BOHEMIA Y ALGO MAS
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Vie 02 Nov 2012, 6:11 pm
MINI CUENTOS DE TERROR.
ESPECIAL DEL DÍA DE MUERTOS.
"LA MUERTE VIVE ENTRE NOSOTROS".
EL NIÑO LIMPIA PARABRISAS.
Luego de un día poco favorable en el pasaje, el amigo taxista regresaba a su casa por una de las avenidas al oriente de la ciudad. Para variar, le tocó el alto en el crucero de la Alameda, cuando repentinamente ya estaba encaramado sobre el cofre de su coche, un niño limpia parabrisas, que sonriente limpiaba el vidirio con esmero y alegremente.
----¡Te digo que no!....... ¿qué no entiendes?..... Gritaba enfurecido el taxista, y al instante, el niño de un salto se bajó del vehículo y se retiró y se sentó en cuclillas en la banqueta y se le quedó mirando fijamente sin dejar de sonreirle.
El amigo taxista se sintió un poco mal al ver aquella actitud del niño y pensar en su comportamiento arrebatado, así que conmovido, sacó la única moneda de a $ 10.00 que traía y se la arrojó al infante, al tiempo que arrancaba el coche al encenderse la luz verde del semáforo.
Más adelante, sintió una mirada fija en su espalda que lo obligó a mirar por el retrovisor y vió en la cajuela de su taxi al mismo niño que minutos antes le había tratado de limpiar el vidrio de su coche. Iba muy sonriente trepado en la parte posterior del vehículo. Sin pensarlo busca estacionarse rápidamente y desciende del coche diciendo:
--¡Niño imprudente!..... ¡No hagas eso!...... ¡Te estás...........! Pero el niño ya no se encontraba en la cajuela. Visiblemente asustado, volteó para todos lados, tratando de localizarlo y sólo vió a otro taxista estacionado un poco más atrás.
--¿Víste al niño que venía subido en la cajuela?.....
--NO amigo..... Ya estás muy cansado..... Allí no venía nadie....... ¡Ya vete a casa!.
Pensativo se dirigió nuevamente al coche y encendió el motor para continuar, cuando un poco más adelante, vuelve a frenar bruscamente la unidad. Por el espejo retrovisor estaba viendo al niño limpia parabrisas que le sonreía amablemente y estaba sentado en el asiento de atrás.
En cuestión de segundos baja y abre la portezuela, y con asombro y miedo atroz, se da cuenta que ya no está el pequeño, sólo encontró en el asiento una moneda de $ 10.00 y una flor seca de cempasúchil, llevándose una impresión tremenda que le erizó toda la piel y casi correr de espanto.
EL NIÑO DEL CONTENEDOR.
Don Pepe y su hijo pequeño se dedicaban a pepenar basura de los contenedores, pero cuando se acercaron al contenedor de una céntrica colonia, su hijo se negó a acercarse a dicho contenedor y temblando de miedo, le pedía que no lo obligara a ir allí, a ese contenedor que tenían a la vista.
---¡No papá, por favor en ese no!.......
Pero hijo, ¿Porqué te asustas?........ Es sólo un contenedor más.
---¡No papá, ahí hay algo, no quiero ir!......
¡Vaya este muchacho........ Ahí sólo hay basura!....... ¡Así que vamos a trabajar!.
El chiquillo se hechó a llorar sentado en cuclillas en la banqueta, atemorizado, y el papá trató de consolarlo.
--¡Está bien!..... ¡Al cabo que ya es el último y nos vamos a casa!....... Quédate aquí que ahorita vuelvo.
Don Pepe se acercó silbando alegremente al contenedor a realizar su faena y ayudado de un palo de escoba, comenzó a separar la basura. De repente, el palo se atoró con algo duro y escuchó como un gemido apagado. Hechó la luz de su linterna y no vió mas de que bultos con basura al interior del contenedor.
Sin embargo, al seguir hurgando entre las bolsas de la basura, claramente vió que algo se movía escurriéndose hasta el fondo del contenedor
.
--¡Debe ser un gato!..... Pensó. Y removiendo los bultos de basura no hayó nada anormal.
--Bueno ya terminé......... y tomando su saca con el cartón y los plásticos que había separado, dió la media vuleta para alejarse, cuando oyó claramente la voz de un niño a sus espaldas que provenía del contenedor.
---¡Por favor, no me dejes!..... ¡Quiero ir a casa!........
Se volteó y vió sentado sobre el contenedor la figura fantasmal de un niño como de unos cinco años, con los brazos extendidos.
--¡No me dejes!...... ¡Llévame contigo!........
Aquel ser de ultratumba vestía pantalones de mezclilla, una camisa rojiza y usaba tenis...... Pero su rostro, su rostro parecía ligeramente pálido y sus ojos velados.
Don Pepe sintió que toda su piel se le erizaba y los pelos se le ponían de punta, su corazón se le quería salir del pecho y corrió alejándose de aquel ser espectral, recogió a su hijo que estaba sumamente pálido y asustado y se alejaron de ese siniestro lugar lo más aprisa que pudieron, olvidando sus bolsas donde traían el producto de su trabajo de pepena de artículos reciclables.
--¡No me dejes solo!............. ¡Llévame contigo!....... Todavía alcanzaron a escuchar con escalofrío esas papalabras que les calaban con un frío heladísimo en el corazón que les latía alocadamente.
EL AHOGADO.
Se cuenta que en el antiguo balneario al oriente de la ciudad, sucedió una tragedia hace muchos años, donde la imprudencia y la irresponsabilidad de un trabajador nuevo, cobró la vida inocente de un joven de escasos dieciocho años; éste trabajador tenía problemas para acatar órdenes, estaba trabajando a disgusto y la tarde-noche de los acontecimientos, en un momento de arrebato y cólera, abrió la compuerta principal para vaciar y limpiar el agua de la alberca, pensando que ya todos los que ese día habían asistido al balneario, ya había salido y no se dieron cuenta que todavía quedaba aquel joven que seguía nadando. La succión de agua debido a la compuerta abierta aprisionó al pobre joven, quien sin poder salir a tomar aire, murió ahogado atrapado por la compuerta.
Después del accidente, todos quisieron la renuncia de aquel mal trabajador, pero éste de manera cínica se amparó y argumentaba que no fue su culpa, que había sido un mero accidente, una caualidad ya que él había checado y no había nadie en la alberca y que el infortunado joven se había metido después de la inspección y que ya no pudo hacer nada al abrir la compuerta de succión de la alberca para limpiarla.
La historia del ahogado comienza a tomar mayor interés y pasa a primer plano entre los comentarios de la gente, ya que aquel irresponsable trabajador empezó a experimentar sentimiento de culpa y remordimiento, por eso comenzó a beber y siendo el encargado de la limpieza noctura de la alberca, después de beber siempre se iba a dormir a las oficinas del balneario. Una de esas noches de juerga, todo beodo llegó a las instalaciones y se disponía a dormir la mona, cuando iba a descansar notó algo que le llamó la atención, cerca de la alberca estaba una persona que al parecer tiritaba de frío, parecía que estaba empapada y sólo llevaba un short de baño, poco a poco, lleno de curiosidad, se acercó hacia aquella persona, cuando de pronto, lanzó un grito de miedo que hizo que su compañero de trabajo con quien compartía el turno, acudiera rápidamente y alcanzara a ver que a la orilla de la alberca estaba su compañero, quien luchaba por liberarse del abrazo de aquella persona, lo tenía fuertemente sujeto de la cintura y lo arrastraba hacia el agua.
El trabajador se alarmó y apresuró el paso para acercarse, cuando la extraña persona que sujetaba al compañero, se lanzó al agua con el asustado hombre que apenas pudo lanzar un pequeño grito de horror.
Sin pensarlo dos veces, el trabajador se lanzó al agua para socorrer a su compañero, pero por más que trataba de alcanzarlo, no lo lograba, parecía que esa persona lo llevaba por todo el fondo de la alberca sin dejar que saliese a flote; después de un rato, al fin salió a flote, pero ya sin vida y no había rastro alguno del atacante, por más que trató de reanimarlo ya no pudo hacer nada y llamó a los servicios de emergencia. Enseguida este trabajador, asustado por lo presenciado, ya no quiso saber más de los ahora dos ahogados, así que presentó su renuncia y se fue a buscar otro trabajo donde no tuviera nada que ver con aparecidos.
EL CASERÓN.
El presente relato es de un ex policía, que tras varias peripecias en el turno nocturno, terminó por renunciar por motivos de salud.
Nos informaron por radio que en un viejo Caserón de una céntrica calle había alboroto y nos alertaban de que varios vándalos estaban provocando destrozos y escandalizando.
inmediatamente que llegamos al citado Caserón, mi compañero me dijo que esperara y se dirigió solo al interior del Caserón abandonado.
Estuve esperando un buen rato y sin comunicación alguna, cuando la recuperé pude escuchar claramente:
--¡Si entras morirás!.
Pensé que era una broma de mi compañero, así que decidí entrar en la Casona como refuerzo y justo antes de entrar por la puerta principal, escuché los gritos de mi compañero por radio todo alterado:
...¡Son demasiados!....... ¡Las balas no les afectan!.
---Pero, ¿qué ocurre?..... ¿Quiénes son?, contesté.
De pronto se cortó la comunicación, corrí hacia el cohe patrulla a pedir refuerzos, y sin más me dirigí para auxiliar a mi compañera que seguro estaba en peligro inminente.
Al adentrarme me quedé sorprendido. La casa estaba totalmente en ruinas y la puerta que dejé atrás se cerró de golpe, seguidamente escuché la voz que dijo:
--Has elegido el camino de la muerte, ¡no saldrás vivo de aquí!.
A pesar del terrible miedo que sentí, seguí adelante en busca de mi compañero y amigo. Después de buscar por toda la casa, por fin pude verlo, me acerqué, se encontraba de cuclillas apoyado en un rincón, ¡estaba malherido!.
--Déjame aquí, hay seres que rondan la casa. Dijo mi compañero entre lamentos de dolor.
--¿Otros seres, pero qué?.... no pude terminar la frase, cuando algo con una fuerza descomunal me tiró al suelo. Saqué mi arma y ví una extrañas sombras corriendo a mi alrededor, sin dudarlo ni un instante, empecé a disparar, pero no les afectaba ninguno de mis disparos, les había dado, estoy seguro, pero las balas no parecían provocarles daño alguno.
Empecé a sentir un escalofrío y antes de que el miedo no me dejara reaccionar, salí corriendo con mi compañero a hombros, cruzamos varias salas y llegamos a un gran comedor, encendimos las linternas y al ver una estatua de Cristo colgada al revés, nos dimos cuenta de todo lo que estaba ocurriendo.
A un lado del Cristo invertido había una nota:
---Han entrado en territorio satánico, prepárense para sufrir lo indecible porque van a morir.
De pronto empezamos a notar esas extrañas presencias alrededor nuestro, figuras grotescas y horripilantes que se acercaban hacia nosotros amenzadoramente. El miedo exacerbado se apoderó de nosotros inmovilizándonos por completo, un frío sudor comenzó a perlar nuestras frentes y unos espasmos como de muerte comenzaron a convulsionarnos todo el cuerpo.
Cuando todo parecía perdido y a punto de perder el conocimiento ante lo más terrorrífico que pudiéramos haber siquiera imaginado, escuchamos las sirenas de los compañeros, reaccionamos corriendo con todas nuestras fuerzas y conseguimos salir, pero ahí afuera no había nadie, estábamos solos, era para volverse locos....... Pero de pronto, una especie de figura fantasmal vino en línea recta hacia nosotros y cogiendo a mi amigo y llevándoselo hacia el interior del viejo y abandonado Caserón.
Todo parecía salido de una película de terror, no podía creer lo que estaba sucediendo, colapsado por todo lo ocurrido me dirigí al coche patrulla para coger otra arma y armándome de valor, regresé a buscar a mi amigo al interior del Caserón, cuando lo veo que viene hacia mí, más no era él, es decir, estaba un tanto cambiado y con una extraña expresión en el rostro y me dijo:
--En el nombre de Satánás yo te tomaré.
Al acercarse más ví que tenía los ojos rojos, parecía poseído, no supe cómo reaccionar y mientras tanto él sacó su pistola de cargo y me apuntó a la cara. No tuve otra opción, apreté el gatillo de mi arma y cayó fulminado, fue entonces cuando llegaron los refuerzos.
Cuando llegaron los demás compañeros venían acompañados de un Cura, estaban al corriente de todo, ya que no era la primera vez que ocurrían estas cosas extrañas y diabólicas por estos alrededores, me ayudaron y hablé con el Cura, quien me dijo que todo lo que había ocurrido allí había que llevarlo con el más riguroso secreto, lo que había pasado allí nadie tendría que saberlo, nadie. Luego me consoló, me dijo que había actuado bien, no había otra opción, que mi compañero había sido víctima de posesión satánica, en el caso de que no le hubiese disparado, él sí lo habría hecho sin dudarlo y yo sería ahora el que estaría bien muerto.
CLAUSTROFOBIA.
Había una cueva ante sus ojos, y al parecer tenía un raro influjo ó poder hipnótico invitando a entrar a recorrerla.
---¿Cuánto tendría de largo?........ ¿Cómo sería por dentro?.........
Estas y otras preguntas inundaban la mente de vamos a llamarlo "Chendo".
Al principio vacilante, temeroso pero a la vez curioso, Chendo finalmente penetra la hoqueda que se presenta como un reto y ya está en el interior de la cueva, que por cierto, no está tan oscuro como él temía al principio. Avanza entre un olor dulzón a tierra húmeda. Las paredes, efectivamente rezuman humedad, minúsculas gotas que resbalan lentamente, como perezosas lagartigas, roca abajo, hasta ser absorbidas por la tierra que tapiza el suelo de la cueva.
El pasillo se alarga entre curvas suaves, Chendo siente que sus cabellos rozan algo. Es el techo de la cueva; parece como si el techo estuviera cada vez más abajo o quizás, el pasillo se estrecha paulatinamente a media que se prolonga.....
Esa idea basta para atenazarle el corazón. Su corazón, débil y enfermizo de por sí.... un corazón aprensivo que no resiste la idea de cuatro paredes cerradas....
¡Claustrofobia!....... Esa es la palabra. Y en ella refleja todo su temor. Un temor fomado por una parte de morboso placer, que le empuja a seguir adelante por el corredor de la cueva, a sabiendas de que las paredes son cada vez más estrechas y el techo se halla cada vez más cerca.
Asustado, Chendo se empeña en seguir avanzando, quiere descubrir lo que la cueva encierra. ¡Anda en busca de un tesoro que se dice se encuentra al final de la cueva!.
Con horror, Chendo se da cuenta de que ya llegó hasta el final de la cueva, se da perfecta cuenta de que ya no tiene espacio ante él. El corredor, angosto como una conejera termina bruscamente ante la piedra que forma el corazón de la montaña, como si algún desalentado ingeniero hubiera dejado su trabajo a medio terminar......
El asfixiante terror a los espacios cerrados hace presa de él. Debe volver marcha atrás, rápidamente ganar la salida, llegar hasta la boca de la cueva para poder respirar el aire fresco, aire que tanta falta hace a sus pulmones...... Pero es inútil, sus músculos no le responden, sus manos se apoyan fuertemente en el suelo a fin de impulsarse hacia atrás........ pero todo esfuerzo es en vano: Está como clavado en el suelo, con la roca sobre su espalda, bajo su pecho, ante su cabeza y quizás, muy posiblemente detrás de sus pies.......
Despierta Chendo, ¡despierta!......
Todo agitado y sudoroso Chendo despierta sobre la cama en su cuarto al lado de su esposa.
--Ha sido un sueño otra vez, ¿verdad?..........
Todo ha sido un horrible sueño, una pesadilla, pero siempre es lo mismo: recurrente sueño sobre estar atrapado en una estrecha y asfixiante cueva.
Chendo vuelve a tratar de conciliar el sueño, se tumba en la cama y se abriga con las sábanas en torno a su cuerpo como para protegerse de un enemigo invisible y viscoso que caerá sobre él en cuanto se esposa apague la luz de la mesilla de noche......
Intenta dormir....... y poco a poco su sueño que le invade lo va llevando de nuevo a la entrada de la cueva, la oscuridad. El olor a humedad, un pasillo cada vez más angosto..... piedras que aprisionan su pecho, su espalda, todo su cuerpo. No puede resisitirse a adentrase en la cueva, lo hace involuntariamente como hipnotizado.
Un alarido. Otro más. El último......
Su esposa, sobresaltada, toca el cuerpo de Chendo, rígido, frío, inmóvil. Sus ojos están clavados en el techo, como si éste se hubiera movido, como si hubiera bajado para aplastarle.......
Su corazón no late desacompasado como es habitual después de su pesadilla recurrente. La esposa aplica el oído al pecho de Chendo. Nada. Silencio. Su corazón se ha detenido.
Todo es oscuro. Chendo abre los ojos. La pesadilla otra vez.....
Sigue el olor a tierra húmedad. Intenta mover los brazos, pero no puede.... Quizás con las rodillas....... Pero como es habitual, tampoco las rodillas se mueven.
Tendrá que gritar para acabar con aquella pesadilla y despertarse como otras veces, y terminar con aquella horrible angustia.
Abre la boca, se dispone a gritar. Pero, de repente algo cruza su mente. Hay algo distinto...... ¿Qué es?.
La posición..... no está boca abajo, como cuando lucha desesperadamente por salir de la cueva. NO, ahora está boca arriba. Boca arriba...... Y hay otro olor nuevo, aparte de la humedad, la tierra...... un olor inconfundible a madera, a madera recién barnizada.
Intenta gritar pero ningún sonido sale de su garganta. Y comienza a escuchar con horror las paletadas de tierra, lenta e inexorablemente, siente que la tierra golpea al caer sobre la tapa de un ataúd, su ataúd; mientras Chendo desgarra sus uñas contra la madera, en un salvaje e inútil intento por sobrevivir......
Su mente, vertiginosamente le trae la palabra Claustrofobia que ahora se une a otra mucho más terrible aún: CATELEPSIA....
Y se pregunta sin hallar respuesta:
---¿Por qué no esperaron un poco antes de eterrarlo?......... ¿Por qué?,...... ¿Por qué?...... ¿Por qué?.
LA VENGANZA DEL MUERTO.
Un día como cualquier otro, nos comenta nuestro amigo, me quedé solo en casa. Me puse a ver la televisión, cuando de repente escucho unos pasos que resuenan en la escalera. No podía ser, yo tenía todo cerrado, me había asegurado que la puerta de entrada quedar firmemente cerrada.
Sentía que me moría de miedo, sentía mi cuerpo todo paralizado del terror........ Era una extraña sensación de pánico ante lo desconocido, no podía moverme y me quedé en completo silencio, mirando hacia la puerta de entrada a mi recámara. Pasados algunos segundos, no sucedió nada, me empecé a tranquilizar poco a poco, dejé de temblar y me dí ánimo y pretendí ignorar lo sucedido viendo nuevamente el televisor.
A los pocos minutos, sonó el teléfono y presuroso me apresté a contestar.
---¿Aló?........ dijo una voz desconocida.
---Hola, ¿con quién hablo?. Le dije yo.
La voz del otro lado de la línea no contestó durante unos segundos y seguidamente respondió:
---¡Estoy en tu casa por culpa de tus padres!...... Enseguida se cortó la comunicación y todo quedó en silencio.
No supe cómo reaccionar, pero el miedo me invadió por completo. Estaba apanicado sin atinar a moverme. Casi enseguida, volvió a sonar el teléfono. Lo tomé muy asustado. Eran mis padres que me dijeron que iban a llegar un poco tarde porque habían tenido un pequeño problema de última hora, cosa que a mí me sentó muy mal y les dije que se apuraran.
Traté de ver el televisor nuevamente y olvidarme del asunto, cuando instantáneamente, el televisor se apagó, las luces se apagaron y las ventanas se abrieron de par en par dejando pasar una ráfaga de frío intensamente helada.
----¡Aquí estoy contigo por culpa de tus padres!..... Volví a escuchar en la penumbra del cuarto esa voz que escuché por el teléfono. Busqué con la mirada de dónde procedía aquella voz cavernosa y sólo vi una sombra recorrer de un lado a otro la habitación hundida en la semioscuridad.
La luz se restableció por sí sola y el televisor así mismo se encendió. Se dejaron escuchar una serie de ruidos por toda la casa y se comenzaron a mover los objetos por sí solos. Yo estaba completamente asustado y no sabía qué hacer. Cuando todo ya era un caos y yo estaba a punto de perder el sentido, ya que había intentado salir pero algo siniestro me lo impedía. De pronto abrieron la puerta de entrada y luego aparecieron en el umbral de mi recámara mis padres, a quienes enseguida les pregunté que por qué habían llegado tan tarde.
Su contestación me dejó helado, paralizado por el terror:
----Cuando nos dirigíamos a casa atropellamos a una persona sin querer, reaccionamos lo más rápidamente posible y la llevamos al hospital, pero lamentablemente, no lo pudo superar y murió en el hospital.
Seguidamente, les comenté lo que ocurrió cuando estaba solo en la casa, el ruido en los escalones, la misteriosa llamada telefónica, cuando se apagó la luz y se azotaron las ventanas, en fin todo lo que me había ocurrido en su ausencia....... Casi enseguida, como para completar el cuadro dantesco de horror y pesadilla, se dejó escuchar la voz tétrica y espeluznante de aquel ser que se había posesionado de la casa:
----"¡No debieron atropellarme, se arrepentirán!".
Bueno, hay le dejamos, ¡no sea que sí se me vayan a espantar!
Vivan su día de muertos.
Felices sueños.
¡Recuérdenme!.
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ESPECIAL DEL DÍA DE MUERTOS.
"LA MUERTE VIVE ENTRE NOSOTROS".
EL NIÑO LIMPIA PARABRISAS.
Luego de un día poco favorable en el pasaje, el amigo taxista regresaba a su casa por una de las avenidas al oriente de la ciudad. Para variar, le tocó el alto en el crucero de la Alameda, cuando repentinamente ya estaba encaramado sobre el cofre de su coche, un niño limpia parabrisas, que sonriente limpiaba el vidirio con esmero y alegremente.
----¡Te digo que no!....... ¿qué no entiendes?..... Gritaba enfurecido el taxista, y al instante, el niño de un salto se bajó del vehículo y se retiró y se sentó en cuclillas en la banqueta y se le quedó mirando fijamente sin dejar de sonreirle.
El amigo taxista se sintió un poco mal al ver aquella actitud del niño y pensar en su comportamiento arrebatado, así que conmovido, sacó la única moneda de a $ 10.00 que traía y se la arrojó al infante, al tiempo que arrancaba el coche al encenderse la luz verde del semáforo.
Más adelante, sintió una mirada fija en su espalda que lo obligó a mirar por el retrovisor y vió en la cajuela de su taxi al mismo niño que minutos antes le había tratado de limpiar el vidrio de su coche. Iba muy sonriente trepado en la parte posterior del vehículo. Sin pensarlo busca estacionarse rápidamente y desciende del coche diciendo:
--¡Niño imprudente!..... ¡No hagas eso!...... ¡Te estás...........! Pero el niño ya no se encontraba en la cajuela. Visiblemente asustado, volteó para todos lados, tratando de localizarlo y sólo vió a otro taxista estacionado un poco más atrás.
--¿Víste al niño que venía subido en la cajuela?.....
--NO amigo..... Ya estás muy cansado..... Allí no venía nadie....... ¡Ya vete a casa!.
Pensativo se dirigió nuevamente al coche y encendió el motor para continuar, cuando un poco más adelante, vuelve a frenar bruscamente la unidad. Por el espejo retrovisor estaba viendo al niño limpia parabrisas que le sonreía amablemente y estaba sentado en el asiento de atrás.
En cuestión de segundos baja y abre la portezuela, y con asombro y miedo atroz, se da cuenta que ya no está el pequeño, sólo encontró en el asiento una moneda de $ 10.00 y una flor seca de cempasúchil, llevándose una impresión tremenda que le erizó toda la piel y casi correr de espanto.
EL NIÑO DEL CONTENEDOR.
Don Pepe y su hijo pequeño se dedicaban a pepenar basura de los contenedores, pero cuando se acercaron al contenedor de una céntrica colonia, su hijo se negó a acercarse a dicho contenedor y temblando de miedo, le pedía que no lo obligara a ir allí, a ese contenedor que tenían a la vista.
---¡No papá, por favor en ese no!.......
Pero hijo, ¿Porqué te asustas?........ Es sólo un contenedor más.
---¡No papá, ahí hay algo, no quiero ir!......
¡Vaya este muchacho........ Ahí sólo hay basura!....... ¡Así que vamos a trabajar!.
El chiquillo se hechó a llorar sentado en cuclillas en la banqueta, atemorizado, y el papá trató de consolarlo.
--¡Está bien!..... ¡Al cabo que ya es el último y nos vamos a casa!....... Quédate aquí que ahorita vuelvo.
Don Pepe se acercó silbando alegremente al contenedor a realizar su faena y ayudado de un palo de escoba, comenzó a separar la basura. De repente, el palo se atoró con algo duro y escuchó como un gemido apagado. Hechó la luz de su linterna y no vió mas de que bultos con basura al interior del contenedor.
Sin embargo, al seguir hurgando entre las bolsas de la basura, claramente vió que algo se movía escurriéndose hasta el fondo del contenedor
.
--¡Debe ser un gato!..... Pensó. Y removiendo los bultos de basura no hayó nada anormal.
--Bueno ya terminé......... y tomando su saca con el cartón y los plásticos que había separado, dió la media vuleta para alejarse, cuando oyó claramente la voz de un niño a sus espaldas que provenía del contenedor.
---¡Por favor, no me dejes!..... ¡Quiero ir a casa!........
Se volteó y vió sentado sobre el contenedor la figura fantasmal de un niño como de unos cinco años, con los brazos extendidos.
--¡No me dejes!...... ¡Llévame contigo!........
Aquel ser de ultratumba vestía pantalones de mezclilla, una camisa rojiza y usaba tenis...... Pero su rostro, su rostro parecía ligeramente pálido y sus ojos velados.
Don Pepe sintió que toda su piel se le erizaba y los pelos se le ponían de punta, su corazón se le quería salir del pecho y corrió alejándose de aquel ser espectral, recogió a su hijo que estaba sumamente pálido y asustado y se alejaron de ese siniestro lugar lo más aprisa que pudieron, olvidando sus bolsas donde traían el producto de su trabajo de pepena de artículos reciclables.
--¡No me dejes solo!............. ¡Llévame contigo!....... Todavía alcanzaron a escuchar con escalofrío esas papalabras que les calaban con un frío heladísimo en el corazón que les latía alocadamente.
EL AHOGADO.
Se cuenta que en el antiguo balneario al oriente de la ciudad, sucedió una tragedia hace muchos años, donde la imprudencia y la irresponsabilidad de un trabajador nuevo, cobró la vida inocente de un joven de escasos dieciocho años; éste trabajador tenía problemas para acatar órdenes, estaba trabajando a disgusto y la tarde-noche de los acontecimientos, en un momento de arrebato y cólera, abrió la compuerta principal para vaciar y limpiar el agua de la alberca, pensando que ya todos los que ese día habían asistido al balneario, ya había salido y no se dieron cuenta que todavía quedaba aquel joven que seguía nadando. La succión de agua debido a la compuerta abierta aprisionó al pobre joven, quien sin poder salir a tomar aire, murió ahogado atrapado por la compuerta.
Después del accidente, todos quisieron la renuncia de aquel mal trabajador, pero éste de manera cínica se amparó y argumentaba que no fue su culpa, que había sido un mero accidente, una caualidad ya que él había checado y no había nadie en la alberca y que el infortunado joven se había metido después de la inspección y que ya no pudo hacer nada al abrir la compuerta de succión de la alberca para limpiarla.
La historia del ahogado comienza a tomar mayor interés y pasa a primer plano entre los comentarios de la gente, ya que aquel irresponsable trabajador empezó a experimentar sentimiento de culpa y remordimiento, por eso comenzó a beber y siendo el encargado de la limpieza noctura de la alberca, después de beber siempre se iba a dormir a las oficinas del balneario. Una de esas noches de juerga, todo beodo llegó a las instalaciones y se disponía a dormir la mona, cuando iba a descansar notó algo que le llamó la atención, cerca de la alberca estaba una persona que al parecer tiritaba de frío, parecía que estaba empapada y sólo llevaba un short de baño, poco a poco, lleno de curiosidad, se acercó hacia aquella persona, cuando de pronto, lanzó un grito de miedo que hizo que su compañero de trabajo con quien compartía el turno, acudiera rápidamente y alcanzara a ver que a la orilla de la alberca estaba su compañero, quien luchaba por liberarse del abrazo de aquella persona, lo tenía fuertemente sujeto de la cintura y lo arrastraba hacia el agua.
El trabajador se alarmó y apresuró el paso para acercarse, cuando la extraña persona que sujetaba al compañero, se lanzó al agua con el asustado hombre que apenas pudo lanzar un pequeño grito de horror.
Sin pensarlo dos veces, el trabajador se lanzó al agua para socorrer a su compañero, pero por más que trataba de alcanzarlo, no lo lograba, parecía que esa persona lo llevaba por todo el fondo de la alberca sin dejar que saliese a flote; después de un rato, al fin salió a flote, pero ya sin vida y no había rastro alguno del atacante, por más que trató de reanimarlo ya no pudo hacer nada y llamó a los servicios de emergencia. Enseguida este trabajador, asustado por lo presenciado, ya no quiso saber más de los ahora dos ahogados, así que presentó su renuncia y se fue a buscar otro trabajo donde no tuviera nada que ver con aparecidos.
EL CASERÓN.
El presente relato es de un ex policía, que tras varias peripecias en el turno nocturno, terminó por renunciar por motivos de salud.
Nos informaron por radio que en un viejo Caserón de una céntrica calle había alboroto y nos alertaban de que varios vándalos estaban provocando destrozos y escandalizando.
inmediatamente que llegamos al citado Caserón, mi compañero me dijo que esperara y se dirigió solo al interior del Caserón abandonado.
Estuve esperando un buen rato y sin comunicación alguna, cuando la recuperé pude escuchar claramente:
--¡Si entras morirás!.
Pensé que era una broma de mi compañero, así que decidí entrar en la Casona como refuerzo y justo antes de entrar por la puerta principal, escuché los gritos de mi compañero por radio todo alterado:
...¡Son demasiados!....... ¡Las balas no les afectan!.
---Pero, ¿qué ocurre?..... ¿Quiénes son?, contesté.
De pronto se cortó la comunicación, corrí hacia el cohe patrulla a pedir refuerzos, y sin más me dirigí para auxiliar a mi compañera que seguro estaba en peligro inminente.
Al adentrarme me quedé sorprendido. La casa estaba totalmente en ruinas y la puerta que dejé atrás se cerró de golpe, seguidamente escuché la voz que dijo:
--Has elegido el camino de la muerte, ¡no saldrás vivo de aquí!.
A pesar del terrible miedo que sentí, seguí adelante en busca de mi compañero y amigo. Después de buscar por toda la casa, por fin pude verlo, me acerqué, se encontraba de cuclillas apoyado en un rincón, ¡estaba malherido!.
--Déjame aquí, hay seres que rondan la casa. Dijo mi compañero entre lamentos de dolor.
--¿Otros seres, pero qué?.... no pude terminar la frase, cuando algo con una fuerza descomunal me tiró al suelo. Saqué mi arma y ví una extrañas sombras corriendo a mi alrededor, sin dudarlo ni un instante, empecé a disparar, pero no les afectaba ninguno de mis disparos, les había dado, estoy seguro, pero las balas no parecían provocarles daño alguno.
Empecé a sentir un escalofrío y antes de que el miedo no me dejara reaccionar, salí corriendo con mi compañero a hombros, cruzamos varias salas y llegamos a un gran comedor, encendimos las linternas y al ver una estatua de Cristo colgada al revés, nos dimos cuenta de todo lo que estaba ocurriendo.
A un lado del Cristo invertido había una nota:
---Han entrado en territorio satánico, prepárense para sufrir lo indecible porque van a morir.
De pronto empezamos a notar esas extrañas presencias alrededor nuestro, figuras grotescas y horripilantes que se acercaban hacia nosotros amenzadoramente. El miedo exacerbado se apoderó de nosotros inmovilizándonos por completo, un frío sudor comenzó a perlar nuestras frentes y unos espasmos como de muerte comenzaron a convulsionarnos todo el cuerpo.
Cuando todo parecía perdido y a punto de perder el conocimiento ante lo más terrorrífico que pudiéramos haber siquiera imaginado, escuchamos las sirenas de los compañeros, reaccionamos corriendo con todas nuestras fuerzas y conseguimos salir, pero ahí afuera no había nadie, estábamos solos, era para volverse locos....... Pero de pronto, una especie de figura fantasmal vino en línea recta hacia nosotros y cogiendo a mi amigo y llevándoselo hacia el interior del viejo y abandonado Caserón.
Todo parecía salido de una película de terror, no podía creer lo que estaba sucediendo, colapsado por todo lo ocurrido me dirigí al coche patrulla para coger otra arma y armándome de valor, regresé a buscar a mi amigo al interior del Caserón, cuando lo veo que viene hacia mí, más no era él, es decir, estaba un tanto cambiado y con una extraña expresión en el rostro y me dijo:
--En el nombre de Satánás yo te tomaré.
Al acercarse más ví que tenía los ojos rojos, parecía poseído, no supe cómo reaccionar y mientras tanto él sacó su pistola de cargo y me apuntó a la cara. No tuve otra opción, apreté el gatillo de mi arma y cayó fulminado, fue entonces cuando llegaron los refuerzos.
Cuando llegaron los demás compañeros venían acompañados de un Cura, estaban al corriente de todo, ya que no era la primera vez que ocurrían estas cosas extrañas y diabólicas por estos alrededores, me ayudaron y hablé con el Cura, quien me dijo que todo lo que había ocurrido allí había que llevarlo con el más riguroso secreto, lo que había pasado allí nadie tendría que saberlo, nadie. Luego me consoló, me dijo que había actuado bien, no había otra opción, que mi compañero había sido víctima de posesión satánica, en el caso de que no le hubiese disparado, él sí lo habría hecho sin dudarlo y yo sería ahora el que estaría bien muerto.
CLAUSTROFOBIA.
Había una cueva ante sus ojos, y al parecer tenía un raro influjo ó poder hipnótico invitando a entrar a recorrerla.
---¿Cuánto tendría de largo?........ ¿Cómo sería por dentro?.........
Estas y otras preguntas inundaban la mente de vamos a llamarlo "Chendo".
Al principio vacilante, temeroso pero a la vez curioso, Chendo finalmente penetra la hoqueda que se presenta como un reto y ya está en el interior de la cueva, que por cierto, no está tan oscuro como él temía al principio. Avanza entre un olor dulzón a tierra húmeda. Las paredes, efectivamente rezuman humedad, minúsculas gotas que resbalan lentamente, como perezosas lagartigas, roca abajo, hasta ser absorbidas por la tierra que tapiza el suelo de la cueva.
El pasillo se alarga entre curvas suaves, Chendo siente que sus cabellos rozan algo. Es el techo de la cueva; parece como si el techo estuviera cada vez más abajo o quizás, el pasillo se estrecha paulatinamente a media que se prolonga.....
Esa idea basta para atenazarle el corazón. Su corazón, débil y enfermizo de por sí.... un corazón aprensivo que no resiste la idea de cuatro paredes cerradas....
¡Claustrofobia!....... Esa es la palabra. Y en ella refleja todo su temor. Un temor fomado por una parte de morboso placer, que le empuja a seguir adelante por el corredor de la cueva, a sabiendas de que las paredes son cada vez más estrechas y el techo se halla cada vez más cerca.
Asustado, Chendo se empeña en seguir avanzando, quiere descubrir lo que la cueva encierra. ¡Anda en busca de un tesoro que se dice se encuentra al final de la cueva!.
Con horror, Chendo se da cuenta de que ya llegó hasta el final de la cueva, se da perfecta cuenta de que ya no tiene espacio ante él. El corredor, angosto como una conejera termina bruscamente ante la piedra que forma el corazón de la montaña, como si algún desalentado ingeniero hubiera dejado su trabajo a medio terminar......
El asfixiante terror a los espacios cerrados hace presa de él. Debe volver marcha atrás, rápidamente ganar la salida, llegar hasta la boca de la cueva para poder respirar el aire fresco, aire que tanta falta hace a sus pulmones...... Pero es inútil, sus músculos no le responden, sus manos se apoyan fuertemente en el suelo a fin de impulsarse hacia atrás........ pero todo esfuerzo es en vano: Está como clavado en el suelo, con la roca sobre su espalda, bajo su pecho, ante su cabeza y quizás, muy posiblemente detrás de sus pies.......
Despierta Chendo, ¡despierta!......
Todo agitado y sudoroso Chendo despierta sobre la cama en su cuarto al lado de su esposa.
--Ha sido un sueño otra vez, ¿verdad?..........
Todo ha sido un horrible sueño, una pesadilla, pero siempre es lo mismo: recurrente sueño sobre estar atrapado en una estrecha y asfixiante cueva.
Chendo vuelve a tratar de conciliar el sueño, se tumba en la cama y se abriga con las sábanas en torno a su cuerpo como para protegerse de un enemigo invisible y viscoso que caerá sobre él en cuanto se esposa apague la luz de la mesilla de noche......
Intenta dormir....... y poco a poco su sueño que le invade lo va llevando de nuevo a la entrada de la cueva, la oscuridad. El olor a humedad, un pasillo cada vez más angosto..... piedras que aprisionan su pecho, su espalda, todo su cuerpo. No puede resisitirse a adentrase en la cueva, lo hace involuntariamente como hipnotizado.
Un alarido. Otro más. El último......
Su esposa, sobresaltada, toca el cuerpo de Chendo, rígido, frío, inmóvil. Sus ojos están clavados en el techo, como si éste se hubiera movido, como si hubiera bajado para aplastarle.......
Su corazón no late desacompasado como es habitual después de su pesadilla recurrente. La esposa aplica el oído al pecho de Chendo. Nada. Silencio. Su corazón se ha detenido.
Todo es oscuro. Chendo abre los ojos. La pesadilla otra vez.....
Sigue el olor a tierra húmedad. Intenta mover los brazos, pero no puede.... Quizás con las rodillas....... Pero como es habitual, tampoco las rodillas se mueven.
Tendrá que gritar para acabar con aquella pesadilla y despertarse como otras veces, y terminar con aquella horrible angustia.
Abre la boca, se dispone a gritar. Pero, de repente algo cruza su mente. Hay algo distinto...... ¿Qué es?.
La posición..... no está boca abajo, como cuando lucha desesperadamente por salir de la cueva. NO, ahora está boca arriba. Boca arriba...... Y hay otro olor nuevo, aparte de la humedad, la tierra...... un olor inconfundible a madera, a madera recién barnizada.
Intenta gritar pero ningún sonido sale de su garganta. Y comienza a escuchar con horror las paletadas de tierra, lenta e inexorablemente, siente que la tierra golpea al caer sobre la tapa de un ataúd, su ataúd; mientras Chendo desgarra sus uñas contra la madera, en un salvaje e inútil intento por sobrevivir......
Su mente, vertiginosamente le trae la palabra Claustrofobia que ahora se une a otra mucho más terrible aún: CATELEPSIA....
Y se pregunta sin hallar respuesta:
---¿Por qué no esperaron un poco antes de eterrarlo?......... ¿Por qué?,...... ¿Por qué?...... ¿Por qué?.
LA VENGANZA DEL MUERTO.
Un día como cualquier otro, nos comenta nuestro amigo, me quedé solo en casa. Me puse a ver la televisión, cuando de repente escucho unos pasos que resuenan en la escalera. No podía ser, yo tenía todo cerrado, me había asegurado que la puerta de entrada quedar firmemente cerrada.
Sentía que me moría de miedo, sentía mi cuerpo todo paralizado del terror........ Era una extraña sensación de pánico ante lo desconocido, no podía moverme y me quedé en completo silencio, mirando hacia la puerta de entrada a mi recámara. Pasados algunos segundos, no sucedió nada, me empecé a tranquilizar poco a poco, dejé de temblar y me dí ánimo y pretendí ignorar lo sucedido viendo nuevamente el televisor.
A los pocos minutos, sonó el teléfono y presuroso me apresté a contestar.
---¿Aló?........ dijo una voz desconocida.
---Hola, ¿con quién hablo?. Le dije yo.
La voz del otro lado de la línea no contestó durante unos segundos y seguidamente respondió:
---¡Estoy en tu casa por culpa de tus padres!...... Enseguida se cortó la comunicación y todo quedó en silencio.
No supe cómo reaccionar, pero el miedo me invadió por completo. Estaba apanicado sin atinar a moverme. Casi enseguida, volvió a sonar el teléfono. Lo tomé muy asustado. Eran mis padres que me dijeron que iban a llegar un poco tarde porque habían tenido un pequeño problema de última hora, cosa que a mí me sentó muy mal y les dije que se apuraran.
Traté de ver el televisor nuevamente y olvidarme del asunto, cuando instantáneamente, el televisor se apagó, las luces se apagaron y las ventanas se abrieron de par en par dejando pasar una ráfaga de frío intensamente helada.
----¡Aquí estoy contigo por culpa de tus padres!..... Volví a escuchar en la penumbra del cuarto esa voz que escuché por el teléfono. Busqué con la mirada de dónde procedía aquella voz cavernosa y sólo vi una sombra recorrer de un lado a otro la habitación hundida en la semioscuridad.
La luz se restableció por sí sola y el televisor así mismo se encendió. Se dejaron escuchar una serie de ruidos por toda la casa y se comenzaron a mover los objetos por sí solos. Yo estaba completamente asustado y no sabía qué hacer. Cuando todo ya era un caos y yo estaba a punto de perder el sentido, ya que había intentado salir pero algo siniestro me lo impedía. De pronto abrieron la puerta de entrada y luego aparecieron en el umbral de mi recámara mis padres, a quienes enseguida les pregunté que por qué habían llegado tan tarde.
