- PachitoGran Experto del Foro
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Frase Célebre : Los locos hacemos camino, que un dia aquellos que se hacen llamar cuerdos recorreran.
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Tesoros ocultos...
Jue 05 Mayo 2011, 2:53 am
A lo largo de los inmensos espacios de Siberia, muchos antiguos peregrinos esparcieron sus tesoros. Muchas tribus, en una incesante procesión, llenaron la tierra de Mongolia, Minusinsk y Altai. En Altai, recordaron la llamada de otros montes lejanos, y nuevamente siguieron avanzando, sin contar ni los días, ni los años, ni los siglos de su peregrinaje.
La memoria de las personas conserva las sagradas historias en relación a las reliquias de estos grandes peregrinos. Y la fantasía las adorna con las más bellas guirnaldas.
¡Ah, estos tesoros ocultos! ¡Qué ambición se dirige hacia ellos!
Esto no es solamente una ansiedad de convertirse en el poseedor de riquezas. Es el esfuerzo eterno hacia el misterio de la tierra. Muchos manuscritos fluyen entre las manos de las personas. Cantantes, trovadores, monjes y mendigos ambulantes llevan relatos maravillosos inscritos en una peculiar lengua secreta. ¿Y por qué no adquieren ellos mismos los tesoros? Siempre tienen alguna excusa: la lengua oculta debe ser comprendida...
A veces se pueden ver curiosas escrituras sobre hojas amarillas, cuyas esquinas están rotas de tanto uso. A través de muchos pueblos y campamentos, estas escrituras siguen su camino. Fueron escritas con una caligrafía antigua, a veces como antiguos libros de plegarias, con decoraciones y adornos extraños. Verdaderamente, no es fácil descifrar estos signos rudimentarios. Muchos intentan seguir estas indicaciones. Es verdad que algunos sitios están indicados correctamente. Algunos detalles típicos están marcados. Pero no se sabe precisamente que en estos sitios se hayan encontrado tesoros. O bien se ocultó una indicación exacta o los afortunados descubridores tuvieron una razón para guardar silencio. Desde los tiempos más remotos se han saqueado tumbas y túmulos antiguos. Al parecer, el pueblo que vivió poco después de su construcción continuó con el sacrilegio. Es probable que los profanadores conocieran bien todos los accesos y pasadizos a los sitios de la sepultura. La antigua costumbre de matar a todos los que llevaban a cabo la sepultura tenía una razón especial. Pero no estamos hablando ahora de sepulturas, sino de tesoros; sobre los tesoros, cuyo origen y destino son tan misteriosos. Estamos hablando de los tesoros.
Recordamos los majestuosos lugares de sepultura en los túmulos, bajo enormes láminas de oro. ¡Cuántos han sido saqueados! Recuerdo cómo en las estepas, un joven pastor notó en la ladera de una colina un destello de oro. Aquello llamó su atención y se le recompensó generosamente. Encontró doscientas libras de oro en vasijas antiguas.
Veamos cómo se indican los tesoros en los libros de los buscadores de tesoros:
"Del Campo Rojo, irás en dirección de la aurora del invierno. Sigue esta huella hasta que veas una tumba sobre una colina. Asciende esta colina y gira a la izquierda y sigue hasta el arroyo rojizo. Luego, camina arroyo arriba hasta que veas una enorme piedra gris. Sobre esta piedra, busca la huella de un casco de caballo. Deja la piedra detrás de ti y sigue desde esta huella del casco hasta que llegues a un pequeño pantano. Debes saber que unas extrañas personas desconocidas enterraron allí cinco piezas enormes de oro... "
"En el bosque de los alces, en la encrucijada, hay un abeto grande y duro. Este abeto permanece aquí por una razón. Quien busca puede encontrar algunos signos sobre su corteza. Ponte de espaldas a estos signos y camina en línea recta desde ellos a través de un pantano musgoso. Habiéndolo atravesado, encontrarás un lugar rocoso. Dos piedras serán más grandes que el resto. Colócate entre ellas, en el centro, y cuenta cuarenta pasos hacia el ocaso de primavera. Hay un gran barril de oro, enterrado allí durante la época del Zar Terrible..."
