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Frase Célebre : -Si las cosas fueran fáciles, hasta yo las haría.
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El Tesoro escondido de Hacienda de Hornos.
Jue 14 Feb 2008, 10:18 pm
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El tesoro escondido de Hacienda de Hornos
El tesoro escondido de Hacienda de Hornos
Quitzé Fernández
Un susurro contado donde radica la pobreza desencadenó la ambición más grande conocida en Venustiano Carranza. Aquí, una de las rancherías más pobres, ubicada en uno de los municipios también más pobres del estado de Coahuila, la gente no sabe si reír o llorar por la construcción de la carretera que los sacará del anonimato.
Y es que con tanto tiempo, ensimismados en ese rincón del desierto, el rumor que recorre las tierras se ha convertido en el sueño de cerca de 150 habitantes del lugar, quienes creen en un tesoro escondido en las entrañas de la tierra.
Es un baúl con riquezas que los podría sacar de la condición en la que han vivido toda su historia, por el cual hay ambiciones rondando las calles y los muros derruidos de una muy antigua bonanza económica, tiempo aquel que no alcanzaron a presenciar.
Se conoce en los alrededores como Hacienda de Hornos, está a 10 kilómetros del ejido Emiliano Zapata por un camino de piedra suelta y terracería, pertenece al municipio de Viesca, en el estado de Coahuila.
Fue, a finales del siglo XVI, parte del proyecto evangelizador jesuita en el norte del país, según un documento de restauración del Instituto Nacional de Antropología e Historia, elaborado por Gabriel Leal Motola.
Después, en 1749, se construyó la Hacienda de Santa Ana de los Hornos, que sería propiedad de Leonardo Zuloaga y su esposa Luisa Ibarra, quien la vendió en 1880. En ese entonces, explica el documento, se encontraba una fábrica donde elaboraban locomotoras de vapor, vagones y tranvías.
En 1864, Benito Juárez había encargado al general Jesús González Herrera (nacido en el lugar), la custodia de los Archivos de la Nación, escondidos por un tiempo en la Cueva del Tabaco, a pocos kilómetros de allí.
En 1938, Hacienda de Hornos se convirtió en el ejido Venustiano Carranza.
Los tiempos de laureles quedaron en el pasado, en papeles dispersos.
Han empezado las obras para construir la carretera que los habrá de comunicar después de tantos años de fundación. Ellos dicen que no la necesitan.
Un patronato presidido por Armando García Triana, recaudador de rentas del Gobierno del estado de Coahuila, se ha dado a la tarea de restaurar el lugar en un lapso no mayor a dos años, con una inversión de 5 millones de pesos.
García Triana argumenta que es un lugar de gran riqueza histórica. El casco de la Hacienda está en ruinas, es un pueblo que huele a desdicha.
En la iglesia hay pinturas de autores anónimos, maderas y figuras religiosas de los siglos XVII, XVIII y XIX.
La mayoría de los habitantes no quieren que esta obra de restauración se lleve a cabo, porque aseguran que así han sido felices durante años y van a quebrantar su paz.
"Ya ve, el Gobernador nada más mandó a su gente pero no vino para acá, mejor muchos fueron a verlo a Viesca. Prometió que iba a venir cuando estuviera lista la carretera", platica Carmen Nájera mientras atiende su pequeño negocio, donde la atracción son juegos de video de hace 20 años.
"Se me hace que lo que quieren es el dinero, dicen que hay mucho enterrado acá, pero nadie lo ha encontrado en muchos años. Eso que a cada rato viene gente con máquinas", añadió Carmen, quien a sus 66 años sufre cuando enferma: tiene que conseguir algún medio de transporte para llegar a Viesca.
En otro rincón, a los 90 años, Pablo Ramírez le habla, en ocasiones, a la soledad. Rara vez tiene con quien charlar, cuando esto sucede sus palabras fluyen en historias que se entremezclan durante el hilo de la narración.
"Viene mucha gente a hacer desastre, traen máquinas y hacen hoyos para sacar el tesoro que nos pertenece. Nunca traen nada bueno, son como el Gobierno, en tantos años que tengo de vida no conozco personalmente a un gobernante".
Pablo se la pasa todo el día a la sombra de un árbol, es tan pobre que sólo tiene una cobija que le regalaron para pasar el invierno; durante el verano descansa a la sombra de un árbol recordando épocas pasadas.
Vive solo porque no tuvo hijos ni esposa. A veces no tiene qué comer y los vecinos comparten con él los pocos alimentos que hay. Casi todos se dedican al campo y a la tala de mezquite para elaborar carbón.
En la soledad de Hacienda de Hornos se percibe un fuerte olor a leña quemada. Se observa, a lo lejos, los hilos de humo negro, producto de un desierto devastado por la tala inmoderada.
Ya no hay carbón, el campo ofrece poco. A los alrededores no hay industria y los medios de transporte son las camionetas viejas que poseen algunos ejidatarios.
El lugar se recorre, a lo mucho, en media hora. En ese lapso de tiempo es posible observar cómo algunas personas viven en las ruinas de lo que fue la casa grande.
Cocinan en fogones, piden dinero a los visitantes, se muestran hostiles porque, a su juicio, no hay nada que observar: salvo pobreza.
Gabriel López tiene 81 años, recordó momentos pasados en los cuales había mucha gente en el ejido y algunas pozas de agua, hoy extintas por la sequía.
