EL MUERTO QUE VOLVIA
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salvador esquivel
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- salvador esquivelExperto del Foro
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Frase Célebre : No he sacado nada, pero como me divierto
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EL MUERTO QUE VOLVIA
Vie 03 Dic 2010, 4:49 pm
De entre tantas y tantas historias que me han contado o que he leído, me acuerdo ahora en especial de la siguiente. Espero sea de su completo agrado y los mantenga entretenidos y en suspenso hasta el final.......
EL MUERTO QUE VOLVIA.
La historia que me permito narrar a continuación, tiene su origen y escenario en el templo de San Juan Nepomuceno; pequeña iglesia que se encuentra ubicada en la antigua calle conocida como del Ojocaliente (Juan de Montoro), ya casi para llegar a la del Olivo (Josefa Ortiz de Domínguez) y que en la actualidad tiene entrada por la calle de Hornedo. Esta construcción es una de las más antiguas en su tipo, ya que sus orígenes se remontan a mediados del siglo XIX y son muy pocas las referencias históricas que actualmente se tienen de ese lugar.
Se cuenta que en esos tiempos era muy común enterrar a los difuntos en los atrios de las iglesias, o si éstos eran muy pudientes o habían sido benefactores del templo, se les reservaba un lugar al interior de éste, por lo que muchos de nuestros templos tienen un buen número de muertitos descansando en sus pisos y muros.
Cuenta la Leyenda que al interior del templo había una columna muy dañada a tal grado que el sacerdote del lugar tenía miedo que en cualquier momento la bóveda del techo se desplazara por la falta de soporte; por lo que se decidió acometer la reparación de esta columna, para lo cual se contrató un maistro albañil de nombre Marcial, el cual además de ser muy religioso, era muy comedido y muy bien hecho en sus trabajos.
El día en que iniciaron la obra él y sus ayudantes se pusieron a remover los escombros de la columna, la cual en su parte inferior, estaba recubierta por delgadas lajas de cantera y con mucho cuidado, fueron retirando el material pétreo hasta dejar la base descubierta, la cual estaba conformada por una trama de viejos y humedecidos pedazos de adobe y matacán.
Don Marcial al ver esto le dijo a sus ayudantes: ahí está el problema....... pero cuán equivocado estaba. Ahí apenas empezaba el problema. Los alerifes comenzaron a excavar en los viejos cimientos, con la finalidad de retirar ese material y en su lugar poner un banco de piedra y cemento, sin embargo a poco de haber comenzado la labor, la barra que utilizaba uno de los hombres se introdujo casi por completo, lo que provocó una gran expectación....................... ¡La base de la columna era totalmente hueca!....
Presuroso el maistro fue con el padre a comentarle el suceso para que viera con sus propios ojos la magnitud del daño; mientras los ayudantes se habían encargado de retirar por completo los materiales para dejar al descubierto un pequeño nicho con una desvencijada caja de madera.
El sacerdote, después de observar y checar el hallazgo declaró muy solemne......¡es un difunto!. Lo que provocó que todos los trabajadores se santiguaran y un singular escalofrío les recorriera la espalda por igual. Les ordenó le retiraran de ahí, lo cual hicieron con mucho temor y cuidado. Al abrir el desvencijado cajón, sólamente hallaron en su interior una osamenta ya muy vieja y casi pulverizada..... ¡quién sabe cuántos años tendría!.......
El sacerdote la fue retirando con mucho cuidado para ponerla en un costal y les comentó a los albañiles que la dejaría en la sacristía para al día siguiente llevarla al cementerio y de pasada, decir unas cuantas misas por el descanso eterno del difunto.
Como por arte de magia la quietud del templo tórnase a un ambiente muy inquieto y lo que era un día de trabajo normal para los albañiles, se conviertió en un suplicio de ahí en adelante, ya que a partir de ese momento comenzaron a escuchar rezos, quejidos lastimeros y sollozos apagados; pero sobre todo, una sombra que permanecía muy cercana a la columna. La miraban de reojo y cuando querían verla de frente ésta desaparecía. Realmente le dieron gracias a Dios cuando llegó la hora de retirarse de ahí, ya que a pesar de todos sus afanes, casi no se podía hacer nada, apenas sí alcanzaron a limpiar la base de la columna.