He aquí un tesoro aún mejor:
"En el río Peresnya encuentra un vado. Se llamará el vado del Príncipe. Desde este vado, camina otra vez hacia el ocaso de primavera. Y cuando hayas caminado trescientos pasos, da una media vuelta de costado, y camina treinta pasos a la derecha. Y allí habrá algo como un antiguo foso. Detrás de este foso, verás el tronco cortado de un enorme árbol. Allí está enterrado un gran tesoro. Todo krestovics de oro (grandes monedas de oro) y toda clase de armaduras de oro. Y no se pueden contar todos los tesoros de oro. Y este tesoro fue enterrado durante la invasión mongol..." Otro tesoro bueno y grande:
"En la mismísima orilla del Irtysh, encontrarás un antiguo emplazamiento. Allí hay una antigua capilla. Y detrás de ella, podrás ver un antiguo cementerio. Entre las tumbas, verás un pequeño kurgan. Debajo de él, según lo dicen los hombres ancianos, hay un profundo pasadizo subterráneo. Y este pasadizo conduce a una pequeña cueva dentro de la cual se encuentran riquezas inefables. Un antiguo escrito acerca de este tesoro se encuentra en la catedral de Sofía. Y el propio Metropolita, una vez al año, entrega este escrito a quienes vienen de lejos para que lo lean."
Ahora os relataré el más difícil:
"Este tesoro fue enterrado con un conjuro mortal. Si decides ir tras él, tendrás dolores de cabeza y mucha ansiedad en el alma. Y a medianoche oirás voces horripilantes. Y sonará una campana sobre ti, como para un servicio fúnebre. Pero si logras conjurar todos los terrores mortales, si tu corazón decide ir contra todo temor, entonces es tuya la gran fortuna.
Hay un sitio llamado la Gran Melena. Dese la montaña fluye un arroyo dorado, y en este arroyo los ladrones han hundido innumerables cantidades de oro. Y sobre este sitio siempre hay pequeños pájaros revoloteando. Se dice que las almas de los antiguos dueños de este oro se convirtieron en estos pájaros. Y cuando oigas el gorjeo de los pájaros y contemples este sitio, cierra los oídos y mira hacia el arroyo. Si notas que no estás mirando solo, no te preocupes. En el fondo del arroyo verás una gran losa. En esta losa hay incrustado un anillo de hierro. Y sobre él, de las montañas, fluye el agua, y te parecerá por las ondas que esta losa se estremece y el anillo desaparece. Tampoco te preocupes por esto, pero comienza a leer la plegaria secreta a la Santísima Virgen María. Y después de la oración di: «¡Omnipotente! Sobre tu vestimenta se entrecruzan todas las hierbas curativas. ¡Ten misericordia! ¡Envíame, de todas estas hierbas, una hierba de poder!»
Y aquí, conoce cómo mostrar tu suerte. Si logras apartar el agua del terreno y consigues desenterrar las losas encantadas, y si puedes atrapar el anillo en el momento justo, entonces tu suerte es indecible e inexpresable."
Hay demasiados tesoros enterrados por doquier. No hablo en vano. Nuestros abuelos escribieron mucho sobre ellos. Incluso hace poco, en nuestra fragua, un viajero que pasaba mandó reparar una rueda. Habló y yo lo oí:
— "En la Siberia subterránea — dijo —, hay enterradas muchas riquezas. ¡Proteged a Siberia!" Tenía un gran aspecto este hombre.
— "Sé esto por mi abuelo. A veces, la víspera de un gran día de fiesta nos hablaba, tras encender las velas delante de los iconos antiguos.
