. Se destaca que, a pesar de llamarse “La maldición de Tecumsé”, fue su hermano el encargado de profetizar el destino de los futuros ocupantes de la Casa Blanca.
La maldición
Cuentan que todo surgió durante un coloquio en 1836 donde los presentes discutían sobre quién sería el próximo presidente, ya que William Henry Harrison aspiraba al puesto. Fue en ese preciso momento cuando Tenskwatawa anunció:
“Harrison no ganará este año el puesto de Gran Jefe. Pero ganará la próxima vez. Y cuando lo haga él no terminará su periodo. Morirá”.
Los asistentes no le creyeron ya que dese la batalla de Tippecanoe su personalidad de profeta se había visto afectada. Pero entonces Tenskwatawa continuó e hizo su profecía:
“Les digo que Harrison morirá. Ustedes creen que he perdido mis poderes, yo que hago que el sol se oscurezca y los pieles rojas dejen el aguardiente. Pero les digo que el morirá, y después de él, todo Gran Jefe escogido cada 20 años de ahí en adelante morirá. Y cuando cada uno muera, que todos recuerden la muerte de nuestro pueblo”.
Pocos le creyeron. En 1840 salía elegido William Henry Harrison, y tal como se dijo murió. De hecho, de los nueve presidentes elegidos cada 20 años desde entonces, siete murieron durante su mandato. A continuación, repasamos uno a uno, explicamos las causas de su muerte y desvelamos quienes fueron los dos que rompieron la cadena.
Cuando todo aún era una simple casualidad
En 1840 empezó todo. Ese año, William Henry Harrison subía al poder e inauguraba la maldición de los 20 años. Falleció solo un año después por una pulmonía. El siguiente fue Abraham Lincoln, electo en 1860 y muerto de un disparo en el teatro Ford. El tercero en la lista fue James Abram Garfield, electo en 1880. Coincidiendo con Lincoln, también fue asesinado. Y al igual que Williams, todo sucedió solo un año después de ser elegido.
A estas alturas, el que dudase de la veracidad de la maldición empezaba a cavilar si todo eran macabras coincidencias o si la profecía se estaba cumpliendo. Pero la cosa no acaba aquí.
El cuarto presidente que sufrió la maldición fue William McKinley. Este caso es especial, ya que dicho político fue elegido en 1896, reelegido en 1900 y asesinado durante su segunda legislatura. Ya el quinto en engrosar la lista de Tenskwatawa fue Warren G. Harding. Elegido en 1920, falleció por un ataque cardiaco.
Les siguió Franklin Delano Roosevelt. Elegido presidente por primera vez en 1932, y reelegido en 1936, 1940 y 1944. Roosevelt murió en 1945 a causa de una hemorragia cerebral.
Las piezas del puzzle empiezan a encajar
Los más escépticos se refugiaban en que estos dos últimos presidentes habían fallecido por problemas de salud, y eso no es algo panificable como un asesinato, intentando rechazar así la profecía. También se escudaban en que Roosevelt había sido reelegido varias veces y que en realidad murió durante el mandato electoral de 1944 y no 1940 como dictaría la maldición. Sin embargo, estamos más cerca de aquellos que se saltaron la pauta.
El último presidente que no rompió las predicciones fue John Fitzgerald Kennedy, electo en 1960. Su muerte, a manos de un francotirador en Dallas en 1963, es de sobra conocida ya que todo se encuentra registrado en vídeo.
Las excepciones
Desde 1813 hasta 1960 todos los presidentes que habían llegado al poder cada 20 años habían fallecido durante el mandato. Podría decirse que la maldición estaba más latente que nunca. Sin embargo, se en 1980. Fue Ronald Reagan quien recibió un disparo a la salida de una conferencia. Tras este suceso, fue reelegido y aún así falleció a los 93 años víctima una neumonía, tras dejar el poder, . Cuentan los rumores que se salvó de la maldición gracias a su mujer, Nancy Reagan, que recurrió en varias ocasiones a un astrólogo.
El último de la lista en romper la profecía fue George W. Bush, que llegó al poder el año 2000 y fue reelegido en el 2004.
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Este patrón tiene su origen en 1811. Ese año tuvo lugar la Batalla de Tippecanoe, que enfrentó al ejército de los Estados Unidos de América y a los confederados de los pueblos tribales, con victoria de los yankees. Estos estaban liderados por William Henry Harrison, gobernador del territorio de Indiana, futuro presidente de los Estados Unidos y el primero en iniciar la maldición. Por otro lado, la tribu estaba liderada por Tecumsé y su hermano Tenskwatawa, “El Profeta”. Se destaca que, a pesar de llamarse “La maldición de Tecumsé”, fue su hermano el encargado de profetizar el destino de los futuros ocupantes de la Casa Blanca.
