EL MOGOTE DE LA YEGUA
Miér 13 Oct 2010, 12:25 am
SALUDOS COMPAÑEROS LES DEJO UNA HISTORIA MAS DE LAS TANTAS QUE ME AN CONTADO MIS PADRES
DE AQUEL RANCHO EL CUAL FUE DE NUESTRA PROPIEDAD HACE ALGUNOS AÑOS.
ESPERO LA DISFRUTEN.
Y HALLA UN VALIENTE QUE SE ANIME A SACAR ESTE GRAN BOTIN.
El mogote de la yegua
A los niños siempre nos han gustado las historias de terror y misterio, aunque los adultos nos hagan temblar de miedo y hasta gritar de horror cuando nos las estén contando.
Hace muchos años tenía que viajar casi a diario de la casa al rancho donde trabajaba mi papá para llevarle de comer y había ocasiones que no lo encontraba y me quedaba a esperarlo hasta casi ya oscureciendo. No lo encontraba porque como él era chofer, algunas veces lo mandaban a cualquiera de los otros ranchos del mismo patrón a llevar maquinaria o algún ganado bobino.
De la casa a su trabajo tenía que caminar cruzando un cerro, alrededor de unos seis kilómetros. Él trabajaba en el rancho La Laguna una de las muy conocidas rancherías de San Miguel de Allende Guanajuato; al noroeste de la ciudad sobre la carretera que sale a San Luis de la Paz, también Guanajuato. Nosotros vivíamos en otra ranchería al norte de La Laguna.
Caminaba por un pedregoso camino que al rayo del sol y al andar esa distancia terminaba uno todo agotado. A pesar de la enorme energía con la que contamos los niños a esa edad. Después de todo me gustaba ir a ese rancho porque era donde me encontraba con muchos amigos de mi edad pues allí estudié el segundo grado de primaria.
Mi madre le preparaba, la mayoría de las veces, unos suculentos tacos de papas cortadas en deliciosas medias lunas al huajillo y acompañadas de frijoles refritos que para cualquier hambriento eran un excelente manjar. Más de alguna vez me regresé con el itacate y a medio camino me di el gran banquete que se había perdido mi padre.
Las veces que me regresé, sólo y ya de noche o apenas pardeando el día, me horrorizaba tener que pasar por un lugar conocido como el Mogote de la yegua. Le decían el mogote porque había sido un lugar intransitable, todo lleno de enormes nopales. Y decía la gente, la muy mayor, esa que nos platicaba las cosas con mucho respeto y sabiduría, que en aquel lugar se había desbocado una yegua con todo y jinete, quedando ella atorada del cuello en la horqueta de un nopal y el moribundo jinete embrocado en la copa del mismo; todo espinado.
Recuerdo que yo pasaba temblado de miedo y rezando y, de vez en cuando volteando hacia las sombras de la oscuridad que sentía que me atrapaban en sus garras. Más de una ocasión creí haber visto un jinete todo vestido de negro montando un hermoso caballo. Juro que la piel se me ponía chinita y el sudor llegó a bañarme por completo.
Lo llegué a comentar con mi padre pero él me decía que los muertos estaban bien muertos y que los que si espantaban eran los vivos. Estaba de acuerdo con eso pero en realidad yo me sentía un cobarde cada que tenía que pasar por el Mogote de la Yegua; fuera de día o de noche. Una vez vi al misterioso charro parado en la cerca que limita el Rancho de los Chávez y que hacía esquina con aquella tupida nopalera. Al principio no me espanté pensando que era algún conocido, o acaso mi padre que estaba esperando mi regreso a casa. Aún así cerré los ojos fuertemente mientras rezaba tal vez, un padre nuestro. Al abrirlos ya no había nada. Aún temeroso seguí mi camino. No estaba muy seguro de que siempre surtieran efectos mis rezos.
Un día le platiqué este hecho a mi tío Jesús Espinosa queriendo encontrar respuesta de lo que ya consideraba un misterio y ello dio pie a que me relatara la historia de un infortunado delincuente que hacía muchos años había tenido asolada a la comarca y, un fin de semana cuando el sol estaba a punto de perderse tras el más lejano de los cerros del poniente, el hombre cabalgando una hermosa y ligera yegua alazana, robó los dineros a un par de ricos hacendados que viajaban en sus caballos, de regreso de hacer unas fuertes ventas de ganado. El ladrón huyó veloz en su potranca con las alforjas repletas del motín al escondite donde guardaba los hurtos de sus indefensas víctimas.
Se dice que en medio de los nopales que forman el mogote, el delincuente enterraba sus pesquisas y nadie ha logrado desenterrarlas. Cuando los hacendados lograron darle alcance fue sólo porque su yegua desbocada había cobrado los cientos de hurtos y asesinatos que debía el felón. Los hombres recobraron su dinero y regresaron a sus haciendas dejando al lastimero moribundo embrocado en espinoso nopal y a la hermosa yegua como alimento de los zopilotes y coyotes que abundaban en aquellos parajes.