Su contestación me dejó helado, paralizado por el terror:
----Cuando nos dirigíamos a casa atropellamos a una persona sin querer, reaccionamos lo más rápidamente posible y la llevamos al hospital, pero lamentablemente, no lo pudo superar y murió en el hospital.
Seguidamente, les comenté lo que ocurrió cuando estaba solo en la casa, el ruido en los escalones, la misteriosa llamada telefónica, cuando se apagó la luz y se azotaron las ventanas, en fin todo lo que me había ocurrido en su ausencia....... Casi enseguida, como para completar el cuadro dantesco de horror y pesadilla, se dejó escuchar la voz tétrica y espeluznante de aquel ser que se había posesionado de la casa:
----"¡No debieron atropellarme, se arrepentirán!".
Bueno, hay le dejamos, ¡no sea que sí se me vayan a espantar!
Vivan su día de muertos.
Felices sueños.
¡Recuérdenme!.
-
- salvador esquivelExperto del Foro
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Frase Célebre : No he sacado nada, pero como me divierto
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BOHEMIA Y ALGO MÀS.
Sáb 01 Dic 2012, 3:41 pm
Saludos a mis escasìsimos y fieles lectores.
"Y me saliò lo de bardo, aedo, vate, trovador, juglar y bohemio".
Asì que volvemos a nuestras raìces de origen de este Blog: Bohemia y algo màs.....
Preludio a la felicidad.
¡Ah!, què acerbo dolor se difumina,
en la lìmpida ventana de su alma.
Ansìo ser la esperanza que germina,
un tibio sueño de su almohada en calma.
Trocar su corazòn pàlido y herido,
en himno de alegrìa y fantasìa a coro.
Que irradie luz y musical sonido,
matizando risa en eco sonoro.
Omito escudriñar mudos secretos.
Respeto el templo sagrado de su Ser.
Motivo en la crisàlida sus retos,
hacia metamorfosis para crecer.
¡Bendita dicha gozosa de amante!.
Que al inconquistable orgullo atempera,
con melodiosa voz de amor vibrante,
cùmulo de flores en primavera.
Salvador Esquivel.
Transiciòn.
¡Què bien luces elegante Catrina!.
Honras la puntualidad en tu cita,
que el alma reir o llorar desatina,
temblorosa, ningùn rezo recita.
¡Cuàn bella eres Señora Diamantina!.
Lejos de posar como eres descrita,
como el agua de la fuente cristalina,
serena y fràgil cual estalactita.
Vocera de la pòstuma visita,
tu Ser elucubra la adrenalina,
transiciòn de vida que se marchita.
El portento Plan còsmico culmina.
Trascender al alma que resucita,
coexistir con el Creador que origina.
Salvador Esquivel.
Epìstola.
Primavera 2002, vìsperas verbena abrileña.
Adorada Lucy:
Cuando otros concluyen, yo apenas principio....... No sè si por mi edad he llegado a la bochornosa, "polìtica laboral": Las puertas estàn cerradas.
¡Dejàdme entrar señores!...... He recorrido inùmeros caminos, abruptos y resbalosos; he devorado, con hambre, mùltiples insomnios, pero tambièn he adornado las miradas con los colores rosados del alba.
¡Dejàdme entrar, señores guardianes!....... Es verdad que traigo las manos vacìas. No atesorè monedas, ni lauros y no tengo siquiera el tìtulo de propiedad de una porciòn de Panteòn.
-----"En cambio, traigo una veitena de palabras que he salvado de los naufragios"....... En mis manos abiertas florecen rosas blancas para mis hermanos; en mis manos encallecidas, tiritan rutilantes estrellas. En mi aljaba rebosa un joyel de poesìa.--------
Las salvè para mi adorada Lucy........
¡Lucero de mis dìas, sol de mi existir!.
Me confieso un astilla de tu tronco, una chispa de tu incendio, una tizòn de tu hoguera.
Tù no me dejas buenos dìas, me prodigas "buenas alegrìas".
Cuando hablas me estremeces, me pongo de pie para escucharte, como para alcanzarte mis manos te buscan, mis ojos te buscan, mis oìdos te buscan: "todo mi ser te busca".
-------¡HAY POEMAS QUE SE ESCUCHAN DE PIE!-------
Poemas, repito, como hogueras, como ocèanos, como mares desbocados; como el cosmos infinito.
Ya vez, Lucecita querida, me crecen ansias cuando escucho tu voz.
-------"ES UNA VOZ QUE ILUMINA"--------
Contigo ayer, hoy, mañana y siempre.
Salvador Esquivel Hernàndez.
Gloria.
Rocìo argentado de rosa,
holocausto de mariposa.
Sollozo de musa hermosa,
arrullo de flor primorosa.
Henchido del triunfo goza,
lid de tempestad fogosa.
Noble y osado el mozo posa,
aguda espada victoriosa.
Radiante, ella, su tez aflora.
Orgullosa sonrisa esboza.....
induciendo al beso, llora.
Jamàs, juraron separarse,
prometiendo amor por vida:
"todo lograron perdonarse".
Salvador Esquivel.
Naufragio.
Gime, agranda y se desata
la abrumadora tempestad.
A su merced, la fragata,
¡sòlo acata a pedir piedad!.
Dòcil e indomable avanza....
todo a su paso arrastrando,
a la fragata, contando,
¡que perdiò toda esperanza!.
Mas.... el astro fulgurante,
a la nave compadeciò.
Y lanzò luz incandescente,
que a la furia, disipò.
La muerte que la rondaba,
a la fragata abrazaba.
Ya el negro manto aparecìa,
cubriendo al astro, que morìa.
La suerte que le era adversa,
a la fragata hizo naufragar,
pues, lo que al respecto versa,
nada, ni nadie, pudo ayudar.
Salvador Esquivel.
La soledad.
Remanso de agua cristalina,
oasis perdido del desierto.
Senil quietud de paz domina,
alrededor del claro incierto.
Elemento fuente del saber.
Libre expresiòn para nuestro Ser.
Enigma que deben conocer,
ninguno que crea merecer,
algo, sin saberlo comprender.
Realidad que a veces hiere,
en lo màs hondo del corazòn.
Al recordar a quien se quiere,
con una infinita ilusiòn.
Jardìn de ensueños y esperanza.
Esperanza del que ha perdido
un gran amor en el olvido,
¡y sòlo le queda la añoranza!.
Salvador Esquivel.
A mis amigos.
En el silencio sepulcral de la noche,
meditaba absorto un pensamiento.
Cuando algo perturbò la paz de la noche,
causando alborozo y gran movimiento.
¿Quièn osaba disipar aquella quietud?.
¿Quièn, a mi lado, ahora se hallaba?.
¿Quièn a la noche le arrebataba
aquellos momentos de su virtud?.
Eran tan sòlo, mis grandes amigos,
que en esa noche me acompañaban.
Eran todos aquellos, mis amigos......
mudos, sì, pero que a mi me hablaban.
Hallàbanse el amor, la justicia, la verdad.
No podìan faltar la fe ni la esperanza.
¡Jugaban conmigo el perdòn y la añoranza!.
---Todo era alegrìa en aquella irrealidad----
Mas...... de pronto, todo volviò a su senelitud.
De aquella alegrìa sòlo quedò tristeza.
Mi pensamiento se ahogaba con lentitud,
al volver de la riqueza a la pobreza.
Ahora en el umbral de la densa noche,
sòlo me queda de mis amigos, su partida.
De aquellos que en una sola noche,
lograron hacerme ver: "el significado de la vida".
Salvador Esquivel.
A una Rosa.
Capullo de flor en primavera,
botòn que se "abre a la quimera".
Tu esencia de perfume embriagador,
embelece al trino del pàjaro cantor.
Eres la envidia de todas las flores,
pues, siendo todas de mùltiples colores,
ninguna como tù, màs lo merecìa,
ser la inspiraciòn de esta poesìa.
De los enamorados eres la alegrìa.
Del jardinero eres su ensueño.
Del bohemio eres la poesìa,
pero yo quiero......................
Quiero tenerte entre mis manos,
y acariciar tus delicados pètalos.
Quiero aspirar tu fragancia,
para calmar esta ansia
¡de sentirte entre mis brazos!.
Salvador Esquivel.
Tù y Yo.
Yo escribirè los versos.........
----------¡Tù haràs la Poesìa!.
Yo harè varios cuartetos...........
----------¡Tù haràs el pensamiento!.
Tambièn harè la rima.................
----------¡Y tù seràs el alma!.
Yo escribirè unas letras..............
----------¡Tù leeràs mi sentimiento!.
¡Hagàmos juntos Poesìa!.............
----------¡Hagàmos juntos alegrìa!.
Unamos el sentimiento................
----------¡y el pensamiento!.
Unamos el dolor.........................
----------¡con el amor!.
Tù y Yo, como flor......................
----------¡Y mariposa!.
Tù y Yo, como rocìo....................
----------¡Y rosa!.
Salvador Esquivel.
Servidos mis escasìsimos lectores, espero que sean de su complascencia.
Y si lo prefieren y tienen paciencia, ¡Hay nos leemos a la pròxima!.
Atte. Yo "EL Bardo".
¡Hay se leen!
"Y me saliò lo de bardo, aedo, vate, trovador, juglar y bohemio".
Asì que volvemos a nuestras raìces de origen de este Blog: Bohemia y algo màs.....
Preludio a la felicidad.
¡Ah!, què acerbo dolor se difumina,
en la lìmpida ventana de su alma.
Ansìo ser la esperanza que germina,
un tibio sueño de su almohada en calma.
Trocar su corazòn pàlido y herido,
en himno de alegrìa y fantasìa a coro.
Que irradie luz y musical sonido,
matizando risa en eco sonoro.
Omito escudriñar mudos secretos.
Respeto el templo sagrado de su Ser.
Motivo en la crisàlida sus retos,
hacia metamorfosis para crecer.
¡Bendita dicha gozosa de amante!.
Que al inconquistable orgullo atempera,
con melodiosa voz de amor vibrante,
cùmulo de flores en primavera.
Salvador Esquivel.
Transiciòn.
¡Què bien luces elegante Catrina!.
Honras la puntualidad en tu cita,
que el alma reir o llorar desatina,
temblorosa, ningùn rezo recita.
¡Cuàn bella eres Señora Diamantina!.
Lejos de posar como eres descrita,
como el agua de la fuente cristalina,
serena y fràgil cual estalactita.
Vocera de la pòstuma visita,
tu Ser elucubra la adrenalina,
transiciòn de vida que se marchita.
El portento Plan còsmico culmina.
Trascender al alma que resucita,
coexistir con el Creador que origina.
Salvador Esquivel.
Epìstola.
Primavera 2002, vìsperas verbena abrileña.
Adorada Lucy:
Cuando otros concluyen, yo apenas principio....... No sè si por mi edad he llegado a la bochornosa, "polìtica laboral": Las puertas estàn cerradas.
¡Dejàdme entrar señores!...... He recorrido inùmeros caminos, abruptos y resbalosos; he devorado, con hambre, mùltiples insomnios, pero tambièn he adornado las miradas con los colores rosados del alba.
¡Dejàdme entrar, señores guardianes!....... Es verdad que traigo las manos vacìas. No atesorè monedas, ni lauros y no tengo siquiera el tìtulo de propiedad de una porciòn de Panteòn.
-----"En cambio, traigo una veitena de palabras que he salvado de los naufragios"....... En mis manos abiertas florecen rosas blancas para mis hermanos; en mis manos encallecidas, tiritan rutilantes estrellas. En mi aljaba rebosa un joyel de poesìa.--------
Las salvè para mi adorada Lucy........
¡Lucero de mis dìas, sol de mi existir!.
Me confieso un astilla de tu tronco, una chispa de tu incendio, una tizòn de tu hoguera.
Tù no me dejas buenos dìas, me prodigas "buenas alegrìas".
Cuando hablas me estremeces, me pongo de pie para escucharte, como para alcanzarte mis manos te buscan, mis ojos te buscan, mis oìdos te buscan: "todo mi ser te busca".
-------¡HAY POEMAS QUE SE ESCUCHAN DE PIE!-------
Poemas, repito, como hogueras, como ocèanos, como mares desbocados; como el cosmos infinito.
Ya vez, Lucecita querida, me crecen ansias cuando escucho tu voz.
-------"ES UNA VOZ QUE ILUMINA"--------
Contigo ayer, hoy, mañana y siempre.
Salvador Esquivel Hernàndez.
Gloria.
Rocìo argentado de rosa,
holocausto de mariposa.
Sollozo de musa hermosa,
arrullo de flor primorosa.
Henchido del triunfo goza,
lid de tempestad fogosa.
Noble y osado el mozo posa,
aguda espada victoriosa.
Radiante, ella, su tez aflora.
Orgullosa sonrisa esboza.....
induciendo al beso, llora.
Jamàs, juraron separarse,
prometiendo amor por vida:
"todo lograron perdonarse".
Salvador Esquivel.
Naufragio.
Gime, agranda y se desata
la abrumadora tempestad.
A su merced, la fragata,
¡sòlo acata a pedir piedad!.
Dòcil e indomable avanza....
todo a su paso arrastrando,
a la fragata, contando,
¡que perdiò toda esperanza!.
Mas.... el astro fulgurante,
a la nave compadeciò.
Y lanzò luz incandescente,
que a la furia, disipò.
La muerte que la rondaba,
a la fragata abrazaba.
Ya el negro manto aparecìa,
cubriendo al astro, que morìa.
La suerte que le era adversa,
a la fragata hizo naufragar,
pues, lo que al respecto versa,
nada, ni nadie, pudo ayudar.
Salvador Esquivel.
La soledad.
Remanso de agua cristalina,
oasis perdido del desierto.
Senil quietud de paz domina,
alrededor del claro incierto.
Elemento fuente del saber.
Libre expresiòn para nuestro Ser.
Enigma que deben conocer,
ninguno que crea merecer,
algo, sin saberlo comprender.
Realidad que a veces hiere,
en lo màs hondo del corazòn.
Al recordar a quien se quiere,
con una infinita ilusiòn.
Jardìn de ensueños y esperanza.
Esperanza del que ha perdido
un gran amor en el olvido,
¡y sòlo le queda la añoranza!.
Salvador Esquivel.
A mis amigos.
En el silencio sepulcral de la noche,
meditaba absorto un pensamiento.
Cuando algo perturbò la paz de la noche,
causando alborozo y gran movimiento.
¿Quièn osaba disipar aquella quietud?.
¿Quièn, a mi lado, ahora se hallaba?.
¿Quièn a la noche le arrebataba
aquellos momentos de su virtud?.
Eran tan sòlo, mis grandes amigos,
que en esa noche me acompañaban.
Eran todos aquellos, mis amigos......
mudos, sì, pero que a mi me hablaban.
Hallàbanse el amor, la justicia, la verdad.
No podìan faltar la fe ni la esperanza.
¡Jugaban conmigo el perdòn y la añoranza!.
---Todo era alegrìa en aquella irrealidad----
Mas...... de pronto, todo volviò a su senelitud.
De aquella alegrìa sòlo quedò tristeza.
Mi pensamiento se ahogaba con lentitud,
al volver de la riqueza a la pobreza.
Ahora en el umbral de la densa noche,
sòlo me queda de mis amigos, su partida.
De aquellos que en una sola noche,
lograron hacerme ver: "el significado de la vida".
Salvador Esquivel.
A una Rosa.
Capullo de flor en primavera,
botòn que se "abre a la quimera".
Tu esencia de perfume embriagador,
embelece al trino del pàjaro cantor.
Eres la envidia de todas las flores,
pues, siendo todas de mùltiples colores,
ninguna como tù, màs lo merecìa,
ser la inspiraciòn de esta poesìa.
De los enamorados eres la alegrìa.
Del jardinero eres su ensueño.
Del bohemio eres la poesìa,
pero yo quiero......................
Quiero tenerte entre mis manos,
y acariciar tus delicados pètalos.
Quiero aspirar tu fragancia,
para calmar esta ansia
¡de sentirte entre mis brazos!.
Salvador Esquivel.
Tù y Yo.
Yo escribirè los versos.........
----------¡Tù haràs la Poesìa!.
Yo harè varios cuartetos...........
----------¡Tù haràs el pensamiento!.
Tambièn harè la rima.................
----------¡Y tù seràs el alma!.
Yo escribirè unas letras..............
----------¡Tù leeràs mi sentimiento!.
¡Hagàmos juntos Poesìa!.............
----------¡Hagàmos juntos alegrìa!.
Unamos el sentimiento................
----------¡y el pensamiento!.
Unamos el dolor.........................
----------¡con el amor!.
Tù y Yo, como flor......................
----------¡Y mariposa!.
Tù y Yo, como rocìo....................
----------¡Y rosa!.
Salvador Esquivel.
Servidos mis escasìsimos lectores, espero que sean de su complascencia.
Y si lo prefieren y tienen paciencia, ¡Hay nos leemos a la pròxima!.
Atte. Yo "EL Bardo".
¡Hay se leen!
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[b]GEMINI 3 FISHER
RADIESTESIA Y BIOPERCEPCION
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Frase Célebre : No he sacado nada, pero como me divierto
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Jue 23 Mayo 2013, 4:42 pm
Saludos escasìsimos y asiduos lectores, una vez màs por aquì para darles lata con esto de los relatos cortos de horror y suspenso.
Realmente me sentì satisfecho al darle una repasada a los ùltimos relatos vertidos en las paralelas de este humilde y sencillo blog, que sòlo desea hacerlos pasar un rato ameno, con historias un tanto fantàsticas y otras recabadas de fuentes fidenignas, que juran y perjuran haber pasado por esos difíciles trances del contacto con el màs allà, lo inexplicable y paranormal.
LA VISITA.
Haciendo memoria, recuerdo còmo mi madre nos contaba a menudo, que recibía la visita por las noches de una prima radicada en una ciudad de los Estados Unidos. Otras vez vino Angèlica (por darle un nombre diferente) y estuvo conversando conmigo largamente.
Hacía referencia a la citada prima describièndola de pies a cabeza en la forma como se le presentaba por las noches y los comentarios màs sobresalientes que le escuchaba decir sobre tòpicos familiares.
Una de esas noches le dijo que le enviarìa a un emisario con un "regalo" de parte de ella, rogàndole que lo cuidara y conservara como un preciado tesoro.
Asì las cosas, el tiempo pasò inadvertidamente hasta que una visita inusual, un dìa menos esperado tocò al timbre de la casa en que habitàbamos.
Resulta que se presentò un hombre que a leguas se notaban sus rasgos indìgenas: entre ellos, su voz inconfundible, su vestimenta y apariencia, usando unos raìdos huaraches y un significativo pañuelo rojo atado alrededor de su frente. Portaba entre sus manos una pequeña caja hermèticamente cerrada cruzada con un enorme moño rojo.
Esto es de parte de su prima "Angèlica", la cual previamente le habìa anunciado que le enviarìa un pequeño "obsequio". Tòmelo por favor y recuerde tambièn las palabras que ella le dijo al respecto.
Sin màs, asì de inesperado como apareciò, aquel hombre de los huaraches raìdos, desapareciò como màgicamente, sin dejar rastro alguno de su presencia.
Mi madre dejò aquella singular y peculiar cajita con su moño rojo sobresaliente, sobre el viejo ropero y no le diò màs importancia al asunto, sin sentir siquiera un poco de curiosidad por el contenido de la extraña cajita y el modo como habìa llegado a sus manos.
No pasaron ni tres dìas, cuando nuevamente el indìgena volviò a tocar a la puerta de la casa, al abrir mi madre la puerta, èste sòlo se concretò a señalarle la parte alta del viejo ropero y enseguida parecìo esfumarse, con el ligero aire que en esos momentos se habìa desatado, abriendo las ventanas y haciendo volar las cortinas todo al unìsono.
Esta vez, mi madre entre pensativa y seria, decidiò tomar la dichosa cajita y proceder a abrirla, para conocer el tan inesperado regalito que le habìa enviado su prima, que repentinamente suspendiò sus asiduas visitas nocturnales.
Entre caja y caja cada vez màs pequeña, llegò a descubrir un objeto circular con una piedra muy reluciente: se trataba de un precioso anillo de oro que tenìa engarzada una extraña y brillante gema rojiza, que emitìa curiosos destellos al exponerse a la escasa luz de la luna que se filtraba por entre las ventanas cerradas.
Casi mecànicamente, procediò a colocàrselo en uno de sus delgado dedos y al mismo tiempo se sintiò como transportada a otra època, otra ciudad. Con personas desconocidas que pronunciaban su nombre en voces y lenguas extranjeras. Horrorizada, inmediatamente se desprendiò del anillo que rodò tintilando finamente sobre el suelo.
Optò por recoger el anillo, volverlo a su estuche original y dejarlo encerrado en el ropero: Tratò de asimilar, entender y explicarse el hecho tan insospechado por el cual habìa pasado, ese trance que no sabìa descifrar si fue un sueño ligero, o sucediò en la realidad y vaya ¡què realidad.!.
Asì transcurrieron algunos dìas. Todo tranquilo y habitual, hasta que una noche, del interior del ropero se dejaron ver algunos vislumbrantes destellos y algo sobresalìa de la parte posterior del ropero. Curiosamente allì estaban un par de viejos y raìdos huaraches, sòlo eso: Los huaraches que usaba aquel indìgena y que ahora a manera de advertencia y reproche, estaban inexplicablemente en aquella parte del ropero.
Mi mamà decidiò tomar aquellos huaraches y rociàndolos con alcohòl les prendiò fuego, estos se consumieron dejando un hedor asqueroso y el tan conocido olor penetrante a azufre. Por lo que toca a la cajita con su contenido, decidiò deshacerse tambièn del anillo, pero al buscar la famosa cajita, èsta ya no estaba en su lugar.
Platicò con el sacerdote confesor de su confianza sobre los hechos acaecidos, y hasta la casa fue bendecida en un solemne ritual encabezado por dicho sacerdote, pero no parò ahi la cosa.
Cierto dìa, justo al medio dìa, tocaron a la puerta y cuàl serìa la sorpresa que al abrirla, allì estaban el par de huaraches raìdos del indìgena como una prueba y reclamo de un poder maligno que se estaba haciendo presente.
Por la noche, mi mamà recibiò otra vez la visita de su prima, esta vez un tanto agresiva y burlona: Nos comentò que le habìa reclamando el hecho de no saber apreciar un obsequio tan peculiar, con un poder fabuloso, que era precisamente para que ella lo usara. Reprochaba tambièn, el maltrato a su emisario y el agravante de haberle quemado sus huaraches preferidos, ademàs de haber hecho caso omiso de las indicaciones acerca del uso de tan precioso regalo que le habìa hecho llegar.
Mi madre se agarrò de su rosario y un crucifijo que portaba, comenzò a rezar, le hechò agua bendita y le persuadìa y exhortaba a que ya la dejara en paz, que ella no querìa ningùn poder o cosa sobrenatural que viniera del Maligno, rechazaba completamente cualquier influencia del Mal en su casa y le pidiò y exigiò que ya no volviera a visitarla de esa manera y dejara de molestarla en todos los sentidos.
Asunto arreglado, al parecer, la prima entendiò el mensaje y pedimento, de manera que ya no volviò a visitarla en espìritu desde tan lejanas tierras, y del indìgena y su preciado par de huaraches raìdos, ya no se volviò a sabe màs de èl. Y què decir del anillo y la "cajita" que se esfumaron junto con aquellas extrañas y diabòlicas apariciones. Nunca màs se repitieron esos extraños y sobrecogedores acontecimientos.
¡Santo remedio!.
Bueno, eso es todo. Espero que haya sido de su completo agrado.
Ansìo volver a escribir algùn otro relato muy pronto.
Que la pasen bien y no olviden dar sus comentarios, eso es lo que da vida y permanencia a los "Blogs" que son de su predilecciòn.
Atte. Aficionado Tesorista de Aguascalientes.
Realmente me sentì satisfecho al darle una repasada a los ùltimos relatos vertidos en las paralelas de este humilde y sencillo blog, que sòlo desea hacerlos pasar un rato ameno, con historias un tanto fantàsticas y otras recabadas de fuentes fidenignas, que juran y perjuran haber pasado por esos difíciles trances del contacto con el màs allà, lo inexplicable y paranormal.
LA VISITA.
Haciendo memoria, recuerdo còmo mi madre nos contaba a menudo, que recibía la visita por las noches de una prima radicada en una ciudad de los Estados Unidos. Otras vez vino Angèlica (por darle un nombre diferente) y estuvo conversando conmigo largamente.
Hacía referencia a la citada prima describièndola de pies a cabeza en la forma como se le presentaba por las noches y los comentarios màs sobresalientes que le escuchaba decir sobre tòpicos familiares.
Una de esas noches le dijo que le enviarìa a un emisario con un "regalo" de parte de ella, rogàndole que lo cuidara y conservara como un preciado tesoro.
Asì las cosas, el tiempo pasò inadvertidamente hasta que una visita inusual, un dìa menos esperado tocò al timbre de la casa en que habitàbamos.
Resulta que se presentò un hombre que a leguas se notaban sus rasgos indìgenas: entre ellos, su voz inconfundible, su vestimenta y apariencia, usando unos raìdos huaraches y un significativo pañuelo rojo atado alrededor de su frente. Portaba entre sus manos una pequeña caja hermèticamente cerrada cruzada con un enorme moño rojo.
Esto es de parte de su prima "Angèlica", la cual previamente le habìa anunciado que le enviarìa un pequeño "obsequio". Tòmelo por favor y recuerde tambièn las palabras que ella le dijo al respecto.
Sin màs, asì de inesperado como apareciò, aquel hombre de los huaraches raìdos, desapareciò como màgicamente, sin dejar rastro alguno de su presencia.
Mi madre dejò aquella singular y peculiar cajita con su moño rojo sobresaliente, sobre el viejo ropero y no le diò màs importancia al asunto, sin sentir siquiera un poco de curiosidad por el contenido de la extraña cajita y el modo como habìa llegado a sus manos.
No pasaron ni tres dìas, cuando nuevamente el indìgena volviò a tocar a la puerta de la casa, al abrir mi madre la puerta, èste sòlo se concretò a señalarle la parte alta del viejo ropero y enseguida parecìo esfumarse, con el ligero aire que en esos momentos se habìa desatado, abriendo las ventanas y haciendo volar las cortinas todo al unìsono.
Esta vez, mi madre entre pensativa y seria, decidiò tomar la dichosa cajita y proceder a abrirla, para conocer el tan inesperado regalito que le habìa enviado su prima, que repentinamente suspendiò sus asiduas visitas nocturnales.
Entre caja y caja cada vez màs pequeña, llegò a descubrir un objeto circular con una piedra muy reluciente: se trataba de un precioso anillo de oro que tenìa engarzada una extraña y brillante gema rojiza, que emitìa curiosos destellos al exponerse a la escasa luz de la luna que se filtraba por entre las ventanas cerradas.
Casi mecànicamente, procediò a colocàrselo en uno de sus delgado dedos y al mismo tiempo se sintiò como transportada a otra època, otra ciudad. Con personas desconocidas que pronunciaban su nombre en voces y lenguas extranjeras. Horrorizada, inmediatamente se desprendiò del anillo que rodò tintilando finamente sobre el suelo.
Optò por recoger el anillo, volverlo a su estuche original y dejarlo encerrado en el ropero: Tratò de asimilar, entender y explicarse el hecho tan insospechado por el cual habìa pasado, ese trance que no sabìa descifrar si fue un sueño ligero, o sucediò en la realidad y vaya ¡què realidad.!.
Asì transcurrieron algunos dìas. Todo tranquilo y habitual, hasta que una noche, del interior del ropero se dejaron ver algunos vislumbrantes destellos y algo sobresalìa de la parte posterior del ropero. Curiosamente allì estaban un par de viejos y raìdos huaraches, sòlo eso: Los huaraches que usaba aquel indìgena y que ahora a manera de advertencia y reproche, estaban inexplicablemente en aquella parte del ropero.
Mi mamà decidiò tomar aquellos huaraches y rociàndolos con alcohòl les prendiò fuego, estos se consumieron dejando un hedor asqueroso y el tan conocido olor penetrante a azufre. Por lo que toca a la cajita con su contenido, decidiò deshacerse tambièn del anillo, pero al buscar la famosa cajita, èsta ya no estaba en su lugar.
Platicò con el sacerdote confesor de su confianza sobre los hechos acaecidos, y hasta la casa fue bendecida en un solemne ritual encabezado por dicho sacerdote, pero no parò ahi la cosa.
Cierto dìa, justo al medio dìa, tocaron a la puerta y cuàl serìa la sorpresa que al abrirla, allì estaban el par de huaraches raìdos del indìgena como una prueba y reclamo de un poder maligno que se estaba haciendo presente.
Por la noche, mi mamà recibiò otra vez la visita de su prima, esta vez un tanto agresiva y burlona: Nos comentò que le habìa reclamando el hecho de no saber apreciar un obsequio tan peculiar, con un poder fabuloso, que era precisamente para que ella lo usara. Reprochaba tambièn, el maltrato a su emisario y el agravante de haberle quemado sus huaraches preferidos, ademàs de haber hecho caso omiso de las indicaciones acerca del uso de tan precioso regalo que le habìa hecho llegar.
Mi madre se agarrò de su rosario y un crucifijo que portaba, comenzò a rezar, le hechò agua bendita y le persuadìa y exhortaba a que ya la dejara en paz, que ella no querìa ningùn poder o cosa sobrenatural que viniera del Maligno, rechazaba completamente cualquier influencia del Mal en su casa y le pidiò y exigiò que ya no volviera a visitarla de esa manera y dejara de molestarla en todos los sentidos.
Asunto arreglado, al parecer, la prima entendiò el mensaje y pedimento, de manera que ya no volviò a visitarla en espìritu desde tan lejanas tierras, y del indìgena y su preciado par de huaraches raìdos, ya no se volviò a sabe màs de èl. Y què decir del anillo y la "cajita" que se esfumaron junto con aquellas extrañas y diabòlicas apariciones. Nunca màs se repitieron esos extraños y sobrecogedores acontecimientos.
¡Santo remedio!.
Bueno, eso es todo. Espero que haya sido de su completo agrado.
Ansìo volver a escribir algùn otro relato muy pronto.
Que la pasen bien y no olviden dar sus comentarios, eso es lo que da vida y permanencia a los "Blogs" que son de su predilecciòn.
Atte. Aficionado Tesorista de Aguascalientes.
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RADIESTESIA Y BIOPERCEPCION
- PachitoGran Experto del Foro
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Re: BOHEMIA Y ALGO MAS
Jue 23 Mayo 2013, 8:49 pm
Mi estimado salvador, ya tenia tiempo que no nos compartía de estas, sus historias.
Saludos.
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- Eder BerzExperto del Foro
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Re: BOHEMIA Y ALGO MAS
Jue 23 Mayo 2013, 10:39 pm
Ya se extrañaba su Bohemia, compañero Salvador Esquivel.
Qué bueno que ya se animó a deleitarnos de nuevo con sus relatos.
Ojalá pronto leamos también sus poemas.
Saludos.
EDER BERZ
Qué bueno que ya se animó a deleitarnos de nuevo con sus relatos.
Ojalá pronto leamos también sus poemas.
Saludos.
EDER BERZ
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EDER BERZ
- salvador esquivelExperto del Foro
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Frase Célebre : No he sacado nada, pero como me divierto
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BOHEMIA Y ALGO MÀS.
Sáb 25 Mayo 2013, 6:38 pm
Gracias por retomar la lectura de mis relatos, a pesar de la ausencia notoria, con gusto y agradecimiento pude constatar que mucha gente los ha seguido con detenimiento y constancia, de manera que este "blog" no se enterrò en el olvido como ha sucedido con incontables de ellos.
Escarbando por allì y acuyà, me encontrè una historia de esas poco conocidas de esta bella ciudad Aquicalidence, la Tierra de la Gente Buena.
EL ENANO ERRANTE.
A travès del devenir de la historia de nuestro paìs. ha habido momentos muy difìcilesde luchas y enfrentamientos por el poder y el Status social, movimientos armados que invariablemente a permeado la falta de comida, al grado de que las personas han tratado de hacerse de ella a costa de lo que sea.
En innumerables ocaciones se levantaron inclusive en contra de sus propios patrones y sin piedad acabaron con ellos, como ocurriò en la mayorìa de las haciendas esplèndidas y ricas de nuestra regiòn.
Y de una de esas rancherìas otrora florecientes, enclavada al poniente sobre las màrgenes del conocido rìo Pirules, nos llega este relato que de alguna manera nos conmoviò y lo propio harà con ustedes ya que es tan conmovedor como aterrador.
Los hermanos Cristòbal mandaron cerrar todas las puertas de acceso a su Casona, cuando la gente se levantò en armas saqueado todas las propiedades ricas de la regiòn. En cuanto lo hicieron, unos dèbiles golpes llamaron a la puerta, se trataba de uno de los sirvientes que a diferencia de los demàs, era de tamaño pequeño, como decimos vulgarmente: un enano.
Molesto, uno de los hermanos lo castigò a laltigazos, pues temìa que al abrirle se pudieran meter a la fuerza gavillas o fuerzas armadas. Pasaron algunos dìas, y aunque llamaban a la puerta, nadie atendìa al llamado, por temor a las represalias de los Cristòbal que eran muy recios con su servidumbre. Pero cierta mañana, la voz de una mujer estaba tras la puerta principal pidiendo ayuda. Ninguno de los criados quiso abrirle, por màs que escuchaban los lamentos, por el terrible temor a recibir algunos latigazos.
Pero el enano, que ademàs era muy valiente, sì se atreviò a desafiar las òrdenes de su amo. Trepàndose por las molduras del zaguàn, se asomò por la mirilla, diciendo:
--¿Quièn es y què desea?
--Vengo de muy lejos, me he quedado sola en el mundo y no tengo a nadie ni a dònde ir..... dijo la joven.
El enano no podìa destrancar solo la puerta, asì que le pidiò que se encaminara hacia una puerta oculta, por la cual la dejarìa entrar.
Una vez adentro, la llevòa hasta su habitaciòn, donde la joven pudo descansar. Pero no tardaron los demàs sirvientes en ir a informar al almo de lo ocurrido.
-----Sin hacer caso, abriò a laq desconocida---- dijo uno.
--¡Maldiciòn!,--, replicò el amo.
---¡Juro que esta vez no le dejarè hueso sano a ese enano!
En cuanto fueron llevados a su presencia, Don Cristòbal interpelò:
---¿Còmo te atreviste a meter a esa mujer en mi casa?---
Le dijo el enano:
---Perdone amo, pero ella temblaba de frìo--- excusaba el enano.
---Ademàs, si es por la comida, yo le darè part4e de mi raciòn.
Don Cristòbal ordenò que se llevaran al enano y lo prepararan para aoztarlo y a la mujer la envìo con el resto de las sirvientes.
Màs tarde el pobre enano fue azotado cruelmente en el patio por el enfurecido patròn, quien descargaba toda su furia y odio contra aquel inocente, sòlo por su apariencia y deformidad.
Nadie se acomidiò a prestarle ayuda, sòlo la jove acudio temerosa y en silencio una vez que todos se alejaron del sitio, y tomàndolo entre sus brazos, lo llevò hasta su habitaci+on.
--¡Fue mi culpa que lo azotaran!-- Le dijo.
Con solicidtud y esmero, tratò de resdtañar las heridas dejadas por el agudo latigo. Para el noble enano fue una novedad y sorp`resa que alguien se preocupara por èl.
Al paso de los dìas, un sòlido y tierno cariño naciò entre el enano y la infortunada mujer.
Todo esto no hizo màs de que acrecentar las burlas y sornas en contra de la pareja, inclusive, varios hombres necios se dieron a la tarea de molestarla, asediarla y tratar de manosearla.
Uno de esos dìas, un hombre envalentonado por los humos del alcohòl, acorralò a la muchacha con las peores intenciones de lujuria en su torcida mente. El enano llegò justo a tiempo enfrentò al canalla, se entablò un forcejeo y defendiendo su vida, el enano clav ò su daga en el costado del libidinoso sujeto.
El hombre enfuerecido alcanzò a propinarle una tajada mortal y ademàs, recibiò cobardemente otras puñaladas traperas de otro hombre compìche del torvo sujeto.
Al grito de: "El Patròn", todos corrieron a esconderse dejando tendido en el patrio a moribundo enano.. La joven corriò a tumbarse a sus pies, sin importarle que Don Cristòbal la estuviera mirando.
--¿Què ha ocurrido?.---- Pregunto.
--Ese hombre quiso abusar de mi--- dijo la muchacha: Señalando al otro hombre que tambièn yacìa en el piso ensangrentado por la puñalada que le propinò el enano.
Don Cristòbal la miraba con detenimiento, no habìa advertido lo bella que era y eso, despertò en èl una pasiòn prohibida y malèvola.
Don Cristòbal se dispuso a dar nuevas instrucciones al respecto, reuniò a toda la servidumbre y ordenò algunos cambios en las labores y formas de conducirse unos con otros entre toda la servidumbre y los patrones.
Don Cristòbal mandò llamar a la muchacha a sus habitaciones, la cual acudiò sin sospechar que el enano se habìa recuperado de las mortales heridas y ahora estaba preocupado por la ausencia de la bella mujer.
Malherido como estaba, el enano sacando fuerzas de quien sabe donde, se fue arrastrando hacia la casa grande, como pudo se hizo llegar hasta la habitaciòn del patròn, pues sospechaba y estaba enterado de las intenciones del amo.
Asì que su mirada se llenò de odio y de resentimiento, para cuando atravesò violentamente la puerta, sujetò como pudo a Don Cristòbal.
--¡Huye, de prisa, mujer... huye por tu vida!.
La joven corrìo despavorida, abandonaba la casa en medio de la oscuridad total de la noche ensombrecida por nubes de sombras macabras, su veloz huida le impidiò ver la cercanìa del rìo.
Todo pasò, del enano y de la mujer ya no se supo nada. El patròn mandò acallar voces, rumores y pensamientos. Amenzò de muerte al que se atreviera hablar de los ausentes. Tratò de borrar todo indicio de la permanencia del enenao y de la desdichada mujer en aquella casa.
Poco tiempo despuès, llegò un buen dìa su esposa, que lo encontrò muy envejecido y enfermo, no dormìa. Estaba pàlido y ojerozo. Señalaba a distintas partes de la habitaciòn donde no habìa nadie. Estaba realmente enloquecido. Cosa curiosa, la esposa se diò cuenta que en la cama quedaba una huella de sangre, misma que permanecìa a pesar de limpia y limpiar con diferentes solventes y detergentes.
--¿Què pasò aquì--.
Hay sangre....... ¿Acaso haz matado a alguien?----...
El no acertaba a pronuynciar palabra, el pànico lo invadìa y solo señalaba algun os rincones de la habitaciòn como indicando que allì habìa alguien màs.-
---Algo ocurre y ocurrò en esta casa---- y como tù no me lo dices, yo me vulevo por donde vine.
Nos iremos juntos, venderemos esta propiedad.
Pero cuando don Cristòbal entrò para hacer su equipaje, en la ventan se reflegaba el rostro ensangrentado del enano.
---No se irà sin recibir su castigo---- dijo el espectro con voz ahuecada y cavernosa.
Aquella horripilante apariciòn, deforme y sanguiolenta pareciò salir del espejo y se precipitò sobre el señor.
--Recibirà el dobler de latigazos que yo soportè en vida---.
Cuando la esposa escuchò los gritos de dolor de su esposo y acudiò a ver lo que sucedìa, lo encontrò tumbado en el piso con la ropa desgarrada de la espalda y sangre abundante que brotaba de algunas heridas.
Y asì comenzò el tormento, cada noche invariablemente, a pesar de que lo estuviesen cuidando, el espectro del enano sòlo visible para èl, se presentaba en la habitaciòn de Don Cristòbal.-
--No por piedad, No. Dèjame en paqz---. gritaba siempre al verlo aparecer.
El enano lo fustigaba sin piedad, causàndole nuevas quemaduras y ahondando las llagas desangrantes.
La esposa cansada de curarle las heridas y que estas no cerraban nada, decidiò acudir con un sacerdote y este se aprestò a ayudarla, pues pensaba se tratab a de un caso de cosa del demonio.
El sacerdote intentò confesar al castigado Don Cristòbal pero este se negaba y sòlo pedìa que lo lbrara de la presencia del enano que lo estaba atormentado. El sacerdote hizo un exorcismo y rociò con agua bendita toda la habitaciòn. Todo pareciò calmarse y una extraña paz invadiò la habitaciòn. El espectro se le materializò al sacerdote diciendo:
--Padre, es mi alma la que necesita encontar perdòn y reposo. Con una voz deformada y cavernosa, el espectrodel enenao comenzò a relatar la historia al sacerdote.
Al finalizar, el sacerdote dijo:
--Si de algo te sirve mi absoluciòn, recìbela para que puedas irte a descansar en paz. Yo te perdono en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor.
----Ya no es tiempo----- rece por èl, al tiempo que levantaba su làtigo para continuar con su infernal castigo al cuerpo de Don Crtistòbal que gritaba sin cesar, entrando en agonìa.
Con el paso del tiempo, el sacerdote comunicò a sus superiores todos los detalles de tan temendo suceso, y fue esclarecido que al realizar y concluir las investigaciones, se encontrò no sòlo el cuerpo de la infortunada mujer, sino tambie`n el cuerpo del maaltratado enano muy cerca del de ella.
Don Cristòbal habìa arrojado el cuerpo del enano al rìo sin percatgarse de que la muchacha tambièn se encon traba en ese lugar.
A pesar de la absoluciòn, esta leyenda no termina ahì. Pues hay quienes aseguran que el espìritu de Don Cristòbal se levantò de la tumba, anda penando, aterrorrizando a cuanto lo ve pasar en la ruinas de aquellaq casona cerca de la ribera del rìo Piruyles al Poniente de la ciudad. Grita y grita desforadamente de dolor, pon iendo los pelos de punta al desafortunado que logre encontràselo en su camino, Horrorrizados lo ven cuando se alej que en su espalda lleva una heridaqd profundas y chorreadno sangrfe abundamente de elllas. Y no podrfàn negar que otros muchos, ya no se acercan por la tapias viejas porque no quieren toparse con los espìritus del enano y de la hermosa mujer infortunada que siguen vagando a las orilllas del rìo Pirules.