Así hablaba:
— «Hay un tesoro enterrado para cada hombre. Sólo que debemos saber cómo tomar estos tesoros. Un traidor no recibe ningún tesoro. Un borracho no sabe cómo acercarse a él. No prestéis atención a los tesoros con malos pensamientos. El tesoro conoce su valor. No oséis hacer daño al tesoro. Los tesoros deben apreciarse. Ellos no son enterrados con una palabra tonta, sino plegarias y conjuros. Y los conjuros inspiran un temor reverente. Y dondequiera que haya sangre en un tesoro, es mejor no aproximarse a él.
El mismísimo Satán y con él todos los diablos protegen el oro sangriento.
Y si vuestro corazón ha decidido ir en busca de un tesoro, entonces id con cuidado. Mucho antes de aproximaros a él no habléis en vano, no os mostréis demasiado abiertamente; pensad vuestros pensamientos. Habrá terrores delante de vosotros, pero no debéis temer. Algo aparecerá ante vuestros ojos, pero no miréis. No tropecéis. Pues ir en busca de un tesoro es una gran cosa. Cuando se trate del tesoro, doblad vuestros esfuerzos. No miréis a vuestro alrededor y, principalmente, no descanséis. Pues cada uno deberá descansar después, en la tierra. Y si queréis elevar la voz, entonad plegarias a la Virgen. Recuerda, nunca llevéis compañeros con vosotros cuando vayáis en busca del tesoro.
Si vuestra suerte llega y conseguís el tesoro, no habléis con nadie de él. Dejad que la gente piense que la mala fortuna os mantiene callados. Pero permaneced en silencio a causa de la fortuna. De ninguna manera reveléis vuestro tesoro de repente al pueblo. Pues el ojo humano es opresivo. Las personas no están habituadas a los tesoros. Estos han yacido durante mucho tiempo en la tierra honesta. Si los reveláis a las personas, volverán a la tierra nuevamente. Y ni vosotros ni nadie más tendrá los tesoros. Las gentes han echado a perder muchos tesoros a causa de su mezquindad.»
— «¿Y dónde está tu tesoro, herrero? ¿Por qué no has cogido tu tesoro?»
— «Para mí, allí yace un tesoro escondido. Yo solo sé cuándo ir en su busca.»
La memoria de las personas conserva las sagradas historias en relación a las reliquias de estos grandes peregrinos. Y la fantasía las adorna con las más bellas guirnaldas.
¡Ah, estos tesoros ocultos! ¡Qué ambición se dirige hacia ellos!
Esto no es solamente una ansiedad de convertirse en el poseedor de riquezas. Es el esfuerzo eterno hacia el misterio de la tierra. Muchos manuscritos fluyen entre las manos de las personas. Cantantes, trovadores, monjes y mendigos ambulantes llevan relatos maravillosos inscritos en una peculiar lengua secreta. ¿Y por qué no adquieren ellos mismos los tesoros? Siempre tienen alguna excusa: la lengua oculta debe ser comprendida...
A veces se pueden ver curiosas escrituras sobre hojas amarillas, cuyas esquinas están rotas de tanto uso. A través de muchos pueblos y campamentos, estas escrituras siguen su camino. Fueron escritas con una caligrafía antigua, a veces como antiguos libros de plegarias, con decoraciones y adornos extraños. Verdaderamente, no es fácil descifrar estos signos rudimentarios. Muchos intentan seguir estas indicaciones. Es verdad que algunos sitios están indicados correctamente. Algunos detalles típicos están marcados. Pero no se sabe precisamente que en estos sitios se hayan encontrado tesoros. O bien se ocultó una indicación exacta o los afortunados descubridores tuvieron una razón para guardar silencio. Desde los tiempos más remotos se han saqueado tumbas y túmulos antiguos. Al parecer, el pueblo que vivió poco después de su construcción continuó con el sacrilegio. Es probable que los profanadores conocieran bien todos los accesos y pasadizos a los sitios de la sepultura. La antigua costumbre de matar a todos los que llevaban a cabo la sepultura tenía una razón especial. Pero no estamos hablando ahora de sepulturas, sino de tesoros; sobre los tesoros, cuyo origen y destino son tan misteriosos. Estamos hablando de los tesoros.