La maldición
Cuentan que todo surgió durante un coloquio en 1836 donde los presentes discutían sobre quién sería el próximo presidente, ya que William Henry Harrison aspiraba al puesto. Fue en ese preciso momento cuando Tenskwatawa anunció:
“Harrison no ganará este año el puesto de Gran Jefe. Pero ganará la próxima vez. Y cuando lo haga él no terminará su periodo. Morirá”.
Los asistentes no le creyeron ya que dese la batalla de Tippecanoe su personalidad de profeta se había visto afectada. Pero entonces Tenskwatawa continuó e hizo su profecía:
“Les digo que Harrison morirá. Ustedes creen que he perdido mis poderes, yo que hago que el sol se oscurezca y los pieles rojas dejen el aguardiente. Pero les digo que el morirá, y después de él, todo Gran Jefe escogido cada 20 años de ahí en adelante morirá. Y cuando cada uno muera, que todos recuerden la muerte de nuestro pueblo”.
Pocos le creyeron. En 1840 salía elegido William Henry Harrison, y tal como se dijo murió. De hecho, de los nueve presidentes elegidos cada 20 años desde entonces, siete murieron durante su mandato. A continuación, repasamos uno a uno, explicamos las causas de su muerte y desvelamos quienes fueron los dos que rompieron la cadena.
Cuando todo aún era una simple casualidad
En 1840 empezó todo. Ese año, William Henry Harrison subía al poder e inauguraba la maldición de los 20 años. Falleció solo un año después por una pulmonía. El siguiente fue Abraham Lincoln, electo en 1860 y muerto de un disparo en el teatro Ford. El tercero en la lista fue James Abram Garfield, electo en 1880. Coincidiendo con Lincoln, también fue asesinado. Y al igual que Williams, todo sucedió solo un año después de ser elegido.
A estas alturas, el que dudase de la veracidad de la maldición empezaba a cavilar si todo eran macabras coincidencias o si la profecía se estaba cumpliendo. Pero la cosa no acaba aquí.
El cuarto presidente que sufrió la maldición fue William McKinley. Este caso es especial, ya que dicho político fue elegido en 1896, reelegido en 1900 y asesinado durante su segunda legislatura. Ya el quinto en engrosar la lista de Tenskwatawa fue Warren G. Harding. Elegido en 1920, falleció por un ataque cardiaco.
Les siguió Franklin Delano Roosevelt. Elegido presidente por primera vez en 1932, y reelegido en 1936, 1940 y 1944. Roosevelt murió en 1945 a causa de una hemorragia cerebral.
Las piezas del puzzle empiezan a encajar
Los más escépticos se refugiaban en que estos dos últimos presidentes habían fallecido por problemas de salud, y eso no es algo panificable como un asesinato, intentando rechazar así la profecía. También se escudaban en que Roosevelt había sido reelegido varias veces y que en realidad murió durante el mandato electoral de 1944 y no 1940 como dictaría la maldición. Sin embargo, estamos más cerca de aquellos que se saltaron la pauta.
El último presidente que no rompió las predicciones fue John Fitzgerald Kennedy, electo en 1960. Su muerte, a manos de un francotirador en Dallas en 1963, es de sobra conocida ya que todo se encuentra registrado en vídeo.
Las excepciones
Desde 1813 hasta 1960 todos los presidentes que habían llegado al poder cada 20 años habían fallecido durante el mandato. Podría decirse que la maldición estaba más latente que nunca. Sin embargo, se en 1980. Fue Ronald Reagan quien recibió un disparo a la salida de una conferencia. Tras este suceso, fue reelegido y aún así falleció a los 93 años víctima una neumonía, tras dejar el poder, . Cuentan los rumores que se salvó de la maldición gracias a su mujer, Nancy Reagan, que recurrió en varias ocasiones a un astrólogo.
El último de la lista en romper la profecía fue George W. Bush, que llegó al poder el año 2000 y fue reelegido en el 2004.
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Hay una canción que dice que la historia se repite una y otra vez como un martillo en la pared. Realmente, así parece. En el año 1811 se acuñó el concepto de “La Maldición de Tecumsé”, también conocida como “la Maldición de los 20 años”. Este es el nombre que se le ha otorgado a un patrón que dictaminó que, desde 1840 hasta 1960, los presidentes norteamericanos que hubiesen ganado las elecciones en un año terminado en cero morían en el cargo.
