[b]OCOTLAN EN LA REVOLUCION

Ocotlán en la Revolución


Hoy vamos a hablar sobre algunos episodios ocurridos durante el periodo revolucionario ocurrido en este suelo. “EL COMBATE VILLISTA”.
El domingo 11 de diciembre de 1914, como a las cuatro de la tarde se corrió la voz por todo el pueblo de que el ejército villista venía por el rumbo de El Fuerte, por lo que todos los habitantes del pueblo se escondieron y se cerraron todos los comercios. Una partida de soldados carrancistas al mando del general Juan José Ríos salió al puente de San Andrés para recibir a los villistas. Y el combate se trabó en el lugar en donde ahora se encuentra la secundaria Benito Juárez, hubo gran cantidad de muertos y muchos heridos que se llevaron al mesón del Carmen que se encontraba ubicado por la calle de Parroquia.
Pero era tan grande el ejército villista que mandaba el general Rodolfo Fierro, que los carrancistas no tuvieron más remedio que salir huyendo por el puente de Cuitzeo hacia Guadalajara.
Los soldados villistas entraron al pueblo a galope tendido y se fueron por toda la calle de Hidalgo hasta llegar a la vía del ferrocarril, en donde estaba el tren carrancista y los tripulantes de este tren tuvieron una buena estratagema pues empezaron a gritar.
¡VIVA VILLA VIVA VILLA!
Y los verdaderos soldados villistas, creyeron que algunos de sus compañeros ya se habían apoderado del tren, por lo que los dejaron ir, supuestamente a perseguir a los carrancistas que huían y así los carrancistas salvaron la vida y su tren.
Francisco Villa llegó a Ocotlán por ferrocarril, hasta el día 10 por la mañana y por la noche de ese mismo día en la plaza principal se hizo una verbena popular. Y Villa junto con los generales Rodolfo Fierro, Calixto Contreras, y Rafael Buelna (Arenita de Oro). Estuvieron dando vueltas en la plaza, mientras en el Kiosco la banda de guerra tocaba las piezas que pedía el general Villa, mediante una seña previamente convenida, así se estuvieron tocando en repetidas ocasiones el vals Luz y la Adelita. Mientras todo el pueblo de Ocotlán se arremolinaba para ver a su ídolo Francisco Villa.
Por la noche de ese día hubo peleas de gallos, durante estas peleas se suscitó un episodio digno de narrar, pues el ocotlense Rafael Ochoa alias el Ajuate estaba peleando un gallo y el general Rodolfo Fierro apostó una fuerte cantidad de dinero al gallo contrario y como estaba perdiendo el gallo del Ajuate, este se metió al ruedo y sacó su gallo, lo cual está
Prohibido, entonces el general Fierro sacó su pistola para matar al Ajuate, pero el general Buelna le dijo: –No lo mate no vale la pena es solo un muchacho– por lo que el general le dio una fuerte cachetada y el ajuate cayó por el suelo con la boca ensangrentada. Y con esto terminaron los gallos.
Al día siguiente, el general Francisco Villa salió para Guadalajara, para combatir a los carrancistas en donde fue recibido con grandes muestras de júbilo por la sociedad tapatía, en este lugar impuso como gobernador al general Julián Medina.