Con el paso de los años muchos se fueron, no sabe exactamente cuándo empezaron los años difíciles: "Yo tengo más años de sequía viviendo aquí. Nunca hubo años buenos. Siempre ha habido pura pobreza".
Dentro de sus relatos, Gabriel dice que efectivamente hay un tesoro, lo sabe desde que nació, conoce de gente que pasó toda la vida buscando monedas o lingotes de oro enterrados.
Muchas tardes las pasó escuchando historias mientras se consumía la vida: "Yo creo que sí hay dinero, el problema es hallarlo. Todo lo que he escuchado no puede ser mentira… no puede ser".
LOS BUSCADORES DE TESOROS
La calma de Venustiano Carranza es monótona. Hace meses se vio interrumpida por un grupo de personas que intentaron hallar el tesoro cavando en el lugar apoyados con maquinaria pesada, ignorando los carteles pegados por el INAH. Tuvieron que intervenir las autoridades, pero no hubo multas.
"Antes no los metimos a la cárcel por andar con sus tonterías", cuenta Armando García Triana.
Todo empezó con unas hojas sueltas a las que alguien les llamó "Pergaminos muy antiguos".
Llegaron a manos de un grupo de "busca-tesoros" de Torreón y del estado de Durango, quienes "estudiaron" el caso, hicieron conjeturas y se pusieron a trabajar en una empresa un tanto complicada por la actitud de la gente de Venustiano Carranza.
Era un equipo conformado por José Luis Muñoz Lira, José Roberto Muñoz, Víctor Negrete, Francisco Zermeño, Julio Castillo, Macario Moreno y José Olvera, a los que se unieron Mario Parra Reveles, Jaime Flores y José Ángel Perales, éste último habitante del pueblo.
Todos pasaron noches enteras hablando del destino del dinero. Todavía lo sueñan, no han desistido en su búsqueda.
Incluso, comentaron, invirtieron más de 60 mil pesos en maquinaria. Llevaron al lugar un trascabo rentado, de los llamados "mano de chango", y decenas de comilonas para convencer a la población.
Según José Luis Muñoz Lira, 52 años, unos "pergaminos" en propiedad de José Ángel Perales Galindo hablan de la existencia del tesoro.
Nunca los vio, Conoce gente que sí los ha visto.
"Vaya con Perales. A ver si se los enseña, es muy celoso de esas cosas".
José Luis lleva seis años de busca tesoros, jamás ha encontrado algo relevante en sus excavaciones. Es comisionista y electricista automotriz. En sus ratos libres, que son muchos, busca tesoros con un T-808 que detecta metales a 6 metros de profundidad.
Nació en el ejido Punta de Santo Domingo, en Viesca, tiene 48 años radicando en Torreón.
- Allá en Viesca somos muy fantasiosos, pero sí hay dinero enterrado: ¡Lingotes de oro!... Imagínese que hallemos un tesoro, salimos de fregados.
- ¿Qué haría con ese dinero?
- No sea burro. ¿Para qué es el dinero? P'os p'a que ruede.
- ¿Y qué tesoros ha encontrado en este tiempo?
- Nada, pero hemos estado a punto. Cuando compré el T-808 en M'cAllen, el que me lo vendió me dijo: 'En este menester se necesita mucha paciencia'... Y tenía razón.
Ya va para tres meses que José Luis y su gente dejaron de buscar, tantas promesas terminaron por hartar a los habitantes de Hacienda de Hornos.
Además, en su afán por hallar algo, excavaron en el pueblo. Ese no era el trato, tenían que respetar las construcciones históricas.
"La gente de Hornos son personas 'huevonas' que no nos quieren ayudar a rascar. Ningún tesoro va a salir solo. El día que nos encontremos algo nos van a dar la razón. Una vez encontramos unos rieles donde, imagino, llevaban el oro, na'más que llegó gente de Saltillo para que le paráramos al pedo".
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Un susurro contado donde radica la pobreza desencadenó la ambición más grande conocida en Venustiano Carranza. Aquí, una de las rancherías más pobres, ubicada en uno de los municipios también más pobres del estado de Coahuila, la gente no sabe si reír o llorar por la construcción de la carretera que los sacará del anonimato.
Y es que con tanto tiempo, ensimismados en ese rincón del desierto, el rumor que recorre las tierras se ha convertido en el sueño de cerca de 150 habitantes del lugar, quienes creen en un tesoro escondido en las entrañas de la tierra.
Es un baúl con riquezas que los podría sacar de la condición en la que han vivido toda su historia, por el cual hay ambiciones rondando las calles y los muros derruidos de una muy antigua bonanza económica, tiempo aquel que no alcanzaron a presenciar.
Se conoce en los alrededores como Hacienda de Hornos, está a 10 kilómetros del ejido Emiliano Zapata por un camino de piedra suelta y terracería, pertenece al municipio de Viesca, en el estado de Coahuila.
Fue, a finales del siglo XVI, parte del proyecto evangelizador jesuita en el norte del país, según un documento de restauración del Instituto Nacional de Antropología e Historia, elaborado por Gabriel Leal Motola.
Después, en 1749, se construyó la Hacienda de Santa Ana de los Hornos, que sería propiedad de Leonardo Zuloaga y su esposa Luisa Ibarra, quien la vendió en 1880. En ese entonces, explica el documento, se encontraba una fábrica donde elaboraban locomotoras de vapor, vagones y tranvías.