Recordamos los majestuosos lugares de sepultura en los túmulos, bajo enormes láminas de oro. ¡Cuántos han sido saqueados! Recuerdo cómo en las estepas, un joven pastor notó en la ladera de una colina un destello de oro. Aquello llamó su atención y se le recompensó generosamente. Encontró doscientas libras de oro en vasijas antiguas.
Veamos cómo se indican los tesoros en los libros de los buscadores de tesoros:
"Del Campo Rojo, irás en dirección de la aurora del invierno. Sigue esta huella hasta que veas una tumba sobre una colina. Asciende esta colina y gira a la izquierda y sigue hasta el arroyo rojizo. Luego, camina arroyo arriba hasta que veas una enorme piedra gris. Sobre esta piedra, busca la huella de un casco de caballo. Deja la piedra detrás de ti y sigue desde esta huella del casco hasta que llegues a un pequeño pantano. Debes saber que unas extrañas personas desconocidas enterraron allí cinco piezas enormes de oro... "
"En el bosque de los alces, en la encrucijada, hay un abeto grande y duro. Este abeto permanece aquí por una razón. Quien busca puede encontrar algunos signos sobre su corteza. Ponte de espaldas a estos signos y camina en línea recta desde ellos a través de un pantano musgoso. Habiéndolo atravesado, encontrarás un lugar rocoso. Dos piedras serán más grandes que el resto. Colócate entre ellas, en el centro, y cuenta cuarenta pasos hacia el ocaso de primavera. Hay un gran barril de oro, enterrado allí durante la época del Zar Terrible..."
He aquí un tesoro aún mejor:
"En el río Peresnya encuentra un vado. Se llamará el vado del Príncipe. Desde este vado, camina otra vez hacia el ocaso de primavera. Y cuando hayas caminado trescientos pasos, da una media vuelta de costado, y camina treinta pasos a la derecha. Y allí habrá algo como un antiguo foso. Detrás de este foso, verás el tronco cortado de un enorme árbol. Allí está enterrado un gran tesoro. Todo krestovics de oro (grandes monedas de oro) y toda clase de armaduras de oro. Y no se pueden contar todos los tesoros de oro. Y este tesoro fue enterrado durante la invasión mongol..." Otro tesoro bueno y grande:
"En la mismísima orilla del Irtysh, encontrarás un antiguo emplazamiento. Allí hay una antigua capilla. Y detrás de ella, podrás ver un antiguo cementerio. Entre las tumbas, verás un pequeño kurgan. Debajo de él, según lo dicen los hombres ancianos, hay un profundo pasadizo subterráneo. Y este pasadizo conduce a una pequeña cueva dentro de la cual se encuentran riquezas inefables. Un antiguo escrito acerca de este tesoro se encuentra en la catedral de Sofía. Y el propio Metropolita, una vez al año, entrega este escrito a quienes vienen de lejos para que lo lean."
Ahora os relataré el más difícil:
"Este tesoro fue enterrado con un conjuro mortal. Si decides ir tras él, tendrás dolores de cabeza y mucha ansiedad en el alma. Y a medianoche oirás voces horripilantes. Y sonará una campana sobre ti, como para un servicio fúnebre. Pero si logras conjurar todos los terrores mortales, si tu corazón decide ir contra todo temor, entonces es tuya la gran fortuna.