Tan, Tan.-
¡Hay se leeen!
-
Escarbando por allì y acuyà, me encontrè una historia de esas poco conocidas de esta bella ciudad Aquicalidence, la Tierra de la Gente Buena.
EL ENANO ERRANTE.
A travès del devenir de la historia de nuestro paìs. ha habido momentos muy difìcilesde luchas y enfrentamientos por el poder y el Status social, movimientos armados que invariablemente a permeado la falta de comida, al grado de que las personas han tratado de hacerse de ella a costa de lo que sea.
En innumerables ocaciones se levantaron inclusive en contra de sus propios patrones y sin piedad acabaron con ellos, como ocurriò en la mayorìa de las haciendas esplèndidas y ricas de nuestra regiòn.
Y de una de esas rancherìas otrora florecientes, enclavada al poniente sobre las màrgenes del conocido rìo Pirules, nos llega este relato que de alguna manera nos conmoviò y lo propio harà con ustedes ya que es tan conmovedor como aterrador.
Los hermanos Cristòbal mandaron cerrar todas las puertas de acceso a su Casona, cuando la gente se levantò en armas saqueado todas las propiedades ricas de la regiòn. En cuanto lo hicieron, unos dèbiles golpes llamaron a la puerta, se trataba de uno de los sirvientes que a diferencia de los demàs, era de tamaño pequeño, como decimos vulgarmente: un enano.
Molesto, uno de los hermanos lo castigò a laltigazos, pues temìa que al abrirle se pudieran meter a la fuerza gavillas o fuerzas armadas. Pasaron algunos dìas, y aunque llamaban a la puerta, nadie atendìa al llamado, por temor a las represalias de los Cristòbal que eran muy recios con su servidumbre. Pero cierta mañana, la voz de una mujer estaba tras la puerta principal pidiendo ayuda. Ninguno de los criados quiso abrirle, por màs que escuchaban los lamentos, por el terrible temor a recibir algunos latigazos.
Pero el enano, que ademàs era muy valiente, sì se atreviò a desafiar las òrdenes de su amo. Trepàndose por las molduras del zaguàn, se asomò por la mirilla, diciendo:
--¿Quièn es y què desea?
--Vengo de muy lejos, me he quedado sola en el mundo y no tengo a nadie ni a dònde ir..... dijo la joven.
El enano no podìa destrancar solo la puerta, asì que le pidiò que se encaminara hacia una puerta oculta, por la cual la dejarìa entrar.
Una vez adentro, la llevòa hasta su habitaciòn, donde la joven pudo descansar. Pero no tardaron los demàs sirvientes en ir a informar al almo de lo ocurrido.
-----Sin hacer caso, abriò a laq desconocida---- dijo uno.
--¡Maldiciòn!,--, replicò el amo.
---¡Juro que esta vez no le dejarè hueso sano a ese enano!
En cuanto fueron llevados a su presencia, Don Cristòbal interpelò:
---¿Còmo te atreviste a meter a esa mujer en mi casa?---
Le dijo el enano:
---Perdone amo, pero ella temblaba de frìo--- excusaba el enano.
---Ademàs, si es por la comida, yo le darè part4e de mi raciòn.
Don Cristòbal ordenò que se llevaran al enano y lo prepararan para aoztarlo y a la mujer la envìo con el resto de las sirvientes.
Màs tarde el pobre enano fue azotado cruelmente en el patio por el enfurecido patròn, quien descargaba toda su furia y odio contra aquel inocente, sòlo por su apariencia y deformidad.
Nadie se acomidiò a prestarle ayuda, sòlo la jove acudio temerosa y en silencio una vez que todos se alejaron del sitio, y tomàndolo entre sus brazos, lo llevò hasta su habitaci+on.
--¡Fue mi culpa que lo azotaran!-- Le dijo.
Con solicidtud y esmero, tratò de resdtañar las heridas dejadas por el agudo latigo. Para el noble enano fue una novedad y sorp`resa que alguien se preocupara por èl.
Al paso de los dìas, un sòlido y tierno cariño naciò entre el enano y la infortunada mujer.
Todo esto no hizo màs de que acrecentar las burlas y sornas en contra de la pareja, inclusive, varios hombres necios se dieron a la tarea de molestarla, asediarla y tratar de manosearla.
Uno de esos dìas, un hombre envalentonado por los humos del alcohòl, acorralò a la muchacha con las peores intenciones de lujuria en su torcida mente. El enano llegò justo a tiempo enfrentò al canalla, se entablò un forcejeo y defendiendo su vida, el enano clav ò su daga en el costado del libidinoso sujeto.
El hombre enfuerecido alcanzò a propinarle una tajada mortal y ademàs, recibiò cobardemente otras puñaladas traperas de otro hombre compìche del torvo sujeto.
Al grito de: "El Patròn", todos corrieron a esconderse dejando tendido en el patrio a moribundo enano.. La joven corriò a tumbarse a sus pies, sin importarle que Don Cristòbal la estuviera mirando.
--¿Què ha ocurrido?.---- Pregunto.
--Ese hombre quiso abusar de mi--- dijo la muchacha: Señalando al otro hombre que tambièn yacìa en el piso ensangrentado por la puñalada que le propinò el enano.
Don Cristòbal la miraba con detenimiento, no habìa advertido lo bella que era y eso, despertò en èl una pasiòn prohibida y malèvola.
Don Cristòbal se dispuso a dar nuevas instrucciones al respecto, reuniò a toda la servidumbre y ordenò algunos cambios en las labores y formas de conducirse unos con otros entre toda la servidumbre y los patrones.
Don Cristòbal mandò llamar a la muchacha a sus habitaciones, la cual acudiò sin sospechar que el enano se habìa recuperado de las mortales heridas y ahora estaba preocupado por la ausencia de la bella mujer.
Malherido como estaba, el enano sacando fuerzas de quien sabe donde, se fue arrastrando hacia la casa grande, como pudo se hizo llegar hasta la habitaciòn del patròn, pues sospechaba y estaba enterado de las intenciones del amo.
Asì que su mirada se llenò de odio y de resentimiento, para cuando atravesò violentamente la puerta, sujetò como pudo a Don Cristòbal.
--¡Huye, de prisa, mujer... huye por tu vida!.
La joven corrìo despavorida, abandonaba la casa en medio de la oscuridad total de la noche ensombrecida por nubes de sombras macabras, su veloz huida le impidiò ver la cercanìa del rìo.
Todo pasò, del enano y de la mujer ya no se supo nada. El patròn mandò acallar voces, rumores y pensamientos. Amenzò de muerte al que se atreviera hablar de los ausentes. Tratò de borrar todo indicio de la permanencia del enenao y de la desdichada mujer en aquella casa.
Poco tiempo despuès, llegò un buen dìa su esposa, que lo encontrò muy envejecido y enfermo, no dormìa. Estaba pàlido y ojerozo. Señalaba a distintas partes de la habitaciòn donde no habìa nadie. Estaba realmente enloquecido. Cosa curiosa, la esposa se diò cuenta que en la cama quedaba una huella de sangre, misma que permanecìa a pesar de limpia y limpiar con diferentes solventes y detergentes.
--¿Què pasò aquì--.
Hay sangre....... ¿Acaso haz matado a alguien?----...
El no acertaba a pronuynciar palabra, el pànico lo invadìa y solo señalaba algun os rincones de la habitaciòn como indicando que allì habìa alguien màs.-
---Algo ocurre y ocurrò en esta casa---- y como tù no me lo dices, yo me vulevo por donde vine.
Nos iremos juntos, venderemos esta propiedad.
Pero cuando don Cristòbal entrò para hacer su equipaje, en la ventan se reflegaba el rostro ensangrentado del enano.
---No se irà sin recibir su castigo---- dijo el espectro con voz ahuecada y cavernosa.
Aquella horripilante apariciòn, deforme y sanguiolenta pareciò salir del espejo y se precipitò sobre el señor.
--Recibirà el dobler de latigazos que yo soportè en vida---.
Cuando la esposa escuchò los gritos de dolor de su esposo y acudiò a ver lo que sucedìa, lo encontrò tumbado en el piso con la ropa desgarrada de la espalda y sangre abundante que brotaba de algunas heridas.
Y asì comenzò el tormento, cada noche invariablemente, a pesar de que lo estuviesen cuidando, el espectro del enano sòlo visible para èl, se presentaba en la habitaciòn de Don Cristòbal.-
--No por piedad, No. Dèjame en paqz---. gritaba siempre al verlo aparecer.
El enano lo fustigaba sin piedad, causàndole nuevas quemaduras y ahondando las llagas desangrantes.
La esposa cansada de curarle las heridas y que estas no cerraban nada, decidiò acudir con un sacerdote y este se aprestò a ayudarla, pues pensaba se tratab a de un caso de cosa del demonio.
El sacerdote intentò confesar al castigado Don Cristòbal pero este se negaba y sòlo pedìa que lo lbrara de la presencia del enano que lo estaba atormentado. El sacerdote hizo un exorcismo y rociò con agua bendita toda la habitaciòn. Todo pareciò calmarse y una extraña paz invadiò la habitaciòn. El espectro se le materializò al sacerdote diciendo:
--Padre, es mi alma la que necesita encontar perdòn y reposo. Con una voz deformada y cavernosa, el espectrodel enenao comenzò a relatar la historia al sacerdote.
Al finalizar, el sacerdote dijo:
--Si de algo te sirve mi absoluciòn, recìbela para que puedas irte a descansar en paz. Yo te perdono en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor.
----Ya no es tiempo----- rece por èl, al tiempo que levantaba su làtigo para continuar con su infernal castigo al cuerpo de Don Crtistòbal que gritaba sin cesar, entrando en agonìa.
Con el paso del tiempo, el sacerdote comunicò a sus superiores todos los detalles de tan temendo suceso, y fue esclarecido que al realizar y concluir las investigaciones, se encontrò no sòlo el cuerpo de la infortunada mujer, sino tambie`n el cuerpo del maaltratado enano muy cerca del de ella.
Don Cristòbal habìa arrojado el cuerpo del enano al rìo sin percatgarse de que la muchacha tambièn se encon traba en ese lugar.
A pesar de la absoluciòn, esta leyenda no termina ahì. Pues hay quienes aseguran que el espìritu de Don Cristòbal se levantò de la tumba, anda penando, aterrorrizando a cuanto lo ve pasar en la ruinas de aquellaq casona cerca de la ribera del rìo Piruyles al Poniente de la ciudad. Grita y grita desforadamente de dolor, pon iendo los pelos de punta al desafortunado que logre encontràselo en su camino, Horrorrizados lo ven cuando se alej que en su espalda lleva una heridaqd profundas y chorreadno sangrfe abundamente de elllas. Y no podrfàn negar que otros muchos, ya no se acercan por la tapias viejas porque no quieren toparse con los espìritus del enano y de la hermosa mujer infortunada que siguen vagando a las orilllas del rìo Pirules.
Tan, Tan.-
¡Hay se leeen!
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Jue 06 Jun 2013, 1:57 pm
LA MINA ENCANTADA.
Desde el merito Zacatecas.
Zacatecas es un importante productor de materias primas de origen mineral, agrìcola y pecuario. Forma parte de importante cuenca lechera del paìs, entre otras cosas. Se destaca por la extracciòn de plata en la que ocupa el primer lugar mundial en producciòn. Por lo tanto, nos es difìcil suponer el por què es tan conocida la historia de la Mina Encantada.
Los trabajadores realizaban su jornada diaria sin contratiempos, habìan cavado màs abajo y estaban extrayendo de la mina gran cantidad de plata, sin embargo, todos estaban muy conscientes de que un derrumbe podrìa ocurrir en cualesquier momento, pues los muros parecìan desmoronarse con suma facilidad y no dejaban de oirse algunos tronidos provenientes de ellos, como si avisaran de una posible tragedia.
Todo lo anterior se hizo de conocimiento de sus superiores respectivos, y estos no quisieron escucharlos, ya que la extracciòn era muy pròspera, habìa compromisos y no deseaban por ningùn motivo pararla.
Contrario a lo que se decìa y especulaba, las paredes de la mina les permitìa continuar las exploraciones todavìa màs abajo, siendo olvidado el temor anterior.
Pero nadie advertìa, ni sospechaba que el acumulamiento de gases se estaba convirtiendo en un latente peligro.
Algunos metros màs abajo, un derrumbe fue inminente: la chispa producida por una de las làmparas ocasionò el terrible caos y la horripilante tragedia.
Muchas fueron las horas de interminable angustia que pasaron los familiares de las vìctimas, conforme los minutos y las horas pasaban, las esperanzas de verlos nuevamente con vida eran màs escasas.
El destino parecìo enseñorearse ante la magnitud de la tragedia, pues a pesar de todos los esfuerzos, màs tarde fueron rescatados los cuerpos sin vida de los infortunados mineros que se habìan quedado atrapados en el derrumbe.
Pese al dolor y lo lamentable de la tragedia, la gente observaba con estupor y miedo, el hecho significativo de que todos ellos tenìan un semblante de horror extremo en el rostro; esto era algo muy fuera de la realidad o de pronòstico esperado, pues lo màs lògico era que presentaran rasgos de sofocamiento por la falta de aire.
Con las sospechas llegaron las investigaciones y con èstas ùltimas, el olvido. Nadie volviò a hablar de los misterios del derrumbe, hasta que con el paso de los años, la reapertura de la mina era inminente y con nueva maquinaria y equipos de seguridad, se pretendìa continuar la extracciòn controlada del preciado metal de plata.
Nuevamente los hombres de la mina comenzaron a verse envueltos en sucesos muy extraños: escuchaban lamentos provenientes de las paredes de la mina, ruidos de golpeteo o martilleo de equipos perforadores, y algunos fueron testigos de una luz que comenzò a destellar de entre las paredes, no parecìa ser rastro de metal precioso, pues ante sus ojos era una luz, como que provenìa de una làmpara de minero.
Varios màs tuvieron la experiencia de sentirse observados por un par de ojillos rojisos desde el fondo del corredor de la mina, y al acercarse para averiguar de què se trataba, los ojillos brillosos cambiaban de lugar de observaciòn, producièndoles escalofrìo y un miedo incesante ante lo desconocido.
Armàndose de valor, el grupo decidiò llegar al fondo de los extraños sucesos, y siguiendo una luz por los corredores, llegaron a una parte no explorada, donde se sintieron observados por varios pares de ojos provenientes desde las paredes de la mina; una luz de làmpara surgiò por aquì, otra por hallà, y repentinamente se vieron rodeados de varias luces y decidieron abandonar el trabajo para salir a la superficie a contar lo ocurrido, sin embargo para variar, nadie les creyò.
No obstante, las extrañas apariciones se hicieron del conocimiento de los lugareños y con mayor razòn, estos se negaban a trabajar en las minas; razòn por la cual, la directiva decidiò llamar a un sacerdote para que ofrendara misas por las ànimas de los mineros que habìan muerto en ella, pues consideraban que eran ellos quienes trataban de avisar que rogaran para su descanso eterno.
Con los dìas los mineros decidieron volver a trabajar en la mina, ya que ademàs les ofrecieron jugosos salarios y otras prestaciones que no tenìan.
Los sucesos escalofriantes al interior de la mina no se suspendieron, ya que la nueva cuadrilla fue presa de presenciar diversas apariciones y la que màs los horrorizaba, eran ya no las luces brillantes, sino que veìan la siniestra figura de un hombrecillo de mediano tamaño y mirada enrojecida, que los estaba observando y en ocasiones parecìa reìrse de ellos macabramente.
Inexplicablemente sucediò otro derrumbe, y uno de los testigos sobrevivientes, asegurò que este ser semejante a un duende malèvolo, fue quien ocasionò el nuevo derrumbe, del cual sòlo pudieron salir con vida èl y un compañero màs; mientras que el resto de la nueva cuadrilla contratada perecieron en lo que hoy se conoce como: La Mina Encantada.
Desde entonces surgiò la leyenda de que el demonio se apodera de los metales preciosos, pues aseguran y perjuran, que aquel extraño ser provenìa del mismìsimo infierno. Paralelamente, otros decìan que los duendes de las minas tenìan la misiòn de cuidar las vetas de los preciados metales y que inclusive, ellos se reservaban para sì una gran olla repleta de oro, ya que no faltò quien relacionara a aquel ser con uno de estos mitològicos personajes.
Por descontado de que la verdad nadie la sabe, los derrumbes estàn ahì como una prueba latente de la muerte de varios mineros tràgicamente, pero ciertamente, todos ellos tenìan el rostro descompusto por el horror, los ojos desorbitados, y habìan perdido las uñas de sus dedos tratando de salir por cualquier hueco entre las piedras que tapaban la boca del corredor de la mina donde quedaron atrapados y presas del pànico, ante la presencia de aquel Ser aterrador que los miraba con sus ojillos rojizos malignamente y reìa a carcajadas de la situaciòn que estaba prevaleciendo al interior de la mina.
Muchas personas siguen la conseja de que las luces provenìan de las almas de los mineros que perecieron irremediablemente en los derrumbes que se han suscitado; otros dicen que la mina està embrujada o que està en poder del demonio y los màs, que el supuesto ser con mirada enrojecida, causante de los derrumbes, es un duende terrible que custodia la veta de plata como su preciado tesoro personal. Aunque ninguna posibilidad queda hoy en el aire, porque el cuento de la Mina Encantada ha tomado tanta fuerza en nuestros dìas, que todavìa boy en la actualidad, no hay nadie que se atreva a entrar nuevamente en ella, muy a pesar de que se presume que es una de las màs ricas en filones de plata en el estado de Zacatecas.
Eso es todo por hoy.
Desde el merito Zacatecas.
Zacatecas es un importante productor de materias primas de origen mineral, agrìcola y pecuario. Forma parte de importante cuenca lechera del paìs, entre otras cosas. Se destaca por la extracciòn de plata en la que ocupa el primer lugar mundial en producciòn. Por lo tanto, nos es difìcil suponer el por què es tan conocida la historia de la Mina Encantada.
Los trabajadores realizaban su jornada diaria sin contratiempos, habìan cavado màs abajo y estaban extrayendo de la mina gran cantidad de plata, sin embargo, todos estaban muy conscientes de que un derrumbe podrìa ocurrir en cualesquier momento, pues los muros parecìan desmoronarse con suma facilidad y no dejaban de oirse algunos tronidos provenientes de ellos, como si avisaran de una posible tragedia.
Todo lo anterior se hizo de conocimiento de sus superiores respectivos, y estos no quisieron escucharlos, ya que la extracciòn era muy pròspera, habìa compromisos y no deseaban por ningùn motivo pararla.
Contrario a lo que se decìa y especulaba, las paredes de la mina les permitìa continuar las exploraciones todavìa màs abajo, siendo olvidado el temor anterior.
Pero nadie advertìa, ni sospechaba que el acumulamiento de gases se estaba convirtiendo en un latente peligro.
Algunos metros màs abajo, un derrumbe fue inminente: la chispa producida por una de las làmparas ocasionò el terrible caos y la horripilante tragedia.
Muchas fueron las horas de interminable angustia que pasaron los familiares de las vìctimas, conforme los minutos y las horas pasaban, las esperanzas de verlos nuevamente con vida eran màs escasas.
El destino parecìo enseñorearse ante la magnitud de la tragedia, pues a pesar de todos los esfuerzos, màs tarde fueron rescatados los cuerpos sin vida de los infortunados mineros que se habìan quedado atrapados en el derrumbe.
Pese al dolor y lo lamentable de la tragedia, la gente observaba con estupor y miedo, el hecho significativo de que todos ellos tenìan un semblante de horror extremo en el rostro; esto era algo muy fuera de la realidad o de pronòstico esperado, pues lo màs lògico era que presentaran rasgos de sofocamiento por la falta de aire.
Con las sospechas llegaron las investigaciones y con èstas ùltimas, el olvido. Nadie volviò a hablar de los misterios del derrumbe, hasta que con el paso de los años, la reapertura de la mina era inminente y con nueva maquinaria y equipos de seguridad, se pretendìa continuar la extracciòn controlada del preciado metal de plata.
Nuevamente los hombres de la mina comenzaron a verse envueltos en sucesos muy extraños: escuchaban lamentos provenientes de las paredes de la mina, ruidos de golpeteo o martilleo de equipos perforadores, y algunos fueron testigos de una luz que comenzò a destellar de entre las paredes, no parecìa ser rastro de metal precioso, pues ante sus ojos era una luz, como que provenìa de una làmpara de minero.
Varios màs tuvieron la experiencia de sentirse observados por un par de ojillos rojisos desde el fondo del corredor de la mina, y al acercarse para averiguar de què se trataba, los ojillos brillosos cambiaban de lugar de observaciòn, producièndoles escalofrìo y un miedo incesante ante lo desconocido.
Armàndose de valor, el grupo decidiò llegar al fondo de los extraños sucesos, y siguiendo una luz por los corredores, llegaron a una parte no explorada, donde se sintieron observados por varios pares de ojos provenientes desde las paredes de la mina; una luz de làmpara surgiò por aquì, otra por hallà, y repentinamente se vieron rodeados de varias luces y decidieron abandonar el trabajo para salir a la superficie a contar lo ocurrido, sin embargo para variar, nadie les creyò.
No obstante, las extrañas apariciones se hicieron del conocimiento de los lugareños y con mayor razòn, estos se negaban a trabajar en las minas; razòn por la cual, la directiva decidiò llamar a un sacerdote para que ofrendara misas por las ànimas de los mineros que habìan muerto en ella, pues consideraban que eran ellos quienes trataban de avisar que rogaran para su descanso eterno.
Con los dìas los mineros decidieron volver a trabajar en la mina, ya que ademàs les ofrecieron jugosos salarios y otras prestaciones que no tenìan.
Los sucesos escalofriantes al interior de la mina no se suspendieron, ya que la nueva cuadrilla fue presa de presenciar diversas apariciones y la que màs los horrorizaba, eran ya no las luces brillantes, sino que veìan la siniestra figura de un hombrecillo de mediano tamaño y mirada enrojecida, que los estaba observando y en ocasiones parecìa reìrse de ellos macabramente.
Inexplicablemente sucediò otro derrumbe, y uno de los testigos sobrevivientes, asegurò que este ser semejante a un duende malèvolo, fue quien ocasionò el nuevo derrumbe, del cual sòlo pudieron salir con vida èl y un compañero màs; mientras que el resto de la nueva cuadrilla contratada perecieron en lo que hoy se conoce como: La Mina Encantada.
Desde entonces surgiò la leyenda de que el demonio se apodera de los metales preciosos, pues aseguran y perjuran, que aquel extraño ser provenìa del mismìsimo infierno. Paralelamente, otros decìan que los duendes de las minas tenìan la misiòn de cuidar las vetas de los preciados metales y que inclusive, ellos se reservaban para sì una gran olla repleta de oro, ya que no faltò quien relacionara a aquel ser con uno de estos mitològicos personajes.
Por descontado de que la verdad nadie la sabe, los derrumbes estàn ahì como una prueba latente de la muerte de varios mineros tràgicamente, pero ciertamente, todos ellos tenìan el rostro descompusto por el horror, los ojos desorbitados, y habìan perdido las uñas de sus dedos tratando de salir por cualquier hueco entre las piedras que tapaban la boca del corredor de la mina donde quedaron atrapados y presas del pànico, ante la presencia de aquel Ser aterrador que los miraba con sus ojillos rojizos malignamente y reìa a carcajadas de la situaciòn que estaba prevaleciendo al interior de la mina.
Muchas personas siguen la conseja de que las luces provenìan de las almas de los mineros que perecieron irremediablemente en los derrumbes que se han suscitado; otros dicen que la mina està embrujada o que està en poder del demonio y los màs, que el supuesto ser con mirada enrojecida, causante de los derrumbes, es un duende terrible que custodia la veta de plata como su preciado tesoro personal. Aunque ninguna posibilidad queda hoy en el aire, porque el cuento de la Mina Encantada ha tomado tanta fuerza en nuestros dìas, que todavìa boy en la actualidad, no hay nadie que se atreva a entrar nuevamente en ella, muy a pesar de que se presume que es una de las màs ricas en filones de plata en el estado de Zacatecas.
Eso es todo por hoy.
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Miér 12 Jun 2013, 1:15 pm
Una conocida historia de la ciudad de Mèxico.
EL PERRO DEL "AGARROTADO".
Es una historia de la Colonia que data del año 1573, uno de los màs mentados casos de los errores y abusos de la Injusticia de la entonces Encomienda de la Inquisiciòn".
Una vez consumada la conquista y cundido el mestizaje por razones naturales, siguiò la conquista de las creencias y la fe del pueblo idìgena, ultrajado y sometido a todo tipo de barbaridades por el invasor.
La historia con sus diàlogos me llega màs o menos de buena fuente, consultando documentos de la època y testimonios de descendientes generacionales de aquella edad sombrìa de la Iglesia y de la poblaciòn desamparada recièn conquistada.
----¡No puede ser, Dios no lo permita: es Làzaro!, dijo con asombro la recièn casada; de inmediato se postrò al suelo llorando y asustada pidiendo perdòn.
----¡Ten piedad Làzaro, perdòn por favor Làzaro!.
--.......¿Piedad?....... ---dijo aquella apariciòn grotesca y horripilante destellando ira maquiavèlica.
--.......Ustedes jamàs la tuvieron conmigo.
La mujer pareciò enloquecer y sin que su marido pudiera hacer nada, impulsada por una fuerza extraña y siniestra, la dama tomò una daga y se la clavò en el pecho.
----¡Nooooo, noooooooo!---- gritò Don Diego, quien de momento sintiò el fètido aliento de un formidable perro negro sobre su nuca.
Lo que sucediò despuès ha quedado velado por el tiempo, ya que nadie lo supo y nadie lo sabe; pues Don Diego quedò completamente fuera de sus cabales y lo ùnico que gritaba era que el "agarrotado" habìa venido a cobrar venganza proveniente del mismo infierno.
Por lo demàs, nadie comprendìa lo que Don Diego querìa decir con la apariciòn del "agarrotado", pero al parecer su padre sì estaba consciente de las locuras de su hijo, tanto que tuvo que ir a confesarse. Pero de nada le sirviò porque el pesar de su conciencia era todavìa màs grande.
-----Pensaba y se decìa: ¿Què màs consecuencias tendrà todo esto?....... ¿en què irà a parar?..... ¿quièn sigue?.
Al poco tiempo muriò el "loco", acrecentando el dolor de su padre, quien temeroso ya no podìa dormir y estaba enfermo y pàlido; su frase que mascullaba casi inconscientemente era "vendrà por mi el agarrotado y su perro".
Una de esas noches, en el barrio de Ixtacalco comenzò a escucharse un aullar lastimero de un perro que parecìa un quejido de ultratumba y producìa una sensaciòn de escalofrìo y terror a quienes le llegaban a oir. Se persignaban y corrìan a refugiarse a sus casas.
Don Josè, papà de Don Diego esa noche estaba de lo peor, enloquecido por el pànico.
---¡Es el agarrotado, no lo dejen entrar!.
De pronto, sin saber de dònde y còmo, un enorme perro negro saltò introducièndose por la ventana.
Al instante una terrible apariciòn se fue formando de una rara y espesa neblina negruzca y fantasmal y con voz ahuecada, cavernosa le hablò asì:
--....No vengo a hacerle daño, sòlo quiero que me escuche............ Pero el dèbil corazòn del anciano no resisitiò el formidable impacto y se desplomò sin vida rodando por el suelo.
Lo ocurrido se corriò como reguero de pòlvora, alarmando y despertando el interès de todos los lugareños, quienes ya comenzaban a relacionar la apariciòn del perro con aquellas extrañas y repentinas muertes.
Muchos comenzaron a hacer memoria y de los pocos entendidos y enterados de un caso de La Inquisiciòn, maquinaron sus propios juicios y armaron cuentos y leyendas sobre el "agarrotado y su perro".
Làzaro el indio, fue acusado de brujerìa y haber abusado de una doncella mestiza por la fuerza. Todo esto fue urdido y conducido por un alto funcionario del gobierno incipiente que se habia formado, coludido con miebros de la Santa Iglesia naciente y postulante en la Nueva España.
Recordaban el laudo: ---Por haber recibido el bautismo no serà condenado a la hoguera, sino al garrote. Sì, ¡morirà como un perro a garrotazos!
Fue asì como murìo el indio Làzaro, condenado injustamente como ocurrìa continuamente en esa època de justicia de la Santa Inquisiciòn.
Poco a poco, uno a uno invariablemente, todos los que tuvieron que ver con el breve juicio y sentencia injusta de Làzaro, fueron perdiendo la vida. Todos ellos acusaban el horror supremo en sus rostros desfigurados ante la presencia del ente y su fiel perro guardiàn.
Al recoger la ùltima imprecaciòn de algùn moribundo era comùn escuchar algo asì como: "fuè el agarrotado y su perro"......... ¡fueron ellos!........ ¡el indio agarrotado y su perro!.
Me temo que hemos cometido una grave injusticia, comentaba uno de los inquisidores sobreviviente aùn.
Sòlo nos queda el recurso de la "exculpaciòn post-mortem", asì quedarà limpio el nombre de Làzaro y podrà descansar en paz.
Dìas despuès se leìa en pùblico aquel pregòn exculpando al indio Làzaro y la Santa Iglesia Inquisidora admitìa su error al condenar a un inocente...... Se mandaron decir varias misas por el descanso eterno del joven ajusticiado. Y pensaron que todo acabarìa allì.
Esa noche, cuando oficiaron la ùltima misa en honor y por el descanso de Làzaro, se escuchò el terrible aullido del perro y tras la puerta, unos arañazos hacìan que todos se estremecieran y quedaran paralizados por el terror.
La barrera endeble que protegìa aquella puerta donde estaban los comendadores e inquisidores, se resquebrajò en mil astillas cediendo con violencia estrepitosa y ante los ojos que se salìan de sus òrbitas de aquellos desdichados, se apareciò el enorme animal del demonio, con su espectral y espeluznante amo, quien con voz hueca y sepulcral le hablò de esta manera:
----......Tenèis que escucharme, no ha sido mi intenciòn vengarme de mis acusadores, es cierto que fui condenado injustamente, pero esa no ha sido mi intenciòn. Sòlo quiero que le den cristiana sepultura a mi inocente esposa, quien muriò poco tiempo despuès de mi condena sola y abandonada.
Luego de estas palabras, el espectro se esfumò en el aire, pero el perro permanecìa como queriendo mostrar algo.
----Habrà que seguirlo------, dijeron al unìsono terriblemente espantados.
De esta manera se iniciò una rara y singular peregrinaciòn hasta los arrabales de Ixtacalco; a la cabeza iba el fantasmal y horrible perro negro, quien despertaba temor a cuantos lo veìan pasar seguido de los inquisidores. Luego de un largo camino, por fin se detuvo en una vieja choza, de donde emanaba un pestilente hedor a muerte.
---¡Que Dios se haya apiadado de su alma!..... dijo el mayor de los inquisidores al ver aquel cuerpo putrefacto casi irreconocible de lo que fuera una mujer.
Y aunque al parecer el perro habìa cumplido su misiòn, desde entonces se cuenta que ronda todas esas calles antiguas de Ixtacalco, acompañado ahora de los espectros fantasmales de Làzaro y su esposa, quienes suelen caminar tomados de la mano en las noches de luna llena.
Bueno, ¿què romàntico no?
Hay se leen en la pròxima.
EL PERRO DEL "AGARROTADO".
Es una historia de la Colonia que data del año 1573, uno de los màs mentados casos de los errores y abusos de la Injusticia de la entonces Encomienda de la Inquisiciòn".
Una vez consumada la conquista y cundido el mestizaje por razones naturales, siguiò la conquista de las creencias y la fe del pueblo idìgena, ultrajado y sometido a todo tipo de barbaridades por el invasor.
La historia con sus diàlogos me llega màs o menos de buena fuente, consultando documentos de la època y testimonios de descendientes generacionales de aquella edad sombrìa de la Iglesia y de la poblaciòn desamparada recièn conquistada.
----¡No puede ser, Dios no lo permita: es Làzaro!, dijo con asombro la recièn casada; de inmediato se postrò al suelo llorando y asustada pidiendo perdòn.
----¡Ten piedad Làzaro, perdòn por favor Làzaro!.
--.......¿Piedad?....... ---dijo aquella apariciòn grotesca y horripilante destellando ira maquiavèlica.
--.......Ustedes jamàs la tuvieron conmigo.
La mujer pareciò enloquecer y sin que su marido pudiera hacer nada, impulsada por una fuerza extraña y siniestra, la dama tomò una daga y se la clavò en el pecho.
----¡Nooooo, noooooooo!---- gritò Don Diego, quien de momento sintiò el fètido aliento de un formidable perro negro sobre su nuca.
Lo que sucediò despuès ha quedado velado por el tiempo, ya que nadie lo supo y nadie lo sabe; pues Don Diego quedò completamente fuera de sus cabales y lo ùnico que gritaba era que el "agarrotado" habìa venido a cobrar venganza proveniente del mismo infierno.
Por lo demàs, nadie comprendìa lo que Don Diego querìa decir con la apariciòn del "agarrotado", pero al parecer su padre sì estaba consciente de las locuras de su hijo, tanto que tuvo que ir a confesarse. Pero de nada le sirviò porque el pesar de su conciencia era todavìa màs grande.
-----Pensaba y se decìa: ¿Què màs consecuencias tendrà todo esto?....... ¿en què irà a parar?..... ¿quièn sigue?.
Al poco tiempo muriò el "loco", acrecentando el dolor de su padre, quien temeroso ya no podìa dormir y estaba enfermo y pàlido; su frase que mascullaba casi inconscientemente era "vendrà por mi el agarrotado y su perro".
Una de esas noches, en el barrio de Ixtacalco comenzò a escucharse un aullar lastimero de un perro que parecìa un quejido de ultratumba y producìa una sensaciòn de escalofrìo y terror a quienes le llegaban a oir. Se persignaban y corrìan a refugiarse a sus casas.
Don Josè, papà de Don Diego esa noche estaba de lo peor, enloquecido por el pànico.
---¡Es el agarrotado, no lo dejen entrar!.
De pronto, sin saber de dònde y còmo, un enorme perro negro saltò introducièndose por la ventana.
Al instante una terrible apariciòn se fue formando de una rara y espesa neblina negruzca y fantasmal y con voz ahuecada, cavernosa le hablò asì:
--....No vengo a hacerle daño, sòlo quiero que me escuche............ Pero el dèbil corazòn del anciano no resisitiò el formidable impacto y se desplomò sin vida rodando por el suelo.
Lo ocurrido se corriò como reguero de pòlvora, alarmando y despertando el interès de todos los lugareños, quienes ya comenzaban a relacionar la apariciòn del perro con aquellas extrañas y repentinas muertes.
Muchos comenzaron a hacer memoria y de los pocos entendidos y enterados de un caso de La Inquisiciòn, maquinaron sus propios juicios y armaron cuentos y leyendas sobre el "agarrotado y su perro".
Làzaro el indio, fue acusado de brujerìa y haber abusado de una doncella mestiza por la fuerza. Todo esto fue urdido y conducido por un alto funcionario del gobierno incipiente que se habia formado, coludido con miebros de la Santa Iglesia naciente y postulante en la Nueva España.
Recordaban el laudo: ---Por haber recibido el bautismo no serà condenado a la hoguera, sino al garrote. Sì, ¡morirà como un perro a garrotazos!
Fue asì como murìo el indio Làzaro, condenado injustamente como ocurrìa continuamente en esa època de justicia de la Santa Inquisiciòn.
Poco a poco, uno a uno invariablemente, todos los que tuvieron que ver con el breve juicio y sentencia injusta de Làzaro, fueron perdiendo la vida. Todos ellos acusaban el horror supremo en sus rostros desfigurados ante la presencia del ente y su fiel perro guardiàn.
Al recoger la ùltima imprecaciòn de algùn moribundo era comùn escuchar algo asì como: "fuè el agarrotado y su perro"......... ¡fueron ellos!........ ¡el indio agarrotado y su perro!.
Me temo que hemos cometido una grave injusticia, comentaba uno de los inquisidores sobreviviente aùn.
Sòlo nos queda el recurso de la "exculpaciòn post-mortem", asì quedarà limpio el nombre de Làzaro y podrà descansar en paz.
Dìas despuès se leìa en pùblico aquel pregòn exculpando al indio Làzaro y la Santa Iglesia Inquisidora admitìa su error al condenar a un inocente...... Se mandaron decir varias misas por el descanso eterno del joven ajusticiado. Y pensaron que todo acabarìa allì.
Esa noche, cuando oficiaron la ùltima misa en honor y por el descanso de Làzaro, se escuchò el terrible aullido del perro y tras la puerta, unos arañazos hacìan que todos se estremecieran y quedaran paralizados por el terror.
La barrera endeble que protegìa aquella puerta donde estaban los comendadores e inquisidores, se resquebrajò en mil astillas cediendo con violencia estrepitosa y ante los ojos que se salìan de sus òrbitas de aquellos desdichados, se apareciò el enorme animal del demonio, con su espectral y espeluznante amo, quien con voz hueca y sepulcral le hablò de esta manera:
----......Tenèis que escucharme, no ha sido mi intenciòn vengarme de mis acusadores, es cierto que fui condenado injustamente, pero esa no ha sido mi intenciòn. Sòlo quiero que le den cristiana sepultura a mi inocente esposa, quien muriò poco tiempo despuès de mi condena sola y abandonada.
Luego de estas palabras, el espectro se esfumò en el aire, pero el perro permanecìa como queriendo mostrar algo.
----Habrà que seguirlo------, dijeron al unìsono terriblemente espantados.
De esta manera se iniciò una rara y singular peregrinaciòn hasta los arrabales de Ixtacalco; a la cabeza iba el fantasmal y horrible perro negro, quien despertaba temor a cuantos lo veìan pasar seguido de los inquisidores. Luego de un largo camino, por fin se detuvo en una vieja choza, de donde emanaba un pestilente hedor a muerte.
---¡Que Dios se haya apiadado de su alma!..... dijo el mayor de los inquisidores al ver aquel cuerpo putrefacto casi irreconocible de lo que fuera una mujer.
Y aunque al parecer el perro habìa cumplido su misiòn, desde entonces se cuenta que ronda todas esas calles antiguas de Ixtacalco, acompañado ahora de los espectros fantasmales de Làzaro y su esposa, quienes suelen caminar tomados de la mano en las noches de luna llena.
Bueno, ¿què romàntico no?
Hay se leen en la pròxima.
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Lun 17 Jun 2013, 2:31 pm
EL PACTO MALDITO.
Ya hace muchos años, un joven oriundo del Llano, habìa regresado deportado siendo ilegal en los EEUU; le fue mal en conseguir el famoso sueño americano y ahora en su pueblo se hallaba sin trabajo, con la pena de haber perdido a su prometida en fatal accidente carretero.
Eran los motivos que le habìan impulsado a buscar refugio en la bebida, para aliviar su desesperaciòn y mitigar su dolor.
Una noche cualquiera y ya completamente tomado, se encaminò tambaleante hacia las afueras del pueblo, en su mente giraba sòlo una idea que se le habìa metido entre ceja y oreja, se proponìa llevar a cabo un consejo de su amigo cercano para salir de pobre ràpidamente y dejar de padecer.
Ya en el monte en una majada y a la luz de la luna llena, comenzò a invocar al demonio para que se le apareciera y asì pedirle lo que tanto anhelaba. Inclusive, al notar que nada sucedìa, y envalentonado por los humos del alcohòl, se atreviò a retar al diablo y echarle de maldiciones como si nada.
En efecto, nada sucediò esa noche y asì lo hizo la siguiente noche de invocar al demonio y no fue sino hasta la tercera, cuando repentinamente sì se le apareciò el demonio en la figura de un ataviado charro negro, con botas lustrosas color negro con espuelas de plata, un fistol de plata y un gran sombrero negro ancho que le cubrìa parcialmente el rostro.
--Aquì estoy, ¿què se te ofrece?----
Al reconocerlo y sabiendo que era su oportunidad de salir de pobre, le hablò asì:
---¡Ya sè quièn eres!, y sì, a tì te estaba buscando.
--¿Para què me quieres?
---Yo te quiero para proponerte un trato: Aquì tienes mi alma a cambio de disfrutar de una vida de riqueza, placeres y excelente salud, con muchas mujeres que me amen.
--Lo tendràs todo, pero la condiciòn que te pido es que mes una alma virgen, un alma de una inocente.
--Quiero que me des el alma de tu primogènita precisamente el dìa que vaya a casarse para desposarla conmigo.
--¿Què dices, aceptas?.
Despuès de pensarlo un poco contestò afirmativamente y procedieron a realizar el pacto.
Al paso de un breve tiempo empezò a prosperar inesperadamente en sus negocios, se hizo de ranchos y otras propiedades veraniegas, gastaba el dinero a manos llenas entre parrandas, juegos de azhar y mujeres.
Con el paso de los años se olvidò de pacto que hizo con el demonio y siguiò su vida disipada hasta que conociò a una linda mujer que lo cautivò por su hermosura y sencillez, de la cual se enamorò perdidamente y le llegò a cambiar sus ideas sobre el matrimonio y la familia.
Pronto realizò su sueño de contraer nupcias y le llegò la bendiciòn de la familia, procreando un varoncito que lo llenò de orgullo y al cual dedicò todo su amor y tiempo.
Màs adelante, llegò la primera mujercita a su casa que vino a darle luz y felicidad en sus mejores dìas de abundancia y prosperidad.
El tiempo transcurriò inexorablemente y la ahora hermosa dama se preparaba para contraer matrimonio con un apuesto y brillante negociante de la regiòn.
Justo en el tercer dìa de la vìspera de la celebraciòn nupcial, se le apareciò el extraño hombre de negro con su inconfundible atuendo, resaltando sus botas finas y relucientes con espuelas de plata, el fistol de plata y el sombrero ancho que le cubrìa parte del rostro y fumando un gran hàbano que centellaba siniestramente en la penumbra.