En 1864, Benito Juárez había encargado al general Jesús González Herrera (nacido en el lugar), la custodia de los Archivos de la Nación, escondidos por un tiempo en la Cueva del Tabaco, a pocos kilómetros de allí.
En 1938, Hacienda de Hornos se convirtió en el ejido Venustiano Carranza.
Los tiempos de laureles quedaron en el pasado, en papeles dispersos.
Han empezado las obras para construir la carretera que los habrá de comunicar después de tantos años de fundación. Ellos dicen que no la necesitan.
Un patronato presidido por Armando García Triana, recaudador de rentas del Gobierno del estado de Coahuila, se ha dado a la tarea de restaurar el lugar en un lapso no mayor a dos años, con una inversión de 5 millones de pesos.
García Triana argumenta que es un lugar de gran riqueza histórica. El casco de la Hacienda está en ruinas, es un pueblo que huele a desdicha.
En la iglesia hay pinturas de autores anónimos, maderas y figuras religiosas de los siglos XVII, XVIII y XIX.
La mayoría de los habitantes no quieren que esta obra de restauración se lleve a cabo, porque aseguran que así han sido felices durante años y van a quebrantar su paz.
"Ya ve, el Gobernador nada más mandó a su gente pero no vino para acá, mejor muchos fueron a verlo a Viesca. Prometió que iba a venir cuando estuviera lista la carretera", platica Carmen Nájera mientras atiende su pequeño negocio, donde la atracción son juegos de video de hace 20 años.
"Se me hace que lo que quieren es el dinero, dicen que hay mucho enterrado acá, pero nadie lo ha encontrado en muchos años. Eso que a cada rato viene gente con máquinas", añadió Carmen, quien a sus 66 años sufre cuando enferma: tiene que conseguir algún medio de transporte para llegar a Viesca.
En otro rincón, a los 90 años, Pablo Ramírez le habla, en ocasiones, a la soledad. Rara vez tiene con quien charlar, cuando esto sucede sus palabras fluyen en historias que se entremezclan durante el hilo de la narración.
"Viene mucha gente a hacer desastre, traen máquinas y hacen hoyos para sacar el tesoro que nos pertenece. Nunca traen nada bueno, son como el Gobierno, en tantos años que tengo de vida no conozco personalmente a un gobernante".
Pablo se la pasa todo el día a la sombra de un árbol, es tan pobre que sólo tiene una cobija que le regalaron para pasar el invierno; durante el verano descansa a la sombra de un árbol recordando épocas pasadas.
Vive solo porque no tuvo hijos ni esposa. A veces no tiene qué comer y los vecinos comparten con él los pocos alimentos que hay. Casi todos se dedican al campo y a la tala de mezquite para elaborar carbón.
En la soledad de Hacienda de Hornos se percibe un fuerte olor a leña quemada. Se observa, a lo lejos, los hilos de humo negro, producto de un desierto devastado por la tala inmoderada.
Ya no hay carbón, el campo ofrece poco. A los alrededores no hay industria y los medios de transporte son las camionetas viejas que poseen algunos ejidatarios.
El lugar se recorre, a lo mucho, en media hora. En ese lapso de tiempo es posible observar cómo algunas personas viven en las ruinas de lo que fue la casa grande.
Cocinan en fogones, piden dinero a los visitantes, se muestran hostiles porque, a su juicio, no hay nada que observar: salvo pobreza.
Gabriel López tiene 81 años, recordó momentos pasados en los cuales había mucha gente en el ejido y algunas pozas de agua, hoy extintas por la sequía.
Con el paso de los años muchos se fueron, no sabe exactamente cuándo empezaron los años difíciles: "Yo tengo más años de sequía viviendo aquí. Nunca hubo años buenos. Siempre ha habido pura pobreza".
Dentro de sus relatos, Gabriel dice que efectivamente hay un tesoro, lo sabe desde que nació, conoce de gente que pasó toda la vida buscando monedas o lingotes de oro enterrados.
Muchas tardes las pasó escuchando historias mientras se consumía la vida: "Yo creo que sí hay dinero, el problema es hallarlo. Todo lo que he escuchado no puede ser mentira… no puede ser".
LOS BUSCADORES DE TESOROS
La calma de Venustiano Carranza es monótona. Hace meses se vio interrumpida por un grupo de personas que intentaron hallar el tesoro cavando en el lugar apoyados con maquinaria pesada, ignorando los carteles pegados por el INAH. Tuvieron que intervenir las autoridades, pero no hubo multas.
"Antes no los metimos a la cárcel por andar con sus tonterías", cuenta Armando García Triana.
Todo empezó con unas hojas sueltas a las que alguien les llamó "Pergaminos muy antiguos".
Llegaron a manos de un grupo de "busca-tesoros" de Torreón y del estado de Durango, quienes "estudiaron" el caso, hicieron conjeturas y se pusieron a trabajar en una empresa un tanto complicada por la actitud de la gente de Venustiano Carranza.
Era un equipo conformado por José Luis Muñoz Lira, José Roberto Muñoz, Víctor Negrete, Francisco Zermeño, Julio Castillo, Macario Moreno y José Olvera, a los que se unieron Mario Parra Reveles, Jaime Flores y José Ángel Perales, éste último habitante del pueblo.
Todos pasaron noches enteras hablando del destino del dinero. Todavía lo sueñan, no han desistido en su búsqueda.
Incluso, comentaron, invirtieron más de 60 mil pesos en maquinaria. Llevaron al lugar un trascabo rentado, de los llamados "mano de chango", y decenas de comilonas para convencer a la población.