Hay un sitio llamado la Gran Melena. Dese la montaña fluye un arroyo dorado, y en este arroyo los ladrones han hundido innumerables cantidades de oro. Y sobre este sitio siempre hay pequeños pájaros revoloteando. Se dice que las almas de los antiguos dueños de este oro se convirtieron en estos pájaros. Y cuando oigas el gorjeo de los pájaros y contemples este sitio, cierra los oídos y mira hacia el arroyo. Si notas que no estás mirando solo, no te preocupes. En el fondo del arroyo verás una gran losa. En esta losa hay incrustado un anillo de hierro. Y sobre él, de las montañas, fluye el agua, y te parecerá por las ondas que esta losa se estremece y el anillo desaparece. Tampoco te preocupes por esto, pero comienza a leer la plegaria secreta a la Santísima Virgen María. Y después de la oración di: «¡Omnipotente! Sobre tu vestimenta se entrecruzan todas las hierbas curativas. ¡Ten misericordia! ¡Envíame, de todas estas hierbas, una hierba de poder!»
Y aquí, conoce cómo mostrar tu suerte. Si logras apartar el agua del terreno y consigues desenterrar las losas encantadas, y si puedes atrapar el anillo en el momento justo, entonces tu suerte es indecible e inexpresable."
Hay demasiados tesoros enterrados por doquier. No hablo en vano. Nuestros abuelos escribieron mucho sobre ellos. Incluso hace poco, en nuestra fragua, un viajero que pasaba mandó reparar una rueda. Habló y yo lo oí:
— "En la Siberia subterránea — dijo —, hay enterradas muchas riquezas. ¡Proteged a Siberia!" Tenía un gran aspecto este hombre.
— "Sé esto por mi abuelo. A veces, la víspera de un gran día de fiesta nos hablaba, tras encender las velas delante de los iconos antiguos.
Así hablaba:
— «Hay un tesoro enterrado para cada hombre. Sólo que debemos saber cómo tomar estos tesoros. Un traidor no recibe ningún tesoro. Un borracho no sabe cómo acercarse a él. No prestéis atención a los tesoros con malos pensamientos. El tesoro conoce su valor. No oséis hacer daño al tesoro. Los tesoros deben apreciarse. Ellos no son enterrados con una palabra tonta, sino plegarias y conjuros. Y los conjuros inspiran un temor reverente. Y dondequiera que haya sangre en un tesoro, es mejor no aproximarse a él.
El mismísimo Satán y con él todos los diablos protegen el oro sangriento.
Y si vuestro corazón ha decidido ir en busca de un tesoro, entonces id con cuidado. Mucho antes de aproximaros a él no habléis en vano, no os mostréis demasiado abiertamente; pensad vuestros pensamientos. Habrá terrores delante de vosotros, pero no debéis temer. Algo aparecerá ante vuestros ojos, pero no miréis. No tropecéis. Pues ir en busca de un tesoro es una gran cosa. Cuando se trate del tesoro, doblad vuestros esfuerzos. No miréis a vuestro alrededor y, principalmente, no descanséis. Pues cada uno deberá descansar después, en la tierra. Y si queréis elevar la voz, entonad plegarias a la Virgen. Recuerda, nunca llevéis compañeros con vosotros cuando vayáis en busca del tesoro.
Si vuestra suerte llega y conseguís el tesoro, no habléis con nadie de él. Dejad que la gente piense que la mala fortuna os mantiene callados. Pero permaneced en silencio a causa de la fortuna. De ninguna manera reveléis vuestro tesoro de repente al pueblo. Pues el ojo humano es opresivo. Las personas no están habituadas a los tesoros. Estos han yacido durante mucho tiempo en la tierra honesta. Si los reveláis a las personas, volverán a la tierra nuevamente. Y ni vosotros ni nadie más tendrá los tesoros. Las gentes han echado a perder muchos tesoros a causa de su mezquindad.»
— «¿Y dónde está tu tesoro, herrero? ¿Por qué no has cogido tu tesoro?»
— «Para mí, allí yace un tesoro escondido. Yo solo sé cuándo ir en su busca.»
Y el herrero no habló más acerca de los tesoros.
Saludos.
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