El Combate De Cacaluta 1917

El verdadero nombre de este revolucionario era Genaro Nuño Castellanos nació en Tototlán hacia 1897, su padre se llamaba Jerónimo Nuño, dueño del mesón de Tototlán, cuando estaba pequeño tuvo un pleito muy fuerte con los Pérez dueños de la Hacienda de La Soledad y su padre para evitar fricciones con estas personas que eran muy ricas, lo envió a esconder a un pequeño poblado que se llamaba Cacaluta de donde tomó su nombre.
En este lugar entró a trabajar con un señor quien lo puso a cuidar chivas, las cuales se las robaron y el dueño del rebaño lo iba a golpear, pero Cacaluta lo derribó al suelo y con una coa de cortar maguey lo iba a degollar y el señor le pidió perdón por sus hijos.
De ese lugar salió huyendo y se regresó a Tototlán y al encontrarse con su padre, este le dijo que los dueños de la hacienda de la Soledad de Pérez le habían quitado los terrenos de la Cañada en el municipio de Zapotlán del Rey y Cacaluta para recuperar las tierras decide unirse a la Revolución bajo las órdenes del teniente coronel Guerrero el héroe de Tijuana,En cierta ocasión en que andaba solo, lo agarró un partida de militares que estaban al mando del general Zúñiga de Tlajomulco y las tropas de Zúñiga inmediatamente rodearon y encañonaron a Cacaluta, quien estuvo a punto de perder la vida, pero la sangre fría de Cacaluta se impuso y tomó por la solapa al general Zúñiga y también lo encañonó y entonces el general le dijo a su tropa que bajaran las armas y dirigiéndose a Cacaluta le dijo vete antes de que te mate la tropa.
En 1917, cuando Cacaluta tenía veinte años decidió atacar al pueblo de Ocotlán, para lo cual él y su asistente al que apodaban el Tlacuache, reunieron gran cantidad de caballos y burros por el rumbo de Tototlán y amarraron ramas de huisache en la cola de los equinos y se los trajeron corriendo, levantando una gran polvareda, al llegar a Zula se encontró con leñadores, carboneros y labriegos que venían de Ocotlán a sus labores y los regresó diciéndoles que fueran con las autoridades a pedir la plaza pues Cacaluta iba a atacar al pueblo.
En ese tiempo estaba como presidente municipal Francisco Farias, y cuando se enteraron en Ocotlán de este ataque de fuerzas revolucionarias se subieron a la torre del templo y cuando vieron una gran polvareda por el rumbo de Zula tuvieron mucho miedo y el cabildo en pleno salió huyendo de Ocotlán. Lo mismo que un tren de federales que estaba en la estación, se fue huyendo hacia Guadalajara.
Y así fue como se perpetró el ataque de Cacaluta, quien entró al pueblo acompañado únicamente por su asistente el famoso Tlacuache y llegaron hasta la plaza y mientras Cacaluta iba a la presidencia a soltar a los presos, su asistente se subió a la torre del templo a tocar las campanas, después se fueron a la tienda del Nuevo Mundo de los Ochoa y de allí sacaron dos latas de petróleo y bordeando el río llegaron hasta el puente del ferrocarril al que le prendieron fuego, para que las tropas federales no regresaran.
Y salieron de Ocotlán sin que hubieran disparado un solo tiro.
De aquí Cacaluta se fue a Tototlán a buscar a los Pérez y junto con su padre Jerónimo les tendieron una emboscada cuando venían de la hacienda de la Soledad hacia Tototlán lograron matar a dos de sus guardaespaldas y los demás se fueron en desbandada y los Pérez se fueron a radicar a México y hasta allá fue a buscarlos Cacaluta pero no los encontró.
Se regresó a Tototlán a trabajar en el rancho, entonces los Pérez se pusieron de acuerdo con el presidente municipal y mandaron traer al ejército para deshacerse ce Cacaluta.
Pronto llegó un capitán al frente de una partida militar. Y en cierta ocasión en que el Tlacuache fue a Guadalajara porque se había murto su mamá. Cacaluta andaba solo trabajando en el rancho llevando hoja para alimentar a los animales. Y los militares le preguntaron a una señora que donde podrían encontrar a Cacaluta y ella les dijo
–Solo que no quieran verlo, miren ese que va en el caballo, ese mismito es Cacaluta.
Y entonces un capitán que venía al frente de 32 soldados le disparó por la espalda y lo derribó del caballo y al verlo tirado en el suelo a uno de los soldados le gustaron las botas y se las empezó a quitar, pero Cacaluta aun se encontraba vivo, sacó su pistola y le pegó un balazo en la frente al soldado quien cayó muerto instantáneamente.
Entonces todos los militares comenzaron a patear a Cacaluta que estaba tirado en el suelo y el capitán los paró y les dijo:
– A un valiente no se le humilla con patadas.
Y sacando su pistola le dio el tiro de gracia.
Cuando su papá se enteró de su muerte comenzó a llorar, una de sus hijas le dijo que no llorara que Cacaluta ya estaba descansando y don Jerónimo dijo:
–No lloro porque murió, sino por que no pude ayudarle a defenderse.
Cuando llegó el Tlacuache de Guadalajara inmediatamente se enteró de la muerte de Cacaluta. Y logró averiguar que la orden de matarlo había venido del presidente municipal, por lo que se fue a la presidencia y se enfrentó a balazos con el presidente habiéndolo matado, salió huyendo pero no había salido del pueblo cuando la partida de militares lo encontró y lo acribilló a balazos.