Según José Luis Muñoz Lira, 52 años, unos "pergaminos" en propiedad de José Ángel Perales Galindo hablan de la existencia del tesoro.
Nunca los vio, Conoce gente que sí los ha visto.
"Vaya con Perales. A ver si se los enseña, es muy celoso de esas cosas".
José Luis lleva seis años de busca tesoros, jamás ha encontrado algo relevante en sus excavaciones. Es comisionista y electricista automotriz. En sus ratos libres, que son muchos, busca tesoros con un T-808 que detecta metales a 6 metros de profundidad.
Nació en el ejido Punta de Santo Domingo, en Viesca, tiene 48 años radicando en Torreón.
- Allá en Viesca somos muy fantasiosos, pero sí hay dinero enterrado: ¡Lingotes de oro!... Imagínese que hallemos un tesoro, salimos de fregados.
- ¿Qué haría con ese dinero?
- No sea burro. ¿Para qué es el dinero? P'os p'a que ruede.
- ¿Y qué tesoros ha encontrado en este tiempo?
- Nada, pero hemos estado a punto. Cuando compré el T-808 en M'cAllen, el que me lo vendió me dijo: 'En este menester se necesita mucha paciencia'... Y tenía razón.
Ya va para tres meses que José Luis y su gente dejaron de buscar, tantas promesas terminaron por hartar a los habitantes de Hacienda de Hornos.
Además, en su afán por hallar algo, excavaron en el pueblo. Ese no era el trato, tenían que respetar las construcciones históricas.
"La gente de Hornos son personas 'huevonas' que no nos quieren ayudar a rascar. Ningún tesoro va a salir solo. El día que nos encontremos algo nos van a dar la razón. Una vez encontramos unos rieles donde, imagino, llevaban el oro, na'más que llegó gente de Saltillo para que le paráramos al pedo".
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- Pedro CantúAdmin
- Cantidad de envíos : 3160
Edad : 55
Localización : Nuevo León
Frase Célebre : -Si las cosas fueran fáciles, hasta yo las haría.
Fecha de inscripción : 05/12/2007
Puntos : 13508
El Tesoro escondido de Hacienda de Hornos, continuación...
Jue 14 Feb 2008, 10:25 pm
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Coincide con él José Ángel Perales, "Chagán", de quien dicen, su imaginación a veces se desborda. "Queríamos encontrar unos túneles donde hay dinero. Esta fue la primera hacienda en fundir oro y plata. Somos un grupo que queremos sacar lo que hay adentro, pero el Gobierno no nos dejó. Mejor nos quieren construir una carretera que nunca hemos necesitado".
- ¿Cómo sabe que hay dinero?
- Yo una vez encontré una olla con monedas de oro.
- A ver, ¿enséñeme una?...
- ¡No!... Porque luego la tomas (fotografía), y se me vienen todos encima.
Para convencer a la gente de Venustiano Carranza, el grupo de 'tesoreros' acudió a Mario Parra Reveles, conductor de un programa televisivo llamado: "¿De qué lado masca la iguana?...", por su facilidad de palabra y porque en varias ocasiones llevó cámara de video para exponer en su programa las carencias del pueblo.
Le vendieron la idea a la gente de Hacienda de Hornos a cambió de partes iguales en la fortuna a encontrar.
Hasta un café del centro de Torreón llegó Mario Parra Reveles: gordo, calvo; usa un celular con uno de esos tonos que gritan groserías. Mario Parra leyó en un libro de leyendas que la Hacienda de Hornos fue la primera en la República, también sobre la existencia de unos túneles donde entraba gente a meter dinero y jamás salían.
"Se rumora que hay ocho túneles. Bajé un plano por satélite que nos costó 40 mil pesos y se ven las entradas, hasta ahora no hemos dado con el paradero de ninguna por las trabas que nos han puesto. Queremos sacar un permiso".
- ¿Cree en verdad que haya algo?
- Son puros mitos y leyendas, pero no se descarta la posibilidad. Queremos ver que es lo que hay, no vamos a descansar. Estamos viendo la manera de sacar un permiso para 'rascar'.
- ¿Pero el pueblo es zona protegida del INAH?
- Las propiedades que hay en el ejido son del ejido, los dueños son la máxima autoridad. El que manda es el comisariado ejidal.
Ciriaco Marín, antiguo comisariado ejidal, comentó que nunca ha creído en tesoros, pero el grupo de 'tesoreros' se ganó a la gente organizando comidas y regalando dinero. Al final lanzaron la oferta:
"Organicé a la gente, se hicieron juntas, levantamos firmas y arreglamos que si encontraban algo, el dinero iba a ser dividido en partes iguales entre los habitantes y ellos".
Ciriaco dijo que en años anteriores mucha gente había intentado 'rascar', pero a ninguno se le permitió.
El 16 de diciembre de 2005 se firmó una hoja de cuaderno escrita a mano y notariada por José María Iduñate Carranza, Notario Público Número 43, donde dice:
"Siendo las 5:00 P.M. en el Ejido Venustiano Carranza, estando reunidos los ejidatarios, se llegó a un acuerdo sobre la excavación de un túnel que se encuentra dentro de la comunidad, estando presentes en su mayoría los ejidatarios. Si se llegara a encontrar algo durante las excavaciones se repartirá equitativamente entre ambas partes. En caso de que el Gobierno interviniera, ambas partes como lo son los ejidatarios del citado municipio y los responsables de la excavación, se llegará a un acuerdo con las autoridades en cuanto el porcentaje a repartir".