Este patrón tiene su origen en 1811. Ese año tuvo lugar la Batalla de Tippecanoe, que enfrentó al ejército de los Estados Unidos de América y a los confederados de los pueblos tribales, con victoria de los yankees. Estos estaban liderados por William Henry Harrison, gobernador del territorio de Indiana, futuro presidente de los Estados Unidos y el primero en iniciar la maldición. Por otro lado, la tribu estaba liderada por Tecumsé y su hermano Tenskwatawa, “El Profeta”. Se destaca que, a pesar de llamarse “La maldición de Tecumsé”, fue su hermano el encargado de profetizar el destino de los futuros ocupantes de la Casa Blanca.
La maldición
Cuentan que todo surgió durante un coloquio en 1836 donde los presentes discutían sobre quién sería el próximo presidente, ya que William Henry Harrison aspiraba al puesto. Fue en ese preciso momento cuando Tenskwatawa anunció:
“Harrison no ganará este año el puesto de Gran Jefe. Pero ganará la próxima vez. Y cuando lo haga él no terminará su periodo. Morirá”.
Los asistentes no le creyeron ya que dese la batalla de Tippecanoe su personalidad de profeta se había visto afectada. Pero entonces Tenskwatawa continuó e hizo su profecía:
“Les digo que Harrison morirá. Ustedes creen que he perdido mis poderes, yo que hago que el sol se oscurezca y los pieles rojas dejen el aguardiente. Pero les digo que el morirá, y después de él, todo Gran Jefe escogido cada 20 años de ahí en adelante morirá. Y cuando cada uno muera, que todos recuerden la muerte de nuestro pueblo”.
Pocos le creyeron. En 1840 salía elegido William Henry Harrison, y tal como se dijo murió. De hecho, de los nueve presidentes elegidos cada 20 años desde entonces, siete murieron durante su mandato. A continuación, repasamos uno a uno, explicamos las causas de su muerte y desvelamos quienes fueron los dos que rompieron la cadena.
Cuando todo aún era una simple casualidad
En 1840 empezó todo. Ese año, William Henry Harrison subía al poder e inauguraba la maldición de los 20 años. Falleció solo un año después por una pulmonía. El siguiente fue Abraham Lincoln, electo en 1860 y muerto de un disparo en el teatro Ford. El tercero en la lista fue James Abram Garfield, electo en 1880. Coincidiendo con Lincoln, también fue asesinado. Y al igual que Williams, todo sucedió solo un año después de ser elegido.
A estas alturas, el que dudase de la veracidad de la maldición empezaba a cavilar si todo eran macabras coincidencias o si la profecía se estaba cumpliendo. Pero la cosa no acaba aquí.
El cuarto presidente que sufrió la maldición fue William McKinley. Este caso es especial, ya que dicho político fue elegido en 1896, reelegido en 1900 y asesinado durante su segunda legislatura. Ya el quinto en engrosar la lista de Tenskwatawa fue Warren G. Harding. Elegido en 1920, falleció por un ataque cardiaco.
Les siguió Franklin Delano Roosevelt. Elegido presidente por primera vez en 1932, y reelegido en 1936, 1940 y 1944. Roosevelt murió en 1945 a causa de una hemorragia cerebral.
Las piezas del puzzle empiezan a encajar
Los más escépticos se refugiaban en que estos dos últimos presidentes habían fallecido por problemas de salud, y eso no es algo panificable como un asesinato, intentando rechazar así la profecía. También se escudaban en que Roosevelt había sido reelegido varias veces y que en realidad murió durante el mandato electoral de 1944 y no 1940 como dictaría la maldición. Sin embargo, estamos más cerca de aquellos que se saltaron la pauta.
El último presidente que no rompió las predicciones fue John Fitzgerald Kennedy, electo en 1960. Su muerte, a manos de un francotirador en Dallas en 1963, es de sobra conocida ya que todo se encuentra registrado en vídeo.
Las excepciones
Desde 1813 hasta 1960 todos los presidentes que habían llegado al poder cada 20 años habían fallecido durante el mandato. Podría decirse que la maldición estaba más latente que nunca. Sin embargo, se en 1980. Fue Ronald Reagan quien recibió un disparo a la salida de una conferencia. Tras este suceso, fue reelegido y aún así falleció a los 93 años víctima una neumonía, tras dejar el poder, . Cuentan los rumores que se salvó de la maldición gracias a su mujer, Nancy Reagan, que recurrió en varias ocasiones a un astrólogo.
El último de la lista en romper la profecía fue George W. Bush, que llegó al poder el año 2000 y fue reelegido en el 2004.
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