--Aquì estoy para recordarte tu parte del trato que sellamos con un pacto, ¿lo recuerdas?
El ranchero sintiò que se le escapaba el alma del cuerpo, un frìo intenso invadiò todo su tembloroso cuerpo, y acabò por gritar de horror perdiendo el sentido.
A la mañana siguiente no hallaba què hacer. Todo aquello le parecìa una terrible pesadilla, algo irreal. Sin embargo estaba consciente de que sì habìa hecho un pacto con el Diablo, y ahora que habìa que pagar, no le encontraba forma de deshacerse de èl.
Asì anduvo taciturno hasta la noche de la famosa boda, definitivamente no querìa que su hija primogènita se desposara con el demonio y quedar perpetuamente condenada al infierno. Al parecer no habìa salida alguna, y decidido a todo, enloquecido, justo en la noche de bodas, apareciò intempestivamente y delante de los invitados, le quitò la vida a su propia hija de certera puñalada y luego se apuñalò èl, siendo detenido por varias manos fuertes que le impidieron terminar con su vida.
Su hija no pudo sobrevivir y èl malherido, sobreviviò sòlo para ser confinado por el resto de sus dìas en un hospital psiquiàtrico.
Màs adelante, su hijo ya profesionista brillante, se casò felizmente y formò una maravillosa y feliz pareja que pronto se vieron bendecidos por el nacimiento de un preciosa niña que fue la alegrìa del nuevo matrimonio.
Una tarde cuando efectuaban un menaje, al cambiarse de residencia por motivo del trabajo, entre las escasas pertenencias y recuerdos que tenìa de su padre, traìa cosigo una cajita de madera donde el viejo atesoraba algunos recuerdos para èl muy valiosos. Sin darle gran importancia, ahora rescataba un viejo paliacate que empezò a desenvolver lentamente, sòlo para encontrarse con un hojita perfectamente doblada como carterita, la cual le llamò la atenciòn y luego de desdoblarla cuidadosamente, ahì estaba una especie de carta escrita a puño y letra de su padre, que habìa fallecido solo y enfermo en completa soledad de aquel centro Hospitalario Psiquiàtrico.
En la carta leyò la terrible promesa del pacto celebrado con el diablo, las condiciones y la manera de còmo su padre habìa acumulado una inmensa fortuna que ahora le pertenecìa a èl. "Por supuesto que no le diò importancia y la dejò dentro de la cajita, olvidàndose de ella por completo.
La familia del exitoso profesionista creciò y llegaron con el tiempo dos nuevos miembros, esta vez varoncitos cada uno que vinieron a consolidar los lazos familiares.
No bien el tiempo prosiguiò y ahora la mujercita se habìa transformado en toda una hermosa dama de sociedad, agracidada por su belleza, inteligencia y finos modales, que bien pronto se enamorò y ahora se aprestaba a realizar los preparativos de su boda con toda alegrìa y contentamiento de su familia.
Nuevamente, el tercer dìa de la vìspera de la celebraciòn nupcial, ahora el profesionista recibiò la visita inesperada de aquel extraño hombre vestido completmente de charro todo de negro como la noche.
--Ya sabes a què vengo, y esta vez no quiero que haya sorpresa. Asì que hoy mismo moriràs y ya no habrà nada que pueda impedir que yo me case con tu hija primogènita y asì dar cumplimiento al pacto que tu padre hizo conmigo aquella noche.
Al dìa siguiente lo encontraron muerto y el mèdico lo certificò como infarto fulminante. La familia le guardò el luto respectivo y la boda fue pospuesta ante el dolor de la pèrdida del padre de la joven casadera.
Los otros dos hijos adolescentes, se encontraron la cajita de su padre que contenìa algunas pertenencias de su abuelo al que no conocieron y curiosos, descubrieron una a una aquellas reliquias que atesoraba su abuelo y tambièn dieron con el raìdo paliacate y un papel todo arrugado que parecìa ser una carta.
Leyeron el contenido de la carta entre asustados e intrigados, y posteriormente decidieron darla a conocer a su mamà y a su querida hermana, quienes al enterarse sufrieron una consternaciòn ante los terribles suceso ahì revelados y el presagio de muerte y dolor que se cernia sobre la joven que habìa pospuesto la boda.
Con esas noches largas de espera, comenzaron a suceder varios fenòmenos por demàs extraños en toda la casa; ella en especial, comenzò a ver el espectro de su fallecida tìa que venìa como a advertirle y protegerla para que no fuera desposada por el demonio.
Y como no hay fecha que no se cumpla y promesa que no sea cumplida. La noche fijada para la boda llegò y una vez luciendo el elegante traje de novia, ella se dirigìò hacia el templo con su familia donde ya la estarìa esperando su prometido.
Y al bajarse del lujoso auto e ir al encuentro de su novio que la estaba esperando en la puerta de afuera del atrio del templo. Al acercarse sintiò un horrible escalosfrìo que le recorrìo todo su cuerpo, y un extraño presentimiento le hizo mirar màs detenidamente a su futuro esposo.
Vestìa elegantemente, no cabìa duda alguna, sòlo que su atuendo parecìa fuera de tono. Smoking negro, zapatos de charol tambièn negros, y un bombìn negro muy elegante. Un cinturòn con una hebilla de plata reluciente, mancuernillas de plata y y un hermoso fistol de plata. Pero lo màs increìble e inusitado para ella, era que su prometido sostenìa entre sus dedos un puro fino tipo habanero cuyo tizòn brillaba siniestramente.
Lo que sucediò a continuaciòn y a pesar de que habìa muchos invitados, sòlo algunos de ellos pudieron apreciar còmo unas sombras se anteponìan entre el elegante y maligno novio y la hermosa novia que se habìa paralizado de la impresiòn recibida. Los que tenìan la capaciadad de ver fueron testigos de una lucha sobrenatural y terrorrìfica entre el demonio ahora plenamente transformado tal cual era y las almas del papà, la tìa y el abuelo que se enfrentaban a los poderes del maligno que al estar ante la cercanìa de la entrada del templo, parecìa vulnerable y gritaba y chirriaba, rabiando de ira al tiempo que emprendìa la huìda de aquel santo lugar.
Mientras tanto, la madre y sus dos hijos auxiliaban a la vestida de novia tratando de reanimarla, de hacerla volver en sì, y al no conseguirlo, decidieron trasladarla de urgencia a un hospital para que recibiera ayuda mèdica. Cuidadosamente la subieron al auto y ràpidamante emprendieron la marcha hacia el hospital màs cercano. En un crucero, antes de llegar al hospital, un camiòn que venìa de frente sin frenos y sin control, se estrellò estrepitosamente con ellos, provocando un tràgico accidente al dar el vehìculo varias volteretas y quedar con las llantas hacia arriba.
Inexplicablemente, a pesar de que hicieron lo posible por evitarlo, al parecer una extraña y descomunal fuerza diabòlica parecìa guiarlo directamente hacia su auto y asì irremediablemente sucediò la colisiòn con las fatales consecuencias.
La hermosa novia no pudo sobrevivir a las terribles lesiones sufridas y muriò casi al instante en el escenario de la tragedia. El luto y la tristeza se apoderò de la familia nuevamente, y por màs que pensaban, no sabe a ciencia cierta, si allì habìa terminado la horrible maldiciòn surgida del pacto con el diablo, o si bien, trascenderìa a la hija primogenita que pudierar nacer de la familia de alguno de sus hijos.
La familia quedò marcada por la tràgica tragedia y los acontecimientos del triste pasado. Al grado tal de que los joven- citos, han tratado de evitar tècnica y por defaul cualquier compromiso que los lleve a contraer nupcias y desde luego, que pudieran tener familia, en especial una primogènita, pues, el temor los invadìa y desistìan automàticamente de cualquier relaciòn comprometedora, recordando el hecho terrible y las consecuencias funestas de aquel pacto maldito suscrito y sellado por su abuelo ante el mismìsimo demonio, y no querìan por ningùn motivo, exponer a su primogènita en su caso, de contraer nupcias con el demonio y asì dar cumplimiento a tan terrible compromiso pactado hace muchos años.
Bueno eso es todo.
Ya hace muchos años, un joven oriundo del Llano, habìa regresado deportado siendo ilegal en los EEUU; le fue mal en conseguir el famoso sueño americano y ahora en su pueblo se hallaba sin trabajo, con la pena de haber perdido a su prometida en fatal accidente carretero.
Eran los motivos que le habìan impulsado a buscar refugio en la bebida, para aliviar su desesperaciòn y mitigar su dolor.
Una noche cualquiera y ya completamente tomado, se encaminò tambaleante hacia las afueras del pueblo, en su mente giraba sòlo una idea que se le habìa metido entre ceja y oreja, se proponìa llevar a cabo un consejo de su amigo cercano para salir de pobre ràpidamente y dejar de padecer.
Ya en el monte en una majada y a la luz de la luna llena, comenzò a invocar al demonio para que se le apareciera y asì pedirle lo que tanto anhelaba. Inclusive, al notar que nada sucedìa, y envalentonado por los humos del alcohòl, se atreviò a retar al diablo y echarle de maldiciones como si nada.
En efecto, nada sucediò esa noche y asì lo hizo la siguiente noche de invocar al demonio y no fue sino hasta la tercera, cuando repentinamente sì se le apareciò el demonio en la figura de un ataviado charro negro, con botas lustrosas color negro con espuelas de plata, un fistol de plata y un gran sombrero negro ancho que le cubrìa parcialmente el rostro.
--Aquì estoy, ¿què se te ofrece?----
Al reconocerlo y sabiendo que era su oportunidad de salir de pobre, le hablò asì:
---¡Ya sè quièn eres!, y sì, a tì te estaba buscando.
--¿Para què me quieres?
---Yo te quiero para proponerte un trato: Aquì tienes mi alma a cambio de disfrutar de una vida de riqueza, placeres y excelente salud, con muchas mujeres que me amen.
--Lo tendràs todo, pero la condiciòn que te pido es que mes una alma virgen, un alma de una inocente.
--Quiero que me des el alma de tu primogènita precisamente el dìa que vaya a casarse para desposarla conmigo.
--¿Què dices, aceptas?.
Despuès de pensarlo un poco contestò afirmativamente y procedieron a realizar el pacto.
Al paso de un breve tiempo empezò a prosperar inesperadamente en sus negocios, se hizo de ranchos y otras propiedades veraniegas, gastaba el dinero a manos llenas entre parrandas, juegos de azhar y mujeres.
Con el paso de los años se olvidò de pacto que hizo con el demonio y siguiò su vida disipada hasta que conociò a una linda mujer que lo cautivò por su hermosura y sencillez, de la cual se enamorò perdidamente y le llegò a cambiar sus ideas sobre el matrimonio y la familia.
Pronto realizò su sueño de contraer nupcias y le llegò la bendiciòn de la familia, procreando un varoncito que lo llenò de orgullo y al cual dedicò todo su amor y tiempo.
Màs adelante, llegò la primera mujercita a su casa que vino a darle luz y felicidad en sus mejores dìas de abundancia y prosperidad.
El tiempo transcurriò inexorablemente y la ahora hermosa dama se preparaba para contraer matrimonio con un apuesto y brillante negociante de la regiòn.
Justo en el tercer dìa de la vìspera de la celebraciòn nupcial, se le apareciò el extraño hombre de negro con su inconfundible atuendo, resaltando sus botas finas y relucientes con espuelas de plata, el fistol de plata y el sombrero ancho que le cubrìa parte del rostro y fumando un gran hàbano que centellaba siniestramente en la penumbra.
--Aquì estoy para recordarte tu parte del trato que sellamos con un pacto, ¿lo recuerdas?
El ranchero sintiò que se le escapaba el alma del cuerpo, un frìo intenso invadiò todo su tembloroso cuerpo, y acabò por gritar de horror perdiendo el sentido.
A la mañana siguiente no hallaba què hacer. Todo aquello le parecìa una terrible pesadilla, algo irreal. Sin embargo estaba consciente de que sì habìa hecho un pacto con el Diablo, y ahora que habìa que pagar, no le encontraba forma de deshacerse de èl.
Asì anduvo taciturno hasta la noche de la famosa boda, definitivamente no querìa que su hija primogènita se desposara con el demonio y quedar perpetuamente condenada al infierno. Al parecer no habìa salida alguna, y decidido a todo, enloquecido, justo en la noche de bodas, apareciò intempestivamente y delante de los invitados, le quitò la vida a su propia hija de certera puñalada y luego se apuñalò èl, siendo detenido por varias manos fuertes que le impidieron terminar con su vida.
Su hija no pudo sobrevivir y èl malherido, sobreviviò sòlo para ser confinado por el resto de sus dìas en un hospital psiquiàtrico.
Màs adelante, su hijo ya profesionista brillante, se casò felizmente y formò una maravillosa y feliz pareja que pronto se vieron bendecidos por el nacimiento de un preciosa niña que fue la alegrìa del nuevo matrimonio.
Una tarde cuando efectuaban un menaje, al cambiarse de residencia por motivo del trabajo, entre las escasas pertenencias y recuerdos que tenìa de su padre, traìa cosigo una cajita de madera donde el viejo atesoraba algunos recuerdos para èl muy valiosos. Sin darle gran importancia, ahora rescataba un viejo paliacate que empezò a desenvolver lentamente, sòlo para encontrarse con un hojita perfectamente doblada como carterita, la cual le llamò la atenciòn y luego de desdoblarla cuidadosamente, ahì estaba una especie de carta escrita a puño y letra de su padre, que habìa fallecido solo y enfermo en completa soledad de aquel centro Hospitalario Psiquiàtrico.
En la carta leyò la terrible promesa del pacto celebrado con el diablo, las condiciones y la manera de còmo su padre habìa acumulado una inmensa fortuna que ahora le pertenecìa a èl. "Por supuesto que no le diò importancia y la dejò dentro de la cajita, olvidàndose de ella por completo.
La familia del exitoso profesionista creciò y llegaron con el tiempo dos nuevos miembros, esta vez varoncitos cada uno que vinieron a consolidar los lazos familiares.
No bien el tiempo prosiguiò y ahora la mujercita se habìa transformado en toda una hermosa dama de sociedad, agracidada por su belleza, inteligencia y finos modales, que bien pronto se enamorò y ahora se aprestaba a realizar los preparativos de su boda con toda alegrìa y contentamiento de su familia.
Nuevamente, el tercer dìa de la vìspera de la celebraciòn nupcial, ahora el profesionista recibiò la visita inesperada de aquel extraño hombre vestido completmente de charro todo de negro como la noche.
--Ya sabes a què vengo, y esta vez no quiero que haya sorpresa. Asì que hoy mismo moriràs y ya no habrà nada que pueda impedir que yo me case con tu hija primogènita y asì dar cumplimiento al pacto que tu padre hizo conmigo aquella noche.
Al dìa siguiente lo encontraron muerto y el mèdico lo certificò como infarto fulminante. La familia le guardò el luto respectivo y la boda fue pospuesta ante el dolor de la pèrdida del padre de la joven casadera.
Los otros dos hijos adolescentes, se encontraron la cajita de su padre que contenìa algunas pertenencias de su abuelo al que no conocieron y curiosos, descubrieron una a una aquellas reliquias que atesoraba su abuelo y tambièn dieron con el raìdo paliacate y un papel todo arrugado que parecìa ser una carta.
Leyeron el contenido de la carta entre asustados e intrigados, y posteriormente decidieron darla a conocer a su mamà y a su querida hermana, quienes al enterarse sufrieron una consternaciòn ante los terribles suceso ahì revelados y el presagio de muerte y dolor que se cernia sobre la joven que habìa pospuesto la boda.
Con esas noches largas de espera, comenzaron a suceder varios fenòmenos por demàs extraños en toda la casa; ella en especial, comenzò a ver el espectro de su fallecida tìa que venìa como a advertirle y protegerla para que no fuera desposada por el demonio.
Y como no hay fecha que no se cumpla y promesa que no sea cumplida. La noche fijada para la boda llegò y una vez luciendo el elegante traje de novia, ella se dirigìò hacia el templo con su familia donde ya la estarìa esperando su prometido.
Y al bajarse del lujoso auto e ir al encuentro de su novio que la estaba esperando en la puerta de afuera del atrio del templo. Al acercarse sintiò un horrible escalosfrìo que le recorrìo todo su cuerpo, y un extraño presentimiento le hizo mirar màs detenidamente a su futuro esposo.
Vestìa elegantemente, no cabìa duda alguna, sòlo que su atuendo parecìa fuera de tono. Smoking negro, zapatos de charol tambièn negros, y un bombìn negro muy elegante. Un cinturòn con una hebilla de plata reluciente, mancuernillas de plata y y un hermoso fistol de plata. Pero lo màs increìble e inusitado para ella, era que su prometido sostenìa entre sus dedos un puro fino tipo habanero cuyo tizòn brillaba siniestramente.
Lo que sucediò a continuaciòn y a pesar de que habìa muchos invitados, sòlo algunos de ellos pudieron apreciar còmo unas sombras se anteponìan entre el elegante y maligno novio y la hermosa novia que se habìa paralizado de la impresiòn recibida. Los que tenìan la capaciadad de ver fueron testigos de una lucha sobrenatural y terrorrìfica entre el demonio ahora plenamente transformado tal cual era y las almas del papà, la tìa y el abuelo que se enfrentaban a los poderes del maligno que al estar ante la cercanìa de la entrada del templo, parecìa vulnerable y gritaba y chirriaba, rabiando de ira al tiempo que emprendìa la huìda de aquel santo lugar.
Mientras tanto, la madre y sus dos hijos auxiliaban a la vestida de novia tratando de reanimarla, de hacerla volver en sì, y al no conseguirlo, decidieron trasladarla de urgencia a un hospital para que recibiera ayuda mèdica. Cuidadosamente la subieron al auto y ràpidamante emprendieron la marcha hacia el hospital màs cercano. En un crucero, antes de llegar al hospital, un camiòn que venìa de frente sin frenos y sin control, se estrellò estrepitosamente con ellos, provocando un tràgico accidente al dar el vehìculo varias volteretas y quedar con las llantas hacia arriba.
Inexplicablemente, a pesar de que hicieron lo posible por evitarlo, al parecer una extraña y descomunal fuerza diabòlica parecìa guiarlo directamente hacia su auto y asì irremediablemente sucediò la colisiòn con las fatales consecuencias.
La hermosa novia no pudo sobrevivir a las terribles lesiones sufridas y muriò casi al instante en el escenario de la tragedia. El luto y la tristeza se apoderò de la familia nuevamente, y por màs que pensaban, no sabe a ciencia cierta, si allì habìa terminado la horrible maldiciòn surgida del pacto con el diablo, o si bien, trascenderìa a la hija primogenita que pudierar nacer de la familia de alguno de sus hijos.
La familia quedò marcada por la tràgica tragedia y los acontecimientos del triste pasado. Al grado tal de que los joven- citos, han tratado de evitar tècnica y por defaul cualquier compromiso que los lleve a contraer nupcias y desde luego, que pudieran tener familia, en especial una primogènita, pues, el temor los invadìa y desistìan automàticamente de cualquier relaciòn comprometedora, recordando el hecho terrible y las consecuencias funestas de aquel pacto maldito suscrito y sellado por su abuelo ante el mismìsimo demonio, y no querìan por ningùn motivo, exponer a su primogènita en su caso, de contraer nupcias con el demonio y asì dar cumplimiento a tan terrible compromiso pactado hace muchos años.
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- cimarronExperto del Foro
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Re: BOHEMIA Y ALGO MAS
Lun 17 Jun 2013, 7:47 pm
Don Chava que bueno que sabemos otra vez de usted, ya extrañaba estos relatos, saludos...
_________________
Su amigo CIMARRON "Saludos".
- salvador esquivelExperto del Foro
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Frase Célebre : No he sacado nada, pero como me divierto
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Mar 18 Jun 2013, 1:28 pm
Gracias Cimarròn, el placer es mìo: Me gusta que les gusten mis relatos; ciertamente ya son màs espaciados, pero es para darle màs sabor a la espera. Nuevamente gracias. Aficionado Tesorista de Aguascalientes.
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Re: BOHEMIA Y ALGO MAS
Miér 19 Jun 2013, 12:18 am
Don Salvador,muy buenos todos sus relatos,los leí
todos,hasta los ojos me lloraron de tanto leer,pero es
que no podía parar,también su poesía,y su definicion del
mago etc.etc.
Lo felicito y al mismo tiempo envío un saludo,al
detectorista,escritor y bardo. Cuenta Ud. con un lector
más.
todos,hasta los ojos me lloraron de tanto leer,pero es
que no podía parar,también su poesía,y su definicion del
mago etc.etc.
Lo felicito y al mismo tiempo envío un saludo,al
detectorista,escritor y bardo. Cuenta Ud. con un lector
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- salvador esquivelExperto del Foro
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Frase Célebre : No he sacado nada, pero como me divierto
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Miér 19 Jun 2013, 1:07 pm
Gracias por tu comentario Ricardo Llamas Medina, realmente es halagüeño, es el pan del escritor el reconocimiento de sus lectores y es el puntal que lo motiva para continuar dando màs de sì. No sabes lo bien que me sentì cuando describes que leìste uno a uno todos los escritos, desde el comienzo y que no parabas por embeberte en la lectura, (eso de que hasta los ojitos te lloraron)y aùn asì seguiste hasta el final, es una verdadera proeza. Honor a quien honor merece.
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- salvador esquivelExperto del Foro
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Mar 25 Jun 2013, 2:48 pm
¡Ah....... La Poesìa!.
Idilio Astral.
Hermosa Luna de marfil y plata,
a quien el fulgurante Sol dorado
lanza àvido sus rayos escarlata,
anhelando lo que siempre ha esperado.
Mas, la Luna perdiose tras la Tierra,
dejando atràs un Sol desesperado
sufriendo tormentoso amor callado,
cual un olvidado soldado en guerra.
Pero el sabio Universo que observaba,
dirigièndose al Sol, asì le dijo:
"el amor es difìcil acertijo"...
quien logra descifrarlo, bien ganaba.
Despuès de haberlo visto, oìdo y marchado,
el Sol pensaba absorto lo ocurrido,
lloraba la Luna que habìa escuchado.
presa de un sentimiento contenido.
Rogàndole al Sol que le perdonara,
de segar el amor que le profesaba,
pero su corazòn tambièn le amaba,
le pedìa que siempre los alumbrara.
Perdòn.
Creer que se tiene el amor verdadero,
resulta pasatiempo del dolor.
El sueño es efìmero cual la flor,
el tiempo transforma el amor sincero.
Es el destino cruel y traicionero
que nos deslumbra con su gran primor,
ocultando la pena y desamor,
brindando tristeza y frìo al caminero.
Honda herida sangrò mi corazòn,
pues lo condenaste al infausto olvido,
consigo arrastrando toda pasiòn.
Por despedida un refràn conocido:
cuando màs se consagra la ilusiòn,
obsecado se indulta al ser querido.
Ruego nocturno.
Càndida luz de palpitante estrella:
Dime si me ama, como la he amado.
Si me extraña, como la he extrañado.
¿Puedes decirme dònde se encuentra ella?.
Errante astro que vagas cual centella,
testigo mudo de lo que he penado.
Que estoy perdidamente enamorado,
corre, ve y dile a mi dulce doncella.
Como un siglo se me hace cada instante.
Deseo noche, sòlo estar a su lado,
que la siento cerca estando distante.
Ilumina selene su semblante,
retràtale mi corazòn porfiado:
dì que seremos uno en adelante.
Y sin embargo..... ¡Te amo!.
En tus claros ojos, ya no me verè.
De tus dulces labios, no probarè
màs su miel.... En tì ya no estarè.
ni en tu alma, ni en tu corazòn.
---Y sin embargo, "Te amo!.
No oirè màs tu suave voz,
no sentirè tus tiernas caricias.
No tocarè màs tu hermoso pelo,
ni aspirarè tu aroma de delicias.
----Y sin embargo, "Te amo!.
Extrañarè tu alegre sonrisa,
y la tersura de tus manos.
Extrañarè tu fràgil cuerpo,
al mecerse entre mis brazos.
----Y sin embargo, "Te amo".
Te llevarè a mis ensueños,
te llevarè a mis poemas.
Te llenarè de todos ellos,
para disipar mis penas.
----Y sin embargo, "Te amo".
Te amo tanto....... tanto...... tanto.
Como la madre a su hijo.
Como el ave a su libertad.
Como el azul al cielo.
Como la brisa ama a la mar.
Plegaria.
¡En dònde estàs, Jesùs el Nazareno?
¿En dònde estàs, Dulce Redentor?
¿En dònde estas, Arcàngel sereno?
¿En dònde estàs, Paz del pecador?.
Aquì Señor, heme aquì humildemente
postrado. Aquì en donde sòlo el vuelo
majestuoso e imponente rayando el cielo
del àguila real, rompe la existente
quietud imperante en el inmenso
vacìo. Aquì en donde sòlo el estìo
consume el final y el comienzo
del fatigoso, rudo y ancho rìo.
Aquì donde el Lobo devora al lobo,
donde se tropieza, resbala, cae y se hunde:
Aùn el màs fuerte se pierde en el lodo.
Donde todo importa y nada incumbe.
Aquì, Señor. Heme aquì humildemente
postrado. Aquì en donde anhelante
la ciencia busca y rebusca a tientas
el por què, de la luz y las tinieblas.
¿En dònde estàs, Jesùs el Nazareno?
¿En dònde estàs, Dulce Redentor?.
¿A dònde tus divinos pies volvìste?
¿A dònde, tu tierna mirada esquivaste?
¿A dònde, tu santa mano tendiste?
¿A dònde tu sagrado manto cubriste?.
¿Hasta dònde, vas a dejar llegar
al hambriento y sediento Leòn?
¿Hasta dònde ha de abarcar...
destroza y destroza tu corazòn?.
¿A dònde tu oìdo has vuelto
que no alcanza a escuchar:
el eco del reto que resuelto
lanza el ave rapaz al escudriñar,
¡màs allà del Cosmos conocido!,
¡màs allà de las entrañas de la tierra!,
¡màs allà de la mar que encierra:
un cùmulo de misterios en su nido?
¿En dònde estàs, Arcàngel sereno?
¿En dònde estàs, Paz del pecador?.
Aquì, Señor. Heme aquì humildemente
postrado. Elevando fervientemente, mi Plegaria.
Aquì en este Valle de làgrimas doliente
escucha de la vida, a este paria.
Señor..... ¿Hasta cuàndo ha de comprender
el vagabundo en su triste recorrer:
Que de las tinieblas, la Luz..... el sendero
del camino...... la verdad de la razòn.
El agua del fuego..... la paz del corazòn.
El sìmbolo de la creaciòn... el verdadero
y ùnico motivo del Ser.... la esperanza.....
el amor.... en fin.... ¡Todo tiene una enseñanza!
¡Todo tiene un eslabòn!... ¡Todo se conjuga!.
¡Todo tiene como eje un fèrtil corazòn!
Un dechado de bondad y de felicidad.....
¡Un inmenso sentido de la comprensiòn!.
¿En dònde estàs, Jesùs el Nazareno?
¿En dònde estàs, Dulce redentor?
¿En dònde estàs, Arcàngel sereno?
¿En dònde estàs, Paz del pecador?.
Mente y espìritu.
Remonta el vuelo la blanca paloma.
Desplega, agita y envara sus nìveas alas.
¡Allà va!...... Libre como el pensamiento:
Majestuosa y radiante, como un Sol.
¿A dònde, osado espìritu, prometes llegar?
¿Acaso encuentras lo no hallado en tì?
¿Cuàl confìn te acogiò en su seno....
para que busques en èl, lo ignoto por Mi?.
¡Alla va!..... Luz entre mil luces........
Punto en el horizonte de Vida.
Perdida tu imagen, te transformas.
Ahora formas parte de la nada.
Ignorando Yo completamente el màs allà
traspasado en tu interminable vuelo.
¿Acaso me queda un hàlito de vida?
¿Por què, si quiero ser YO, no soy Yo?
¿por què, hermosa paloma, en un inmenso mar
mi voluntad y caràcter, se pierden irremisibles?.
¡Que viene!..... Vuelve a ser ella misma.
¡Que viene!..... Agotada, pero satisfecha.
Desciende suavemente a mis palmas.
Posada, le miro a la vez interrogante.
¿Que, què ha pasado?.... ¡Todo ha pasado!.
¡Y todo pasarà!....... Fue nuestra respuesta.
Mente y espìritu fusionàronse en UNO:
Un Ser que despertaba de aletargado sueño.
Sòlo dos palabras.
Para confesarte mi gran amor,
no encuentro nada màs difìcil
y sencillo de escribir y pronunciar.
Sòlo tengo dos palabras, y aùn asì,
no me atrevo a expresarlas.
Son dos palabras..... simples y sinceras,
nacidas en lo màs recòndito de mì.
Dos palabras capaces de abarcar
la majestuosa inmensidad del mar.
Todas las estrellas del firmamento,
la vida entera.... ¡Mi dulce tormento!.
Dos palabras en las que habrìa:
Toda una inspiraciòn de Poesìa.
Màs que en mil noches de alegrìa.
Dos palabras cuyo significado,
aceleran el ritmo de mi corazòn.
Palabras que nunca he pronunciado,
por temor a la desilusiòn.
Palabras que no puedo màs callar.
Palabras que me arrebatan el sueño.
Sòlamente tengo dos palabras, Amor,
para decirte todo cuanto siento.
Sòlo dos palabras:
---¡Te amo!.
Un pensamiento.
"Camino andado sin lucha......
es un camino olvidado.
Caminante sin mañana.....
es caminante perdido".
Muchacha:
Mi bohemio corazòn a renacido.
Como flor que renace en primavera.
Renovando esperanza vedadera,
sediento del mundo desconocido.
Colmaron sueños, quimeras y anhelos,
el amor que floreciò un dìa en su vida.
LLegando a conjugar con todos ellos,
la mujer por la cual darìa su vida.
En tì, muchacha, se encuentra la mujer.
La mujer que ama,...... alienta,..... comprende.
La mujer sencilla, sincera, segura.
La mujer que sabe reir y tambièn llorar.
A tì, muchacha, el sentir de la Poesìa.
La paz de la amistad, el fuego del Ser.
A ti, muchacha, la esperanza y alegrìa
que iluminan a mi nuevo amanecer.
A ti, muchacha, con todo cuanto siento:
-¡Este pequeño y hermoso pensamiento!.
¡Con todo mi amor, de mì para tì por siempre tuyo!.
Allì le paramos, por lo pronto.
Ojalà que les gusten estos pensamientos sencillos, sinceros y espontàneos.
Idilio Astral.
Hermosa Luna de marfil y plata,
a quien el fulgurante Sol dorado
lanza àvido sus rayos escarlata,
anhelando lo que siempre ha esperado.
Mas, la Luna perdiose tras la Tierra,
dejando atràs un Sol desesperado
sufriendo tormentoso amor callado,
cual un olvidado soldado en guerra.
Pero el sabio Universo que observaba,
dirigièndose al Sol, asì le dijo:
"el amor es difìcil acertijo"...
quien logra descifrarlo, bien ganaba.
Despuès de haberlo visto, oìdo y marchado,
el Sol pensaba absorto lo ocurrido,
lloraba la Luna que habìa escuchado.
presa de un sentimiento contenido.
Rogàndole al Sol que le perdonara,
de segar el amor que le profesaba,
pero su corazòn tambièn le amaba,
le pedìa que siempre los alumbrara.
Perdòn.
Creer que se tiene el amor verdadero,
resulta pasatiempo del dolor.
El sueño es efìmero cual la flor,
el tiempo transforma el amor sincero.
Es el destino cruel y traicionero
que nos deslumbra con su gran primor,
ocultando la pena y desamor,
brindando tristeza y frìo al caminero.
Honda herida sangrò mi corazòn,
pues lo condenaste al infausto olvido,
consigo arrastrando toda pasiòn.
Por despedida un refràn conocido:
cuando màs se consagra la ilusiòn,
obsecado se indulta al ser querido.
Ruego nocturno.
Càndida luz de palpitante estrella:
Dime si me ama, como la he amado.
Si me extraña, como la he extrañado.
¿Puedes decirme dònde se encuentra ella?.
Errante astro que vagas cual centella,
testigo mudo de lo que he penado.
Que estoy perdidamente enamorado,
corre, ve y dile a mi dulce doncella.
Como un siglo se me hace cada instante.
Deseo noche, sòlo estar a su lado,
que la siento cerca estando distante.
Ilumina selene su semblante,
retràtale mi corazòn porfiado:
dì que seremos uno en adelante.
Y sin embargo..... ¡Te amo!.
En tus claros ojos, ya no me verè.
De tus dulces labios, no probarè
màs su miel.... En tì ya no estarè.
ni en tu alma, ni en tu corazòn.
---Y sin embargo, "Te amo!.
No oirè màs tu suave voz,
no sentirè tus tiernas caricias.
No tocarè màs tu hermoso pelo,
ni aspirarè tu aroma de delicias.
----Y sin embargo, "Te amo!.
Extrañarè tu alegre sonrisa,
y la tersura de tus manos.
Extrañarè tu fràgil cuerpo,
al mecerse entre mis brazos.
----Y sin embargo, "Te amo".
Te llevarè a mis ensueños,
te llevarè a mis poemas.
Te llenarè de todos ellos,
para disipar mis penas.
----Y sin embargo, "Te amo".
Te amo tanto....... tanto...... tanto.
Como la madre a su hijo.
Como el ave a su libertad.
Como el azul al cielo.
Como la brisa ama a la mar.
Plegaria.
¡En dònde estàs, Jesùs el Nazareno?
¿En dònde estàs, Dulce Redentor?
¿En dònde estas, Arcàngel sereno?
¿En dònde estàs, Paz del pecador?.
Aquì Señor, heme aquì humildemente
postrado. Aquì en donde sòlo el vuelo
majestuoso e imponente rayando el cielo
del àguila real, rompe la existente
quietud imperante en el inmenso
vacìo. Aquì en donde sòlo el estìo
consume el final y el comienzo
del fatigoso, rudo y ancho rìo.
Aquì donde el Lobo devora al lobo,
donde se tropieza, resbala, cae y se hunde:
Aùn el màs fuerte se pierde en el lodo.
Donde todo importa y nada incumbe.
Aquì, Señor. Heme aquì humildemente
postrado. Aquì en donde anhelante
la ciencia busca y rebusca a tientas
el por què, de la luz y las tinieblas.
¿En dònde estàs, Jesùs el Nazareno?
¿En dònde estàs, Dulce Redentor?.
¿A dònde tus divinos pies volvìste?
¿A dònde, tu tierna mirada esquivaste?
¿A dònde, tu santa mano tendiste?
¿A dònde tu sagrado manto cubriste?.
¿Hasta dònde, vas a dejar llegar
al hambriento y sediento Leòn?
¿Hasta dònde ha de abarcar...
destroza y destroza tu corazòn?.
¿A dònde tu oìdo has vuelto
que no alcanza a escuchar:
el eco del reto que resuelto
lanza el ave rapaz al escudriñar,
¡màs allà del Cosmos conocido!,
¡màs allà de las entrañas de la tierra!,
¡màs allà de la mar que encierra:
un cùmulo de misterios en su nido?
¿En dònde estàs, Arcàngel sereno?
¿En dònde estàs, Paz del pecador?.
Aquì, Señor. Heme aquì humildemente
postrado. Elevando fervientemente, mi Plegaria.
Aquì en este Valle de làgrimas doliente
escucha de la vida, a este paria.
Señor..... ¿Hasta cuàndo ha de comprender
el vagabundo en su triste recorrer:
Que de las tinieblas, la Luz..... el sendero
del camino...... la verdad de la razòn.
El agua del fuego..... la paz del corazòn.
El sìmbolo de la creaciòn... el verdadero
y ùnico motivo del Ser.... la esperanza.....
el amor.... en fin.... ¡Todo tiene una enseñanza!
¡Todo tiene un eslabòn!... ¡Todo se conjuga!.
¡Todo tiene como eje un fèrtil corazòn!
Un dechado de bondad y de felicidad.....
¡Un inmenso sentido de la comprensiòn!.
¿En dònde estàs, Jesùs el Nazareno?
¿En dònde estàs, Dulce redentor?
¿En dònde estàs, Arcàngel sereno?
¿En dònde estàs, Paz del pecador?.
Mente y espìritu.
Remonta el vuelo la blanca paloma.
Desplega, agita y envara sus nìveas alas.
¡Allà va!...... Libre como el pensamiento:
Majestuosa y radiante, como un Sol.
¿A dònde, osado espìritu, prometes llegar?
¿Acaso encuentras lo no hallado en tì?
¿Cuàl confìn te acogiò en su seno....
para que busques en èl, lo ignoto por Mi?.
¡Alla va!..... Luz entre mil luces........
Punto en el horizonte de Vida.
Perdida tu imagen, te transformas.
Ahora formas parte de la nada.
Ignorando Yo completamente el màs allà
traspasado en tu interminable vuelo.
¿Acaso me queda un hàlito de vida?
¿Por què, si quiero ser YO, no soy Yo?
¿por què, hermosa paloma, en un inmenso mar
mi voluntad y caràcter, se pierden irremisibles?.
¡Que viene!..... Vuelve a ser ella misma.
¡Que viene!..... Agotada, pero satisfecha.
Desciende suavemente a mis palmas.
Posada, le miro a la vez interrogante.
¿Que, què ha pasado?.... ¡Todo ha pasado!.
¡Y todo pasarà!....... Fue nuestra respuesta.
Mente y espìritu fusionàronse en UNO:
Un Ser que despertaba de aletargado sueño.
Sòlo dos palabras.
Para confesarte mi gran amor,
no encuentro nada màs difìcil
y sencillo de escribir y pronunciar.
Sòlo tengo dos palabras, y aùn asì,
no me atrevo a expresarlas.
Son dos palabras..... simples y sinceras,
nacidas en lo màs recòndito de mì.
Dos palabras capaces de abarcar
la majestuosa inmensidad del mar.
Todas las estrellas del firmamento,
la vida entera.... ¡Mi dulce tormento!.
Dos palabras en las que habrìa:
Toda una inspiraciòn de Poesìa.
Màs que en mil noches de alegrìa.
Dos palabras cuyo significado,
aceleran el ritmo de mi corazòn.
Palabras que nunca he pronunciado,
por temor a la desilusiòn.
Palabras que no puedo màs callar.
Palabras que me arrebatan el sueño.
Sòlamente tengo dos palabras, Amor,
para decirte todo cuanto siento.
Sòlo dos palabras:
---¡Te amo!.
Un pensamiento.
"Camino andado sin lucha......
es un camino olvidado.
Caminante sin mañana.....
es caminante perdido".
Muchacha:
Mi bohemio corazòn a renacido.
Como flor que renace en primavera.
Renovando esperanza vedadera,
sediento del mundo desconocido.
Colmaron sueños, quimeras y anhelos,
el amor que floreciò un dìa en su vida.
LLegando a conjugar con todos ellos,
la mujer por la cual darìa su vida.
En tì, muchacha, se encuentra la mujer.
La mujer que ama,...... alienta,..... comprende.
La mujer sencilla, sincera, segura.
La mujer que sabe reir y tambièn llorar.
A tì, muchacha, el sentir de la Poesìa.
La paz de la amistad, el fuego del Ser.
A ti, muchacha, la esperanza y alegrìa
que iluminan a mi nuevo amanecer.
A ti, muchacha, con todo cuanto siento:
-¡Este pequeño y hermoso pensamiento!.
¡Con todo mi amor, de mì para tì por siempre tuyo!.
Allì le paramos, por lo pronto.
Ojalà que les gusten estos pensamientos sencillos, sinceros y espontàneos.
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RADIESTESIA Y BIOPERCEPCION
- ricardo llamas medinaExperto del Foro
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Frase Célebre : El dinero no es la vida, pero si me gustaría encontrarme un queso
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Re: BOHEMIA Y ALGO MAS
Mar 25 Jun 2013, 9:20 pm
Felicidades don Salvador,su poesía es muy buena,se ve
a leguas que Ud.no es un Bardo cualquiera, enhorabuena.!
No se olvide de sus relatos de terror,me encantan..!
Saludos desde Colima.
a leguas que Ud.no es un Bardo cualquiera, enhorabuena.!
No se olvide de sus relatos de terror,me encantan..!
Saludos desde Colima.
- salvador esquivelExperto del Foro
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Frase Célebre : No he sacado nada, pero como me divierto
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Lun 22 Jul 2013, 3:32 pm
LOS ASALTANTES MALDITOS.
Este relato nos llega desde la tierra cuna de la Revoluciòn Mexicana de 1910, en sus dos etapas, donde era muy comùn que las tropas transportaran a pie, a caballo, carretas y en furgones de ferrocarril, embarques de oro en lingotes, monedas o joyas embargadas, recaudadas o incautadas por el gobierno federal en el poder, para proveerse de armas y bastiones militares en la frontera, comercializando con mercenarios americanos los pertrechos de guerra y lo ùltimo en artillerìa para la guerra armada que se estaba suscitando en todo el territorio nacional.
Sin duda alguna era una època mucho muy difìcil, la paz se encontraba mermada por los diversos ataques entre ejèrcitos, guerrillas de guerrillas por doquier, asaltantes y todo tipo de rufianes que imponìan la ley del màs fuerte; este era el pan de cada dìa entre los habitantes de aquella regiòn del norte, ya que las vivencias de enfrentamientos se daban entre tropas del mismo bando, de modo que las "traiciones" eran cosa ordinaria en la vida de zozobra y miedo de los lugareños.
Pero ademàs, y bajo el pretexto de la lucha armada, los bandoleros y fascinerosos de mala calaña, se vieron reforzados por desertores de los diferentes bandos, y en total libertad uniàn sus fuerzas para azotar y mantener el miedo y el caos entre la poblaciòn y para hacer de sus dominios y gobierno, todos los camino de los cuales hicieron su propio territorio.