La muerte del diputado Juan Bravo y Juárez

Juan Bravo es uno de más grandes héroes revolucionarios de la región de Ocotlán, era originario de Jamay, pero repartió las tierras en toda la región, cuando lo mataron era diputado federal por este distrito y tenía la intensión de lanzarse para gobernador del estado compitiendo contra Guadalupe Zuno. Hay mucho que hablar de su vida, pero el día de hoy solo hablaremos de su muerte.
A mediados de junio de 1922 Juan Bravo fue a La Barca en campaña política como candidato a gobernador del estado. Después de haber convivido con los representantes de la comunidad agraria, iba en el tranvía hacia la estación del ferrocarril, estaba sentado junto de una señora que traía una niña de dos años, la cual se recostó sobre el brazo de Juan y se quedó dormida. La madre intentó retirarla para que no molestara al diputado, pero Juan le dijo:
–No la despierte, déjela dormir, no me molesta.
Cuando un grupo de tahúres formado por el Gringo Anaya, el tahúr barquéense La Chita Zaragoza y otro de apellido Razo y otros cuatro más que se habían reunido en el centro de La Barca, armados hasta los dientes, se dirigieron al norte de la ciudad en espera de Juan Bravo, la gente de la población, al verlos con tantos rifles y pistolas, les preguntó que si iban a matar venados al monte, y el gringo con gran desfachatez, respondió:–Vamos a matar un guajolote que nos estorba en el gallinero.
Al poco rato llegaron a un punto cercano a la estación, para esperar el paso del diputado y cuando se acercó el tranvía, dispararon sobre Juan a quemarropa. Murió casi instantáneamente. Cuentan los que esto vieron que Juan sacó su pistola, pero no alcanzó a hacer uso de ella. Fueron sus últimas palabras “Canalla Gringo”. También resultó muerto Juan Eufrasio, líder agrarista barquéense y la inocente criatura de dos años que se había recargado en el brazo de Juan. Resultaron heridos también varios de los pasajeros.
En la fotografía anterior vemos a Juan Bravo y Juárez amortajado con la misma ropa con la que fue asesinado y junto a él, se encuentra su madre con un pobre rebozo. Nótese lo humilde del ataúd para todo un diputado.
Juan Bravo murió el 14 de junio de 1922 a la edad de 40 años, cuando todo era propicio para que llegara a ser gobernador del estado, por lo que no faltó quien dijera que lo mandó asesinar alguno de sus contrarios

Saludos

PD. No pude subir las fotos, se las devo...

Muy buena referencia de sucesos de ocotlan,,,vaya que tambien era complicada la vida para muchos en aquel tiempo,,y ni que decir de las traiciones y los desmanes politicos,,no cabe duda que desde ya existian sucesos que marcan vidas para algunas familias y otros mas, hechos sangrientos que enmarcaban a pueblos como este en aquellos ayeres,,,gracias carabino disfrute la lectura de este hecho,,,saludos y si debes las fotos para observar el humilde ataud de este diputado...

Muy buenas historias Como siempre Carabino, y pues no cabe duda que tenían que estarse cuidando de todos por que las traiciones estaban a la orden del día... Me tomé la libertad de buscar la foto del diputado y subirla...

Gracias Cimarron ya que estuve tratando se subirlas y no se porque las imagenes no se ven ni el Link


Gracias y saludos por opinar

Muy buenas historias Carabino, yo vivi 5 años en Tototlan y nunca habia escuchado nada del Cacaluta, pero que buena historia. Estas historias las leyo en algunos libros o se las platicaron ya que las cuenta con tanta naturalidad que hasta parece que las vivio.