Y así fue. Ese lugar era poco transitado. Quienes cuentan la historia dicen haber visto ambos esqueletos por muchos años, hasta que se cree que hubo quien se compadeció de ellos y les dio cristiana sepultura.
Cuando Don José Chávez, tuvo la suerte de encontrarse algunos entierros de dinero allá por 1957, y con ello comprar unas cien hectáreas de terreno al dueño del Ranchito de San Agustín del Bordo, Don Melitón Tovar y al delimitar su propiedad con cerca de piedra fue como quedó formada la brecha que ahora pasa por dicho mogote, conectándose de igual manera con El Rancho de la Laguna.
Nosotros caminábamos por ese camino, a la orilla de la cerca de piedra, tanto para ir al trabajo de mi padre como para llegar a la parada del autobús que nos llevaba al pueblo. Además, colindábamos al noroeste con el Rancho de los Chávez.
Hay personas que aún han visto a la yegua alazana y escuchado sus sonoros relinchidos. Así como al jinete salir a todo galope de entre los nopales donde se cree que tiene enterrado el dinero que robó por muchos años.
Don José Chávez, el buscador de tesoros de aquellos rumbos, encontró uno como a medio kilómetro de ahí al estar escarbando un pozo de agua, en otro terreno que compró de casi treinta hectáreas, colindando al sur con el Rancho de la Laguna y al norte con él mismo. Pero el del Mogote de la Yegua sigue allí esperando a un valiente Gambusino que se atreva a desenterrarlo.
AUTOR: CIPRIANO AGUILAR ESPINOSA
DE AQUEL RANCHO EL CUAL FUE DE NUESTRA PROPIEDAD HACE ALGUNOS AÑOS.
ESPERO LA DISFRUTEN.
Y HALLA UN VALIENTE QUE SE ANIME A SACAR ESTE GRAN BOTIN.
El mogote de la yegua
A los niños siempre nos han gustado las historias de terror y misterio, aunque los adultos nos hagan temblar de miedo y hasta gritar de horror cuando nos las estén contando.
Hace muchos años tenía que viajar casi a diario de la casa al rancho donde trabajaba mi papá para llevarle de comer y había ocasiones que no lo encontraba y me quedaba a esperarlo hasta casi ya oscureciendo. No lo encontraba porque como él era chofer, algunas veces lo mandaban a cualquiera de los otros ranchos del mismo patrón a llevar maquinaria o algún ganado bobino.
De la casa a su trabajo tenía que caminar cruzando un cerro, alrededor de unos seis kilómetros. Él trabajaba en el rancho La Laguna una de las muy conocidas rancherías de San Miguel de Allende Guanajuato; al noroeste de la ciudad sobre la carretera que sale a San Luis de la Paz, también Guanajuato. Nosotros vivíamos en otra ranchería al norte de La Laguna.
Caminaba por un pedregoso camino que al rayo del sol y al andar esa distancia terminaba uno todo agotado. A pesar de la enorme energía con la que contamos los niños a esa edad. Después de todo me gustaba ir a ese rancho porque era donde me encontraba con muchos amigos de mi edad pues allí estudié el segundo grado de primaria.
Mi madre le preparaba, la mayoría de las veces, unos suculentos tacos de papas cortadas en deliciosas medias lunas al huajillo y acompañadas de frijoles refritos que para cualquier hambriento eran un excelente manjar. Más de alguna vez me regresé con el itacate y a medio camino me di el gran banquete que se había perdido mi padre.
Las veces que me regresé, sólo y ya de noche o apenas pardeando el día, me horrorizaba tener que pasar por un lugar conocido como el Mogote de la yegua. Le decían el mogote porque había sido un lugar intransitable, todo lleno de enormes nopales. Y decía la gente, la muy mayor, esa que nos platicaba las cosas con mucho respeto y sabiduría, que en aquel lugar se había desbocado una yegua con todo y jinete, quedando ella atorada del cuello en la horqueta de un nopal y el moribundo jinete embrocado en la copa del mismo; todo espinado.
Recuerdo que yo pasaba temblado de miedo y rezando y, de vez en cuando volteando hacia las sombras de la oscuridad que sentía que me atrapaban en sus garras. Más de una ocasión creí haber visto un jinete todo vestido de negro montando un hermoso caballo. Juro que la piel se me ponía chinita y el sudor llegó a bañarme por completo.
Lo llegué a comentar con mi padre pero él me decía que los muertos estaban bien muertos y que los que si espantaban eran los vivos. Estaba de acuerdo con eso pero en realidad yo me sentía un cobarde cada que tenía que pasar por el Mogote de la Yegua; fuera de día o de noche. Una vez vi al misterioso charro parado en la cerca que limita el Rancho de los Chávez y que hacía esquina con aquella tupida nopalera. Al principio no me espanté pensando que era algún conocido, o acaso mi padre que estaba esperando mi regreso a casa. Aún así cerré los ojos fuertemente mientras rezaba tal vez, un padre nuestro. Al abrirlos ya no había nada. Aún temeroso seguí mi camino. No estaba muy seguro de que siempre surtieran efectos mis rezos.