Gaspar Cuenca Yáñez, comisariado en turno, nunca estuvo de acuerdo: "Yo quería hablar con la gente del Gobierno para que esto se hiciera bien. Mario Parra dijo que esto quedara entre nosotros. Quedaron en no escarbar en el pueblo, ese fue uno de los tratos, pero hicieron hoyos en algunas casas. Fue cuando salté".
"Les dije: me hacen el favor de parar esta obra. Si no va a ver, créame que lo demando. Amenacé con hablar a Saltillo, pero no lo hice. Después llegó la gente del Gobierno a poner las cosas en su lugar".
- A todo esto, ¿usted cree que haya algo?
Gaspar Cuenca hizo una pausa, agarró fuerte la cerca de madera de su casa. Miró al suelo, luego para arriba. Sonrió emitiendo un suspiro:
- Sí… sí lo hay. Pero no va a ser para nadie.
'ESPANTOS' AHUYENTAN
En Venustiano Carranza hay dos panteones en medio del monte. Arranques de humor negro dicen que hay más muertos que vivos. Precisamente a mediados del año pasado -según varias versiones- encontraron un cuerpo sepultado en la iglesia, no se avisó a Viesca. A nadie.
En la lápida, contaron, decía León Calmete.
"Es un pueblo sin ley, tienen mucho desprecio acumulado", comentó Óscar, estudiante de la Universidad Autónoma del Noreste.
Óscar fue en varias ocasiones, durante el mes de noviembre de 2006, a grabar un cortometraje con un grupo de compañeros de la universidad, tuvieron que pedir permiso al comisariado para pernoctar en la hacienda.
"Nos decían que no nos quedáramos, que asustaban, que salía El Curro. Eran ellos los que nos hacían cosas para corrernos, no sé con qué afán".
Óscar consiguió, gracias a un amigo de la familia, el permiso para grabar su cortometraje.
Una noche, Gaspar Cuenca comentó que ya no podían estar grabando. Se veía un movimiento de personas en la iglesia. A lo lejos, sus amigos y él lograron observar cómo sacaban el cuerpo de una persona de la iglesia.
"Al otro día nos negaron todo. De hecho, para dormir querían que hombres y mujeres durmiéramos separados en casas distintas, no los dejamos".
Concepción Anguiano Obregón, encargada de la iglesia, es celosa de los visitantes que llegan. Para abrir pide identificaciones y referencias, de preferencia del sacerdote de Viesca:
"Es que ya nos tiene harta la gente que viene a buscar tesoros, quieren llevarse lo que nos pertenece. Nada más hacen desastres".
Adentro están los cuadros deteriorados, imágenes religiosas y una veladora con una llama triste alumbrando a la Virgen de Guadalupe.
"Ya una vez, hace años, no nos dimos cuenta y se llevaron dos cuadros, dicen que eran muy valiosos. Nada más nos quieren saquear".
Concepción y su esposo Tomás no están de acuerdo con la carretera.
"Para qué, nunca la hemos tenido. Así va a ser más fácil que se lleven todo, además, para qué tanta inversión si aquí nunca ha habido nada. Ni va a haber".
En Viesca también llegó el rumor de un tesoro en Hacienda de Hornos. Evelio Rodríguez Adriano, mecánico de 50 años, compone las camionetas de la gente de Venustiano Carranza, entre ellas las de José Ángel Perales, "Chagán":
- "Chagán" me buscó para convencer a la gente de Hornos, con los que la llevo bien, para buscar un tesoro. La verdad no le creí, es un fantasioso de la chingada. Hablas con él y no tiene límites. Busca gente para que trabaje y él no hace nada".
- ¿Dicen que él le pasó unos "pergaminos"?
- Ahorita te los doy para que les saques una copia. Cuando vi que metieron el trascabo y toda la gente estaba allí, le dije: 'Esta pinche idiotez chingada tú la inventaste, cabrón'. Se llevó entre las patas al licenciado (Parra) y a chingo de gente.
- ¿Ya no lo ha visto?
- No. Tengo ganas de ver al licenciado Parra, que me cae bien, y decirle: 'Olvídese de esa madre, no existe'... ¡Pobres cabrones!
Evelio Rodríguez facilitó los "pergaminos". Son unas hojas hechas en imprenta, con letra manuscrita, enumeradas con plumón de punto fino, firmadas el 15 de septiembre de 1959, por un tal Rafael Garate, donde instruye a su hija para la búsqueda de un tesoro.
A decir verdad, las hojas y el estilo no parecen viejos.
"Oiga, para qué quiere esas hojas. Se me hace que va a cambiar de profesión y va andar como esos viejos locos y mentirosos", despidió Evelio Rodríguez.
Armando Altamira Briones está al frente de la iglesia de Viesca. Va dos veces por mes a Venustiano Carranza a predicar. Relata que él puede ser un obstáculo para el proyecto de restauración de la iglesia.
"¿No cree usted que tengo la facultad de recoger la llave de la iglesia y a ver cómo entran las personas de este patronato al rescate de Hacienda de Hornos?, a mí nadie se me ha acercado a preguntarme qué pienso".
