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Jose Antonio Agraz SandovGran Experto del Foro
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naufragio de Santa Maria de la Consolacion
Miér 31 Mar 2021, 9:57 pm
[size=32]Barco del tesoro español desaparecido desde 1681 encontrado ... Por Rich McKay[/size]
[size=16]Seis barcos piratas se acercaron al barco del tesoro español, el Santa María de la Consolación, mientras el galeón navegaba por la costa del Pacífico de América del Sur, lento e hinchado con plata, oro y gemas extraídas en Perú o saqueadas de los restos del otrora poderoso. Incas.
El virrey del Perú había ordenado que el barco zarpara contra los deseos de su capitán, Juan de Lerma, ya pesar de los rumores de piratas rondando las aguas. El barco tenía que llegar a Panamá a tiempo para que sus pasajeros y su carga invaluable capturaran a la flota española antes de que partiera en su viaje anual a través del Atlántico.
Era el año 1681, un período de feroz rivalidad entre España e Inglaterra, y el capitán Bartholomew Sharpe, un infame bucanero, estaba a la caza de barcos. Lo que sucedió cuando Santa María se cruzó con Sharpe fue tan sangriento que los ecuatorianos hasta el día de hoy llaman a la isla de Santa Clara 'El Muerto', el hombre muerto.
A mediados de la década de 1990, dos hermanos que caminaban por las costas arenosas de Santa Clara vieron algo en las olas. Era negro y crujiente, como un par de pequeñas piedras planas pegadas. Uno de los hermanos, sin pensar mucho en los objetos, se los metió en el bolsillo. Lo que habían descubierto era la clave del tesoro perdido del galeón español: las piedras negras resultaron ser piezas de ocho. El tesoro, con un valor estimado de $ 20 millones a $ 100 millones, ahora está a la espera de ser excavado en la Bahía de Guayaquil, a unas 30 millas de la costa de Ecuador.
El descubrimiento de los hermanos llamó la atención de Roberto Aguire, el adinerado propietario de una pesquería de atún, un hombre con barcos, helicópteros y suficiente tiempo y dinero para financiar una búsqueda del tesoro. Aguire pagó a los hermanos por su información, luego pasó dos años obteniendo permisos para una operación de salvamento del gobierno ecuatoriano. Mientras tanto, los buzos que contrató recuperaron miles de monedas del fondo del mar.
Mientras Aguire puso las ruedas en movimiento para recuperar el tesoro, sin embargo, permanecieron preguntas sobre exactamente cuánto botín había transportado el barco y si valía la pena la molestia y el gasto de rescatarlo. Lo que había que hacer de inmediato era establecer el nombre del barco, buscar viejos manifiestos e intentar determinar qué había a bordo. Pero, ¿por dónde empezar a buscar?
Aguire contrató al cazador de tesoros Joel Ruth, arqueólogo marino e historiador náutico con especialidad en fechar y restaurar monedas españolas. Ruth, a través de una investigación tenaz y monótona, descubrió el nombre del barco. Ruth, una buceadora aficionada a los libros de 50 años con un loro africano llamado Euclid, también tiene una habilidad especial para mezclar sustancias químicas cáusticas que pueden borrar siglos de suciedad de las monedas antiguas.
Encontró una nota a pie de página críptica en una copia de un viejo mapa de marinos. "En esta isla en este año de 1681 fue desechado un rico barco".
La isla era Santa Clara - El Muerto.
Más excavación produjo otra referencia:
"En el año 1681, el capitán Sharpe persiguió un barco en este mar y te perdiste en un campo de caza cerca de S. Clara en sus 100.000 piezas de ocho, además de la placa y otros bienes de valor". ¡Bingo!
El Capitán Sharpe mencionado no era otro que el infame Bartholomew Sharpe. Sobreviven relatos británicos y españoles de las hazañas de Sharpe, incluido lo que sucedió cerca de la isla de Santa Clara.
Sharpe dio persecución al Santa María - 440 toneladas, con 26 cañones de hierro y bronce. Su capitán, Lerma, intentó llegar a puerto seguro, pero los 'Piratas del Diablo', como los llamaba el asediado capitán, ganaron en su barco. El Santa María chocó contra rocas o un arrecife. No podía moverse y tomó agua.