La historia que nos toca en turno, emana de estos hechos sin precedente, donde la ley del taliòn presidìa las relaciones entre estas gentes sin Ley del orden y gobierno social. Sucediò que un buen dìa, se pretendìa trasladar un cargamento valioso del preciado metal dorado al paìs vecino; pero un adinerado hacendado que sabìa todo y estaba inmiscuido dentro del corrompido gobierno, pretendìa robarlo y para ello ya habìa mandado llamar a uno de los asalta-caminos que màs se habìa destacado por su habilidad y crueldad a la hora de los asaltos armados, era la peor escoria del estado, uno de los màs fieros y temidos bandidos de la regiòn.
---Te darè una fuerte suma, te pondrè todas las facilidades a tu alcance, pero debo obtener a toda costa ese botìn.----- Decìa el hacendado, quien despuès de ultimar los detalles, condujo al renombrado asaltante a la salida por uno de los muchos e incontables tùneles que en la època se construyeron, sobre todo, aquellos que servìan como refugios subterràneos para las familias de los ricos hacendados y aquellos que les permitìan comunicarse unos ranchos con otros o con las iglesias y capillas cercanas.
De vuelta a su hacienda, el hombre encontrò a su hija ùnica con uno de los peones, motivo por el cual estallò en còlera. Sin pensarlo, se acercò hasta ellos.
---Te maldigo malnacido, Àlvaro---- dijo el hacendado al peòn.
Sì, te maldigo bellaco, y lo hago porque estàs jugando con mi honra.
---No señor-----, se disculpò el peòn:
---Esa no ha sido mi intenciòn, pues yo quiero tanto a su hija que deseo hacer cuanto sea necesario para agradarlo a usted.
---No sè còmo te atreves a decirme semejante cosa!. Respondiò el hacendado.
---¡Vete y no vuelvas màs a poner un pie en esta casa!.
El humilde peòn tuvo que salir de la hacienda y refugiàndose en una taberna del lugar pensaba:
---Como si sirviera de algo su posiciòn, para lo que le ha de durar el orgullo de sus riquezas; todos sabemos de sobra el peligro que corren estos ricachones que esclavizan a sus sirvientes y los matan de hambre, posiciones y tesoros que en cualquier momento pueden pasar a manos de la prole armada en esta lucha revolucionaria que se està gestando por todas partes.
---Pero tengo que hacer algo para tener mucho dinero y ganarme la mano de mi prometida----. dicho esto se puso de pie y fue a refugiarse con unos hombres .
Màs tarde y sin sospecharlo, llegò el tan esperado cargamento al lugar; cargamento que era un secreto a voces. La carreta se detuvo en aquella taberna, pues el cochero necesitaba saciar su hambre y adquirir algunas provisiones para el camino. Despuès de unos momentos, el carruaje continuò su andar, y al parecer, para la mayorìa de la gente pasò inadevertida o dejaron de prestar atenciòn al carruaje que no tenìa nada de extraordinario.
Sin embargo, en cuanto las casas dejaron de verse y los cerros se dejaban ver pletòricos de hermosos paisajes y tonalidades en el espejo del fimamento, unos hombres irrumpieron en el camino montados a caballo con el rostro cubierto y los detuvieron, ordenàndoles desviarse del camino tomando otro sendero casi perdido entre la maleza y los escasos matorrales.
----Bajen el cargamento---, ordenò uno de los asaltantes a los dos hombres (incluido el cochero) y a la mujer que acompañaba el carruaje, quienes ademàs, tuvieron que bajar de èl.
Cuando lo hicieron, los despiados hombres golpearon a los caballos y estos se desbocaron con todo y carruaje, cayendo a un precipicio. Entre tanto, los bandoleros se apoderaban de todo el botìn, les quitaron todo cuando portaban de valioso y luego, sin misericordia alguna, mataron a los hombres. Mientras la dama fue obligada a seguirlos hasta su guarida para saciar sus màs bajos instintos animales.
La pèrdida del botìn, màs la dama, desatò un escàndalo en la capital, pues era de rotundo secreto el cargamento: ¿còmo es que unos ladrones se habìan apoderado de èl?...... ya que ademàs, para dicho fin, se utilizò una carreta vieja y nadie sabìa quièn y què viajaba en ella.
---Al parecer esos bandidos cuentan con la protecciòn del mismìsimo diablo---- dijeron algunos cuando se buscaba esclarecer el robo..........
---Sino ¿còmo es que se enteraron què llevaba?, ¿y la ruta que tomarìan?......
Todo en cuanto al robo era un misterio. No habìa pistas que seguir, pues ese cargamento era tan valioso que hasta valìa la pena desplegar hombres para rescatarlo. Pero algunos disturbios hicieron que la intenciòn se postergara. Al paso de los dìas, todo pareciò tranquilizarse, hasta que un par de jòvenes tuvo la necesidad de aventurarse por aquel camino, pero como estaba anocheciendo y temiendo que se vieran en medio de una batalla, les pareciò bien el hecho de tomar aquel camino viejo, sendero que al parecer, pocos conocìan y que casi nadie transitaba.
---Te digo que està por aquì--- dijo el màs grande ellos.
---¡No tengas miedo!, te digo que ya nadie pasa por ahì, serà un atajo verdaderamente seguro.
Los jòvenes se pusieron en camino y de pronto, uno de ellos creyò ver algo que brillaba en la oscuridad.
---¡Mira!, ¿què serà aquello?--- dijo al tiempo que corrìa para ver de què se trataba.
Bajo sus pies se movieron una rocas, el joven se acercò para removerlas bien y ante sus ojos se abriò un pozo oscuro. Lanzò un grito fuerte de espanto y corriò para encontrarse de nuevo con su amigo.
---¡Lo vì!.... ----decìa asustado, pàlido a punto de perder el sentido y con todo el bello de su cuerpo erizado.
---¡He visto el infierno!.
---¡Calmate!,---- dijo el otro. ---- Aquì no hay nada-----. -----¡Alucinas!-----.
--- Estàs equivocado---- dijo mientras se dirigìa a aquel abismo donde curiosamente, tambièn se habìa perdido la carroza y fue arrojada ahì por los desbocados caballos.
Su amigo quedò desconcertado y cuando pudo reponerse del tremendo impacto, escuchò unos murmullos, al darse la vuelta, viò en frente de èl a los ladrones. Sòlo que ahora estaban completamente descarnados. La impresiòn fue tal, que cayò fulminado, desmayado sin saber nada màs.
Algunos dìas despuès, y luego de que el botìn jamàs llegò a manos del rico hacendado que habìa fraguado el plan, èste furioso, fue en busca de los ladrones, pues al parecer, ya habìa decidido quedarse con todo el producto del hurto, sin darle nada a nadie. Esa misma noche, saliò sin ser visto y al poco rato ya se encontraba en el sendero para èl harto conocido.
De pronto un resplandor muy intenso hiriò sus ojos y hacia allà encaminò inmediatamente sus pasos, pero cuando ya estaba muy pròximo al sitio de donde partìa la extraña iluminaciòn, un lastimero gemido hendiò los aires.
----¿què fue eso?----- se pregunto al tiempo que sentìa un escalofrìo recorrerle todo el cuerpo.
Atràs de èl aparecieron aquellas calaveras que llenaron a los jòvenes de pavor. enloquecido de miedo tratò de huir, pero una voz hueca y helada lo detuvo.
---Lo estàbamos esperando----.
---¿De què hablan?--- preguntò erizado de horror.
---Usted es el causante de nuestra desgracia----.
---¿Por què yo?------..
---Usted puso la maldiciòn que rueda sobre la cabeza de este hombre------ dijo una calavera señalando a otra. ----- Sì, usted lo maldijo sobremanera------.
---Èl se uniò a nosotros el mismo dìa en que perecimos.
----¿y què quieren de mì?------ dijo el hacendado todo espantado.
----Que descubra el lugar donde se encuentra enterrado el botìn. Ese oro està maldito y nos mantiene asì. ¡Debe liberarnos!.
El hacendado estaba tan empavorecido que les hizo cuantas promesas ellos pidieron. Las apariciones fueron desvanecièndose poco a poco mientras el hombre huìa aterrorizado. No supo còmo llegò a su casa. La gente del pueblo lo viò pasar por las calles corriendo como loco, con un gran espanto reflejado en su rostro.
Toda la noche la pasò en vela, asustado hasta de su propia sombra. Viendo entre las cortinas los rostros desencarnados de aquellos ladrones. Pero cuando el sol resplandeciò y habìa logrado algo de calma, se olvidò de cuanta promesa hizo y ante quiènes las hizo.
---Irè hasta donde està el oro y me lo qudarè----- se dijo.
---Despuès de todo, esos desdichados hombres ya estàn bien muertos----.
Dicho esto se dirigiò hasta aquel distanciado paraje solitario, sòlo que no pudo encontrar el sitio exacto. Al volver desconcertado, aquellas ànimas se le aparecieron, pero ahora en su casa le hicieron una visita.
---Hemos venido por tì----- dijo uno de los espectros.
---¡Tengan piedad!----- dijo el hacendado.
---No----. Respondiò el siniestro ser.
--Hemos visto que no podemos confiar en tu palabra.
Como arrebatado por un torbellino, el hacendado fue sacado de sus aposentos, ante los ojos atònitos y atemorizados de todos los que veìan la escena, y a pesar de sus fuerte gritos de pavor, nadie quiso ayudar, nadie hizo nada por temor a que las ànimas tambièn se los llevaran.
Finalmente, el hacendado muriò, apareciendo su cuerpo dìas màs tarde en aquel paraje perdido y extraño. Y como los enfrentamientos impidieron que el lugar fuera bendecido, los gemidos, galopar eloquecido de caballos y las ànimas de aquellos desdichados seguìan aprecièndose, era comùn y corriente que sus visiones y gemidos asustaban y paralizaban a cuantos se aventuraban a pasar ocasionalmete por las cercanìas del lugar, todos ellos juraban y perjuraban que aquellos seres desencarnados protegìan algo muy valioso, y todos pensaban y aseguraban que era el oro producto de aquel asalto tan sonado al carruaje que lo transportaba tan sigilosamente oculto su contenido y vìa de trànsito para su destino final, al cual nunca llegò.
Con los años de edificaron las carreteras y la leyenda fue desapareciendo. La modernidad se fue apoderando de aquellas tierras y las costumbres tendieron a cambiar, como cambian las sociedades ante el progreso. Sin embargo, cuando los automòviles comenzaron a transitar con mayor regularidad por la zona, muchos de los conductores se quejaron de que unos espectros se aparecìan, oìan los cascos de los caballos galopar enloquecidos y arrojarse a un abismo invisible para el ojo humano. Algunos se han atrevido a poner cruces en el camino y colocar algunas estampas o marcos con imàgenes de Cristo o de alguna Virgen, haciendo oraciones por aquellos seres espectrales que se siguen apareciendo y propinan cada susto al viajante despreocupado que osa pasar inadvertidamete por aquellos parajes: Continuamente siguen reportando ver las apariciones de aquellos seres desencarnados que se aparecen de la nada y termina desvanecièdose casi al instante, pero como esto no ha traìdo consecuencias (en accidentes), los lugareños se han familiarizado con estas horribles apariciones y han dado en llamarlos: "los asaltantes malditos", y suponen y casi adivinan, que siguen custodiando aquella preciosa carga en oro robada años atràs y que los condujo a ser parte de una maldiciòn que, suponen tambièn, habrà de terminar cuando algùn valiente encuentre el lugar donde quedò entrerrado el oro y èste sea capaz de sacarlo y hacer buen provecho de èl en obras de beneficiencia, y asì, sòlo asì, aquellas almas de los "asaltantes siniestros", puedan descansar en paz. Sì, asì lo afirman las consejas que aùn relatan antiguos pobladores del lugar, consejas que se han transmitido por generacione en forma oral, sobre aquellos seres maldecidos y que se aferran a nuestro mundo material por aquel oro que todavìa hoy en dìa, permanece sin duda alguna en las profundidades de un pozo, del cual, nadie conoce su paradero exacto, hasta que llege la persona adecuada, en el momento adecuado y sea la merecedora de encontrar y sacar aquel fabuloso tesoro y asì liberar a los asaltantes malditos para siempre.
Ya le paramos ahì
¡Hasta pronto!.
Este relato nos llega desde la tierra cuna de la Revoluciòn Mexicana de 1910, en sus dos etapas, donde era muy comùn que las tropas transportaran a pie, a caballo, carretas y en furgones de ferrocarril, embarques de oro en lingotes, monedas o joyas embargadas, recaudadas o incautadas por el gobierno federal en el poder, para proveerse de armas y bastiones militares en la frontera, comercializando con mercenarios americanos los pertrechos de guerra y lo ùltimo en artillerìa para la guerra armada que se estaba suscitando en todo el territorio nacional.
Sin duda alguna era una època mucho muy difìcil, la paz se encontraba mermada por los diversos ataques entre ejèrcitos, guerrillas de guerrillas por doquier, asaltantes y todo tipo de rufianes que imponìan la ley del màs fuerte; este era el pan de cada dìa entre los habitantes de aquella regiòn del norte, ya que las vivencias de enfrentamientos se daban entre tropas del mismo bando, de modo que las "traiciones" eran cosa ordinaria en la vida de zozobra y miedo de los lugareños.
Pero ademàs, y bajo el pretexto de la lucha armada, los bandoleros y fascinerosos de mala calaña, se vieron reforzados por desertores de los diferentes bandos, y en total libertad uniàn sus fuerzas para azotar y mantener el miedo y el caos entre la poblaciòn y para hacer de sus dominios y gobierno, todos los camino de los cuales hicieron su propio territorio.
La historia que nos toca en turno, emana de estos hechos sin precedente, donde la ley del taliòn presidìa las relaciones entre estas gentes sin Ley del orden y gobierno social. Sucediò que un buen dìa, se pretendìa trasladar un cargamento valioso del preciado metal dorado al paìs vecino; pero un adinerado hacendado que sabìa todo y estaba inmiscuido dentro del corrompido gobierno, pretendìa robarlo y para ello ya habìa mandado llamar a uno de los asalta-caminos que màs se habìa destacado por su habilidad y crueldad a la hora de los asaltos armados, era la peor escoria del estado, uno de los màs fieros y temidos bandidos de la regiòn.
---Te darè una fuerte suma, te pondrè todas las facilidades a tu alcance, pero debo obtener a toda costa ese botìn.----- Decìa el hacendado, quien despuès de ultimar los detalles, condujo al renombrado asaltante a la salida por uno de los muchos e incontables tùneles que en la època se construyeron, sobre todo, aquellos que servìan como refugios subterràneos para las familias de los ricos hacendados y aquellos que les permitìan comunicarse unos ranchos con otros o con las iglesias y capillas cercanas.
De vuelta a su hacienda, el hombre encontrò a su hija ùnica con uno de los peones, motivo por el cual estallò en còlera. Sin pensarlo, se acercò hasta ellos.
---Te maldigo malnacido, Àlvaro---- dijo el hacendado al peòn.
Sì, te maldigo bellaco, y lo hago porque estàs jugando con mi honra.
---No señor-----, se disculpò el peòn:
---Esa no ha sido mi intenciòn, pues yo quiero tanto a su hija que deseo hacer cuanto sea necesario para agradarlo a usted.
---No sè còmo te atreves a decirme semejante cosa!. Respondiò el hacendado.
---¡Vete y no vuelvas màs a poner un pie en esta casa!.
El humilde peòn tuvo que salir de la hacienda y refugiàndose en una taberna del lugar pensaba:
---Como si sirviera de algo su posiciòn, para lo que le ha de durar el orgullo de sus riquezas; todos sabemos de sobra el peligro que corren estos ricachones que esclavizan a sus sirvientes y los matan de hambre, posiciones y tesoros que en cualquier momento pueden pasar a manos de la prole armada en esta lucha revolucionaria que se està gestando por todas partes.
---Pero tengo que hacer algo para tener mucho dinero y ganarme la mano de mi prometida----. dicho esto se puso de pie y fue a refugiarse con unos hombres .
Màs tarde y sin sospecharlo, llegò el tan esperado cargamento al lugar; cargamento que era un secreto a voces. La carreta se detuvo en aquella taberna, pues el cochero necesitaba saciar su hambre y adquirir algunas provisiones para el camino. Despuès de unos momentos, el carruaje continuò su andar, y al parecer, para la mayorìa de la gente pasò inadevertida o dejaron de prestar atenciòn al carruaje que no tenìa nada de extraordinario.
Sin embargo, en cuanto las casas dejaron de verse y los cerros se dejaban ver pletòricos de hermosos paisajes y tonalidades en el espejo del fimamento, unos hombres irrumpieron en el camino montados a caballo con el rostro cubierto y los detuvieron, ordenàndoles desviarse del camino tomando otro sendero casi perdido entre la maleza y los escasos matorrales.
----Bajen el cargamento---, ordenò uno de los asaltantes a los dos hombres (incluido el cochero) y a la mujer que acompañaba el carruaje, quienes ademàs, tuvieron que bajar de èl.
Cuando lo hicieron, los despiados hombres golpearon a los caballos y estos se desbocaron con todo y carruaje, cayendo a un precipicio. Entre tanto, los bandoleros se apoderaban de todo el botìn, les quitaron todo cuando portaban de valioso y luego, sin misericordia alguna, mataron a los hombres. Mientras la dama fue obligada a seguirlos hasta su guarida para saciar sus màs bajos instintos animales.
La pèrdida del botìn, màs la dama, desatò un escàndalo en la capital, pues era de rotundo secreto el cargamento: ¿còmo es que unos ladrones se habìan apoderado de èl?...... ya que ademàs, para dicho fin, se utilizò una carreta vieja y nadie sabìa quièn y què viajaba en ella.
---Al parecer esos bandidos cuentan con la protecciòn del mismìsimo diablo---- dijeron algunos cuando se buscaba esclarecer el robo..........
---Sino ¿còmo es que se enteraron què llevaba?, ¿y la ruta que tomarìan?......
Todo en cuanto al robo era un misterio. No habìa pistas que seguir, pues ese cargamento era tan valioso que hasta valìa la pena desplegar hombres para rescatarlo. Pero algunos disturbios hicieron que la intenciòn se postergara. Al paso de los dìas, todo pareciò tranquilizarse, hasta que un par de jòvenes tuvo la necesidad de aventurarse por aquel camino, pero como estaba anocheciendo y temiendo que se vieran en medio de una batalla, les pareciò bien el hecho de tomar aquel camino viejo, sendero que al parecer, pocos conocìan y que casi nadie transitaba.
---Te digo que està por aquì--- dijo el màs grande ellos.
---¡No tengas miedo!, te digo que ya nadie pasa por ahì, serà un atajo verdaderamente seguro.
Los jòvenes se pusieron en camino y de pronto, uno de ellos creyò ver algo que brillaba en la oscuridad.
---¡Mira!, ¿què serà aquello?--- dijo al tiempo que corrìa para ver de què se trataba.
Bajo sus pies se movieron una rocas, el joven se acercò para removerlas bien y ante sus ojos se abriò un pozo oscuro. Lanzò un grito fuerte de espanto y corriò para encontrarse de nuevo con su amigo.
---¡Lo vì!.... ----decìa asustado, pàlido a punto de perder el sentido y con todo el bello de su cuerpo erizado.
---¡He visto el infierno!.
---¡Calmate!,---- dijo el otro. ---- Aquì no hay nada-----. -----¡Alucinas!-----.
--- Estàs equivocado---- dijo mientras se dirigìa a aquel abismo donde curiosamente, tambièn se habìa perdido la carroza y fue arrojada ahì por los desbocados caballos.
Su amigo quedò desconcertado y cuando pudo reponerse del tremendo impacto, escuchò unos murmullos, al darse la vuelta, viò en frente de èl a los ladrones. Sòlo que ahora estaban completamente descarnados. La impresiòn fue tal, que cayò fulminado, desmayado sin saber nada màs.
Algunos dìas despuès, y luego de que el botìn jamàs llegò a manos del rico hacendado que habìa fraguado el plan, èste furioso, fue en busca de los ladrones, pues al parecer, ya habìa decidido quedarse con todo el producto del hurto, sin darle nada a nadie. Esa misma noche, saliò sin ser visto y al poco rato ya se encontraba en el sendero para èl harto conocido.
De pronto un resplandor muy intenso hiriò sus ojos y hacia allà encaminò inmediatamente sus pasos, pero cuando ya estaba muy pròximo al sitio de donde partìa la extraña iluminaciòn, un lastimero gemido hendiò los aires.
----¿què fue eso?----- se pregunto al tiempo que sentìa un escalofrìo recorrerle todo el cuerpo.
Atràs de èl aparecieron aquellas calaveras que llenaron a los jòvenes de pavor. enloquecido de miedo tratò de huir, pero una voz hueca y helada lo detuvo.
---Lo estàbamos esperando----.
---¿De què hablan?--- preguntò erizado de horror.
---Usted es el causante de nuestra desgracia----.
---¿Por què yo?------..
---Usted puso la maldiciòn que rueda sobre la cabeza de este hombre------ dijo una calavera señalando a otra. ----- Sì, usted lo maldijo sobremanera------.
---Èl se uniò a nosotros el mismo dìa en que perecimos.
----¿y què quieren de mì?------ dijo el hacendado todo espantado.
----Que descubra el lugar donde se encuentra enterrado el botìn. Ese oro està maldito y nos mantiene asì. ¡Debe liberarnos!.
El hacendado estaba tan empavorecido que les hizo cuantas promesas ellos pidieron. Las apariciones fueron desvanecièndose poco a poco mientras el hombre huìa aterrorizado. No supo còmo llegò a su casa. La gente del pueblo lo viò pasar por las calles corriendo como loco, con un gran espanto reflejado en su rostro.
Toda la noche la pasò en vela, asustado hasta de su propia sombra. Viendo entre las cortinas los rostros desencarnados de aquellos ladrones. Pero cuando el sol resplandeciò y habìa logrado algo de calma, se olvidò de cuanta promesa hizo y ante quiènes las hizo.
---Irè hasta donde està el oro y me lo qudarè----- se dijo.
---Despuès de todo, esos desdichados hombres ya estàn bien muertos----.
Dicho esto se dirigiò hasta aquel distanciado paraje solitario, sòlo que no pudo encontrar el sitio exacto. Al volver desconcertado, aquellas ànimas se le aparecieron, pero ahora en su casa le hicieron una visita.
---Hemos venido por tì----- dijo uno de los espectros.
---¡Tengan piedad!----- dijo el hacendado.
---No----. Respondiò el siniestro ser.
--Hemos visto que no podemos confiar en tu palabra.
Como arrebatado por un torbellino, el hacendado fue sacado de sus aposentos, ante los ojos atònitos y atemorizados de todos los que veìan la escena, y a pesar de sus fuerte gritos de pavor, nadie quiso ayudar, nadie hizo nada por temor a que las ànimas tambièn se los llevaran.
Finalmente, el hacendado muriò, apareciendo su cuerpo dìas màs tarde en aquel paraje perdido y extraño. Y como los enfrentamientos impidieron que el lugar fuera bendecido, los gemidos, galopar eloquecido de caballos y las ànimas de aquellos desdichados seguìan aprecièndose, era comùn y corriente que sus visiones y gemidos asustaban y paralizaban a cuantos se aventuraban a pasar ocasionalmete por las cercanìas del lugar, todos ellos juraban y perjuraban que aquellos seres desencarnados protegìan algo muy valioso, y todos pensaban y aseguraban que era el oro producto de aquel asalto tan sonado al carruaje que lo transportaba tan sigilosamente oculto su contenido y vìa de trànsito para su destino final, al cual nunca llegò.
Con los años de edificaron las carreteras y la leyenda fue desapareciendo. La modernidad se fue apoderando de aquellas tierras y las costumbres tendieron a cambiar, como cambian las sociedades ante el progreso. Sin embargo, cuando los automòviles comenzaron a transitar con mayor regularidad por la zona, muchos de los conductores se quejaron de que unos espectros se aparecìan, oìan los cascos de los caballos galopar enloquecidos y arrojarse a un abismo invisible para el ojo humano. Algunos se han atrevido a poner cruces en el camino y colocar algunas estampas o marcos con imàgenes de Cristo o de alguna Virgen, haciendo oraciones por aquellos seres espectrales que se siguen apareciendo y propinan cada susto al viajante despreocupado que osa pasar inadvertidamete por aquellos parajes: Continuamente siguen reportando ver las apariciones de aquellos seres desencarnados que se aparecen de la nada y termina desvanecièdose casi al instante, pero como esto no ha traìdo consecuencias (en accidentes), los lugareños se han familiarizado con estas horribles apariciones y han dado en llamarlos: "los asaltantes malditos", y suponen y casi adivinan, que siguen custodiando aquella preciosa carga en oro robada años atràs y que los condujo a ser parte de una maldiciòn que, suponen tambièn, habrà de terminar cuando algùn valiente encuentre el lugar donde quedò entrerrado el oro y èste sea capaz de sacarlo y hacer buen provecho de èl en obras de beneficiencia, y asì, sòlo asì, aquellas almas de los "asaltantes siniestros", puedan descansar en paz. Sì, asì lo afirman las consejas que aùn relatan antiguos pobladores del lugar, consejas que se han transmitido por generacione en forma oral, sobre aquellos seres maldecidos y que se aferran a nuestro mundo material por aquel oro que todavìa hoy en dìa, permanece sin duda alguna en las profundidades de un pozo, del cual, nadie conoce su paradero exacto, hasta que llege la persona adecuada, en el momento adecuado y sea la merecedora de encontrar y sacar aquel fabuloso tesoro y asì liberar a los asaltantes malditos para siempre.
Ya le paramos ahì
¡Hasta pronto!.
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Miér 18 Sep 2013, 3:54 pm
Para mis escasisimos lectores.
LUZ Y SOMBRA. ===RETROSPECTIVA===.
Remembranzas de un aficionado tesorista.
La afición por la búsqueda y localización de Tesoros y lo paranormal, la he vivenciado casi toda mi vida. Sensibilidad desarrollada o herencia de ascendientes, han marcado suscesos por demás extraordinarios a lo largo de mi existencia.
El conocimiento sobre el uso del péndulo lo presencié de manera curiosa y circunstancial: Al pasar para atrevezar el Jardín Del Encino, me llamó poderosamente la atención un pequeño grupo de cuatro pesonajes. Un anciano indígena con su vestimenta blanca, un señorón elegantemente ataviado y un par de mocetones vistiendo de vaqueros franquéandoles los costados.
El anciano sostenía un "arillo" delgado entre sus dedos pulgar e índice, del cual pendía un pequeño rombito de cuarzo transparente, que oscilaba sobre una hoja de papel, donde a modo de croquis se dibujaba el contorno de la plazuela del citado jardín detalladamente.
---¡Aquí patrón!, ¡aquí hay muncho dinero!, mientras indicaba el lugar donde el péndulo arreciaba sus giros vertiginosamente.
---¡Mire patrón!, ¡aquí indica mezclado el oro y la plata!, está güeno el entierro!.
Al mismo tiempo que el hombre elegante daba el puro que sostenía entre sus labios a uno de los jóvenes vaqueros y sacaba una pequeña libreta de notas y una finísima pluma fuente dorada.
Nadie parecía advertir mi presencia, pues estaba colocado justo atrás del rechoncho hombre de negocios y de frente al anciano indígena, que ahora exploraba otra vivienda de las descritas y dibujadas en el croquis de aquella hoja de papel que descansaba al borde de una de las laderas de la jardinera.
Nuevamente el "pendulillo" pareció enloquecer y no paraba de girar y girar.
---¡Aquí patrón!, ¡aquí hay más en esta marcada y es puro oro!.
Todos estábamos embobados e hipnotizados viendo al pendulillo trabajar en círculos sobre una de las fincas señaladas en aquella hoja de papel extendida.
Sobra decir que el anciano se percató de que había un extraño y rápidamente calló y guardó discreta y velozmente su "arillo con el pendulo" entre sus ropajes de manta blanca.
Paralelamente y más adelante conocí casualmente también, a una persona que se comportaba de manera algo fuera de lo común y corriente o de lo normal.
Miraba fijamente a cierto punto indefinido e inexistente para mí, luego abría sus brazos en cruz y avanzaba lento pero decididamente en cierta dirección hasta que topaba con la pared de la vivienda que parecía inspeccionar con su cuerpo. Enseguida, sin más, extendió uno de sus brazos con la mano completamente abierta y la alargaba como queriendo tocar algo "invisible" a la distancia y murmuraba entre dientes:
---¡No hay duda, ahí adentro de esa casa está un tesoro!.
---¡Tiene guardián, pero sí lo entrega!.
Al parecer, no le importaba que la gente estuviera deambulando de un lado a otro y que yo fuera testigo presencial mudo y sorprendido de aquella demostración de detección de energía magnética usando el cuerpo para detectar un posible entierro valioso.
Por lo anteriormente eslabonado, no tardé nada en conocer al que sería mi mentor en el uso del péndulo y apareció en forma regular y accesible literatura enfocada en lo que se denominaba: magnetistmo animal; geobiología; radiónica; radiestesia; física cuántica; biopercepción; campos electromagnéticos y manejo de energías, entre otras acepciones.
Acto seguido, fueron días, meses y años de constante y persistente entrenamiento, de pruebas y más pruebas, encuentros con personas que manejaban técnicas y aparatos de lo más diverso y sofisticado, de lo más extraño a lo más extravagante, pero todos con el objetivo básico común: manejo de las energías para detectar lo visible e invisible, lo oculto a la vista del ojo humano, ver más allá de lo evidente, localizar y encontrar lo perdido.
Todo con lleva a un compromiso y a un sentido de "pagar el precio" por aventurarse cada vez más y más en los senderos del ocultismo, esoterismo y todas esas visicitudes que encierra y promete el mundo espiritual y sobrenatural.
Alguna vez comenté o cité que formé parte de una "cuadrilla" que logramos algunos éxitos por aquí y por allá, así como muchos descalabros, sin sabores y desilusiones persiguiendo el anhelado sueño de encontrar el más grande tesoro, que nos sacaría de pobres y así solucionar de una vez y por todas, nuestras carencias y problemas existenciales.
El acabose llegó prematuramente para aquella incipiente cuadrilla de amigos aventureros. Ya se había marcado y remarcado en la Hacienda Del Puertecito y nada. El resultado fue el siguiente:
Un amigo vió al mismo diablo en persona y sólamente él lo vió, para enseguida, en su casa, quitarse la vida ahorcándose.
Otro, le tocó ver a la "huesuda" y a varios seres desencarnados burlándose de nosotros y sólo él los pudo ver, para de la noche a la mañana, perder a su esposa y sus hijos que lo abandonaron y él se desterró a los Estados Unidos.
Uno más, que inclusive no estuvo presente a la hora de la excavación, pues enfermó raramente de sus piernas, que le impedían movilizarse y que lo llevó finalmente a la tumba tiempo después.
Y un servidor, que me quedé sin trabajo y no encontré colocación en ninguna empresa local y terminé por mudarme a una lejana ciudad donde me ofrecieron trabajo lejos de mi familia por varior años.
A este período o esta etapa de mi vida yo la denomino de "Luz y sombra". Ciertamente tenía un excelente y bien pagado empleo ya que ganaba holgadamente. Tenía una sólida formación espiritual formidable:........ Encuentro matrimonial, Pacri, Cursillos, Movimiento Familiar, Patoral Social y de formación, Movimiento Familiar y Servidores o Ministros de culto.
Pues bien............. ¿ Y la familia?, ¿los hijos y la relación con la esposa?. Bien, gracias, muchas gracias. "Candil de la calle y oscuridad de la casa".
Yo seguí con mi obsesión de encontrar y desenterrar un tesoro. Los afines atraen los afines y curiosamente, me ví rodeado y frecuentado por personas con los mismos ideales y pensamientos que yo. ¡Todo se fue al traste!.
Perdí nuevamente el valioso empleo que había conseguido y con ello estaba perdiendo también a mi familia.
Lo que viene después es un lamentable ir y venir de un curandero a un brujo; de un chamán a un vidente; de un tarotista a un Centro espirituista...... Eso sí, yo leyendo cuanto libro llegaba a mis manos o bajaba del internet, buscando los niveles espirutales más elevados, practicando sanación con las manos, adivinación con el péndulo y las cartas, viajes astrales, hablando con los espíritus, dando según yo luz a las almas en pena, detectando tesoros con mi cuerpo, haciendo limpias, portando talismanes y amuletos, practicando magia de varios colores y sabores y demás tonterías y barbaridades: como afirmar detener el viento en mi presencia: poner al fuego directo mi mano sin abrasarme; atravezarme ahujas en diferentes partes del cuerpo, entre otras cosas que colmaban mi "EGO", mi soberbia, orgullo y engreimiento al sentirme superior a los demás y que "todo lo podía" a través del dominio de la mente sobre la materia. ¡Vaya tropezón que sufrí, sólo que me llevé entre "las patas" a mi esposa e hijos!.
Fui sometido a varios exorcismos. El Padre Zavalza mi hizo uno de ellos. Volví a las andadas. La Casa de Oración y los hermanos de la Renovación Carismática del Espíritu Santo, hicieron otro tanto............ Volvía a recaer en mi enfermedad.
El Padre Moi Lárraga, que en paz descanse, logró desterrar de mí a los demonios que me seguían a todas partes:............. Veces en la Luz, veces en las sombras, así transcurría inefablemente mi azarosa vida.
Hasta que de una vez y por todas, tuve que aceptar y buscar el mayor tesoro: Jesús, verdadero Dios y verdadero Hombre; el único Salvador. El camino, la verdad y la vida.
Y sólo entonces, sólo entonces, al renunciar verdaderamente de corazón al mal y sus obras, pude reconciliarme con Dios, conmigo mismo y con mi familia. Luchar por curar y restañar hondas y lacerantes heridas con humildad, servicio y entrega amorosa. Tuve que pedir perdón y aceptar ser perdonado.
No cabe ahora la menor duda, por fin encontré el mayor tesoro: Dios en mi y Yo en Dios.
¡Vaya lección!.
Bueno, espero no haberlos aburrido.
¡Hasta la apróxima!.
Aficionado tesorista de Aguascalientes.
PSD. Gracias por la prolongada espera para leernos.
LUZ Y SOMBRA. ===RETROSPECTIVA===.
Remembranzas de un aficionado tesorista.
La afición por la búsqueda y localización de Tesoros y lo paranormal, la he vivenciado casi toda mi vida. Sensibilidad desarrollada o herencia de ascendientes, han marcado suscesos por demás extraordinarios a lo largo de mi existencia.
El conocimiento sobre el uso del péndulo lo presencié de manera curiosa y circunstancial: Al pasar para atrevezar el Jardín Del Encino, me llamó poderosamente la atención un pequeño grupo de cuatro pesonajes. Un anciano indígena con su vestimenta blanca, un señorón elegantemente ataviado y un par de mocetones vistiendo de vaqueros franquéandoles los costados.
El anciano sostenía un "arillo" delgado entre sus dedos pulgar e índice, del cual pendía un pequeño rombito de cuarzo transparente, que oscilaba sobre una hoja de papel, donde a modo de croquis se dibujaba el contorno de la plazuela del citado jardín detalladamente.
---¡Aquí patrón!, ¡aquí hay muncho dinero!, mientras indicaba el lugar donde el péndulo arreciaba sus giros vertiginosamente.
---¡Mire patrón!, ¡aquí indica mezclado el oro y la plata!, está güeno el entierro!.
Al mismo tiempo que el hombre elegante daba el puro que sostenía entre sus labios a uno de los jóvenes vaqueros y sacaba una pequeña libreta de notas y una finísima pluma fuente dorada.
Nadie parecía advertir mi presencia, pues estaba colocado justo atrás del rechoncho hombre de negocios y de frente al anciano indígena, que ahora exploraba otra vivienda de las descritas y dibujadas en el croquis de aquella hoja de papel que descansaba al borde de una de las laderas de la jardinera.
Nuevamente el "pendulillo" pareció enloquecer y no paraba de girar y girar.
---¡Aquí patrón!, ¡aquí hay más en esta marcada y es puro oro!.
Todos estábamos embobados e hipnotizados viendo al pendulillo trabajar en círculos sobre una de las fincas señaladas en aquella hoja de papel extendida.
Sobra decir que el anciano se percató de que había un extraño y rápidamente calló y guardó discreta y velozmente su "arillo con el pendulo" entre sus ropajes de manta blanca.
Paralelamente y más adelante conocí casualmente también, a una persona que se comportaba de manera algo fuera de lo común y corriente o de lo normal.
Miraba fijamente a cierto punto indefinido e inexistente para mí, luego abría sus brazos en cruz y avanzaba lento pero decididamente en cierta dirección hasta que topaba con la pared de la vivienda que parecía inspeccionar con su cuerpo. Enseguida, sin más, extendió uno de sus brazos con la mano completamente abierta y la alargaba como queriendo tocar algo "invisible" a la distancia y murmuraba entre dientes:
---¡No hay duda, ahí adentro de esa casa está un tesoro!.
---¡Tiene guardián, pero sí lo entrega!.
Al parecer, no le importaba que la gente estuviera deambulando de un lado a otro y que yo fuera testigo presencial mudo y sorprendido de aquella demostración de detección de energía magnética usando el cuerpo para detectar un posible entierro valioso.
Por lo anteriormente eslabonado, no tardé nada en conocer al que sería mi mentor en el uso del péndulo y apareció en forma regular y accesible literatura enfocada en lo que se denominaba: magnetistmo animal; geobiología; radiónica; radiestesia; física cuántica; biopercepción; campos electromagnéticos y manejo de energías, entre otras acepciones.
Acto seguido, fueron días, meses y años de constante y persistente entrenamiento, de pruebas y más pruebas, encuentros con personas que manejaban técnicas y aparatos de lo más diverso y sofisticado, de lo más extraño a lo más extravagante, pero todos con el objetivo básico común: manejo de las energías para detectar lo visible e invisible, lo oculto a la vista del ojo humano, ver más allá de lo evidente, localizar y encontrar lo perdido.
Todo con lleva a un compromiso y a un sentido de "pagar el precio" por aventurarse cada vez más y más en los senderos del ocultismo, esoterismo y todas esas visicitudes que encierra y promete el mundo espiritual y sobrenatural.
Alguna vez comenté o cité que formé parte de una "cuadrilla" que logramos algunos éxitos por aquí y por allá, así como muchos descalabros, sin sabores y desilusiones persiguiendo el anhelado sueño de encontrar el más grande tesoro, que nos sacaría de pobres y así solucionar de una vez y por todas, nuestras carencias y problemas existenciales.
El acabose llegó prematuramente para aquella incipiente cuadrilla de amigos aventureros. Ya se había marcado y remarcado en la Hacienda Del Puertecito y nada. El resultado fue el siguiente:
Un amigo vió al mismo diablo en persona y sólamente él lo vió, para enseguida, en su casa, quitarse la vida ahorcándose.
Otro, le tocó ver a la "huesuda" y a varios seres desencarnados burlándose de nosotros y sólo él los pudo ver, para de la noche a la mañana, perder a su esposa y sus hijos que lo abandonaron y él se desterró a los Estados Unidos.
Uno más, que inclusive no estuvo presente a la hora de la excavación, pues enfermó raramente de sus piernas, que le impedían movilizarse y que lo llevó finalmente a la tumba tiempo después.
Y un servidor, que me quedé sin trabajo y no encontré colocación en ninguna empresa local y terminé por mudarme a una lejana ciudad donde me ofrecieron trabajo lejos de mi familia por varior años.
A este período o esta etapa de mi vida yo la denomino de "Luz y sombra". Ciertamente tenía un excelente y bien pagado empleo ya que ganaba holgadamente. Tenía una sólida formación espiritual formidable:........ Encuentro matrimonial, Pacri, Cursillos, Movimiento Familiar, Patoral Social y de formación, Movimiento Familiar y Servidores o Ministros de culto.
Pues bien............. ¿ Y la familia?, ¿los hijos y la relación con la esposa?. Bien, gracias, muchas gracias. "Candil de la calle y oscuridad de la casa".
Yo seguí con mi obsesión de encontrar y desenterrar un tesoro. Los afines atraen los afines y curiosamente, me ví rodeado y frecuentado por personas con los mismos ideales y pensamientos que yo. ¡Todo se fue al traste!.
Perdí nuevamente el valioso empleo que había conseguido y con ello estaba perdiendo también a mi familia.
Lo que viene después es un lamentable ir y venir de un curandero a un brujo; de un chamán a un vidente; de un tarotista a un Centro espirituista...... Eso sí, yo leyendo cuanto libro llegaba a mis manos o bajaba del internet, buscando los niveles espirutales más elevados, practicando sanación con las manos, adivinación con el péndulo y las cartas, viajes astrales, hablando con los espíritus, dando según yo luz a las almas en pena, detectando tesoros con mi cuerpo, haciendo limpias, portando talismanes y amuletos, practicando magia de varios colores y sabores y demás tonterías y barbaridades: como afirmar detener el viento en mi presencia: poner al fuego directo mi mano sin abrasarme; atravezarme ahujas en diferentes partes del cuerpo, entre otras cosas que colmaban mi "EGO", mi soberbia, orgullo y engreimiento al sentirme superior a los demás y que "todo lo podía" a través del dominio de la mente sobre la materia. ¡Vaya tropezón que sufrí, sólo que me llevé entre "las patas" a mi esposa e hijos!.
Fui sometido a varios exorcismos. El Padre Zavalza mi hizo uno de ellos. Volví a las andadas. La Casa de Oración y los hermanos de la Renovación Carismática del Espíritu Santo, hicieron otro tanto............ Volvía a recaer en mi enfermedad.
El Padre Moi Lárraga, que en paz descanse, logró desterrar de mí a los demonios que me seguían a todas partes:............. Veces en la Luz, veces en las sombras, así transcurría inefablemente mi azarosa vida.
Hasta que de una vez y por todas, tuve que aceptar y buscar el mayor tesoro: Jesús, verdadero Dios y verdadero Hombre; el único Salvador. El camino, la verdad y la vida.
Y sólo entonces, sólo entonces, al renunciar verdaderamente de corazón al mal y sus obras, pude reconciliarme con Dios, conmigo mismo y con mi familia. Luchar por curar y restañar hondas y lacerantes heridas con humildad, servicio y entrega amorosa. Tuve que pedir perdón y aceptar ser perdonado.