Armando recibió un acta constitutiva firmada por el Obispo, José Guadalupe Galván Galindo, donde consta que es apoderado legal de la iglesia de Venustiano Carranza:
- Tengo la disposición de que ninguna obra salga de ahí. Me dijeron que era propiedad del Gobierno; el Gobierno está ahorcado con el papel que yo tengo. Yo puedo ser un obstáculo para ellos.
- ¿Entonces no está de acuerdo con la obra?
- El proyecto es bueno, el único 'pero' son los caminos que están usando.
- ¿Qué tan valioso es lo que hay adentro?
- Son valiosas desde el punto de vista religioso. Es un valuarte de una fe que hubo en aquella comunidad. Nada más.
En alguna ocasión encontró gente extraña al pueblo, cavando cerca de la iglesia. Les dijo: "Lo que ustedes están haciendo es una investigación que no tiene credibilidad, los puedo meter a la cárcel por esto, mucha gente del lugar se puso en mi contra porque decían que no quería que sacaran su dinero".
Armando trata, en momentos, de comprender a la gente: "Las leyendas se adoptan como una realidad, viven en una pobreza extrema. Tienen en el corazón una esperanza que los haga salir de esa situación. A veces pienso: 'Pobre gente, ojalá haya una esperanza para ellos'. El Gobierno tiene el deber de velar por sus intereses".
Armando García Triana, sentado en su oficina de recaudación de rentas, comenta que las obras no saldrán de Hacienda de Hornos, que serán restauradas en el interior. El costo va a ser de 558 mil 125 pesos. Luego, la restauración de bienes, muebles y el casco de la hacienda, costará 1 millón 134 mil 944 pesos. Sumado a la carretera, será un total de 5 millones de pesos.
- ¿Qué tanto valor tienen estas obras?
- No tienen un gran valor, porque no son de ningún artista reconocido. El valor radica en su antigüedad.
García Triana coincidió en que no hay gran atractivo en Venustiano Carranza: "No hay nada qué visitar, pero ya estando restaurado veremos qué ponemos, puede ser un hotel de descanso. Ya veremos cuando esté todo terminado".
POSDATA:
Mario Parra Reveles prometió ceder los planos tomados vía satélite: terminó por ignorar las llamadas y las citas para seguir charlando del tema.
Contaron que andaba en Cuencamé, Durango, tratando de convencer a una familia para 'rascar' en los muros de una casa.
José Luis Muñoz Lira regresó con su T-808 y un amigo: encontró el desprecio de una comunidad.
José Ángel Perales siguió hablando sobre la existencia de tesoros. La gente del lugar pasó las horas en el portal de su casa soñando con un oro enterrado que nadie sacará.
El reportero está juntando dinero para comprar un T-808 y descifrar los "pergaminos" que no lo dejan dormir...
http://historiasdelarrabal.blogspot.com/2007/08/el-tesoro-escondido-de-hacienda-de.html
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Coincide con él José Ángel Perales, "Chagán", de quien dicen, su imaginación a veces se desborda. "Queríamos encontrar unos túneles donde hay dinero. Esta fue la primera hacienda en fundir oro y plata. Somos un grupo que queremos sacar lo que hay adentro, pero el Gobierno no nos dejó. Mejor nos quieren construir una carretera que nunca hemos necesitado".
- ¿Cómo sabe que hay dinero?
- Yo una vez encontré una olla con monedas de oro.
- A ver, ¿enséñeme una?...
- ¡No!... Porque luego la tomas (fotografía), y se me vienen todos encima.
Para convencer a la gente de Venustiano Carranza, el grupo de 'tesoreros' acudió a Mario Parra Reveles, conductor de un programa televisivo llamado: "¿De qué lado masca la iguana?...", por su facilidad de palabra y porque en varias ocasiones llevó cámara de video para exponer en su programa las carencias del pueblo.
Le vendieron la idea a la gente de Hacienda de Hornos a cambió de partes iguales en la fortuna a encontrar.
Hasta un café del centro de Torreón llegó Mario Parra Reveles: gordo, calvo; usa un celular con uno de esos tonos que gritan groserías. Mario Parra leyó en un libro de leyendas que la Hacienda de Hornos fue la primera en la República, también sobre la existencia de unos túneles donde entraba gente a meter dinero y jamás salían.
"Se rumora que hay ocho túneles. Bajé un plano por satélite que nos costó 40 mil pesos y se ven las entradas, hasta ahora no hemos dado con el paradero de ninguna por las trabas que nos han puesto. Queremos sacar un permiso".
- ¿Cree en verdad que haya algo?
- Son puros mitos y leyendas, pero no se descarta la posibilidad. Queremos ver que es lo que hay, no vamos a descansar. Estamos viendo la manera de sacar un permiso para 'rascar'.
- ¿Pero el pueblo es zona protegida del INAH?
- Las propiedades que hay en el ejido son del ejido, los dueños son la máxima autoridad. El que manda es el comisariado ejidal.
Ciriaco Marín, antiguo comisariado ejidal, comentó que nunca ha creído en tesoros, pero el grupo de 'tesoreros' se ganó a la gente organizando comidas y regalando dinero. Al final lanzaron la oferta:
"Organicé a la gente, se hicieron juntas, levantamos firmas y arreglamos que si encontraban algo, el dinero iba a ser dividido en partes iguales entre los habitantes y ellos".
Ciriaco dijo que en años anteriores mucha gente había intentado 'rascar', pero a ninguno se le permitió.