Un día le platiqué este hecho a mi tío Jesús Espinosa queriendo encontrar respuesta de lo que ya consideraba un misterio y ello dio pie a que me relatara la historia de un infortunado delincuente que hacía muchos años había tenido asolada a la comarca y, un fin de semana cuando el sol estaba a punto de perderse tras el más lejano de los cerros del poniente, el hombre cabalgando una hermosa y ligera yegua alazana, robó los dineros a un par de ricos hacendados que viajaban en sus caballos, de regreso de hacer unas fuertes ventas de ganado. El ladrón huyó veloz en su potranca con las alforjas repletas del motín al escondite donde guardaba los hurtos de sus indefensas víctimas.
Se dice que en medio de los nopales que forman el mogote, el delincuente enterraba sus pesquisas y nadie ha logrado desenterrarlas. Cuando los hacendados lograron darle alcance fue sólo porque su yegua desbocada había cobrado los cientos de hurtos y asesinatos que debía el felón. Los hombres recobraron su dinero y regresaron a sus haciendas dejando al lastimero moribundo embrocado en espinoso nopal y a la hermosa yegua como alimento de los zopilotes y coyotes que abundaban en aquellos parajes.
Y así fue. Ese lugar era poco transitado. Quienes cuentan la historia dicen haber visto ambos esqueletos por muchos años, hasta que se cree que hubo quien se compadeció de ellos y les dio cristiana sepultura.
Cuando Don José Chávez, tuvo la suerte de encontrarse algunos entierros de dinero allá por 1957, y con ello comprar unas cien hectáreas de terreno al dueño del Ranchito de San Agustín del Bordo, Don Melitón Tovar y al delimitar su propiedad con cerca de piedra fue como quedó formada la brecha que ahora pasa por dicho mogote, conectándose de igual manera con El Rancho de la Laguna.
Nosotros caminábamos por ese camino, a la orilla de la cerca de piedra, tanto para ir al trabajo de mi padre como para llegar a la parada del autobús que nos llevaba al pueblo. Además, colindábamos al noroeste con el Rancho de los Chávez.
Hay personas que aún han visto a la yegua alazana y escuchado sus sonoros relinchidos. Así como al jinete salir a todo galope de entre los nopales donde se cree que tiene enterrado el dinero que robó por muchos años.
Don José Chávez, el buscador de tesoros de aquellos rumbos, encontró uno como a medio kilómetro de ahí al estar escarbando un pozo de agua, en otro terreno que compró de casi treinta hectáreas, colindando al sur con el Rancho de la Laguna y al norte con él mismo. Pero el del Mogote de la Yegua sigue allí esperando a un valiente Gambusino que se atreva a desenterrarlo.
AUTOR: CIPRIANO AGUILAR ESPINOSA
- Hector Hugo ZavalaIdentidad Certificada
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Re: EL MOGOTE DE LA YEGUA
Miér 13 Oct 2010, 1:47 am
EXELENTE RELATO (CHEF)ME TRANSPORTASTE A EL RELATO RELATIVAMENTE JUSTO AHI QUIEN SERA EL QUE SE ENCUENTRE EL *MOGOTE DE LA YEGUA???????PREGUNTOME YO,ALGUIEN DE GUANAJUATO QUE LE QUIERA DAR SEGUIMIENTO A ESTA FACINANTE HISTORIA ESTARE MUY PENDIENTE,,,SALUDOS..
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Re: EL MOGOTE DE LA YEGUA
Miér 13 Oct 2010, 10:30 am
:roma:
SI CONOCES BIEN LA ZONA
DEBERIAS DE DARLE UN LLEGUE
SI CONOCES BIEN LA ZONA
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- romel505Moderador
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Re: EL MOGOTE DE LA YEGUA
Miér 13 Oct 2010, 10:43 am
Buena relacion estimado chef,,tu hermano si que sabe redactar,,quizas este sea un trabajo para la bien bragada ANADTX que aquellos son sus rumbos,,armate una salida con ella y tendras una exclente aventura,,animo chef y ojala pudieras ir con ella y recordar esos trayectos que alguna ves hiciste,,saludos
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Re: EL MOGOTE DE LA YEGUA
Miér 13 Oct 2010, 2:37 pm
Gracias por sus opiniones compañeros.
Fijense que todas estas historias son veridicas ya que en algun momento nos la conto mi madre.
a ella la molestaba tanto el muerto que en algun momento tuvo que maldecirlo para que la dejara en paz.
pero ella sabe un buen de historias de gente antepasada.
que llego a sacar varios entierros.
chef..
Fijense que todas estas historias son veridicas ya que en algun momento nos la conto mi madre.
a ella la molestaba tanto el muerto que en algun momento tuvo que maldecirlo para que la dejara en paz.
pero ella sabe un buen de historias de gente antepasada.
que llego a sacar varios entierros.
chef..
- CHELO STONEExperto del Foro
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Re: EL MOGOTE DE LA YEGUA
Jue 14 Oct 2010, 8:50 pm
compañero chefpastisiere; pues encantado de conocer estas historias con gusto esperare las proximas. muchas gracias y mucha suerte
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