No cabe ahora la menor duda, por fin encontré el mayor tesoro: Dios en mi y Yo en Dios.
¡Vaya lección!.
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Lun 30 Sep 2013, 6:13 pm
ALGO SOBRE LAS "BRUJAS".
Desde que el hombre es hombre, de tiempos inmemoriables, nos han llegado por tradición, relatos de boca en boca, de generación en generación, historias sobrenaturales de personajes tan misteriosos como la oscura noche, tan peligrosas como las serpientes, tan fascinantes como un enigma sin resolución, tan colmadas de mitos y realidades. Las brujas o hechiceras que han estado presentes en todas las culturas y en todas las épocas de la historia humana. Actualmente, han pasado de ser temidas, reverenciadas y perseguidas como lo fue en la Edad Media con la terrible Inquisición y gradualmente han sido aceptadas hoy como consultoras, bienhechoras al quitar males puestos, enfermedades no naturales, salaciones y hechizos de santería, magia negra o vudú, hasta conseguir ser protagonistas de una nueva cultura o religión de amor y preservación de la naturaleza que no tiene nada de demoniaco.
Engendros del mal, esposas de Satanás, dueñas de la noche, hechiceras malditas, villanas de los cuentos o protagonistas de las más retorcidas, crueles y espeluznantes leyendas, las brujas son en realidad, parte de nuestra tradición y nuestro bagaje cultural heredado por nuestros antepasados. No es de extrañar entonces, que alrededor de ellas se hayan tejido historias, cuentos, relatos y consejas populares, de las cuales hemos devorado con curiosidad, temor y exceptisismo, todo cuanto se nos ha contado o hemos leido sobre ellas: Las brujas, de las que nuestros padres nos contaban cuentos para que nos portaramos bien, o en caso contrario......... ¡te va ha llevar la bruja! ó, !te va a chupar la bruja!.
Se les ha visto surcar por los aires en el cielo nocturno, volando en sus escobas, perfilándose como nubarrones o grises sombras contra el excelso blanco perlado de la luna llena. Otros más afirman haberlas visto elevarse en el aire agitando sus largas vestiduras, o las han observado convertidas en lechuzas negras agitando pesadamente sus alas para dirigirse presurosas al aquelarre, la reunión maestra de brujas, donde se dice, practican rituales satánicos sacrificando infantes, bailando desnudas a la luz de la luna llena y le rinden reverencia y pleitesía a su señor y amo, el Diablo.
LA BRUJA --ZOPILOTE--
Cuenta una conocida leyenda urbana que en los suburbios de la gran ciudad de México, merodeaba circunstancialmente, una bruja que tenía la afición o maña de robarse los niños recién nacidos para chuparles la sangre.
Se le ha denomiando la bruja-zopilote, porque la mayoría de las veces, después de cometer su fechoría, este ser maléfico se convierte en una de esas horribles aves carroñeras y se aleja por los aires, llevándose al bebé entre sus largas, afiladas y poderosas garras.
Nos relata una señora su experiencia con la bruja-zopilote....... Yo tenía un mal prsentimiento, pero no sabía entonces, la razón de mi ansiedad. No dejaba de ir a darle vueltas a mi bebé de un mes de nacido para observar si respiraba. Esa noche, en especial, hacía bastante calor, así que abrí la ventana y a la luz de la luna llena, me pareció ver volar a un zopilote, lo cual me causó mucha extrañeza, por la hora o porque no era común ver a ese tipo de aves volar por la zona. De pronto se fue la luz, y en ese mismo instante sentí que algo me arretaba al niño que acunaba y dormía entre mis brazos- Por instinto yo extendí el brazo y logré asirlo y detenerlo por el extremo de la cobija que lo envolvía, y lo jalé con fuerza hacia mí. El bebé comenzó a llorar. Quien fuera que lo había arrebatado también tiraba de él, hacia la ventana, Pero no había nadie: era como una fuerza invisible que quería quitarme a mi niño. Al mismo tiempo, percibí un olor horrible, como a carne podrida. Pensé entre mí: ¡es una bruja!, y comencé a rezar en mi mente pidiéndole a la "Guadalupana", tirando con todas mis fuerzas. De pronto la fuerza aquella desapareció, cediendo de repente, provocando que yo cayera estrepitosamente de espaldas en la cama con mi niño muy pegado a mi pecho. Inmediatamente volvió la luz como por arte de magia, el bebé dejó de llorar, el espantoso olor a podrido comenzo a disiparse hasta que desapareció y yo temblaba en todo mi cuerpo, pero dando gracias a la "virgencita" porque me había escuchado.
El siguiente, sucedió en cierta parte de los Altos de Jalisco, quien lo refiere narra que se encontraba tejiendo sentada en el patio, mientras su bebé recién nacido dormía en el interior de una recámara. De pronto el bebé comenzó a llorar. Ella seguía tejiendo y tejiendo, como hipnotizada, como queriendo a toda costa terminar la vuelta, porque estaba haciendo una puntada difícil que requería concentración.
Justo en ese momento, una vecina irrumpió corriendo al patio y a grandes voces le gritaba que había un zopilote en el tejado. Al mismo tiempo, el bebé se desgañitaba llorando a gritos angustiosos. Entraron corriendo al cuarto del bebé y cual sería su sorpresa y susto cuando vieron que por la ventana entraba un hilo blanco que venía del tejado y caía en la carita del niño indefenso.
Sin dudarlo un momento, sacó las tijeras de su delantal y cortó con ellas el hilo blanco. Entonces del hilo comenzó a brotar sangre y las mujeres escucharon unos fuertes aleteos: se asomaron y vieron a un enorme zopilote que se alejaba. Juran y perjuran que el hilo no era otra cosa que la lengua de la bruja, que ella utilizaba para extraer la sangre del bebé.
Y qué tal cuando la bruja no es un zopilote, sino un guajolote como en el siguiente caso: Venía circulando por el camino real para llegar a mi pueblito cerca de San Juan, la tarde pardeaba y venía un poco cansado del arduo jornal de la milpa. De pronto vi el reflejo del algo negro que se me atrevezó y clarito sentí un golpe en la parte delantera del camión. Pensando que había arrollado a algo o alguien, descendí y ví a un enorme guajolote negro herido tirado en el piso. Lo levanté y lo eché a la caja del camión, cerrando herméticamente, con la secreta idea intencionada de cocinarlo al día siguiente.
Continué el trayecto y, cuando ya era noche cerrada, comencé a escuchar unos ruidos espantosos que provenían de la parte trasera del camión. Cuál no fue mi sorpresa y tremendo susuto, al abrir la caja del camión y checar que no había ningún guajolote, sino una mujer anciana, muerta con una mirada de oido en sus ojos vidriosos.
Complementando, la bruja-zopilote conocida como La Mocha en el pueblo de San Juan, en el Edo. de México. Dice la conseja que cada vez que un bebé nacía en el pueblo, un guajolote negro entraba en su cuarto y le extraía toda la sangre. Incontadas veces persiguió la gente a la espantosa ave, pero ésta volaba y se metía por la chimenea de la casa donde vivía la "Mocha". Cuando tocaban, ésta salía y les decía que ahí no había ningún guajolote, pero no los dejaba entrar.
Un día, cansados, molestos y decididos, se reunieron y fueron a la casa de la "Mocha", no la encontraron, pero la puerta de la casa estaba abierta, no dudaron en entrar y comenzaron a hurgar en toda la casa. De pronto hicieron un macabro hallazgo debajo de la cama: varias vasijas de barro llenas de sangre........ Ya no cabía la menor duda. Enardecida, la gente salió en busca de la bruja, a la cual encontraron en el monte, recogiendo yerbas. La sorprendieron y sin dar tiempo a nada, ahí mismo le cortaron la cabeza. Dando un alarido horrible que helaba la sangre, la cabeza cercenada rodó hacia la barranca, así que tuvieron que bajar por ella. Dicen, los que han sobrevidido y contado esta terrible historia, que cuando bajaron tomaron la cabeza, ésta abrió los ojos desmesuradamente y los maldijo. Desde entonces, este poblado se ve casi desolado, pasando a ser un pueblo fantasma por sus escasos habitantes que no olvidan aquel terrible suceso.
LAS BOLAS DE FUEGO.
Las bolas de fuego. Entre los pueblos montañosos del centro del país, existe una leyenda curiosa: Mucha gente jura haber visto grandes bolas de fuego que descienden a velocidades vertiginosas por las laderas de las montañas, quemando los bosques e incendiando los pueblos. Algunas desaparecen en el aire, otras zigzaguean sin parar y luego desaparecen, y otras estallan iluminando la noche con resplandecientes brillos maléficos. Unas más saltan de un lado a otro en la cima de la montaña, llenando de terror y obsesión a quienes tienen la desdicha de contemplarlas.
Nos cuenta una anciana señora lugareña de la Sierra del Laurel: Siempre tuve problemas con mi vecina, una señora que vivía sola y amargada, que no soportaba que mi casa fuera más grande que la de ella y se cebaba en mi hermoso jardín lleno de flores exóticas y bellas. Ella miraba con odio mis árboles frutales y aquel edén de mi casa.
Cerca, en la cima de la montaña vivía una bruja muy mala, conocida y temida en la región. Un buen día, me vecina se encaminó decididamente, subiendo la ladera de la montaña y ya no la ví bajar.
Esa noche fue especialmente oscura y tenebrosa. La media luna estaba oculta detrás de densos nubarrones. Mi familia descansaba y estábamos acostado cuando de pronto escuchamos un gran estruendo que se aproximaba cada vez más. Salimos asustados hacia el jardín trasero, y cuál sería nuestro horror y angustia que vimos una gran bola de fuego que venía montaña abajo dando saltos y trompicones, derribando árboles e incendíandolos a su paso vertiginoso y venía directamente hacia nuestra casa.
---¡Es la bruja!---. grité: ¡corran!.
Así lo hicimos y pudimos ver cómo la inmensa bola de fuego derribaba nuestra barda y se detenía en nuestro hermoso jardín. Los árboles frutales comenzaron a arder y a nuestras voces de alarma, los vecinos nos ayudaron a apagar el fuego con cubetas de agua y lo que podían. El fuego no alcanzó la casa de puro milagro, o quizá porque el reverendo de la localidad acudió con un balde lleno de agua bendita y lo roció pricipalmente al interior de la casa.
La bruja fue interrogada por las autoridades, pero es claro que nadie pudo probar que ella se hubiera convertido en bola de fuego para hacerme daño. Y de la vecina envidiosa, nunca más la volvimos a ver.
Esta otra historia nos la relata un ranchero de la comunidad del LLano. Era una noche de luna llena, que brillaba resplandeciente en un cielo claro sin nubes, iluminando la despoblada brecha que transitaba el monte en su cabalgadura nuestro paisano relator de esta singular historia.
De la nada y repentinamente, una lechuza negra y ominosa comenzó a seguirlo en un vuelo en zigzag, posándose sobre las ramas secas de algunas ramas altas de los árboles de la orilla del camino. Le miraba intensamente con sus enormes ojos siniestros, y en cuanto él se acercaba, levantaba el vuelo para posarse en otro árbol. Así pasó largo rato, y el avezucho comenzó a llamarlo emitiendo un ruido parecido al chistido de una persona, como queriendo llamar su atención. Sus vuelos comenzaron a ser más cercanos y con sus garras afiladas le buscaba el rostro. El hombre sentía un cosquilleo y estremecimiento, pero como era hombre de campo, sin miedo a nada, despacio desenfundó su machete sigilosamentey lo puso junto a su pierna, escondiéndolo para que no se viera, pero el mango lo agarró al revés para poder golpearla con el lado sin filo, imaginando que aquella lechuza podría ser una bruja, sospechando ya de quién se trataba.
El hombre siguió su camino desenfadamente, cabalgando lento para permitir que la lechuza lo alcanzara y estuviera más cerca, y en uno de esos vuelos en que pasó rozando su sombrero, le lanzó un fuerte golpe que derribó a la lechuza, la cual fue a aterrizar fuertemente entre los matorrales. El ranchero desmontó y corrió hacia donde había visto caer a la lechuza y aunque ésta intentó defenderse con sus garras y pico, éste le propinó tremenda felpa con la hoja del machete y uno cuantos puntapiés, hasta dejarla inconsciente.
Satisfecho, se alejó y en poco tiempo llegó a sus destino, decidiendo irse a dormir por lo fatigado del jornal y el suceso que acababa de vivir con la lechuza.
A la mañana siguiente, se despertó ya muy tarde y en eso llegó su esposa corriendo para avisarle muy asustada que habían encontrada a la "vecina" toda golpeada tirada junto a una brecha. ¡Vamos a verla, pobre mujer, tan buena que es!.
Al llegar había varias personas reunidas a la puerta de la casa de la "vecina". Ésta se encontraba en el interior, ataviada con un polvoso vestido negro, acostada en su cama toda llena de moretones y raspones, al parecer causadas por haber sido golpeada con la hoja de un machete y haber recibido en su humanidad varias patadas.
Ella se lamentaba con unos leves quejidos algo apagados y pausados, pero al entrar el ranchero al cuarto, comenzó a dar grandes quejidos y a llorar con mucho ímpetu.
Todo esto le atrajo al ranchero cierto rechazo de los avecindados del lugar, pues al poco tiempo murió la mujer entre lastimeros y dolorosos quejidos. Una tremenda racha de mala suerte recayó sobre el ranchero, quien de pronto perdió su rancho y todos sus bienes, no quedándole más remedio que irse de ahí a buscar fortuna a otra paprte con su familia.
MAS DE BRUJAS.
Más de brujas. Los abuelos y bisabuelos de Durango, quizás recuerden lo que se contaba aquellos lejanos días en que la ciudad eran joven. Se dice que había una afamada bruja que se llamaba Petra, quien era muy frecuentada por toda ínodole de visitantes que acudían a ella para sanar de diversa enfermedades, dolencias, o para que les hiciera limpias tan solicitadas en ese entonces como ahora.
Además, la bruja se la rifaba bien y bonito, no sólo curaba y limpiaba, sino que vendía polvos para enamorar, pociones para alejar las malas vibraciones, amuletos para la buena suerte, dijes para atraer el amor y la buena fortuna, hechizos para retirar y devolver las enfermedades o males puestos, para controlar a los maridos celosos e infieles, para ganar en los juegos de azar, para realizar excelentes negocios, para mejorar las ventas, para atraer de nuevo a los que se habián ido. Echaba las cartas y les leía el café o la mano, y toda suerte de sortilegios y protecciones solicitados por su estimable clientela.
Se decía que era una bruja buena, dedicada a hacer el bien. Poseía un adoratorio o altar tapizado de imágenes de distintos santos, cada uno con su veladora. Desde San Judas hasta San Pascual Bailón o San Pascasio, vírgenes y crucifijos de distintos lugares y tamaños. Todos ellos dispuestos a ayudar a la bruja Petra en sus múltiples encargos y trabajos. El primer viernes de cada mes, doña Petra se dirigía en la noche hacia distintos puntos de la ciudad donde se formaban encrucijadas. Cuando sonaban las 12 de la noche, la mujer sacrificaba a una gallina negra, derramaba la sangre en el cruce de caminos pronunciando palabras mágicas, aullaba como perro de cara a la luna y después, se tendía boca arriba en el suelo, con los brazos y piernas extendidos, contemplando a las estrellas hasta caer en un trance profundo, en el cual permanecía muchas horas, mientras su espíritu, se creía, vagaba por diversos planos espirituales o mundos sobrenaturales para adquirir fuerza, conocimiento y protección del universo infinito. Cuando llegaba la madrugada, doña Petra se levantaba del suelo fresca, vigorizada, más joven; dispuesta a seguir ayudando a quien así se lo solicitara.
Cuando le llegó la hora de su muerte inaplazable, todo mundo acudó a su sepelio, socorrido por visitas importantes del cine, política y personajes de la alta sociedad, que habían gozado de sus favores y bienaventuranzas. Esa noche espectral y gélida, cuando quedaban pocos mirones y curiosos, al filo de las doce en punto, sin que nadie supiese por dónde había ingresado, un enorme can negro lanudo entró en la estancia, moviendo la cola, el animal se trepó hasta la mesa donde se encontraba tendida doña Petra. Dando un bufido, el perro apagó las cuatro velas con que se alumbraba el ataúd, dejando la estancia en espantosa obscuridad y el griterío de pánico de los pocos asisitentes que quedaban. Cuando por fin alguien pudo volver a encender las velas, el ataúd estaba abierto y el cadáver de doña Petra había desaparecido. Nadie sabe, nadie supo, nadie se lo explica qué fue del cuerpo, ni dónde quedó el perro negro, aunque algunos maledicientes sostuvieron en su momento, que el enorme y lanudo perro negro no era otro que el mismo Demonio que
había venido a llevarse la bruja, con la que tenía un pacto.
¡Hay le paramos por el momento, hasta la próxima!
Desde que el hombre es hombre, de tiempos inmemoriables, nos han llegado por tradición, relatos de boca en boca, de generación en generación, historias sobrenaturales de personajes tan misteriosos como la oscura noche, tan peligrosas como las serpientes, tan fascinantes como un enigma sin resolución, tan colmadas de mitos y realidades. Las brujas o hechiceras que han estado presentes en todas las culturas y en todas las épocas de la historia humana. Actualmente, han pasado de ser temidas, reverenciadas y perseguidas como lo fue en la Edad Media con la terrible Inquisición y gradualmente han sido aceptadas hoy como consultoras, bienhechoras al quitar males puestos, enfermedades no naturales, salaciones y hechizos de santería, magia negra o vudú, hasta conseguir ser protagonistas de una nueva cultura o religión de amor y preservación de la naturaleza que no tiene nada de demoniaco.
Engendros del mal, esposas de Satanás, dueñas de la noche, hechiceras malditas, villanas de los cuentos o protagonistas de las más retorcidas, crueles y espeluznantes leyendas, las brujas son en realidad, parte de nuestra tradición y nuestro bagaje cultural heredado por nuestros antepasados. No es de extrañar entonces, que alrededor de ellas se hayan tejido historias, cuentos, relatos y consejas populares, de las cuales hemos devorado con curiosidad, temor y exceptisismo, todo cuanto se nos ha contado o hemos leido sobre ellas: Las brujas, de las que nuestros padres nos contaban cuentos para que nos portaramos bien, o en caso contrario......... ¡te va ha llevar la bruja! ó, !te va a chupar la bruja!.
Se les ha visto surcar por los aires en el cielo nocturno, volando en sus escobas, perfilándose como nubarrones o grises sombras contra el excelso blanco perlado de la luna llena. Otros más afirman haberlas visto elevarse en el aire agitando sus largas vestiduras, o las han observado convertidas en lechuzas negras agitando pesadamente sus alas para dirigirse presurosas al aquelarre, la reunión maestra de brujas, donde se dice, practican rituales satánicos sacrificando infantes, bailando desnudas a la luz de la luna llena y le rinden reverencia y pleitesía a su señor y amo, el Diablo.
LA BRUJA --ZOPILOTE--
Cuenta una conocida leyenda urbana que en los suburbios de la gran ciudad de México, merodeaba circunstancialmente, una bruja que tenía la afición o maña de robarse los niños recién nacidos para chuparles la sangre.
Se le ha denomiando la bruja-zopilote, porque la mayoría de las veces, después de cometer su fechoría, este ser maléfico se convierte en una de esas horribles aves carroñeras y se aleja por los aires, llevándose al bebé entre sus largas, afiladas y poderosas garras.
Nos relata una señora su experiencia con la bruja-zopilote....... Yo tenía un mal prsentimiento, pero no sabía entonces, la razón de mi ansiedad. No dejaba de ir a darle vueltas a mi bebé de un mes de nacido para observar si respiraba. Esa noche, en especial, hacía bastante calor, así que abrí la ventana y a la luz de la luna llena, me pareció ver volar a un zopilote, lo cual me causó mucha extrañeza, por la hora o porque no era común ver a ese tipo de aves volar por la zona. De pronto se fue la luz, y en ese mismo instante sentí que algo me arretaba al niño que acunaba y dormía entre mis brazos- Por instinto yo extendí el brazo y logré asirlo y detenerlo por el extremo de la cobija que lo envolvía, y lo jalé con fuerza hacia mí. El bebé comenzó a llorar. Quien fuera que lo había arrebatado también tiraba de él, hacia la ventana, Pero no había nadie: era como una fuerza invisible que quería quitarme a mi niño. Al mismo tiempo, percibí un olor horrible, como a carne podrida. Pensé entre mí: ¡es una bruja!, y comencé a rezar en mi mente pidiéndole a la "Guadalupana", tirando con todas mis fuerzas. De pronto la fuerza aquella desapareció, cediendo de repente, provocando que yo cayera estrepitosamente de espaldas en la cama con mi niño muy pegado a mi pecho. Inmediatamente volvió la luz como por arte de magia, el bebé dejó de llorar, el espantoso olor a podrido comenzo a disiparse hasta que desapareció y yo temblaba en todo mi cuerpo, pero dando gracias a la "virgencita" porque me había escuchado.
El siguiente, sucedió en cierta parte de los Altos de Jalisco, quien lo refiere narra que se encontraba tejiendo sentada en el patio, mientras su bebé recién nacido dormía en el interior de una recámara. De pronto el bebé comenzó a llorar. Ella seguía tejiendo y tejiendo, como hipnotizada, como queriendo a toda costa terminar la vuelta, porque estaba haciendo una puntada difícil que requería concentración.
Justo en ese momento, una vecina irrumpió corriendo al patio y a grandes voces le gritaba que había un zopilote en el tejado. Al mismo tiempo, el bebé se desgañitaba llorando a gritos angustiosos. Entraron corriendo al cuarto del bebé y cual sería su sorpresa y susto cuando vieron que por la ventana entraba un hilo blanco que venía del tejado y caía en la carita del niño indefenso.
Sin dudarlo un momento, sacó las tijeras de su delantal y cortó con ellas el hilo blanco. Entonces del hilo comenzó a brotar sangre y las mujeres escucharon unos fuertes aleteos: se asomaron y vieron a un enorme zopilote que se alejaba. Juran y perjuran que el hilo no era otra cosa que la lengua de la bruja, que ella utilizaba para extraer la sangre del bebé.
Y qué tal cuando la bruja no es un zopilote, sino un guajolote como en el siguiente caso: Venía circulando por el camino real para llegar a mi pueblito cerca de San Juan, la tarde pardeaba y venía un poco cansado del arduo jornal de la milpa. De pronto vi el reflejo del algo negro que se me atrevezó y clarito sentí un golpe en la parte delantera del camión. Pensando que había arrollado a algo o alguien, descendí y ví a un enorme guajolote negro herido tirado en el piso. Lo levanté y lo eché a la caja del camión, cerrando herméticamente, con la secreta idea intencionada de cocinarlo al día siguiente.
Continué el trayecto y, cuando ya era noche cerrada, comencé a escuchar unos ruidos espantosos que provenían de la parte trasera del camión. Cuál no fue mi sorpresa y tremendo susuto, al abrir la caja del camión y checar que no había ningún guajolote, sino una mujer anciana, muerta con una mirada de oido en sus ojos vidriosos.
Complementando, la bruja-zopilote conocida como La Mocha en el pueblo de San Juan, en el Edo. de México. Dice la conseja que cada vez que un bebé nacía en el pueblo, un guajolote negro entraba en su cuarto y le extraía toda la sangre. Incontadas veces persiguió la gente a la espantosa ave, pero ésta volaba y se metía por la chimenea de la casa donde vivía la "Mocha". Cuando tocaban, ésta salía y les decía que ahí no había ningún guajolote, pero no los dejaba entrar.
Un día, cansados, molestos y decididos, se reunieron y fueron a la casa de la "Mocha", no la encontraron, pero la puerta de la casa estaba abierta, no dudaron en entrar y comenzaron a hurgar en toda la casa. De pronto hicieron un macabro hallazgo debajo de la cama: varias vasijas de barro llenas de sangre........ Ya no cabía la menor duda. Enardecida, la gente salió en busca de la bruja, a la cual encontraron en el monte, recogiendo yerbas. La sorprendieron y sin dar tiempo a nada, ahí mismo le cortaron la cabeza. Dando un alarido horrible que helaba la sangre, la cabeza cercenada rodó hacia la barranca, así que tuvieron que bajar por ella. Dicen, los que han sobrevidido y contado esta terrible historia, que cuando bajaron tomaron la cabeza, ésta abrió los ojos desmesuradamente y los maldijo. Desde entonces, este poblado se ve casi desolado, pasando a ser un pueblo fantasma por sus escasos habitantes que no olvidan aquel terrible suceso.
LAS BOLAS DE FUEGO.
Las bolas de fuego. Entre los pueblos montañosos del centro del país, existe una leyenda curiosa: Mucha gente jura haber visto grandes bolas de fuego que descienden a velocidades vertiginosas por las laderas de las montañas, quemando los bosques e incendiando los pueblos. Algunas desaparecen en el aire, otras zigzaguean sin parar y luego desaparecen, y otras estallan iluminando la noche con resplandecientes brillos maléficos. Unas más saltan de un lado a otro en la cima de la montaña, llenando de terror y obsesión a quienes tienen la desdicha de contemplarlas.
Nos cuenta una anciana señora lugareña de la Sierra del Laurel: Siempre tuve problemas con mi vecina, una señora que vivía sola y amargada, que no soportaba que mi casa fuera más grande que la de ella y se cebaba en mi hermoso jardín lleno de flores exóticas y bellas. Ella miraba con odio mis árboles frutales y aquel edén de mi casa.
Cerca, en la cima de la montaña vivía una bruja muy mala, conocida y temida en la región. Un buen día, me vecina se encaminó decididamente, subiendo la ladera de la montaña y ya no la ví bajar.
Esa noche fue especialmente oscura y tenebrosa. La media luna estaba oculta detrás de densos nubarrones. Mi familia descansaba y estábamos acostado cuando de pronto escuchamos un gran estruendo que se aproximaba cada vez más. Salimos asustados hacia el jardín trasero, y cuál sería nuestro horror y angustia que vimos una gran bola de fuego que venía montaña abajo dando saltos y trompicones, derribando árboles e incendíandolos a su paso vertiginoso y venía directamente hacia nuestra casa.
---¡Es la bruja!---. grité: ¡corran!.
Así lo hicimos y pudimos ver cómo la inmensa bola de fuego derribaba nuestra barda y se detenía en nuestro hermoso jardín. Los árboles frutales comenzaron a arder y a nuestras voces de alarma, los vecinos nos ayudaron a apagar el fuego con cubetas de agua y lo que podían. El fuego no alcanzó la casa de puro milagro, o quizá porque el reverendo de la localidad acudió con un balde lleno de agua bendita y lo roció pricipalmente al interior de la casa.
La bruja fue interrogada por las autoridades, pero es claro que nadie pudo probar que ella se hubiera convertido en bola de fuego para hacerme daño. Y de la vecina envidiosa, nunca más la volvimos a ver.
Esta otra historia nos la relata un ranchero de la comunidad del LLano. Era una noche de luna llena, que brillaba resplandeciente en un cielo claro sin nubes, iluminando la despoblada brecha que transitaba el monte en su cabalgadura nuestro paisano relator de esta singular historia.
De la nada y repentinamente, una lechuza negra y ominosa comenzó a seguirlo en un vuelo en zigzag, posándose sobre las ramas secas de algunas ramas altas de los árboles de la orilla del camino. Le miraba intensamente con sus enormes ojos siniestros, y en cuanto él se acercaba, levantaba el vuelo para posarse en otro árbol. Así pasó largo rato, y el avezucho comenzó a llamarlo emitiendo un ruido parecido al chistido de una persona, como queriendo llamar su atención. Sus vuelos comenzaron a ser más cercanos y con sus garras afiladas le buscaba el rostro. El hombre sentía un cosquilleo y estremecimiento, pero como era hombre de campo, sin miedo a nada, despacio desenfundó su machete sigilosamentey lo puso junto a su pierna, escondiéndolo para que no se viera, pero el mango lo agarró al revés para poder golpearla con el lado sin filo, imaginando que aquella lechuza podría ser una bruja, sospechando ya de quién se trataba.
El hombre siguió su camino desenfadamente, cabalgando lento para permitir que la lechuza lo alcanzara y estuviera más cerca, y en uno de esos vuelos en que pasó rozando su sombrero, le lanzó un fuerte golpe que derribó a la lechuza, la cual fue a aterrizar fuertemente entre los matorrales. El ranchero desmontó y corrió hacia donde había visto caer a la lechuza y aunque ésta intentó defenderse con sus garras y pico, éste le propinó tremenda felpa con la hoja del machete y uno cuantos puntapiés, hasta dejarla inconsciente.
Satisfecho, se alejó y en poco tiempo llegó a sus destino, decidiendo irse a dormir por lo fatigado del jornal y el suceso que acababa de vivir con la lechuza.
A la mañana siguiente, se despertó ya muy tarde y en eso llegó su esposa corriendo para avisarle muy asustada que habían encontrada a la "vecina" toda golpeada tirada junto a una brecha. ¡Vamos a verla, pobre mujer, tan buena que es!.
Al llegar había varias personas reunidas a la puerta de la casa de la "vecina". Ésta se encontraba en el interior, ataviada con un polvoso vestido negro, acostada en su cama toda llena de moretones y raspones, al parecer causadas por haber sido golpeada con la hoja de un machete y haber recibido en su humanidad varias patadas.
Ella se lamentaba con unos leves quejidos algo apagados y pausados, pero al entrar el ranchero al cuarto, comenzó a dar grandes quejidos y a llorar con mucho ímpetu.
Todo esto le atrajo al ranchero cierto rechazo de los avecindados del lugar, pues al poco tiempo murió la mujer entre lastimeros y dolorosos quejidos. Una tremenda racha de mala suerte recayó sobre el ranchero, quien de pronto perdió su rancho y todos sus bienes, no quedándole más remedio que irse de ahí a buscar fortuna a otra paprte con su familia.
MAS DE BRUJAS.
Más de brujas. Los abuelos y bisabuelos de Durango, quizás recuerden lo que se contaba aquellos lejanos días en que la ciudad eran joven. Se dice que había una afamada bruja que se llamaba Petra, quien era muy frecuentada por toda ínodole de visitantes que acudían a ella para sanar de diversa enfermedades, dolencias, o para que les hiciera limpias tan solicitadas en ese entonces como ahora.
Además, la bruja se la rifaba bien y bonito, no sólo curaba y limpiaba, sino que vendía polvos para enamorar, pociones para alejar las malas vibraciones, amuletos para la buena suerte, dijes para atraer el amor y la buena fortuna, hechizos para retirar y devolver las enfermedades o males puestos, para controlar a los maridos celosos e infieles, para ganar en los juegos de azar, para realizar excelentes negocios, para mejorar las ventas, para atraer de nuevo a los que se habián ido. Echaba las cartas y les leía el café o la mano, y toda suerte de sortilegios y protecciones solicitados por su estimable clientela.
Se decía que era una bruja buena, dedicada a hacer el bien. Poseía un adoratorio o altar tapizado de imágenes de distintos santos, cada uno con su veladora. Desde San Judas hasta San Pascual Bailón o San Pascasio, vírgenes y crucifijos de distintos lugares y tamaños. Todos ellos dispuestos a ayudar a la bruja Petra en sus múltiples encargos y trabajos. El primer viernes de cada mes, doña Petra se dirigía en la noche hacia distintos puntos de la ciudad donde se formaban encrucijadas. Cuando sonaban las 12 de la noche, la mujer sacrificaba a una gallina negra, derramaba la sangre en el cruce de caminos pronunciando palabras mágicas, aullaba como perro de cara a la luna y después, se tendía boca arriba en el suelo, con los brazos y piernas extendidos, contemplando a las estrellas hasta caer en un trance profundo, en el cual permanecía muchas horas, mientras su espíritu, se creía, vagaba por diversos planos espirituales o mundos sobrenaturales para adquirir fuerza, conocimiento y protección del universo infinito. Cuando llegaba la madrugada, doña Petra se levantaba del suelo fresca, vigorizada, más joven; dispuesta a seguir ayudando a quien así se lo solicitara.
Cuando le llegó la hora de su muerte inaplazable, todo mundo acudó a su sepelio, socorrido por visitas importantes del cine, política y personajes de la alta sociedad, que habían gozado de sus favores y bienaventuranzas. Esa noche espectral y gélida, cuando quedaban pocos mirones y curiosos, al filo de las doce en punto, sin que nadie supiese por dónde había ingresado, un enorme can negro lanudo entró en la estancia, moviendo la cola, el animal se trepó hasta la mesa donde se encontraba tendida doña Petra. Dando un bufido, el perro apagó las cuatro velas con que se alumbraba el ataúd, dejando la estancia en espantosa obscuridad y el griterío de pánico de los pocos asisitentes que quedaban. Cuando por fin alguien pudo volver a encender las velas, el ataúd estaba abierto y el cadáver de doña Petra había desaparecido. Nadie sabe, nadie supo, nadie se lo explica qué fue del cuerpo, ni dónde quedó el perro negro, aunque algunos maledicientes sostuvieron en su momento, que el enorme y lanudo perro negro no era otro que el mismo Demonio que
había venido a llevarse la bruja, con la que tenía un pacto.
¡Hay le paramos por el momento, hasta la próxima!
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Re: BOHEMIA Y ALGO MAS
Lun 30 Sep 2013, 11:31 pm
Compañero Salvador Esquivel,buenos relatos de sus vivencias, magníficas leyendas,los temas de las brujas medio
macabronas,hasta me voy a dormir un poco atemorizado ja ja.
Lo felicito y le reitero,soy su lector number one,va su + .
reciba un saludo desde Colima.
macabronas,hasta me voy a dormir un poco atemorizado ja ja.
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Frase Célebre : No he sacado nada, pero como me divierto
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Mar 01 Oct 2013, 6:08 pm
ALGO MÁS SOBRE "LAS BRUJAS" (SEGUNDA PARTE)
Las brujas y las hechiceras han existido desde siempre. Desde aquellos lejanos tiempos en que la "humanidad" habitaba en cavernas y eran las mujeres quienes conocían los secretos y poderes de las plantas que recolectaban mientras los hombres iban a cazar. Han sido temidas, odiadas, perseguidas y también adoradas y consultadas por amantes despreciados; por gobernantes ansiosos de poder; desdichados que esperan pronta fortuna y felicidad; por muchachas que sueñan encontrar y retener al hombre de su vida.
Fueron las brujas tan temidas que durante la Edad Media, surgieron por todas partes leyendas y mitos sobre ellas. Siempre se les ha dado el papel de "villanas" y la connotación de "maléficas": La bruja del mar, que despojó a la Sirenita de su voz a cambio de dotarla de un par de piernas; la malvada madrastra que dió a Blancanieves la manzana envenenada; la terrible bruja caníbal de Hansel y Gretel; el hechicero malvado Gárgamel azote de los Pitufos.
Las brujas pueblan nuestras fantasías y algunas de nuestras más oscuras pesadillas, y por supuesto, son las protagonistas de incontables cuentos y leyendas que se suceden como un fenómeno universal que abarca todos los pueblos de la tierra. Se dice que contra las brujas y hechiceras no hay nada tan efectivo como para proteger a los bebés colgándoles un "ojo de venado", debajo de la almohada una herradura debidamente preparada con ajos, colgarle en el cuello una cruz de Caravaca, poner atrás de las puertas y ventanas cruces de palma bendita, colocar a la vista unas tijeras abiertas, y otras suertes de amuletos y talismanes para que sirvan de protección a los inocentes y la bruja no les chupe la sangre o se los vaya a llevar consigo sobrepticiamente.
LA ESPOSA BRUJA. (LEYENDA MAZAHUA).
En tiempos antiguos se contaba mucho esta historia acerca de una hermosa mujer de la cual se decía que era una bruja, aunque ella trataba de mantenerlo todo el tiempo en secreto.
LLevando aparentemente una vida normal, se enamoró y logró casarse con un joven apuesto y acaudalado. La pareja de recién casados se mudó a vivir, según la costumbre mazahua, a la casa de los padres del hombre.
Ella pedía constantemente visitar a su madre, pues, alegaba que era excelente cocinera que guisaba muy sabroso.
El hombre accedió ante las insistencias de su amada y un día le permitió que se fuera tres días a casa con su madre, ordenando a uno de sus sirvientes la acompañara para que anotara qué comida le gustaba a su esposa para complacerla en casa de sus padres mazahuas.
La madre recibió gustosa a su hija y se abrazaron felices, invitando a su hija a pasar al comedor e indicando al criado que a él le serviría pollo, llevándoselo a la cocina, pues alegaba que lo que comería su hija no sería de su agrado.
Al caer la noche, la señora se aproximó al sirviente y le pidió que la siguiera para indicarle dónde dormiria, llevándoselo hasta un cuarto alejado en el patio de la casa.
No podía dormir, estaba intrigado porque no pudo saber lo que había comido su ama. Estaba muy nervioso y dejó pasar las horas angustiosamente y como a las dos de la madrugada, se dirigió hacia la cocina sin hacer ruido alguno y pudo ver a través de una rendija de la puerta, cuando madre e hija entraron sigilosas y cerraron la puerta con llave. El hombre asustado, siguió atizbando desde sus escondite improvisado y fue testigo de un horripilante espectáculo.
Las mujeres se sacaron los ojos, se quitaron las piernas y se pusieron unas alas de petate. Enterraron los ojos bajo las piedras del fogón, y cada una de ellas se llevó un jarro y después, se echaron a volar saliendo por la ventana y se perdieron en la oscuridad de la negra noche.
Helado, lleno de espanto, el pobre sirviente pensó bien detenidamente lo que debía hacer. Forzando la puerta de la cocina, entró en ella con la firme intención de encontrar los ojos de las brujas y quemarlos, aunque se debatía pensando si debería hacerlo o no, por lo que se le fue el tiempo razonando sin poder resolver esa cuestión, oyó a lo lejos un aleteo que se acercaba, eran las brujas que regresaban.
Rápidamente el criado encontró un par de ojos, y los quemó, sin saber de cuál de las dos eran. Después salió de la cocina, cerró la puerta y se dirigió a su cuarto y se acostó en su jergón, haciéndose el dormido.
Cuando las brujas regresaron, buscaron sus ojos, pero no podían encontrarlos. Por fin, encontraron el único par que había quedado y que resultó ser el de la mamá de la muchacha.
---¿Qué voy a hacer cuando venga mi esposo y vea que no tengo ojos?.... ¿Qué le voy a decir?.---
Se hicieron mil conjeturas y trataron de hallar posibles soluciones, optando finalmente que se quedara así y que le iba a vendar bien la cabeza, ------y le voy a decir a tu esposo que tienes un fuerte dolor.-----
Pasaron los tres días, y el incauto esposo llegó a recoger a su mujer y a su criado. Al encontrarla en la cama acostada, le preguntó qué le pasaba.
---Estoy muy enferma desde hace tres días, con mucho dolor de cabeza.--- respondió ella, con la voz débil.
El esposo se acercó y quiso abrazarla, pero ella lo rechazó, aduciendo que no quería contagiarle su enfermedad.
Pero él enojado, le ordenó:
----¡Destápate la cara....... quiero verte!.
La bruja no tuvo otro remedio que hacerlo. Al ver la espantosa cara sin ojos, y avisado por su criado secretamente, el marido cayó en la cuenta de que se había casado con un alma mala encerrada en un bello cuerpo, y sacando a la fuerza a su mujer de la cama, la condujo atropelladamente y la presentó ante las autoridades de la Inquisición, argumentado:
---Ya no quiero seguir viviendo con mi esposa, porque es una bruja y puede hacer daño a la gente de mi pueblo. Deseo y pido su muerte.----
Las autoridades le concedieron esta terrible petición, y el marido mismo le prendió fuego a su esposa, quien en medio del tormento, confesó que le robaba la sangre a los niños, la colectaba en un jarro y luego se la bebía.
Y así fue como aquel hombre mazahua sacó a la bruja de su vida y el pueblo quedó tranquilo, porque adicionalmente, la madre de la muchacha desapareció misteriosamente y ya jamás se volvió a ver por el pueblo.
Corte, por causas de fuerza mayor........ Luego continuamos.
Las brujas y las hechiceras han existido desde siempre. Desde aquellos lejanos tiempos en que la "humanidad" habitaba en cavernas y eran las mujeres quienes conocían los secretos y poderes de las plantas que recolectaban mientras los hombres iban a cazar. Han sido temidas, odiadas, perseguidas y también adoradas y consultadas por amantes despreciados; por gobernantes ansiosos de poder; desdichados que esperan pronta fortuna y felicidad; por muchachas que sueñan encontrar y retener al hombre de su vida.
Fueron las brujas tan temidas que durante la Edad Media, surgieron por todas partes leyendas y mitos sobre ellas. Siempre se les ha dado el papel de "villanas" y la connotación de "maléficas": La bruja del mar, que despojó a la Sirenita de su voz a cambio de dotarla de un par de piernas; la malvada madrastra que dió a Blancanieves la manzana envenenada; la terrible bruja caníbal de Hansel y Gretel; el hechicero malvado Gárgamel azote de los Pitufos.
Las brujas pueblan nuestras fantasías y algunas de nuestras más oscuras pesadillas, y por supuesto, son las protagonistas de incontables cuentos y leyendas que se suceden como un fenómeno universal que abarca todos los pueblos de la tierra. Se dice que contra las brujas y hechiceras no hay nada tan efectivo como para proteger a los bebés colgándoles un "ojo de venado", debajo de la almohada una herradura debidamente preparada con ajos, colgarle en el cuello una cruz de Caravaca, poner atrás de las puertas y ventanas cruces de palma bendita, colocar a la vista unas tijeras abiertas, y otras suertes de amuletos y talismanes para que sirvan de protección a los inocentes y la bruja no les chupe la sangre o se los vaya a llevar consigo sobrepticiamente.
LA ESPOSA BRUJA. (LEYENDA MAZAHUA).
En tiempos antiguos se contaba mucho esta historia acerca de una hermosa mujer de la cual se decía que era una bruja, aunque ella trataba de mantenerlo todo el tiempo en secreto.