El 16 de diciembre de 2005 se firmó una hoja de cuaderno escrita a mano y notariada por José María Iduñate Carranza, Notario Público Número 43, donde dice:
"Siendo las 5:00 P.M. en el Ejido Venustiano Carranza, estando reunidos los ejidatarios, se llegó a un acuerdo sobre la excavación de un túnel que se encuentra dentro de la comunidad, estando presentes en su mayoría los ejidatarios. Si se llegara a encontrar algo durante las excavaciones se repartirá equitativamente entre ambas partes. En caso de que el Gobierno interviniera, ambas partes como lo son los ejidatarios del citado municipio y los responsables de la excavación, se llegará a un acuerdo con las autoridades en cuanto el porcentaje a repartir".
Gaspar Cuenca Yáñez, comisariado en turno, nunca estuvo de acuerdo: "Yo quería hablar con la gente del Gobierno para que esto se hiciera bien. Mario Parra dijo que esto quedara entre nosotros. Quedaron en no escarbar en el pueblo, ese fue uno de los tratos, pero hicieron hoyos en algunas casas. Fue cuando salté".
"Les dije: me hacen el favor de parar esta obra. Si no va a ver, créame que lo demando. Amenacé con hablar a Saltillo, pero no lo hice. Después llegó la gente del Gobierno a poner las cosas en su lugar".
- A todo esto, ¿usted cree que haya algo?
Gaspar Cuenca hizo una pausa, agarró fuerte la cerca de madera de su casa. Miró al suelo, luego para arriba. Sonrió emitiendo un suspiro:
- Sí… sí lo hay. Pero no va a ser para nadie.
'ESPANTOS' AHUYENTAN
En Venustiano Carranza hay dos panteones en medio del monte. Arranques de humor negro dicen que hay más muertos que vivos. Precisamente a mediados del año pasado -según varias versiones- encontraron un cuerpo sepultado en la iglesia, no se avisó a Viesca. A nadie.
En la lápida, contaron, decía León Calmete.
"Es un pueblo sin ley, tienen mucho desprecio acumulado", comentó Óscar, estudiante de la Universidad Autónoma del Noreste.
Óscar fue en varias ocasiones, durante el mes de noviembre de 2006, a grabar un cortometraje con un grupo de compañeros de la universidad, tuvieron que pedir permiso al comisariado para pernoctar en la hacienda.
"Nos decían que no nos quedáramos, que asustaban, que salía El Curro. Eran ellos los que nos hacían cosas para corrernos, no sé con qué afán".
Óscar consiguió, gracias a un amigo de la familia, el permiso para grabar su cortometraje.
Una noche, Gaspar Cuenca comentó que ya no podían estar grabando. Se veía un movimiento de personas en la iglesia. A lo lejos, sus amigos y él lograron observar cómo sacaban el cuerpo de una persona de la iglesia.
"Al otro día nos negaron todo. De hecho, para dormir querían que hombres y mujeres durmiéramos separados en casas distintas, no los dejamos".
Concepción Anguiano Obregón, encargada de la iglesia, es celosa de los visitantes que llegan. Para abrir pide identificaciones y referencias, de preferencia del sacerdote de Viesca:
"Es que ya nos tiene harta la gente que viene a buscar tesoros, quieren llevarse lo que nos pertenece. Nada más hacen desastres".
Adentro están los cuadros deteriorados, imágenes religiosas y una veladora con una llama triste alumbrando a la Virgen de Guadalupe.
"Ya una vez, hace años, no nos dimos cuenta y se llevaron dos cuadros, dicen que eran muy valiosos. Nada más nos quieren saquear".
Concepción y su esposo Tomás no están de acuerdo con la carretera.
"Para qué, nunca la hemos tenido. Así va a ser más fácil que se lleven todo, además, para qué tanta inversión si aquí nunca ha habido nada. Ni va a haber".
En Viesca también llegó el rumor de un tesoro en Hacienda de Hornos. Evelio Rodríguez Adriano, mecánico de 50 años, compone las camionetas de la gente de Venustiano Carranza, entre ellas las de José Ángel Perales, "Chagán":
- "Chagán" me buscó para convencer a la gente de Hornos, con los que la llevo bien, para buscar un tesoro. La verdad no le creí, es un fantasioso de la chingada. Hablas con él y no tiene límites. Busca gente para que trabaje y él no hace nada".
- ¿Dicen que él le pasó unos "pergaminos"?
- Ahorita te los doy para que les saques una copia. Cuando vi que metieron el trascabo y toda la gente estaba allí, le dije: 'Esta pinche idiotez chingada tú la inventaste, cabrón'. Se llevó entre las patas al licenciado (Parra) y a chingo de gente.
- ¿Ya no lo ha visto?
- No. Tengo ganas de ver al licenciado Parra, que me cae bien, y decirle: 'Olvídese de esa madre, no existe'... ¡Pobres cabrones!
Evelio Rodríguez facilitó los "pergaminos". Son unas hojas hechas en imprenta, con letra manuscrita, enumeradas con plumón de punto fino, firmadas el 15 de septiembre de 1959, por un tal Rafael Garate, donde instruye a su hija para la búsqueda de un tesoro.
A decir verdad, las hojas y el estilo no parecen viejos.
"Oiga, para qué quiere esas hojas. Se me hace que va a cambiar de profesión y va andar como esos viejos locos y mentirosos", despidió Evelio Rodríguez.