Al día siguiente cuando llegaron a trabajar, casi se morían de la impresión, ya que el costal con la osamenta estaba de nueva cuenta colocado en la base de la columna. El maistro Marcial creyó que el sacerdote había decidido dejar el cadáver en el lugar donde lo encontraron, por lo que empezaron a rellenar el hueco. Al poco rato de iniciados los trabajos, llegó el padrecito muy angustiado y en secreto le comentó a Marcial que la osamenta había desaparecido, a lo que éste le contestó que no era cierto, que la estaban volviendo a sepultar. Creyeron que se trataba de una broma del sacristán el cual de a gratis se llevó una reprimenda y por más que juró y perjuró que él no había sido, nadie le creyó. Pero eso sí, la osamenta volvió a la sacristía para ser conducida ese mismo día al Panteón.
Por extraño que parezca, el sacerdote no tuvo tiempo de cumplir con esta diligencia y a los albañiles nada les salió bien entre las sombras y rezos del más allá, no ataban ni desataban, en franco pánico y desesperación por avanzar y terminar su obra.
Finalmente, llegó la hora de la salida y uno de los ayudantes de Marcial le comentó que ya no trabajaría más, debido a que el lugar estaba encantado y espantaban. Al día siguiente sólamente se presentó a trabajar el Maistro Marcial y muy resignado se dió a la tarea de preparar la obra, cuando se dió cuenta que una vez más, la osamenta se hallaba en la columna. Le avisó al sacerdote el cual no podía creer lo que le comunicaban. De nueva cuenta se la llevaron a la sacristía, y tampoco pudieron hacer gran cosa ese día. Al tercer día de plano fue el colmo, ya que la osamenta parecía tener voluntad propia y otra vez se encontraba en la base de la columna.
En vista de los acontecimientos, el padrecito, después de pensarlo un poco, concluyó que el difunto "no quería que lo movieran de su sepulcro original" y dió la orden a Marcial de sepultar nuevamente el cadáver en su lugar...... ¿Y qué creén?..... Maravillosamente se pudo concluir la obra y cesaron los rezos, ruidos, sollozos y apariciones de las sombras...... sólamente el maistro albañil, sentía una presencia detrás de él mientras volvía a enterrar a aquel esqueleto.
A partir de ese día, el maistro albañil tuvo mucho trabajo y su pequeña fortuna se incrementó notablemente....... quizá en recompensa por haber devuelto al muertito al sepulcro. El que llevó la peor parte fue el sacristán, ya que durante muchos años se quejó de que dando la séis en punto de la tarde, el fantasma de un hombre vestido a la usanza de los antiguos, se ponía a orar junto a la columna y después de un rato se perdía entre las sombras del templo, lo que ya le había ocasionado tremendos sustos y que ya poco a poco se había acostumbrado a ver la aparición, que sólo se limitaba a llegar a orar al pie de la columna para luego retirarse y perderse entre los pasillos del templo. Y ahí se sigue apareciendo este personaje vestido a la usanza antigua hincado al pie de la columna y que luego transita hacia un costado del templo y se pierde entre sus muros..................
EL MUERTO QUE VOLVIA.
La historia que me permito narrar a continuación, tiene su origen y escenario en el templo de San Juan Nepomuceno; pequeña iglesia que se encuentra ubicada en la antigua calle conocida como del Ojocaliente (Juan de Montoro), ya casi para llegar a la del Olivo (Josefa Ortiz de Domínguez) y que en la actualidad tiene entrada por la calle de Hornedo. Esta construcción es una de las más antiguas en su tipo, ya que sus orígenes se remontan a mediados del siglo XIX y son muy pocas las referencias históricas que actualmente se tienen de ese lugar.
Se cuenta que en esos tiempos era muy común enterrar a los difuntos en los atrios de las iglesias, o si éstos eran muy pudientes o habían sido benefactores del templo, se les reservaba un lugar al interior de éste, por lo que muchos de nuestros templos tienen un buen número de muertitos descansando en sus pisos y muros.
