EL CERRO DEL LAGUNERO

En el ahora lìmite de nuestro muy querido Aguascalientes y el vecino estado de Zacatecas; muy cerquita del poblado del Coecillo o Cuicillo, hay un cerro al que la gente del lugar le llama del "Laqunero". Los abuelos contaban una leyenda relacionada con ese sitio; ya que segùn el decir de la gente de los alrededores, en el cerro hay una cueva encantada que guarda desde hace mucho tiempo un FABULOSO TESORO.
Cuenta la historia que hace ya muchos años; cuando todavìa se transportaban personas y mercancìas por el CAMINO REAL, surgiò una gavilla de bandoleros que asaltaban las conductas del Virrey que trasladaban la plata del mineral de Zacatecas a la capital de la Nuerva España. Esos hombres eran despiadados y muy sanguinarios, ya que no sòlamente se conformaban con agenciarse el botìn, sino que se daban gusto masacrando a los conductores y guardias de aquellos convoyes.
Pero los bandidos no sòlamente rondaban el Camino Real, tambièn asaltaban las casas de la regiòn, se llevaban el dinero y las pertenencias de la gente, asesinando impunemente, sembrando el miedo y la desolaciòn entre los habitantes de la zona; de nada servìan los esfuerzos de los pobladores y las autoridades para acabar con ellos. En poco tiempo, aquella regiòn se convirtiò en tierra de nadie y la poblaciòn comenzò a buscar refugio en las haciendas grandes.
Ante la situaciòn, los doce hombres màs importantes del lugar, se reunieron para buscar una soluciòn a ese problema, ya que de seguir asì, ese poblado que era en donde convergìan los caminos reales, se quedarìa desierto. A uno de los ricachones se le ocurriò una bendita idea; los asaltaban porque tenìan què robarles, si fingìan que ya no habìa nada màs que robar, los asaltantes se alejarìan de ahì buscando nuevos y mejores horizontes.
Al parecer esa ocurrencia fue la mejor idea que se tuvo, por lo que todos los potentados la aplaudieron y acordaron que asì serìa: sòlamente tenìan que buscar un escondite perfecto para ocultar todas sus riquezas.
Comenzaron a decidir cuàl serìa el lugar màs idòneo para sus propòsitos, las ideas y los lugares fluyeron de inmediato, sobresaliendo el cerro del "Lagunero" por su enorme cueva y recovecos, que hasta a los ladrones les daba miedo internarse, ya que temìan ademàs, a las extrañas pinturas de ìndigenas en las paredes.
El lugar sugerido parecìa màs que perfecto y decidieron que una semana despuès se reunirìan con todas sus pertenencias y capitales para ir a esconderlas a la mentada cueva, no le contarìan a nadie sus propòsitos; sòlamente a sus familias.
La noche señalada se reunieron los hombres en el lugar acordado e iniciarion la marcha hacia la cueva. Cuenta la Leyenda que eran tantas las pertenencias de estos hombres, que cada uno las transportaba por separado en una recua de mulas; con el movimiento de las bestias, se podìa escuchar el TINTINEO DEL ORO Y LAS JOYAS ADEMAS DE LA FINISIMA CRISTALERIA.
Al poco rato de emprender la marcha llegaron a la cueva en donde comenzaron a introducir aquel inmenso tesoro y dada la cantidad, les tomò una gran parte de la noche hacerlo; pero en su afàn de ocultarlas tan bien, se fueron adentrando a lo màs profundo de la gruta y las teas que llevaban par ailuminarse comenzaron a extinguirse,
dejàndoles sumidos en la màs profunda oscuridad y segùn se cuenta, ya no pudieron encontrar el camino de regreso y se quedaron para siempre en las entrañas de la tierra, JUNTO CON SUS TESOROS.
Pasaron algunos dìas y al ver que aquellos hombres no regresaban a sus casas, los familiares preocupados, comenzaron a buscarles por los alrededores del poblado; inclusive algunos entraron a la cueva pero nunca dieron con el paradero de los doce hombres. La incesante bùsqueda durò varios dìas con sus noches, pero sin resultado alguno.
Entonces, los parientes se pusieron de acuerdo para cerrar la entrada de la cueva y encantarla; de esa manera quien deseara robar su tesoro, tendrìa que arriesgar su vida; para hacer el trabajo contrataron a una vieja muy versada en esas artes, la cual vivìa cerquita de la Hacienda de Natillas.
La primera noche de luna llena se reunieron las familias y la vieja a la entrada de la cueva para llevar a cabo aquel hechizo.
Cuenta la historia que la vieja pidiò que le hicieran una gran fogata a la entrada de la cueva, cuando estuvo lista, de entre sus enaguas sacaba diversas pòcimas que arrojaba al fuego y que hacìa que la noche se iluminara como en dìa de fiesta, finalmente ESTABLECIO LOS AMARES Y LA MALDICION, pero como los familiares de los desaparecidos todavìa no se resignaban, le pidieron a la bruja que la cueva se abriera de año en año, por si seguìan vivos, pudieran salir.
Asì la hechicera tapò la cueva y ESCRIBIO FRENTE A ELLA QUE LA ENTRADA SE ABRIRIA NADA MAS LOS JUEVES SANTOS A LA MEDIA NOCHE, tambièn dejaron claro que la ùnica forma de romper el hechizo era QUE ENTRARAN DOCE (12) VALIENTES dispuestos a LUCHAR CON LOS DOCE FANTASMAS DE LOS HACENDADOS.... "Y UNO DE LOS HOMBRES DEBERIA MORIR"..........
Desde entonces, nadie lo ha intentado, pero muchos aseguran que han visto a LOS DOCE FANTASMAS CUIDANDO LA ENTRADA DE LA CUEVA. Por eso, rara vez pasa alguien por ahì..... PERO QUIZA UN DIA HAYA DOCE VALIENTES que se atrevan a desencantar la cueva, y asì esos ONCE VALIENTES, DE LOS CUALES TU PUEDES SER UNO DE ELLOS, SE QUEDEN CON TODA LA FORTUNA DE LOS DOCE FANTASMAS.
Aguascalientes y sus Leyendas. Vìctor Eduardo Guerra Ruiz Esparza