Armando Altamira Briones está al frente de la iglesia de Viesca. Va dos veces por mes a Venustiano Carranza a predicar. Relata que él puede ser un obstáculo para el proyecto de restauración de la iglesia.
"¿No cree usted que tengo la facultad de recoger la llave de la iglesia y a ver cómo entran las personas de este patronato al rescate de Hacienda de Hornos?, a mí nadie se me ha acercado a preguntarme qué pienso".
Armando recibió un acta constitutiva firmada por el Obispo, José Guadalupe Galván Galindo, donde consta que es apoderado legal de la iglesia de Venustiano Carranza:
- Tengo la disposición de que ninguna obra salga de ahí. Me dijeron que era propiedad del Gobierno; el Gobierno está ahorcado con el papel que yo tengo. Yo puedo ser un obstáculo para ellos.
- ¿Entonces no está de acuerdo con la obra?
- El proyecto es bueno, el único 'pero' son los caminos que están usando.
- ¿Qué tan valioso es lo que hay adentro?
- Son valiosas desde el punto de vista religioso. Es un valuarte de una fe que hubo en aquella comunidad. Nada más.
En alguna ocasión encontró gente extraña al pueblo, cavando cerca de la iglesia. Les dijo: "Lo que ustedes están haciendo es una investigación que no tiene credibilidad, los puedo meter a la cárcel por esto, mucha gente del lugar se puso en mi contra porque decían que no quería que sacaran su dinero".
Armando trata, en momentos, de comprender a la gente: "Las leyendas se adoptan como una realidad, viven en una pobreza extrema. Tienen en el corazón una esperanza que los haga salir de esa situación. A veces pienso: 'Pobre gente, ojalá haya una esperanza para ellos'. El Gobierno tiene el deber de velar por sus intereses".
Armando García Triana, sentado en su oficina de recaudación de rentas, comenta que las obras no saldrán de Hacienda de Hornos, que serán restauradas en el interior. El costo va a ser de 558 mil 125 pesos. Luego, la restauración de bienes, muebles y el casco de la hacienda, costará 1 millón 134 mil 944 pesos. Sumado a la carretera, será un total de 5 millones de pesos.
- ¿Qué tanto valor tienen estas obras?
- No tienen un gran valor, porque no son de ningún artista reconocido. El valor radica en su antigüedad.
García Triana coincidió en que no hay gran atractivo en Venustiano Carranza: "No hay nada qué visitar, pero ya estando restaurado veremos qué ponemos, puede ser un hotel de descanso. Ya veremos cuando esté todo terminado".
POSDATA:
Mario Parra Reveles prometió ceder los planos tomados vía satélite: terminó por ignorar las llamadas y las citas para seguir charlando del tema.
Contaron que andaba en Cuencamé, Durango, tratando de convencer a una familia para 'rascar' en los muros de una casa.
José Luis Muñoz Lira regresó con su T-808 y un amigo: encontró el desprecio de una comunidad.
José Ángel Perales siguió hablando sobre la existencia de tesoros. La gente del lugar pasó las horas en el portal de su casa soñando con un oro enterrado que nadie sacará.
El reportero está juntando dinero para comprar un T-808 y descifrar los "pergaminos" que no lo dejan dormir...
http://historiasdelarrabal.blogspot.com/2007/08/el-tesoro-escondido-de-hacienda-de.html
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- jesus jose acuña sanchezIdentidad Certificada
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Re: El Tesoro escondido de Hacienda de Hornos.
Vie 15 Abr 2016, 9:43 pm
A QUE JOSE LUIS MUÑOS, JEJE AQUI EN TORREON ALIAS EL VILLA, VIEJO TESORERO, MUCHA IGNORANCIA Y POCO TRABAJADOR, JEJE, PERO PASE BUENAS AVENTURAS CON EL Y OTROS MAS, TODO ES CUESTION DE CONTROLARLO Y NO DEJARLO TOME DESICIONES, ESO ES TODO
- HMartExperto del Foro
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Re: El Tesoro escondido de Hacienda de Hornos.
Dom 17 Abr 2016, 1:11 pm
Interesante historia, alguien podría subir fotos de la hacienda o del lugar?
Saludos
HM
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- samuel ponce chavezLíder de opinión.
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Re: El Tesoro escondido de Hacienda de Hornos.
Lun 03 Oct 2016, 1:00 pm
DE LA HACIENDA DE HORNOS YO LA CONOZCO CON OTRA FORMA,. SE QUE SE TRATA DE UN TESORO QUE ENTERRARON EN UNA CUEVA FRAILES QUE IVA DE HUIDA POR LA LLEGADA DE LOS INSURGENTES ANTES DE QUE LLEGARAN EN NORIAS DE BAJAN COAHUILA, SEGUN SE TRATA DE UN ENTIERRO QUE QUEDO ENTRE MONCLOVA COAHUILA Y MONTERREY NUEVO LEON YO VIVI EN MONCLOVA COAHUILA DE ESA HISTORIA ME ENTERE EN TORREON COAHUILA, CUANDO ESTUDIABA EN LA UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL NORESTE PUES ES MI ALMA MATER POR LA PRISA DE SALIR DEL PAIS ENTERRARON UNA PARTE PARA ALIGERAR LA CARGA Y DESPLAZARSE MAS RAPIDO NO SE SI SALIERON DEL PAIS POR TAMPICO TAMAULIPAS O SI SIGUIERON PARA BRINCAR EL RIO BRAVO Y INTERNARSE EN ESTADOS UNIDOS.
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