La tripulación y los pasajeros subieron a pequeños botes y se dirigieron a Santa Clara. Lerma, no queriendo que el tesoro cayera en manos de los británicos, ordenó que se incendiara su barco.
Se quemó y se hundió con su tesoro, enfureciendo a los piratas.
Los hombres de Sharpe luego obligaron a algunos pescadores nativos a bucear en busca de los restos. Pero después de que los tiburones devoraran a uno de los buzos, nadie más se sumergió. Aún así, la ubicación del naufragio fue el tipo de información que se anotó en mapas antiguos. La investigación de Ruth arrojó repetidas referencias al Santa María hasta 1821. Durante seis años, los buzos de Aguire han rastreado el fondo del mar.
Hasta el 25 de octubre, se han encontrado más de 15,000 monedas en un camino curvo de una milla de largo que se asemeja al 'swoosh' de una zapatilla Nike. Los buzos también han encontrado cerámica, mosquetes antiguos y pistolas de señales.
Entre los descubrimientos se encontraba una caja de zapatos de hierro para mulas de 320 años. Ruth deja uno en su mesa. Antes de que se descubriera el barco el mes pasado, Aguiire se estaba preparando para rendirse, dejando que sus permisos expiraran. Sus buzos pasaban más tiempo haciendo el mantenimiento de los botes de buceo que buscando tesoros.
El gran avance se produjo en diciembre cuando un pescador ecuatoriano llamó a los buzos pidiendo ayuda, dijo Ruth. Su red quedó atrapada en algo en 30 pies de agua. Un buzo que se hundió no podía creer lo que vio: vigas de madera macizas, que mostraban signos de haber sido carbonizadas y cubiertas por siglos de arena y algas. "Es el galeón, todo el galeón allí sentado, expuesto", dijo Ruth.
El buzo grabó la escena y tomó una muestra de madera del tamaño de una barra de pan. Las pruebas dataron que la madera tenía unos 370 años, con un margen de error de 40 años. Tenía que ser así, dijo Ruth; el Santa María fue construido por constructores de barcos españoles en Ecuador unos años antes de que fuera hundido en 1681.
Marx dijo que el hallazgo podría ser el descubrimiento de galeones más significativo de la historia porque "parece ser un naufragio virgen". La mayoría de los naufragios se han recuperado en la antigüedad.
Ruth se dirigió a Ecuador el 2 de octubre para ayudar con la identificación final de los restos del naufragio. Para entonces, el océano turbulento había 'ocultado sus secretos nuevamente', dijo Ruth en un correo electrónico a The Orlando Sentinel.
Donde se habían visto maderos y cajas cubiertas de conchas, no había nada más que arena desnuda. Se trajo más equipo, algo parecido a cañones de agua para lavar la arena. Se necesitaron 20 días para despejar lo suficiente para ver lo que había debajo.
Nuevos artefactos, incluidos pedernales de mosquetes con cruces grabadas en ellos, datan del barco entre 1649 y 1680. Eso, junto con las miles de monedas esparcidas en el océano y la datación por carbono, es prueba suficiente, dijo Ruth, para confirmar el descubrimiento. son los restos del naufragio de Santa María de la Consolación.
Todavía nadie sabe cuánto valdrá el tesoro. Mezclados con los restos del naufragio, la tripulación encontró tuberías de dragado con 50 años de crecimiento de coral. Podría significar que el naufragio fue saqueado en la época moderna. O podrían ser escombros dejados por el ejército estadounidense, que ocupó una isla cercana durante la Segunda Guerra Mundial.
Ruth y los demás buscadores de tesoros tendrán que recuperar lo que hay allí y hacer un balance. Pero sabe que las monedas de un naufragio con una historia sangrienta valdrán mucho más que un metal inidentificable saqueado del mar.
"La historia y la historia detrás de él es lo que lo hace valioso", dijo Ruth. "Y es lo que hace que valga la pena buscarlo".[/size]
https://www.eluniverso.com/2003/12/14/0001/687/8999BD6141E74A9EA9CAAC8594385716.html
https://cannonbeachtreasure.com/collections/treasure-of-isla-de-muerto
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