LLevando aparentemente una vida normal, se enamoró y logró casarse con un joven apuesto y acaudalado. La pareja de recién casados se mudó a vivir, según la costumbre mazahua, a la casa de los padres del hombre.
Ella pedía constantemente visitar a su madre, pues, alegaba que era excelente cocinera que guisaba muy sabroso.
El hombre accedió ante las insistencias de su amada y un día le permitió que se fuera tres días a casa con su madre, ordenando a uno de sus sirvientes la acompañara para que anotara qué comida le gustaba a su esposa para complacerla en casa de sus padres mazahuas.
La madre recibió gustosa a su hija y se abrazaron felices, invitando a su hija a pasar al comedor e indicando al criado que a él le serviría pollo, llevándoselo a la cocina, pues alegaba que lo que comería su hija no sería de su agrado.
Al caer la noche, la señora se aproximó al sirviente y le pidió que la siguiera para indicarle dónde dormiria, llevándoselo hasta un cuarto alejado en el patio de la casa.
No podía dormir, estaba intrigado porque no pudo saber lo que había comido su ama. Estaba muy nervioso y dejó pasar las horas angustiosamente y como a las dos de la madrugada, se dirigió hacia la cocina sin hacer ruido alguno y pudo ver a través de una rendija de la puerta, cuando madre e hija entraron sigilosas y cerraron la puerta con llave. El hombre asustado, siguió atizbando desde sus escondite improvisado y fue testigo de un horripilante espectáculo.
Las mujeres se sacaron los ojos, se quitaron las piernas y se pusieron unas alas de petate. Enterraron los ojos bajo las piedras del fogón, y cada una de ellas se llevó un jarro y después, se echaron a volar saliendo por la ventana y se perdieron en la oscuridad de la negra noche.
Helado, lleno de espanto, el pobre sirviente pensó bien detenidamente lo que debía hacer. Forzando la puerta de la cocina, entró en ella con la firme intención de encontrar los ojos de las brujas y quemarlos, aunque se debatía pensando si debería hacerlo o no, por lo que se le fue el tiempo razonando sin poder resolver esa cuestión, oyó a lo lejos un aleteo que se acercaba, eran las brujas que regresaban.
Rápidamente el criado encontró un par de ojos, y los quemó, sin saber de cuál de las dos eran. Después salió de la cocina, cerró la puerta y se dirigió a su cuarto y se acostó en su jergón, haciéndose el dormido.
Cuando las brujas regresaron, buscaron sus ojos, pero no podían encontrarlos. Por fin, encontraron el único par que había quedado y que resultó ser el de la mamá de la muchacha.
---¿Qué voy a hacer cuando venga mi esposo y vea que no tengo ojos?.... ¿Qué le voy a decir?.---
Se hicieron mil conjeturas y trataron de hallar posibles soluciones, optando finalmente que se quedara así y que le iba a vendar bien la cabeza, ------y le voy a decir a tu esposo que tienes un fuerte dolor.-----
Pasaron los tres días, y el incauto esposo llegó a recoger a su mujer y a su criado. Al encontrarla en la cama acostada, le preguntó qué le pasaba.
---Estoy muy enferma desde hace tres días, con mucho dolor de cabeza.--- respondió ella, con la voz débil.
El esposo se acercó y quiso abrazarla, pero ella lo rechazó, aduciendo que no quería contagiarle su enfermedad.
Pero él enojado, le ordenó:
----¡Destápate la cara....... quiero verte!.
La bruja no tuvo otro remedio que hacerlo. Al ver la espantosa cara sin ojos, y avisado por su criado secretamente, el marido cayó en la cuenta de que se había casado con un alma mala encerrada en un bello cuerpo, y sacando a la fuerza a su mujer de la cama, la condujo atropelladamente y la presentó ante las autoridades de la Inquisición, argumentado:
---Ya no quiero seguir viviendo con mi esposa, porque es una bruja y puede hacer daño a la gente de mi pueblo. Deseo y pido su muerte.----
Las autoridades le concedieron esta terrible petición, y el marido mismo le prendió fuego a su esposa, quien en medio del tormento, confesó que le robaba la sangre a los niños, la colectaba en un jarro y luego se la bebía.
Y así fue como aquel hombre mazahua sacó a la bruja de su vida y el pueblo quedó tranquilo, porque adicionalmente, la madre de la muchacha desapareció misteriosamente y ya jamás se volvió a ver por el pueblo.
Corte, por causas de fuerza mayor........ Luego continuamos.
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Vie 04 Oct 2013, 5:39 pm
ALGO MÁS SOBRE "LAS BRUJAS" (CONCLUSIÓN).
Continuamos con una historia más sobre "LAS BRUJAS"......
Se dice que realizan las brujas pacto con el de "abajo" para hacerse de poderes y sabiduría, obtener apariencia seductora y juvenil y/o realizar transformaciones asombrosas en animales, aves o seres monstruosos. Las hay quienes se deslizan por las dos vertientes sin ningún problema, con poderes extraordinarios para realizar hechizos y para curar, poseen don de videncia y biloción para estar en dos partes a la vez, don de proyección a distancia del pensamiento y cuerpo mental: Las hay destacadas en la astrología e hipnosis, mediums y curanderas con herbolaria. Las hay amables y seductoras, hermosamente bellas y sumamente caritativas con los más necesitados y desamparados, de la sociedad marginados.
De las múltiples leyendas que nos llegan de todas partes del mundo, existe una muy relacionada con el país de Costa Rica, precisamente de un antiguo pueblo denominado Aserrí, que nos narra la conseja de la bruja llamada Zárate, hechicera poderosa que vivía sola y era todo un personaje, ya que solía curar verdaderamente a sus enfermos sin pedirles nada a cambio y cuando le consultaban casos tristes y desafortunados, les obsequiaba frutas que al llegar a sus casas se convertían en piedras preciosas y monedas de oro puro.
LA BRUJA "ZÁRATE".
Se llegado ha contar hasta nuestros días que la famosa bruja Zárate se enamoró de un agraciado español que la despreció rotundamente por su condición de bruja, y ella se vengó convirtiéndolo en un espléndido pavo real el cual sujetó con una cadena de oro fino y lo traía siempre a su lado........ "Y todo porque la desairó el engreído españolito".
Se cuenta que cierto día un hombre fue a buscar a la afamada bruja Zárate para ver si le daba suerte y fortuna para remediar sus males. Vagó por la montaña y no pudo ubicar el lugar donde la encontraría y desesperado de caminar y caminar, cansado y con sueño se quedó bien dormido sobre una enorme piedra muy mentada y conocida por los lugareños de Aserrí. Al despertarse bruscamente, se dió cuenta de que ya era media noche y decidió continuar su búsqueda llamando e invocando por su nombre a la afamada Zárate.
En ese instante y sin saber cómo ni por dónde, la abrupta piedra se iluminó intensamente y súbitamente apareció la Zárate con un chal tinto cruzado por los hombros; en sus dedos humeaba un cigarrillo encendido y en la otra sujetaba con una cadea de oro a un maravilloso pavo real.
El pobre hombre temblaba de pavor, pero ella se le aproximó amablemente y con una sonrisa a flor de labios le preguntó:
---¿Qué quieres de mí, buen hombre?...... ¿En qué puedo complacerte?.
Armándose de valor, aquel hombre todo apanicado se acercó, la saludó inclinanándose y luego procedió a contarle su doliente tristeza en la historia de sus cuitas y penares, su vidudez, sus hijos enfermos y hambrientos.
La bruja Zárate, como si recordara algo y pensativa le preguntó:
---¿Cuánto tiempo hace que murió tu esposa y cómo se llamaba?.
El asustado hombre le respondió casi en un aliento.
---Ella no murió..... Hace dos años salió con una amigas a bañarse a un río en la montaña. Nunca más se supo de ella ni de sus amigas desaparecidas misteriosamente....... Su nombre era "Lupita Olmedo".
La Zárate enarcó sus pobladas cejas, aspiró profunda y pausadamente el humo de su cigarrillo y con una carcajada estrepitosa, que enfrió en sus venas la sangre del hombre le dijo:
---Conmovida por tu amargo sufrir, por tu sinceridad y confiar en mi, por tus hijos desamparados y porque me lo haz pedido por el amor de mi ave favorita, el pavo real, te voy a dar todo lo que necesitas.
La bruja procedió a cortar varias toronjas de un toronjil y ofreciéndoselas al hombre le dijo:
---Toma, aquí tienes el alimento de tus hijos. El hombre llenó su alforja con todos los frutos, en ese instante doce palomas blancas se posaron sobre un limonero y la bruja Zárate le dijo nuevamente:
---Puedes marcharte ya, esas palomas te servirán de guía. ¡Hazlo inmediatamente!.
Regresaba el pobre hombre pensativo y desilusionado. No lo podía creer: Se encontraba llevando en los hombros aquel cargamento de toronjas y en el alma la promesa de una mujer coqueta y repugnante.
---¿Para qué tanta fruta y tantas palabras vanas?.
LLegando a la mitad del camino y sientiendo aquella pesada carga, decidió alivianarla, y arrojó unas tantas toronjas por un precipicio que rodaron hasta llegar y desaparecer en las aguas de un río.
Más ligero, prosiguió su camino hasta llegar a su casa, cavilando en las toronjas y las palabras de la bruja Zárate. Sus hijos alegres salieron a su encuentro para preguntarle: ¿Qué les había mandado la señora Zárate?.
Fingiendo alegría, el hombre les contó que ella les mandaba unas hermosas toronjas y que al día siguiente llegarían doce palomas blancas a darles una agradable sorpresa.
A la mañana siguiente, las toronjas amanecieron convertidas en oro puro, y más tarde, el hombre y sus hijos percibieron el ladrido de los perros y pisadas de caballos.
Cuál sería su sorpresa al ver que regresaban las doce paseantes que una mañana, felices fueron a la montaña a bañarse y no regresaron más.
Lupita Olmedo venía adelante, galopando para estrechar a sus hijos y a su inconsolable esposo, que lloraba de felicidad.
Las mujeres contaron en el pueblo, que la bruja Zárate, al verlas bañarse en el río, tuvo la feliz ocurrencia de convertirlas en palomas blancas para que le formaran su corte de honor.
Pero el hombre se encontraba triste y pensativo. Pensaba con arrepentimiento en las tantas toronjas que había aventado al río, y en el tesoro que había perdido, pues ahora estarían convertidas todas ellas en otras tantas frutas de oro macizo.
Eso es todo por hoy.
¡Hasta la próxima!.
Continuamos con una historia más sobre "LAS BRUJAS"......
Se dice que realizan las brujas pacto con el de "abajo" para hacerse de poderes y sabiduría, obtener apariencia seductora y juvenil y/o realizar transformaciones asombrosas en animales, aves o seres monstruosos. Las hay quienes se deslizan por las dos vertientes sin ningún problema, con poderes extraordinarios para realizar hechizos y para curar, poseen don de videncia y biloción para estar en dos partes a la vez, don de proyección a distancia del pensamiento y cuerpo mental: Las hay destacadas en la astrología e hipnosis, mediums y curanderas con herbolaria. Las hay amables y seductoras, hermosamente bellas y sumamente caritativas con los más necesitados y desamparados, de la sociedad marginados.
De las múltiples leyendas que nos llegan de todas partes del mundo, existe una muy relacionada con el país de Costa Rica, precisamente de un antiguo pueblo denominado Aserrí, que nos narra la conseja de la bruja llamada Zárate, hechicera poderosa que vivía sola y era todo un personaje, ya que solía curar verdaderamente a sus enfermos sin pedirles nada a cambio y cuando le consultaban casos tristes y desafortunados, les obsequiaba frutas que al llegar a sus casas se convertían en piedras preciosas y monedas de oro puro.
LA BRUJA "ZÁRATE".
Se llegado ha contar hasta nuestros días que la famosa bruja Zárate se enamoró de un agraciado español que la despreció rotundamente por su condición de bruja, y ella se vengó convirtiéndolo en un espléndido pavo real el cual sujetó con una cadena de oro fino y lo traía siempre a su lado........ "Y todo porque la desairó el engreído españolito".
Se cuenta que cierto día un hombre fue a buscar a la afamada bruja Zárate para ver si le daba suerte y fortuna para remediar sus males. Vagó por la montaña y no pudo ubicar el lugar donde la encontraría y desesperado de caminar y caminar, cansado y con sueño se quedó bien dormido sobre una enorme piedra muy mentada y conocida por los lugareños de Aserrí. Al despertarse bruscamente, se dió cuenta de que ya era media noche y decidió continuar su búsqueda llamando e invocando por su nombre a la afamada Zárate.
En ese instante y sin saber cómo ni por dónde, la abrupta piedra se iluminó intensamente y súbitamente apareció la Zárate con un chal tinto cruzado por los hombros; en sus dedos humeaba un cigarrillo encendido y en la otra sujetaba con una cadea de oro a un maravilloso pavo real.
El pobre hombre temblaba de pavor, pero ella se le aproximó amablemente y con una sonrisa a flor de labios le preguntó:
---¿Qué quieres de mí, buen hombre?...... ¿En qué puedo complacerte?.
Armándose de valor, aquel hombre todo apanicado se acercó, la saludó inclinanándose y luego procedió a contarle su doliente tristeza en la historia de sus cuitas y penares, su vidudez, sus hijos enfermos y hambrientos.
La bruja Zárate, como si recordara algo y pensativa le preguntó:
---¿Cuánto tiempo hace que murió tu esposa y cómo se llamaba?.
El asustado hombre le respondió casi en un aliento.
---Ella no murió..... Hace dos años salió con una amigas a bañarse a un río en la montaña. Nunca más se supo de ella ni de sus amigas desaparecidas misteriosamente....... Su nombre era "Lupita Olmedo".
La Zárate enarcó sus pobladas cejas, aspiró profunda y pausadamente el humo de su cigarrillo y con una carcajada estrepitosa, que enfrió en sus venas la sangre del hombre le dijo:
---Conmovida por tu amargo sufrir, por tu sinceridad y confiar en mi, por tus hijos desamparados y porque me lo haz pedido por el amor de mi ave favorita, el pavo real, te voy a dar todo lo que necesitas.
La bruja procedió a cortar varias toronjas de un toronjil y ofreciéndoselas al hombre le dijo:
---Toma, aquí tienes el alimento de tus hijos. El hombre llenó su alforja con todos los frutos, en ese instante doce palomas blancas se posaron sobre un limonero y la bruja Zárate le dijo nuevamente:
---Puedes marcharte ya, esas palomas te servirán de guía. ¡Hazlo inmediatamente!.
Regresaba el pobre hombre pensativo y desilusionado. No lo podía creer: Se encontraba llevando en los hombros aquel cargamento de toronjas y en el alma la promesa de una mujer coqueta y repugnante.
---¿Para qué tanta fruta y tantas palabras vanas?.
LLegando a la mitad del camino y sientiendo aquella pesada carga, decidió alivianarla, y arrojó unas tantas toronjas por un precipicio que rodaron hasta llegar y desaparecer en las aguas de un río.
Más ligero, prosiguió su camino hasta llegar a su casa, cavilando en las toronjas y las palabras de la bruja Zárate. Sus hijos alegres salieron a su encuentro para preguntarle: ¿Qué les había mandado la señora Zárate?.
Fingiendo alegría, el hombre les contó que ella les mandaba unas hermosas toronjas y que al día siguiente llegarían doce palomas blancas a darles una agradable sorpresa.
A la mañana siguiente, las toronjas amanecieron convertidas en oro puro, y más tarde, el hombre y sus hijos percibieron el ladrido de los perros y pisadas de caballos.
Cuál sería su sorpresa al ver que regresaban las doce paseantes que una mañana, felices fueron a la montaña a bañarse y no regresaron más.
Lupita Olmedo venía adelante, galopando para estrechar a sus hijos y a su inconsolable esposo, que lloraba de felicidad.
Las mujeres contaron en el pueblo, que la bruja Zárate, al verlas bañarse en el río, tuvo la feliz ocurrencia de convertirlas en palomas blancas para que le formaran su corte de honor.
Pero el hombre se encontraba triste y pensativo. Pensaba con arrepentimiento en las tantas toronjas que había aventado al río, y en el tesoro que había perdido, pues ahora estarían convertidas todas ellas en otras tantas frutas de oro macizo.
Eso es todo por hoy.
¡Hasta la próxima!.
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Miér 09 Oct 2013, 4:14 pm
BREVES DE ULTRATUMBA.
LA CASA HOGAR.
Existe entre los pobladores añejos de esta ciudad, la conseja acerca de un Horfelinato del terror, donde según se afirma, fungía antiguamente como una casa de cuna, o algo así que dió pié a lo que después se conoció como guardería. Actualmente ya muy reluciente, al remodelarse y respetar fachadas, y todo lo que se pudo rescatar de los interiores, funge como el Archivo de la ciudad.
Esta historia dejemos que nos las relate el guardia de seguridad que le tocó vivirla en carne propia.
Nada nuevo, al realizar los rondines de ordinario. "Sin novedad, mi jefe".
Esta vez en el turno nocturno, a donde fue asignado, aún conociendo casi todos los recovecos del lugar, hacia el final de un largo pasillo, donde había un viejo almacén, le extraño ver iluminado el lugar, siendo que ya había procedido a apagar todas las luces del interior del edificio.
Se aproximó recelosamente, pensando que se hubiera colado algún ladrón o vicioso que luego deambulan por ahí hasta deshoras de la noche.
Escuchó ruidos extraños y lamentos dentro de la bodega, razón por la cual, procedió a inspeccionar el lugar. Despacio. se introdujo y auxiliado por la luz de su potente linterna, escudriñó al interior de la bodega y no vió nada. Todo parecía estar extrañamente tranquilo, pensando que su imaginación le hubiera jugada una mala pasada, debido a sus temores y pesadillas, que lo mantenenían en un estado de desasosiego y alerta vibrante.
Apenas cerró la puerta y se disponía a alejarse de allí, cuando nuevamente escuchó con claridad lamentos y lloro con mucho sentimiento de niños, mezclados con gritos de pavor demandando auxilio.
Venciendo su miedo que lo paralizaba, decidió dejar en claro de qué se trataba. Vacilante y temeroso, se adentró nuevamente, los quejidos lastimeros, el llanto doloroso y los gritos de agonía procedían del rincón más apartado de la bodega.
LLegó hasta el fondo, topando con la pared y no pudo encontrar nada. No obstante seguía escuchando aquellas voces del más allá, llantos y gritos como susurros en su oído, que provenía de detrás de la pared que tenía enfrente.
Armándose de valentía, palpó la pared en busca de una posible puerta disfrazada, golpeando virilmente con su tolete, en busca de oir hueco en alguna parte de la pared...... y lo encontró, sin mucho esfuerzo, una parte de la pared cedió ante un leve empujón de su hombro, ahí estaba un cuarto oculto cubierto totalmente en penumbras y tremendamente gélido.
Utilizando el haz de luz de su lámpara, aluzó abarcando la negrura del lugar, justo en el frente se dejaba ver una puertecilla enrejada como de un horno o escondrijo malholiente. Efectivamente, de la boca de aquella hoquedad, se empezó a propagar un olor pestilente a carne quemada, provocándole una ligera tos y espasmos como de un inminente vómito.
Sacó de entre las bolsas de su pantalón un pañuelo y se lo llevó a la nariz y dió media vuelta para retirarse de ahí a toda prisa, cuando justo en ese momento, siente no una, sino varias manecitas de niños que lo sujetan por los tobillos, impidiéndole dar un paso más. Inmediatamente, al girarse, no puede reprimir un grito de terror espeluznante al darse cuenta de que ya no está solo.
|
Varias criaturitas amorfas, todas despellejadas y con la carne expuesta con quemaduras extremas en todo el cuerpecito, se acercan gimiento hacia él....... extendiendo lo que les queda de sus muñones de bracitos, pidiéndole ayuda, entre quejidos de dolor apagados, llantos lastimeros y uno que otro alarido de dolor.
Obviamente, no pudo más, afortunadamente para él, su mente sufrió un shock y desconectándose en ese momento de todo lo que acontecía, cayó pesadamente cual fardo, golpeándose estrepitosamente contra el piso.
A la mañana siguiente, las personas del servicio de aseo, dieron cuenta del hallazgo del compañero guardia de seguridad, que lo encontraron completamente desmayado, dentro de un área que aparentemente no existía o no estaba contemplada como parte de la contrucción del viejo edificio.
El amigo guardia de seguridad procedió a pedir su cambio o baja en caso de negárselo, pues no quería volver a pasar una sola noche más en aquel lugar de pesadilla. Las autoridades, discretamente, volvieron a tapiar aquel cuarto donde se encuentra ese horno o crematorio, testigo explicable de varias desapariciones de bebés y niños, que huérfanos y desamparados, en aquel tiempo, ante las enfermedades y exceso de la población infantil que se podía atender, eran sacrificados inmisericordemente, ya que no habría quién reclamase sus cuerpecitos.
ALGO ME ESTÁ SUCEDIENDO..............
Una mañana extrañamente sombría por oscuros nubarrones en el cielo, me encontraba demabulando por una calle conocida del centro de la ciudad......... Nos
narra un albañil conocido nuestro.
No sabía a ciencia cierta si estaba despierto, estaba soñando, o tenía otra de esas pesadillas donde suelo desprenderme de mi cuerpo y pasar por extraordinarias aventuras en el astral.
Realmente no había motivo de explicación posible para encontrarme en ese lugar, ni cómo había llegado, ni siquiera podía saber con exctitud la hora que era en ese momento.
De pronto veo a una dama que camina tranquilamente hacia donde yo me encuentro y llamando su atención la detengo.
----- Perdone, me temo que he olvidado mi celular----- Dígame, ¿qué hora es?.
Cuando ella me puso atención, comenzó a gritar y se echó a correr velozmente toda apanicada.
También caí en la cuenta de que otras personas que pasaban cerca, me tenían miedo y me rehuían pegándose contra las fachadas de las casas o cruzaban de plano la calle a toda prisa, persignándose nerviosamente.
===Debe estar sucediendo algo muy extraño, o tengo algo yo que horroriza a la gente y se aleja al detectar mi presencia,=== Esto es muy raro. Pensé.
---¡Más vale que me vaya a la casa!, parece que este no es mi día.
Le hago la parada a un taxi, pero el chofer al echarme una ojeada, respinga y acelera su vehículo, alejándose de mí, que me quedé estuperfacto.
Ahora sí que no sabía qué hacer, no entendía lo que estaba ocurriendo y eso me estaba haciendo sentir un temor paralizante.
---"Bueno, quizá pueda venir por mí, mi linda esposa"---- Voy a llamarle.
Busqué y encontré rápidamente un teléfono público y llamé ansiosamente a mi queridísima esposa........
Pero, ¡qué raro!. Nadie contestaba......... Volví a marcar, insistentemente, y de pronto entró la llamada y contestó una voz completamente desconocida para mí.
---Disculpe, estoy llamando a casa de la familia "NNNNNNN".
--Sí, ¿a quién busca?.
---¿Está la señora "NNN", pregunté ansioso.
No, soy su sobrino, ella está en la funeraria, ----dijo la voz----.
---El día de ayer hubo un accidente en la calle del centro y su esposo, el señor "NNNN", murió en él. ¡Hoy mismo lo van a sepultar!.
Estába helado, sudando copiosamente, con la respiración alteradísima.
¡Qué bueno que sólo ha sido una horrible pesadilla!.
¡Qué bueno que estoy vivito y coleando!..........
.................. ¿O, no?
¡Eso es todo!
LA CASA HOGAR.
Existe entre los pobladores añejos de esta ciudad, la conseja acerca de un Horfelinato del terror, donde según se afirma, fungía antiguamente como una casa de cuna, o algo así que dió pié a lo que después se conoció como guardería. Actualmente ya muy reluciente, al remodelarse y respetar fachadas, y todo lo que se pudo rescatar de los interiores, funge como el Archivo de la ciudad.
Esta historia dejemos que nos las relate el guardia de seguridad que le tocó vivirla en carne propia.
Nada nuevo, al realizar los rondines de ordinario. "Sin novedad, mi jefe".
Esta vez en el turno nocturno, a donde fue asignado, aún conociendo casi todos los recovecos del lugar, hacia el final de un largo pasillo, donde había un viejo almacén, le extraño ver iluminado el lugar, siendo que ya había procedido a apagar todas las luces del interior del edificio.
Se aproximó recelosamente, pensando que se hubiera colado algún ladrón o vicioso que luego deambulan por ahí hasta deshoras de la noche.
Escuchó ruidos extraños y lamentos dentro de la bodega, razón por la cual, procedió a inspeccionar el lugar. Despacio. se introdujo y auxiliado por la luz de su potente linterna, escudriñó al interior de la bodega y no vió nada. Todo parecía estar extrañamente tranquilo, pensando que su imaginación le hubiera jugada una mala pasada, debido a sus temores y pesadillas, que lo mantenenían en un estado de desasosiego y alerta vibrante.
Apenas cerró la puerta y se disponía a alejarse de allí, cuando nuevamente escuchó con claridad lamentos y lloro con mucho sentimiento de niños, mezclados con gritos de pavor demandando auxilio.
Venciendo su miedo que lo paralizaba, decidió dejar en claro de qué se trataba. Vacilante y temeroso, se adentró nuevamente, los quejidos lastimeros, el llanto doloroso y los gritos de agonía procedían del rincón más apartado de la bodega.
LLegó hasta el fondo, topando con la pared y no pudo encontrar nada. No obstante seguía escuchando aquellas voces del más allá, llantos y gritos como susurros en su oído, que provenía de detrás de la pared que tenía enfrente.
Armándose de valentía, palpó la pared en busca de una posible puerta disfrazada, golpeando virilmente con su tolete, en busca de oir hueco en alguna parte de la pared...... y lo encontró, sin mucho esfuerzo, una parte de la pared cedió ante un leve empujón de su hombro, ahí estaba un cuarto oculto cubierto totalmente en penumbras y tremendamente gélido.
Utilizando el haz de luz de su lámpara, aluzó abarcando la negrura del lugar, justo en el frente se dejaba ver una puertecilla enrejada como de un horno o escondrijo malholiente. Efectivamente, de la boca de aquella hoquedad, se empezó a propagar un olor pestilente a carne quemada, provocándole una ligera tos y espasmos como de un inminente vómito.
Sacó de entre las bolsas de su pantalón un pañuelo y se lo llevó a la nariz y dió media vuelta para retirarse de ahí a toda prisa, cuando justo en ese momento, siente no una, sino varias manecitas de niños que lo sujetan por los tobillos, impidiéndole dar un paso más. Inmediatamente, al girarse, no puede reprimir un grito de terror espeluznante al darse cuenta de que ya no está solo.
|
Varias criaturitas amorfas, todas despellejadas y con la carne expuesta con quemaduras extremas en todo el cuerpecito, se acercan gimiento hacia él....... extendiendo lo que les queda de sus muñones de bracitos, pidiéndole ayuda, entre quejidos de dolor apagados, llantos lastimeros y uno que otro alarido de dolor.
Obviamente, no pudo más, afortunadamente para él, su mente sufrió un shock y desconectándose en ese momento de todo lo que acontecía, cayó pesadamente cual fardo, golpeándose estrepitosamente contra el piso.
A la mañana siguiente, las personas del servicio de aseo, dieron cuenta del hallazgo del compañero guardia de seguridad, que lo encontraron completamente desmayado, dentro de un área que aparentemente no existía o no estaba contemplada como parte de la contrucción del viejo edificio.
El amigo guardia de seguridad procedió a pedir su cambio o baja en caso de negárselo, pues no quería volver a pasar una sola noche más en aquel lugar de pesadilla. Las autoridades, discretamente, volvieron a tapiar aquel cuarto donde se encuentra ese horno o crematorio, testigo explicable de varias desapariciones de bebés y niños, que huérfanos y desamparados, en aquel tiempo, ante las enfermedades y exceso de la población infantil que se podía atender, eran sacrificados inmisericordemente, ya que no habría quién reclamase sus cuerpecitos.
ALGO ME ESTÁ SUCEDIENDO..............
Una mañana extrañamente sombría por oscuros nubarrones en el cielo, me encontraba demabulando por una calle conocida del centro de la ciudad......... Nos
narra un albañil conocido nuestro.
No sabía a ciencia cierta si estaba despierto, estaba soñando, o tenía otra de esas pesadillas donde suelo desprenderme de mi cuerpo y pasar por extraordinarias aventuras en el astral.
Realmente no había motivo de explicación posible para encontrarme en ese lugar, ni cómo había llegado, ni siquiera podía saber con exctitud la hora que era en ese momento.
De pronto veo a una dama que camina tranquilamente hacia donde yo me encuentro y llamando su atención la detengo.
----- Perdone, me temo que he olvidado mi celular----- Dígame, ¿qué hora es?.
Cuando ella me puso atención, comenzó a gritar y se echó a correr velozmente toda apanicada.
También caí en la cuenta de que otras personas que pasaban cerca, me tenían miedo y me rehuían pegándose contra las fachadas de las casas o cruzaban de plano la calle a toda prisa, persignándose nerviosamente.
===Debe estar sucediendo algo muy extraño, o tengo algo yo que horroriza a la gente y se aleja al detectar mi presencia,=== Esto es muy raro. Pensé.
---¡Más vale que me vaya a la casa!, parece que este no es mi día.
Le hago la parada a un taxi, pero el chofer al echarme una ojeada, respinga y acelera su vehículo, alejándose de mí, que me quedé estuperfacto.
Ahora sí que no sabía qué hacer, no entendía lo que estaba ocurriendo y eso me estaba haciendo sentir un temor paralizante.
---"Bueno, quizá pueda venir por mí, mi linda esposa"---- Voy a llamarle.
Busqué y encontré rápidamente un teléfono público y llamé ansiosamente a mi queridísima esposa........
Pero, ¡qué raro!. Nadie contestaba......... Volví a marcar, insistentemente, y de pronto entró la llamada y contestó una voz completamente desconocida para mí.
---Disculpe, estoy llamando a casa de la familia "NNNNNNN".
--Sí, ¿a quién busca?.
---¿Está la señora "NNN", pregunté ansioso.
No, soy su sobrino, ella está en la funeraria, ----dijo la voz----.
---El día de ayer hubo un accidente en la calle del centro y su esposo, el señor "NNNN", murió en él. ¡Hoy mismo lo van a sepultar!.
Estába helado, sudando copiosamente, con la respiración alteradísima.
¡Qué bueno que sólo ha sido una horrible pesadilla!.
¡Qué bueno que estoy vivito y coleando!..........
.................. ¿O, no?
¡Eso es todo!
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Jue 10 Oct 2013, 6:55 pm
EN CORTO DESDE EL MÁS ALLÁ.
Las historias de miedo te pondrán al filo de tu asiento, te conducirán por caminos extraños y aterradores, podrán a divagar tu mente donde la oscuridad, la niebla, la bruma, el grito de un ser desencarnado, ruidos innintelegibles o el aullido lastimero de un perro, transforman lugares ordinarios en parajes de pesadilla.
Prepárate a respirar el miedo, a transpirar el horror.
La guirnalda.
Sucedió en cualquier antro de la gran ciudad.
De pronto se cruzaron sus miradas y el joven se sintió irremediablemente atraído hacia aquella chica hermosa que, casualmente, se encontraba sola.
Rápidamente hicieron "rapport", coincidieron que la música había que aprovecharla y se pasaron la mayor parte de la velada bailando.
Justo a las doce en punto, ella exclamó:
----¡Tengo que retirarme ya!........ ¿Puedes darme un aventón?.
----Por supuesto, dijo él....... Yo también tengo que irme.
----Sabes, tuve un accidente con el coche al venir para acá: lo empotré contra un árbol. Comentó ella sin importancia. -----¡Creo que iba muy distraída!.
Condujo el joven por un camino que le indicó la muchacha y que no conocía mucho.
----Por favor, déjame por aquí......... Dijo de pronto ella.
----Más adelante, el camino se pone un tanto intransitable, me iré caminado desde aquí.
El joven detuvo el coche y le tendió la mano ofreciéndole una guirnalda.
----¡Ten te la regalo!..... La he tomado de una de las mesas del baile.
----Gracias........ Dijo ella: Es muy bonita. Me la pondré en el pelo.
----Disculpa...... ¿Te gustaría volver a salir conmigo alguna vez, quizás a pasear o ver una película?....... Aventuró el joven.
----¡Claro!, me encantará......... Contestó la chica.
Se despidieron y conduciendo por el camino de vuelta a su casa, el joven, iba muy pensativo, y cayó en la cuenta que no le había preguntado su nombre ni le pidió su número de teléfono para llamarle.
-----¡Tengo que regresar!. La voy a alcanzar..... El camino no puede estar tan mal después de todo.
Condujo lentamente por el viejo camino entre arboledas franqueándole el paso y no encontró rastro de la muchacha.
Más adelante, al girar en una curva se dió cuenta de que había habido un accidente de automóvil.
Un coche había ido a estrellarse de frente contra un árbol del camino y se había incendiado. Todavía salía algo de humo.
Sin saber porqué, todo su cuerpo se estremeció y un frío sudor comenzó a perlar su frente.
Al acercarse al coche pudo darse cuenta que había una persona atrapada en el interior, incrustada contra la barra de la dirección.
No había duda, era la hermosa joven con la que había bailado durante la velada. En su cabello llevaba colocada la guirnalda que le había obsequiado al despedirse.
El perrito negro.
Estos eran un par de amigos que gustaban de irse de cacería.
Un día sucedió algo inesperado. El más joven e inesperto en armas, sumamente nervioso al ver agitarse un matorral cercano, apuntó al azar su arma y disparó en dos ocasiones. Asustado, se acercó sólo para llevarse una mayúscula sorpresa.
Había matado a su compañero de caza y al lado de él estaba su fiel perrito negro que lo acompañaba invariablemente a recoger las presas.
El perrito negro le lamía la cara y gemía desconsolado. Pero al ver al joven escopeta en mano, comenzó a ladrarle furiosamente y gruñendo le mostraba sus afilados colmillos. Tan desconcertado y asustado estaba el joven que sin pensarlo mató también al pobre perrito negro.
Huyó lejos de allí, desesperado fue a refugiarse con unos familiares al norte del país.
Durante largas noches no sucedió nada extraño, y poco a poco se le iban olvidando los sucesos de aquella tragedia en la cacería.
Una noche de luna llena, oyó los ladridos del perro de su amigo junto a la casa donde se hospedaba.
___¡Es sólo mi imaginación!. Ese perro está bien muerto. Le disparé y no pude haber fallado.______
A la mañana siguiente, al salir de la casa, vió al perrito negro. Estaba esperándole afuera....... De ahí en adelante, no hubo un solo día ni una noche en que no lo viera, o lo escuchara arañando la puerta y ladrar para llamar su atención.
Invariablemente, el joven encontraba pelos negros del perro en el sofá, en el suelo, en la cama e incluso en su comida.
Si algún vecino le decía que no había visto ningún perro, el replicaba: Tú no lo verás, pero yo sí que lo veo........ Y no estoy más loco que tú.
Así transcurrió el tiempo y él no se podía quitar de encima la presencia de aquel perrito negro, hasta que un día menos pensado, ya no vieron más al joven y pensaron que se había regresado a su pueblo.
Algunos días después encontraron su cuerpo cerca del poblado en el campo.
Se pensaba que lo hubieran asesinado para robarle, pero no había huellas de asaltantes ni marcas en su cuerpo.
Todo parecía indicar un infarto por el rictus de dolor en el rostro, que no encajaba con lo desorbitado de sus ojos y la cara de pánico que reflejaba. Además, cuando los vecinos encontraron su cuerpo había pelos negros de perro en su ropa: incluso tenía algunos en la cara y olía como si un perro le hubiera orinado en el rostro.
Y sin embargo, nadie había visto ningún perro negro merodenado por lo alrededores.
Las dos monedas de plata.
Una ávara anciana enfermó y murió. Como no tenía familiares ni amigos que la asistieran, los vecinos se colectaron para comprarle un ataúd y pagarle al enterrador del pueblo para que le diera cristiana sepultura. Decidieron velarla en su propia casa y caritativamente la vistieron con sus mejores ropas antes de depositarla dentro del ataúd. Al buscar la ropa en su cómoda, encontraron también dos viejos dólares de plata y los colocaron sobre sus ojos que habían quedado desmesurdamente abiertos.
Ya en el panteón y una vez que comenzaron a retirarse los pocos asistentes, el enterrador contemplaba admirado los dos dóalres de plata que destellaban a la tenue luz del sol del atardecer.
Estiró la mano y los cogió pero no pudo evitar ver a los ojos de la difunta, que sintió cómo se clavaban en él, aquellos ojos tan abiertos, que miraban sin ver.
Sintió un miedo atroz y paralizante. Inconscientemente volvió a colocarlos sobre los párpados, pero antes de que pudiera razonar cabalmente, extendió las manos y cogió ansiosamente las monedas y se las metió en el bolsillo.
A continuación agarró el martillo y rápidamente cerró y clavó la tapa del ataúd.
---Ahora ya no puedes ver nada....... Le dijo, y deposítandola en la fosa abierta, la enterró tan de prisa como pudo, todo aterrorizado.
Ya en su casa, el enterrador metió los dólares de plata en una cajita metálica y la agitó. Las monedas tintinearon alegremente, pero el enterrador no lograba apartar de su mente la mirada fija penetrante de aquellos ojos abiertos.
La noche pasaba lentamente, y el enterrador yacía allí en su cama, sin poder dormir. Pensando en cómo le miraban los ojos de la anciana.
Sin saber cómo ni de dónde, repentinamente oyó una voz que clamaba:
-----¿Dónde está mi dinero?....... ¡Quiero mi dinero!.
El enterrador estaba sumamente asustado. Saltó de la cama y apiló contra la puerta todos los muebles que pudo y cerró las ventanas y puso una caja fuerte muy pesada sobre la cajita metálica donde había metido los dos dólares de plata.
En el exterior, una voz de ultratumba seguía demandando:
----¡Dáme mi dinero!...... ¡Tú tienes mi dinero!.
Y el viento ululó trepidante, y abrió las ventanas de para en par.
De pronto, la puerta delantera se abrió de golpe y entró el fantasma de la mujer muerta con los ojos muy abiertos, mirándolo todo sin ver nada.
En eso, el pobre enterrador cayó sin vida al suelo. No pudo resistir tremendo impacto su débil corazón.
----¡Mi dinero, tú tienes mi dinero!........ Aún se siguen escuchando las demandas de la anciana de los ojos muy abiertos pidiendo su dinero.
----Tú. si tú.......... ¡Tú tienes mi dinero!.
Los anillos.
Para variar, otra de un enterrador en el viejo panteón del pueblo.
La joven esposa había perdido su batalla contra el coma que la tenía postrada ya más de un mes. Había fallecido, así lo certificó el médico que la atendía.
---Descanse por siempre en paz. Dijo su marido y se dispuso a los preparartivos para los funerales.
---Descanse en paz...... Pronunció al despedirse de ella en el panteón.
Pero no fue así. A media noche, un ladrón de tumbas que no era otro que el mismo enterrador, provisto de una pala y una linterna comenzó a cavar en la sepultura recién tapada con tierra.
Como la tierra estaba todavía muy blanda, el ataúd quedó enseguida al descubierto y procedió a abrir la tapa al punto.
Su presentimiento era muy acertado. ¡Bingo!. La joven esposa había sido enterrada con dos valioso anillos en sus dedos: uno de boda con un diamante y otro con un rubí incrustado que resplandecía como si tuviera vida propia.
El ladrón se puso de rodillas y se inclinó dentro del ataúd para hacerse de ambos anillos.
Tomó la mano de la muerta y tiró de los anillos uno a uno, aunque estaban muy apretados, dificultándosele su labor.
Decidió entonces que para obtenerlos, no había más remedio que proceder a cortarle los dedos.
Trató de cortar primero el del anillo de boda pero..... Salpicó la sangre y la mujer muerta ¡pegó un respingo!....... y, de repente......... ¡Se sentó!.......
Aterrorizado, el ladrón se puso en pie de un tremendo salto y tiró la linterna sin querer, quedándose sin luz. Podía oir a la joven que comenzaba a salir de la tumba....... Cuando sintió que se le acercaba en la oscuridad, se quedó paralizado por el terror, aferrado al cuchillo.
Cuando ella le vió, se arrancó la mortaja y le preguntó:
----¿Quién es usted?.........
Al escuchar hablar al "cadáver", el ladrón de tumbas salió corriendo despavorido como alma que lleva el mismo diablo...........
La joven se encogió de hombros, como que no comprendiera aquella actitud y echó a andar sin mirar atrás ni una sola vez.
Entre tanto, el ladrón de tumbas, con los sentidos embotados por el miedo, huyó en dirección equivocada: Se cayó cuan largo era dentro de la tumba descubierta y se clavó el cuchillo que aferraba. Mientras la joven caminaba hacia su casa, el ladrón se desangraba hasta morir.
La pata de la gata.
Alguien estaba robando la carne que el señor "X" guardaba en su despensa. Todos los días desaparecía el jamón, salchicha u otra cosa. Así que el señor "X", furioso, decidió que eso tenía que acabar. Una noche se escondió en la despensa armado con su rifle y esperó al ladrón furtivo.
No tuvo que esperar mucho, ya que enseguida, entró muy sigilosamente una enorme gata negra. Era la gata más grande que el señor "X" había visto en toda su vida.
Cuando de un ágil salto descolgó y tiró al suelo una pieza de jamón que colgaba del techo, el señor "X" empuñó firmemente su rifle y encendió las luces. Disparó y le alcanzó a arrancar al animal parte de una pata.
El señor "X", extrañado y dubitativo, estaba seguro de haber oído un grito de mujer, justo después de disparar. La gata, herida, comenzó a correr por la habitación escupiendo y maullando. Después, subió a todo correr por la chimenea y se fue.
Ahora el señor "X" miraba fijamente la pata de la gata....... Lo que ocurría es que ya no era una pata de animal.
Un pie de mujer yacía retorciéndose en el suelo, ensangrentado y destrozado por el disparo que había hecho atinadamente.
----"Así que la que ha hecho todo esto ha sido una bruja".------ se dijo para sí.