Cuenta la Leyenda que al interior del templo había una columna muy dañada a tal grado que el sacerdote del lugar tenía miedo que en cualquier momento la bóveda del techo se desplazara por la falta de soporte; por lo que se decidió acometer la reparación de esta columna, para lo cual se contrató un maistro albañil de nombre Marcial, el cual además de ser muy religioso, era muy comedido y muy bien hecho en sus trabajos.
El día en que iniciaron la obra él y sus ayudantes se pusieron a remover los escombros de la columna, la cual en su parte inferior, estaba recubierta por delgadas lajas de cantera y con mucho cuidado, fueron retirando el material pétreo hasta dejar la base descubierta, la cual estaba conformada por una trama de viejos y humedecidos pedazos de adobe y matacán.
Don Marcial al ver esto le dijo a sus ayudantes: ahí está el problema....... pero cuán equivocado estaba. Ahí apenas empezaba el problema. Los alerifes comenzaron a excavar en los viejos cimientos, con la finalidad de retirar ese material y en su lugar poner un banco de piedra y cemento, sin embargo a poco de haber comenzado la labor, la barra que utilizaba uno de los hombres se introdujo casi por completo, lo que provocó una gran expectación....................... ¡La base de la columna era totalmente hueca!....
Presuroso el maistro fue con el padre a comentarle el suceso para que viera con sus propios ojos la magnitud del daño; mientras los ayudantes se habían encargado de retirar por completo los materiales para dejar al descubierto un pequeño nicho con una desvencijada caja de madera.
El sacerdote, después de observar y checar el hallazgo declaró muy solemne......¡es un difunto!. Lo que provocó que todos los trabajadores se santiguaran y un singular escalofrío les recorriera la espalda por igual. Les ordenó le retiraran de ahí, lo cual hicieron con mucho temor y cuidado. Al abrir el desvencijado cajón, sólamente hallaron en su interior una osamenta ya muy vieja y casi pulverizada..... ¡quién sabe cuántos años tendría!.......
El sacerdote la fue retirando con mucho cuidado para ponerla en un costal y les comentó a los albañiles que la dejaría en la sacristía para al día siguiente llevarla al cementerio y de pasada, decir unas cuantas misas por el descanso eterno del difunto.
Como por arte de magia la quietud del templo tórnase a un ambiente muy inquieto y lo que era un día de trabajo normal para los albañiles, se conviertió en un suplicio de ahí en adelante, ya que a partir de ese momento comenzaron a escuchar rezos, quejidos lastimeros y sollozos apagados; pero sobre todo, una sombra que permanecía muy cercana a la columna. La miraban de reojo y cuando querían verla de frente ésta desaparecía. Realmente le dieron gracias a Dios cuando llegó la hora de retirarse de ahí, ya que a pesar de todos sus afanes, casi no se podía hacer nada, apenas sí alcanzaron a limpiar la base de la columna.
Al día siguiente cuando llegaron a trabajar, casi se morían de la impresión, ya que el costal con la osamenta estaba de nueva cuenta colocado en la base de la columna. El maistro Marcial creyó que el sacerdote había decidido dejar el cadáver en el lugar donde lo encontraron, por lo que empezaron a rellenar el hueco. Al poco rato de iniciados los trabajos, llegó el padrecito muy angustiado y en secreto le comentó a Marcial que la osamenta había desaparecido, a lo que éste le contestó que no era cierto, que la estaban volviendo a sepultar. Creyeron que se trataba de una broma del sacristán el cual de a gratis se llevó una reprimenda y por más que juró y perjuró que él no había sido, nadie le creyó. Pero eso sí, la osamenta volvió a la sacristía para ser conducida ese mismo día al Panteón.
Por extraño que parezca, el sacerdote no tuvo tiempo de cumplir con esta diligencia y a los albañiles nada les salió bien entre las sombras y rezos del más allá, no ataban ni desataban, en franco pánico y desesperación por avanzar y terminar su obra.
Finalmente, llegó la hora de la salida y uno de los ayudantes de Marcial le comentó que ya no trabajaría más, debido a que el lugar estaba encantado y espantaban. Al día siguiente sólamente se presentó a trabajar el Maistro Marcial y muy resignado se dió a la tarea de preparar la obra, cuando se dió cuenta que una vez más, la osamenta se hallaba en la columna. Le avisó al sacerdote el cual no podía creer lo que le comunicaban. De nueva cuenta se la llevaron a la sacristía, y tampoco pudieron hacer gran cosa ese día. Al tercer día de plano fue el colmo, ya que la osamenta parecía tener voluntad propia y otra vez se encontraba en la base de la columna.
En vista de los acontecimientos, el padrecito, después de pensarlo un poco, concluyó que el difunto "no quería que lo movieran de su sepulcro original" y dió la orden a Marcial de sepultar nuevamente el cadáver en su lugar...... ¿Y qué creén?..... Maravillosamente se pudo concluir la obra y cesaron los rezos, ruidos, sollozos y apariciones de las sombras...... sólamente el maistro albañil, sentía una presencia detrás de él mientras volvía a enterrar a aquel esqueleto.
A partir de ese día, el maistro albañil tuvo mucho trabajo y su pequeña fortuna se incrementó notablemente....... quizá en recompensa por haber devuelto al muertito al sepulcro. El que llevó la peor parte fue el sacristán, ya que durante muchos años se quejó de que dando la séis en punto de la tarde, el fantasma de un hombre vestido a la usanza de los antiguos, se ponía a orar junto a la columna y después de un rato se perdía entre las sombras del templo, lo que ya le había ocasionado tremendos sustos y que ya poco a poco se había acostumbrado a ver la aparición, que sólo se limitaba a llegar a orar al pie de la columna para luego retirarse y perderse entre los pasillos del templo. Y ahí se sigue apareciendo este personaje vestido a la usanza antigua hincado al pie de la columna y que luego transita hacia un costado del templo y se pierde entre sus muros..................
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[b]GEMINI 3 FISHER
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Re: EL MUERTO QUE VOLVIA
Vie 03 Dic 2010, 7:26 pm
buena historia camarada sube mas
felicidades
felicidades
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SALUDOS
atte:
KAPITAN MANSON
"Certeza y esperanza: Trampolines de lanzamiento... hacia tu futuro"
@kapitan_manson
https://www.facebook.com/cazadordelpasado/
Re: EL MUERTO QUE VOLVIA
Vie 03 Dic 2010, 8:48 pm
Exelente, no pues el muertito no keria ser transferido, ha de haber hecho muchos meritos para que ahora lo kieran sancar deahi
- cimarronExperto del Foro
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Frase Célebre : no todo lo que brilla es oro, pero el que busca encuentra.
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Re: EL MUERTO QUE VOLVIA
Sáb 04 Dic 2010, 11:44 am
Como todas muy buena gracias Don Chava por entretenernos al máximo con estas historias, yo creo que el que hiba a rezar es el que devolvía los huesos a la columna, tal vez fue un juramento que hizo en vida...
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Su amigo CIMARRON "Saludos".
- salvador esquivelExperto del Foro
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Frase Célebre : No he sacado nada, pero como me divierto
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Re: EL MUERTO QUE VOLVIA
Mar 07 Dic 2010, 6:22 pm
Compañeros foristas amantes de la buena lectura. Es para mi un gran placer redactar las historietas que tanto les entretienen y mientras haya material y vida, ahì se estaràn desgranando uno a uno los diferentes relatos que enriquecen las tradiciones, mitos y leyendas de estas càlidas tierras. Un cordial y afectuoso saludo. Aficionado tesorista de Aguascalientes.
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- Norberto UgaldeModerador
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Re: EL MUERTO QUE VOLVIA
Mar 07 Dic 2010, 8:43 pm
Excelente historia Don Salvador, Mil gracias por compartirla y esperamos más!!!
Saludos
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- Borbon FrancoExperto del Foro
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Frase Célebre : el deseo cuando se vuelve conviccion se materializa
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Re: EL MUERTO QUE VOLVIA
Mar 07 Dic 2010, 9:35 pm
SALVADOR ESQUIVEL TE FELICITO MUY BUEN RELATO SALUDOS TU AMIGO BORBON
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