Justo en ese momento, uno de los vecinos del señor "X", bajaba a toda carrera por el camino buscando un médico. Le dijo al señor "X" que había habido un accidente y le habían disparado a su mujer en el pié.
----¡Voy por un médico!...... ----Está sangrando de mala manera----- Dijo.... Al tiempo que se alejaba corriendo.
El médico llegó justo a tiempo para salvarla. Las personas que curiosas estaban por allí y que vieron lo ocurrido, dijeron que la mujer "escupía y maullaba como si fuera un gato".
La mano del muerto.
Entre los estudiantes de la escuela de medicina todos se llevaban muy bien, pero todos se llevaban mal con un compañero que para todo tenía la razón, era el "cerebrito" y siempre los echaba de cabeza.
Una noche, varios estudiantes trataron de asustarlo gastándole una broma. Tomaron prestada la mano de un cadáver que habían estudiado en anatomía y la colgaron del cordón de la luz de su baño. Cuando el joven "brillante" fuera a encender la luz, seguramente se encontraría estrechando la mano de un muerto y se llevaría tremendo susto.
Después de colocar la mano en su lugar, se fueron a pasear con las chicas y cuando regresaron, fueron directamente al cuarto de la "estrellita" y lo encontraron bien dormido profundamente.
Pero cuando a la mañana siguiente, no apareció, decidieron averiguar lo que había pasado.
No había rastro del joven en la habitación. Pero de pronto lo encontraron: estaba sentado en el suelo del baño mirando fijamente con los ojos fuera de sus órbitas.
¡La mano del muerto estaba aferrada a su cuello amoratado ya sin vida!.
La "bromita" había funcionado a la perfección......... Pero nadie se reía.
Espero que puedan dormir.
"Aguas con la mano que aprieta!
Las historias de miedo te pondrán al filo de tu asiento, te conducirán por caminos extraños y aterradores, podrán a divagar tu mente donde la oscuridad, la niebla, la bruma, el grito de un ser desencarnado, ruidos innintelegibles o el aullido lastimero de un perro, transforman lugares ordinarios en parajes de pesadilla.
Prepárate a respirar el miedo, a transpirar el horror.
La guirnalda.
Sucedió en cualquier antro de la gran ciudad.
De pronto se cruzaron sus miradas y el joven se sintió irremediablemente atraído hacia aquella chica hermosa que, casualmente, se encontraba sola.
Rápidamente hicieron "rapport", coincidieron que la música había que aprovecharla y se pasaron la mayor parte de la velada bailando.
Justo a las doce en punto, ella exclamó:
----¡Tengo que retirarme ya!........ ¿Puedes darme un aventón?.
----Por supuesto, dijo él....... Yo también tengo que irme.
----Sabes, tuve un accidente con el coche al venir para acá: lo empotré contra un árbol. Comentó ella sin importancia. -----¡Creo que iba muy distraída!.
Condujo el joven por un camino que le indicó la muchacha y que no conocía mucho.
----Por favor, déjame por aquí......... Dijo de pronto ella.
----Más adelante, el camino se pone un tanto intransitable, me iré caminado desde aquí.
El joven detuvo el coche y le tendió la mano ofreciéndole una guirnalda.
----¡Ten te la regalo!..... La he tomado de una de las mesas del baile.
----Gracias........ Dijo ella: Es muy bonita. Me la pondré en el pelo.
----Disculpa...... ¿Te gustaría volver a salir conmigo alguna vez, quizás a pasear o ver una película?....... Aventuró el joven.
----¡Claro!, me encantará......... Contestó la chica.
Se despidieron y conduciendo por el camino de vuelta a su casa, el joven, iba muy pensativo, y cayó en la cuenta que no le había preguntado su nombre ni le pidió su número de teléfono para llamarle.
-----¡Tengo que regresar!. La voy a alcanzar..... El camino no puede estar tan mal después de todo.
Condujo lentamente por el viejo camino entre arboledas franqueándole el paso y no encontró rastro de la muchacha.
Más adelante, al girar en una curva se dió cuenta de que había habido un accidente de automóvil.
Un coche había ido a estrellarse de frente contra un árbol del camino y se había incendiado. Todavía salía algo de humo.
Sin saber porqué, todo su cuerpo se estremeció y un frío sudor comenzó a perlar su frente.
Al acercarse al coche pudo darse cuenta que había una persona atrapada en el interior, incrustada contra la barra de la dirección.
No había duda, era la hermosa joven con la que había bailado durante la velada. En su cabello llevaba colocada la guirnalda que le había obsequiado al despedirse.
El perrito negro.
Estos eran un par de amigos que gustaban de irse de cacería.
Un día sucedió algo inesperado. El más joven e inesperto en armas, sumamente nervioso al ver agitarse un matorral cercano, apuntó al azar su arma y disparó en dos ocasiones. Asustado, se acercó sólo para llevarse una mayúscula sorpresa.
Había matado a su compañero de caza y al lado de él estaba su fiel perrito negro que lo acompañaba invariablemente a recoger las presas.
El perrito negro le lamía la cara y gemía desconsolado. Pero al ver al joven escopeta en mano, comenzó a ladrarle furiosamente y gruñendo le mostraba sus afilados colmillos. Tan desconcertado y asustado estaba el joven que sin pensarlo mató también al pobre perrito negro.
Huyó lejos de allí, desesperado fue a refugiarse con unos familiares al norte del país.
Durante largas noches no sucedió nada extraño, y poco a poco se le iban olvidando los sucesos de aquella tragedia en la cacería.
Una noche de luna llena, oyó los ladridos del perro de su amigo junto a la casa donde se hospedaba.
___¡Es sólo mi imaginación!. Ese perro está bien muerto. Le disparé y no pude haber fallado.______
A la mañana siguiente, al salir de la casa, vió al perrito negro. Estaba esperándole afuera....... De ahí en adelante, no hubo un solo día ni una noche en que no lo viera, o lo escuchara arañando la puerta y ladrar para llamar su atención.
Invariablemente, el joven encontraba pelos negros del perro en el sofá, en el suelo, en la cama e incluso en su comida.
Si algún vecino le decía que no había visto ningún perro, el replicaba: Tú no lo verás, pero yo sí que lo veo........ Y no estoy más loco que tú.
Así transcurrió el tiempo y él no se podía quitar de encima la presencia de aquel perrito negro, hasta que un día menos pensado, ya no vieron más al joven y pensaron que se había regresado a su pueblo.
Algunos días después encontraron su cuerpo cerca del poblado en el campo.
Se pensaba que lo hubieran asesinado para robarle, pero no había huellas de asaltantes ni marcas en su cuerpo.
Todo parecía indicar un infarto por el rictus de dolor en el rostro, que no encajaba con lo desorbitado de sus ojos y la cara de pánico que reflejaba. Además, cuando los vecinos encontraron su cuerpo había pelos negros de perro en su ropa: incluso tenía algunos en la cara y olía como si un perro le hubiera orinado en el rostro.
Y sin embargo, nadie había visto ningún perro negro merodenado por lo alrededores.
Las dos monedas de plata.
Una ávara anciana enfermó y murió. Como no tenía familiares ni amigos que la asistieran, los vecinos se colectaron para comprarle un ataúd y pagarle al enterrador del pueblo para que le diera cristiana sepultura. Decidieron velarla en su propia casa y caritativamente la vistieron con sus mejores ropas antes de depositarla dentro del ataúd. Al buscar la ropa en su cómoda, encontraron también dos viejos dólares de plata y los colocaron sobre sus ojos que habían quedado desmesurdamente abiertos.
Ya en el panteón y una vez que comenzaron a retirarse los pocos asistentes, el enterrador contemplaba admirado los dos dóalres de plata que destellaban a la tenue luz del sol del atardecer.
Estiró la mano y los cogió pero no pudo evitar ver a los ojos de la difunta, que sintió cómo se clavaban en él, aquellos ojos tan abiertos, que miraban sin ver.
Sintió un miedo atroz y paralizante. Inconscientemente volvió a colocarlos sobre los párpados, pero antes de que pudiera razonar cabalmente, extendió las manos y cogió ansiosamente las monedas y se las metió en el bolsillo.
A continuación agarró el martillo y rápidamente cerró y clavó la tapa del ataúd.
---Ahora ya no puedes ver nada....... Le dijo, y deposítandola en la fosa abierta, la enterró tan de prisa como pudo, todo aterrorizado.
Ya en su casa, el enterrador metió los dólares de plata en una cajita metálica y la agitó. Las monedas tintinearon alegremente, pero el enterrador no lograba apartar de su mente la mirada fija penetrante de aquellos ojos abiertos.
La noche pasaba lentamente, y el enterrador yacía allí en su cama, sin poder dormir. Pensando en cómo le miraban los ojos de la anciana.
Sin saber cómo ni de dónde, repentinamente oyó una voz que clamaba:
-----¿Dónde está mi dinero?....... ¡Quiero mi dinero!.
El enterrador estaba sumamente asustado. Saltó de la cama y apiló contra la puerta todos los muebles que pudo y cerró las ventanas y puso una caja fuerte muy pesada sobre la cajita metálica donde había metido los dos dólares de plata.
En el exterior, una voz de ultratumba seguía demandando:
----¡Dáme mi dinero!...... ¡Tú tienes mi dinero!.
Y el viento ululó trepidante, y abrió las ventanas de para en par.
De pronto, la puerta delantera se abrió de golpe y entró el fantasma de la mujer muerta con los ojos muy abiertos, mirándolo todo sin ver nada.
En eso, el pobre enterrador cayó sin vida al suelo. No pudo resistir tremendo impacto su débil corazón.
----¡Mi dinero, tú tienes mi dinero!........ Aún se siguen escuchando las demandas de la anciana de los ojos muy abiertos pidiendo su dinero.
----Tú. si tú.......... ¡Tú tienes mi dinero!.
Los anillos.
Para variar, otra de un enterrador en el viejo panteón del pueblo.
La joven esposa había perdido su batalla contra el coma que la tenía postrada ya más de un mes. Había fallecido, así lo certificó el médico que la atendía.
---Descanse por siempre en paz. Dijo su marido y se dispuso a los preparartivos para los funerales.
---Descanse en paz...... Pronunció al despedirse de ella en el panteón.
Pero no fue así. A media noche, un ladrón de tumbas que no era otro que el mismo enterrador, provisto de una pala y una linterna comenzó a cavar en la sepultura recién tapada con tierra.
Como la tierra estaba todavía muy blanda, el ataúd quedó enseguida al descubierto y procedió a abrir la tapa al punto.
Su presentimiento era muy acertado. ¡Bingo!. La joven esposa había sido enterrada con dos valioso anillos en sus dedos: uno de boda con un diamante y otro con un rubí incrustado que resplandecía como si tuviera vida propia.
El ladrón se puso de rodillas y se inclinó dentro del ataúd para hacerse de ambos anillos.
Tomó la mano de la muerta y tiró de los anillos uno a uno, aunque estaban muy apretados, dificultándosele su labor.
Decidió entonces que para obtenerlos, no había más remedio que proceder a cortarle los dedos.
Trató de cortar primero el del anillo de boda pero..... Salpicó la sangre y la mujer muerta ¡pegó un respingo!....... y, de repente......... ¡Se sentó!.......
Aterrorizado, el ladrón se puso en pie de un tremendo salto y tiró la linterna sin querer, quedándose sin luz. Podía oir a la joven que comenzaba a salir de la tumba....... Cuando sintió que se le acercaba en la oscuridad, se quedó paralizado por el terror, aferrado al cuchillo.
Cuando ella le vió, se arrancó la mortaja y le preguntó:
----¿Quién es usted?.........
Al escuchar hablar al "cadáver", el ladrón de tumbas salió corriendo despavorido como alma que lleva el mismo diablo...........
La joven se encogió de hombros, como que no comprendiera aquella actitud y echó a andar sin mirar atrás ni una sola vez.
Entre tanto, el ladrón de tumbas, con los sentidos embotados por el miedo, huyó en dirección equivocada: Se cayó cuan largo era dentro de la tumba descubierta y se clavó el cuchillo que aferraba. Mientras la joven caminaba hacia su casa, el ladrón se desangraba hasta morir.
La pata de la gata.
Alguien estaba robando la carne que el señor "X" guardaba en su despensa. Todos los días desaparecía el jamón, salchicha u otra cosa. Así que el señor "X", furioso, decidió que eso tenía que acabar. Una noche se escondió en la despensa armado con su rifle y esperó al ladrón furtivo.
No tuvo que esperar mucho, ya que enseguida, entró muy sigilosamente una enorme gata negra. Era la gata más grande que el señor "X" había visto en toda su vida.
Cuando de un ágil salto descolgó y tiró al suelo una pieza de jamón que colgaba del techo, el señor "X" empuñó firmemente su rifle y encendió las luces. Disparó y le alcanzó a arrancar al animal parte de una pata.
El señor "X", extrañado y dubitativo, estaba seguro de haber oído un grito de mujer, justo después de disparar. La gata, herida, comenzó a correr por la habitación escupiendo y maullando. Después, subió a todo correr por la chimenea y se fue.
Ahora el señor "X" miraba fijamente la pata de la gata....... Lo que ocurría es que ya no era una pata de animal.
Un pie de mujer yacía retorciéndose en el suelo, ensangrentado y destrozado por el disparo que había hecho atinadamente.
----"Así que la que ha hecho todo esto ha sido una bruja".------ se dijo para sí.
Justo en ese momento, uno de los vecinos del señor "X", bajaba a toda carrera por el camino buscando un médico. Le dijo al señor "X" que había habido un accidente y le habían disparado a su mujer en el pié.
----¡Voy por un médico!...... ----Está sangrando de mala manera----- Dijo.... Al tiempo que se alejaba corriendo.
El médico llegó justo a tiempo para salvarla. Las personas que curiosas estaban por allí y que vieron lo ocurrido, dijeron que la mujer "escupía y maullaba como si fuera un gato".
La mano del muerto.
Entre los estudiantes de la escuela de medicina todos se llevaban muy bien, pero todos se llevaban mal con un compañero que para todo tenía la razón, era el "cerebrito" y siempre los echaba de cabeza.
Una noche, varios estudiantes trataron de asustarlo gastándole una broma. Tomaron prestada la mano de un cadáver que habían estudiado en anatomía y la colgaron del cordón de la luz de su baño. Cuando el joven "brillante" fuera a encender la luz, seguramente se encontraría estrechando la mano de un muerto y se llevaría tremendo susto.
Después de colocar la mano en su lugar, se fueron a pasear con las chicas y cuando regresaron, fueron directamente al cuarto de la "estrellita" y lo encontraron bien dormido profundamente.
Pero cuando a la mañana siguiente, no apareció, decidieron averiguar lo que había pasado.
No había rastro del joven en la habitación. Pero de pronto lo encontraron: estaba sentado en el suelo del baño mirando fijamente con los ojos fuera de sus órbitas.
¡La mano del muerto estaba aferrada a su cuello amoratado ya sin vida!.
La "bromita" había funcionado a la perfección......... Pero nadie se reía.
Espero que puedan dormir.
"Aguas con la mano que aprieta!
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Lun 21 Oct 2013, 6:56 pm
MINI RELATOS DE SUSPENSO............
MIsa de difuntos.
Era su costumbre levantarse temprano los domingos para asisitir a la misa de las siete en punto, por lo general, escuchaba las campanas tañendo invitando para la celebración del servicio religioso.
Cierta mañana la sorprendió el llamado de la última campanada aún en su cama, así que penso:"ya se mi hizo muy tarde".
Saltó de la cama, se apresuró a vestirse y se salió de su casa sin fijarse para nada en el reloj.
Afuera todavía estaba oscuro, pero eso era normal en esa época del año con el cambio de horario.
María era la única persona que transitaba por la oscura calle, no se oía otro ruído que el taconeo de sus zapatillas sobre el duro pavimento.
---"Ya deben estar todos en la iglesia". Pensaba.
Así que pronto llegó al templo y entró sigilosamente y se sentó en la últimas bancas, el servicio había comenzado.
Cuando respiró más tranquila, atizbó a su alrededor y observó a gran cantidad de pesonas que no había visto nunca. Sólo la mujer que estaba a su lado le resultaba algo familiar..................
María sonrió. ---"Es mi amiga Idalia".......
Pero enseguida frunció el ceño: "Pero si está muerta!.....Murió ya hace más o menos un mes.
Ahora se sentía desconcertada, descompuesta, temblaba ligeramente.
Miró a su alrededor otra vez, y a medida que sus ojos iban adaptándose a la débil iluminación, María vió algunos esqueletos con trajes y vestidos.
---Esta es una misa especial para los muertos. Pensó..........
---¿Acaso yo estoy muerta?...... Aquí hay puros muertos, menos yo. Temblaba llena de terror.
María se dió cuenta que algunos esqueletos la miraban fijamente, amenazadoramente. Parecían irritados, como si se dieran cuenta de que María no debería estar allí.
Su amiga Idalia se inclinó hacia ella con su rostro terriblemente desfigurado y le susurró al oído......
--Si en algo aprecias tu vida, márchate tan pronto termine la bendición.
Cuando la misa finalizaba, el sacerdote procedió a dar la bendición:
---Que el Señor los bendiga y los guarde..................
María tomó su abrigo y se dirigió inmediatamente hacia la puerta. Ya algunos de los muertos asistentes se dirigían a ella con los brazos extendidos, mientras otros se levantaban para acercarse también.
María estaba tan aterrada que echó a correr. Salió de la iglesia a toda carrera, llevando atrás de ella a un atajo de aullantes espectros pisándole los talones.
---¡Fuera de aquí!...... Gritó uno.
...Otro vociferó: -----¡Aquí no eres bien recibida!.........Y le arrancó el abrigo.
---¡No se te ocurra volver nunca más!........
Al atravesar la calle y ganar la otra banqueta, ya había salido el sol y los muertos que la perseguían se fueron desvaneciendo.
María horrorizada y temblando se había detenido y pensaba: ---¿Ha ocurrido esto de verdad?..... O ha sido un sueño y todavía estoy en mi cama dormida.
Pero se estremeció aún más, cuando vió su abrigo tirado en el piso y lo recogió, sumida en su más escalofriantes pensamientos sobre lo acontecido minutos antes.
Extraños ruidos.
Había en el barrio una casa abandonada, semiderruída por los años. Era una construcción muy vieja, donde ya nadie había vivido por años. De vez en cuando, alguien forzaba una ventana o una puerta y pasaba allí la noche, pero nunca se quedaba más tiempo.
Un par de borrachines conocidos, a los cuales había sorprendido una feroz tormenta, a sabiendas del lugar, se refugiaron en la casona por esa noche, para seguir libando tranquilamente al resguardo de la tormenta.
En eso estaban alegue y alegue, intercambiando la botella de aguardiente, cuando se empezaron a oir ruidos extraños que los pusieron muy alertas.
Priemero oyeron pasos en el piso de arriba. Parecía que hubiera personas moivéndose de aquí para allá. Al grito de:
---¿Quién anda ahí?. Cesaron los pasos y volvio el silencio de la noche.
Entonces escucharon un grito escalofriante de una muejr. El grito se transformó en gemido y dejó de oirse lentamente.
Se sobrecogieron llenos de temor, temblaban de pies a cabeza. El sopor de la bebida embriagante los hacía dudar si estaba pasando eso en realidad.
De pronto, del techo empezó a escurrir sangre, provocando se aparecieran charcos del rojizo y viscoso líquido en el suelo.
En el piso de arriba se escuchó la puerta dar un fuerte cerronazo y la mujer volvió a gritar:
--¡A mí no!.... Parecía que estuviera huyendo. Desde abajo se escuchaba el golpeteo de los tacones.
--¡Te tengo!... Vociferó un hombre, y el techo vibró como si alguien azotara en el piso.
Luego, silencio.... Silencio aterrador. No se oyó ningún ruido, hasta que el hombre de la nada, apareció delante de ellos riéndose cruelmente y arrastraba jalando de los cabellos a la pobre mujer que había apuñalado brutalmente.
¡Ja, ja, ja, ja, ja!........ Siguen ustedes..... Decía mientras los señalaba con el dedo índice de fuego, sin dejar de reir a carcajadas desquiciantes.
Un resplandor repentino llenó lo que quedaba de aquella parte de la casa, y pudieron vislumbrar en el rostro del hombre horroroso, la más cruel de las intenciones y en el momento en que retumbó un trepidante trueno, los borrachines aterrados, salieron huyendo de la casa hacia la atroz tormenta.
El ventanal.
María y su hermanos José y Javier, compartían una casita en lo alto de una colina en las afueras del poblado.
Una noche de verano, María no podía dormir ya que hacía tanto calor que la mantenía despierta. Se sentó en la cama para mirar la luna a través de la ventana. De pronto algo llamó su atención: Un par de lucecillas amarillo-verdosas que se movían entre los árboles, en la falda de la colina próxima al cementerio del lugar.
Parecían los ojos de un animal, pero no podía distinguir de qué se trataba exactamente.
Durante varios minutos, María lo perdió de vista, pero poco después, la volvió a ver cruzando el patio en dirección a su ventana. Era algo parecido a un hombre.... Pero sólo parecido.
María estaba aterrorizada. Quería salir corriendo de su habitación, pero la puerta estaba junto a la ventana. Tenía miedo de que la criatura la viera y entrara antes de que ella lograra escapar.
En unos instantes, al perderlo de vista, María se quedó helda, mirando de hito en hito una cara contraída, como de momia, a través de la ventana. Tenía ojos amarillo-verdosos que destellaban como los de un enorme gato. María quiso gritar, pero sentía tanto miedo, que estaba paralizada por el terror y de su graganta no pudo emitir sonido alguno.
La criatura rompió el cristal de la ventana en añicos, irrumpiendo dentro de la habitación de la muchacha. Se arrastró lentamente hacia ella. María trató de reaccionar pero la criatura la alcanzó. La agarró por el cabello con sus dedos largos y huesudos y, echándole la cabeza hacia atrás, le clavó los colmillos en la tersa garganta.
María gritó y se desmayó. Cuando sus hermanos oyeron su penetrante grito, corrieron a su habitación y se encontraron a María que yacía en el piso inconsciente y ensangrentada, y de la criatura, ni rastro porque ya había huído.
Uno de los hermanos se aventuró a perseguir a la criatura colina abajo hacia el cementerio, pero fue inútil, ya que en realidad, no sabía qué o cómo era lo que buscaba.
Las autoridades investigadoras, afirmaban que se trataba de la obra de un lunático evadido que se creía un vampiro.
Cuando María se recupéró los hermanos le propusieron mudarse a un lugar más seguro, en el que fuera más difícil entrar en la casa, pero María no quiso irse de la casa de sus padres. Pensaban que la criatura no volvería más por ahí, pero por si acaso, tomarían sus precauciones, así que José y Javier se hicieron de pistolas cargadas que guradaron en sus habitaciones.
Una noche, meses después, María se despertó al oir arañazos en la ventana. Cuando abrió los ojos, allí estaba la misma cara carcomida mirándole fijamente. Esa noche los hermanos la oyeron gritar a tiempo. Persiguieron a la criatura colina abajo y José le disparó atinándole en la pierna; pero la criatura aullando ferozmente, se las arregló para trepar el muro del cementerio y desaparecer por entre las tumbas del viejo panteón.
Al día siguiente, María y sus hermanos vigilaban mientras el sacristán de la iglesia abría el panteón. Dentro encontraron una horrible escena: atúdes rotos, huesos y carne podrida estaban desperdigados por el suelo. Sólo un ataúd no había sido profanado.
Cuando el sacristán lo abrió, allí yacía la criatura con la cara carcomida que había atacado a María. La bala delatora estaba en su pierna.
Porcedieron a realizar lo único que sabían para poder librarse de un vampiro. Le clavaron una enorme estaca de madera en el pecho. Posteriormente, el sacristán encendió una rugiente fogata cerca de la tumba y arrojaron el carcomido cuerpo a las llamas. Observaron cómo ardía, hasta que lo único que quedó de él fueron sólo las cenizas.
¿Te gustan las salchichas?
Una oscura y lluviosa tarde de sábadito alegre, un carnicero gordo y jovial de una carnicería del fraccionamiento, discutía por motivos de dinero, (para variar) con su mujer. Ambos perdieron los estribos y se liaron a golpes, forcejeando por prevalecer el uno sobre el otro, hasta que en un arranque de locura, el carnicero la mató con uno de sus afilados cuchillos.
El Carnicero mezcló el picadillo obtenido del cuerpo de su flamante esposa con carne de cerdo, la sazonó con sal y pimienta; añadió además un poco de salvia y tomillo, conservadores y un pizca de ajo a su gusto.
Para darle el toque definitivo, la metió en el cuarto de ahumar. Cuando estuvo lista, la llamó "Salchicha especial ahumada".
Hubo tal demanda de esa nueva salchica ahumada, que el carnicero pensó en ampliar su carnicería y comprar más cerdos selectos para criarlos y al mismo tiempo, comenzó a echarle el ojo, de manera perspicaz y furtiva a uno que otro de sus asiduos clientes y conocidos.
Un buen día, estaba de tan buen humor, que silbaba gustoso, cuando entró en su local una bonita y rolliza profesora de escuela a la que ya conocía. La trató de lo mejor y la galanteó a tal grado que se ganó enteramente su confianza. Así que decididamente, la transformó en picadillo.
Otro día, fue un dentista el que entró a su carnicería. Era un hombre pequeño y redondo, (muy redondito). Así que sin pensarlo dos veces, este rechonchito profesionista terminó en la picadora de carne.
Su clientela iba en aumento, sus salchichas eran de lo más codiciadas, pues tenían un "no se qué" que los hacía verdaderos adictos a consuimirlas, pero sólo en esa carnicería en especial.
Veces desaparecían algunos niños del vecindario. Veces era que disminuía la población de perros o de gatos; curisosamente, nadie siquiera sospechaba en lo más mínimo, que el carnicero afamado tuviera algo que ver con ello.
Todo iba tan bien, hasta que un día, el carnicero de marras cometió un grave error: Un chico gordito que entró a la carnicería. El carniceró lo agarró y comenzó a arrastrarlo hasta la picadora; pero el muchacho escapó y salió corriendo de la carnicería. El carnicero, sin pensarlo, salió corriendo tras su presa que se le iba, blandiendo tremendo cuchilllote en mano.
Cuando los vecinos lo vieron, se dieron cuenta al momento de lo que les había pasado a todos los desaparecidos: personas o animales......... Niños, adultos, gatos, perros y sabrá que otras cosas más, formaban parte integral de las tan gustadas salchichas.
Nadie sabe, nadie supo qué fue lo que le pasó en verdad al carnicero. Unos dicen que lo echaron al criadero de los cerdos para que se le devoraran vivo y otros más que lo echaron a su propia picadora, para hacerlo picadillo. Pero, la verdad, nadie la puede asegurar. Sólo se supo que nunca más se volvió a ver al carnicero y sus riquísimas salchichas.
¡Haber qué les parece!
Eso es todo por ahora.
MIsa de difuntos.
Era su costumbre levantarse temprano los domingos para asisitir a la misa de las siete en punto, por lo general, escuchaba las campanas tañendo invitando para la celebración del servicio religioso.
Cierta mañana la sorprendió el llamado de la última campanada aún en su cama, así que penso:"ya se mi hizo muy tarde".
Saltó de la cama, se apresuró a vestirse y se salió de su casa sin fijarse para nada en el reloj.
Afuera todavía estaba oscuro, pero eso era normal en esa época del año con el cambio de horario.
María era la única persona que transitaba por la oscura calle, no se oía otro ruído que el taconeo de sus zapatillas sobre el duro pavimento.
---"Ya deben estar todos en la iglesia". Pensaba.
Así que pronto llegó al templo y entró sigilosamente y se sentó en la últimas bancas, el servicio había comenzado.
Cuando respiró más tranquila, atizbó a su alrededor y observó a gran cantidad de pesonas que no había visto nunca. Sólo la mujer que estaba a su lado le resultaba algo familiar..................
María sonrió. ---"Es mi amiga Idalia".......
Pero enseguida frunció el ceño: "Pero si está muerta!.....Murió ya hace más o menos un mes.
Ahora se sentía desconcertada, descompuesta, temblaba ligeramente.
Miró a su alrededor otra vez, y a medida que sus ojos iban adaptándose a la débil iluminación, María vió algunos esqueletos con trajes y vestidos.
---Esta es una misa especial para los muertos. Pensó..........
---¿Acaso yo estoy muerta?...... Aquí hay puros muertos, menos yo. Temblaba llena de terror.
María se dió cuenta que algunos esqueletos la miraban fijamente, amenazadoramente. Parecían irritados, como si se dieran cuenta de que María no debería estar allí.
Su amiga Idalia se inclinó hacia ella con su rostro terriblemente desfigurado y le susurró al oído......
--Si en algo aprecias tu vida, márchate tan pronto termine la bendición.
Cuando la misa finalizaba, el sacerdote procedió a dar la bendición:
---Que el Señor los bendiga y los guarde..................
María tomó su abrigo y se dirigió inmediatamente hacia la puerta. Ya algunos de los muertos asistentes se dirigían a ella con los brazos extendidos, mientras otros se levantaban para acercarse también.
María estaba tan aterrada que echó a correr. Salió de la iglesia a toda carrera, llevando atrás de ella a un atajo de aullantes espectros pisándole los talones.
---¡Fuera de aquí!...... Gritó uno.
...Otro vociferó: -----¡Aquí no eres bien recibida!.........Y le arrancó el abrigo.
---¡No se te ocurra volver nunca más!........
Al atravesar la calle y ganar la otra banqueta, ya había salido el sol y los muertos que la perseguían se fueron desvaneciendo.
María horrorizada y temblando se había detenido y pensaba: ---¿Ha ocurrido esto de verdad?..... O ha sido un sueño y todavía estoy en mi cama dormida.
Pero se estremeció aún más, cuando vió su abrigo tirado en el piso y lo recogió, sumida en su más escalofriantes pensamientos sobre lo acontecido minutos antes.
Extraños ruidos.
Había en el barrio una casa abandonada, semiderruída por los años. Era una construcción muy vieja, donde ya nadie había vivido por años. De vez en cuando, alguien forzaba una ventana o una puerta y pasaba allí la noche, pero nunca se quedaba más tiempo.
Un par de borrachines conocidos, a los cuales había sorprendido una feroz tormenta, a sabiendas del lugar, se refugiaron en la casona por esa noche, para seguir libando tranquilamente al resguardo de la tormenta.
En eso estaban alegue y alegue, intercambiando la botella de aguardiente, cuando se empezaron a oir ruidos extraños que los pusieron muy alertas.
Priemero oyeron pasos en el piso de arriba. Parecía que hubiera personas moivéndose de aquí para allá. Al grito de:
---¿Quién anda ahí?. Cesaron los pasos y volvio el silencio de la noche.
Entonces escucharon un grito escalofriante de una muejr. El grito se transformó en gemido y dejó de oirse lentamente.
Se sobrecogieron llenos de temor, temblaban de pies a cabeza. El sopor de la bebida embriagante los hacía dudar si estaba pasando eso en realidad.
De pronto, del techo empezó a escurrir sangre, provocando se aparecieran charcos del rojizo y viscoso líquido en el suelo.
En el piso de arriba se escuchó la puerta dar un fuerte cerronazo y la mujer volvió a gritar:
--¡A mí no!.... Parecía que estuviera huyendo. Desde abajo se escuchaba el golpeteo de los tacones.
--¡Te tengo!... Vociferó un hombre, y el techo vibró como si alguien azotara en el piso.
Luego, silencio.... Silencio aterrador. No se oyó ningún ruido, hasta que el hombre de la nada, apareció delante de ellos riéndose cruelmente y arrastraba jalando de los cabellos a la pobre mujer que había apuñalado brutalmente.
¡Ja, ja, ja, ja, ja!........ Siguen ustedes..... Decía mientras los señalaba con el dedo índice de fuego, sin dejar de reir a carcajadas desquiciantes.
Un resplandor repentino llenó lo que quedaba de aquella parte de la casa, y pudieron vislumbrar en el rostro del hombre horroroso, la más cruel de las intenciones y en el momento en que retumbó un trepidante trueno, los borrachines aterrados, salieron huyendo de la casa hacia la atroz tormenta.
El ventanal.
María y su hermanos José y Javier, compartían una casita en lo alto de una colina en las afueras del poblado.
Una noche de verano, María no podía dormir ya que hacía tanto calor que la mantenía despierta. Se sentó en la cama para mirar la luna a través de la ventana. De pronto algo llamó su atención: Un par de lucecillas amarillo-verdosas que se movían entre los árboles, en la falda de la colina próxima al cementerio del lugar.
Parecían los ojos de un animal, pero no podía distinguir de qué se trataba exactamente.
Durante varios minutos, María lo perdió de vista, pero poco después, la volvió a ver cruzando el patio en dirección a su ventana. Era algo parecido a un hombre.... Pero sólo parecido.
María estaba aterrorizada. Quería salir corriendo de su habitación, pero la puerta estaba junto a la ventana. Tenía miedo de que la criatura la viera y entrara antes de que ella lograra escapar.
En unos instantes, al perderlo de vista, María se quedó helda, mirando de hito en hito una cara contraída, como de momia, a través de la ventana. Tenía ojos amarillo-verdosos que destellaban como los de un enorme gato. María quiso gritar, pero sentía tanto miedo, que estaba paralizada por el terror y de su graganta no pudo emitir sonido alguno.
La criatura rompió el cristal de la ventana en añicos, irrumpiendo dentro de la habitación de la muchacha. Se arrastró lentamente hacia ella. María trató de reaccionar pero la criatura la alcanzó. La agarró por el cabello con sus dedos largos y huesudos y, echándole la cabeza hacia atrás, le clavó los colmillos en la tersa garganta.
María gritó y se desmayó. Cuando sus hermanos oyeron su penetrante grito, corrieron a su habitación y se encontraron a María que yacía en el piso inconsciente y ensangrentada, y de la criatura, ni rastro porque ya había huído.
Uno de los hermanos se aventuró a perseguir a la criatura colina abajo hacia el cementerio, pero fue inútil, ya que en realidad, no sabía qué o cómo era lo que buscaba.
Las autoridades investigadoras, afirmaban que se trataba de la obra de un lunático evadido que se creía un vampiro.
Cuando María se recupéró los hermanos le propusieron mudarse a un lugar más seguro, en el que fuera más difícil entrar en la casa, pero María no quiso irse de la casa de sus padres. Pensaban que la criatura no volvería más por ahí, pero por si acaso, tomarían sus precauciones, así que José y Javier se hicieron de pistolas cargadas que guradaron en sus habitaciones.
Una noche, meses después, María se despertó al oir arañazos en la ventana. Cuando abrió los ojos, allí estaba la misma cara carcomida mirándole fijamente. Esa noche los hermanos la oyeron gritar a tiempo. Persiguieron a la criatura colina abajo y José le disparó atinándole en la pierna; pero la criatura aullando ferozmente, se las arregló para trepar el muro del cementerio y desaparecer por entre las tumbas del viejo panteón.
Al día siguiente, María y sus hermanos vigilaban mientras el sacristán de la iglesia abría el panteón. Dentro encontraron una horrible escena: atúdes rotos, huesos y carne podrida estaban desperdigados por el suelo. Sólo un ataúd no había sido profanado.
Cuando el sacristán lo abrió, allí yacía la criatura con la cara carcomida que había atacado a María. La bala delatora estaba en su pierna.
Porcedieron a realizar lo único que sabían para poder librarse de un vampiro. Le clavaron una enorme estaca de madera en el pecho. Posteriormente, el sacristán encendió una rugiente fogata cerca de la tumba y arrojaron el carcomido cuerpo a las llamas. Observaron cómo ardía, hasta que lo único que quedó de él fueron sólo las cenizas.
¿Te gustan las salchichas?
Una oscura y lluviosa tarde de sábadito alegre, un carnicero gordo y jovial de una carnicería del fraccionamiento, discutía por motivos de dinero, (para variar) con su mujer. Ambos perdieron los estribos y se liaron a golpes, forcejeando por prevalecer el uno sobre el otro, hasta que en un arranque de locura, el carnicero la mató con uno de sus afilados cuchillos.
El Carnicero mezcló el picadillo obtenido del cuerpo de su flamante esposa con carne de cerdo, la sazonó con sal y pimienta; añadió además un poco de salvia y tomillo, conservadores y un pizca de ajo a su gusto.
Para darle el toque definitivo, la metió en el cuarto de ahumar. Cuando estuvo lista, la llamó "Salchicha especial ahumada".
Hubo tal demanda de esa nueva salchica ahumada, que el carnicero pensó en ampliar su carnicería y comprar más cerdos selectos para criarlos y al mismo tiempo, comenzó a echarle el ojo, de manera perspicaz y furtiva a uno que otro de sus asiduos clientes y conocidos.
Un buen día, estaba de tan buen humor, que silbaba gustoso, cuando entró en su local una bonita y rolliza profesora de escuela a la que ya conocía. La trató de lo mejor y la galanteó a tal grado que se ganó enteramente su confianza. Así que decididamente, la transformó en picadillo.
Otro día, fue un dentista el que entró a su carnicería. Era un hombre pequeño y redondo, (muy redondito). Así que sin pensarlo dos veces, este rechonchito profesionista terminó en la picadora de carne.
Su clientela iba en aumento, sus salchichas eran de lo más codiciadas, pues tenían un "no se qué" que los hacía verdaderos adictos a consuimirlas, pero sólo en esa carnicería en especial.
Veces desaparecían algunos niños del vecindario. Veces era que disminuía la población de perros o de gatos; curisosamente, nadie siquiera sospechaba en lo más mínimo, que el carnicero afamado tuviera algo que ver con ello.
Todo iba tan bien, hasta que un día, el carnicero de marras cometió un grave error: Un chico gordito que entró a la carnicería. El carniceró lo agarró y comenzó a arrastrarlo hasta la picadora; pero el muchacho escapó y salió corriendo de la carnicería. El carnicero, sin pensarlo, salió corriendo tras su presa que se le iba, blandiendo tremendo cuchilllote en mano.
Cuando los vecinos lo vieron, se dieron cuenta al momento de lo que les había pasado a todos los desaparecidos: personas o animales......... Niños, adultos, gatos, perros y sabrá que otras cosas más, formaban parte integral de las tan gustadas salchichas.
Nadie sabe, nadie supo qué fue lo que le pasó en verdad al carnicero. Unos dicen que lo echaron al criadero de los cerdos para que se le devoraran vivo y otros más que lo echaron a su propia picadora, para hacerlo picadillo. Pero, la verdad, nadie la puede asegurar. Sólo se supo que nunca más se volvió a ver al carnicero y sus riquísimas salchichas.
¡Haber qué les parece!
Eso es todo por ahora.
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RADIESTESIA Y BIOPERCEPCION
- ricardo llamas medinaExperto del Foro
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Frase Célebre : El dinero no es la vida, pero si me gustaría encontrarme un queso
Fecha de inscripción : 18/02/2013
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Re: BOHEMIA Y ALGO MAS
Lun 21 Oct 2013, 9:47 pm
Saludos Dn Salvador Esquivel, aquí leyendo sus relatos
que no me pierdo ninguno,una cosa si le digo,ya no comeré
salchichas.!
que no me pierdo ninguno,una cosa si le digo,ya no comeré
salchichas.!
- salvador esquivelExperto del Foro
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Frase Célebre : No he sacado nada, pero como me divierto
Fecha de inscripción : 25/03/2009
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BOHEMIA Y ALGO MAS.
Lun 28 Oct 2013, 5:08 pm
¡VEN, ENTRA EN MIS PESADILLAS!.
Deslízate suavemente, con sumo cuidado dentro de mis vivencias y pesadillas, ya no sabrás en qué momento termina la fantasía y da comienzo la fantasmagórica realidad en donde tú, sólo tú eres el protagonista principal.
Aquí irás descubriendo los seres más horrendos que puedan existir, brujas malvadas, espectros diabólicos y demás criaturas que te pondrán a temblar con sus espeluznantes historias.
Así, que.... No lo pienses más, déjate llevar...... Zambúllete en los escondrijos de mis miedos, traumas y las más descabelladas y horripilantes pesadilas que hubieses siquiera imaginado.
DESAPARECIDO.
Se cuenta acerca de un viejo Internado de la ciudad de Aguascalientes, la siguiente historia.
El susodicho Internado tenía un lugar adaptado para hacer ejercicios al aire libre: Trotapista; pista de velocidad; área de salto de altura y otra para salto de longitud, entre otras.
En ésta última, se veía encajonada una fina arenilla blanquizca, que servía para amortiguar la caída de los saltadores.
Destacaba un chico en especial, sobresaliente en esta prueba de salto de longitud, razón por la cual, era muy admirado y criticado por muchos, debido a su presunción de ser el "mejor".
Un día de competición, este chico, una vez realizada la prueba exitosamente, tardó un poco en incorporarse, y al hacerlo, se le vió pálido, temblando, incapáz de articular palabra.
Una vez repuesto, cometó entre sollozos que lo sujetaron de los pies paralizándolo, al tiempo que escuchó una voz cavernosa que le decía:
-----¡Eres mío!"......... ¡Tú me perteneces!........ ¡Muy pronto vendré por tí!. Y sólo entonces, pude moverme.
Nadie pareció darle importancia al asunto y pensaron que sólo era un "invento" de la mente del chicuelo que usaba para llamar más la atención.
Esa noche, el chico no paraba de contar el suceso y curiosamente era noche de luna llena, semioculta entre las densas nubes que empezaban a dejar caer abundante agua, entre truenos y relámpagos.
A la mañana siguiente, el chicho no asistió al servicio religioso antes del desayuno y no se le vió en el comedor posteriormente, y ya en el horario de clases, todos comentaban su desaparición misteriosa. La "comidilla" de los comentarios giraban en relación a que, como nadie le hacía caso, había decidido fugarse del Internado, cosa que no era muy rara en aquellos tiempos, debido a la férrea disiciplina, carencias, exigencias y castigos infringidos casi por nada.
El chico no aparecía por ninguna parte y no se sabía nada de él, pese a las pesquizas realizadas por la autoridad, hasta que tocó tiempo de competición y algunos compañeros descubrieron algo inusual en el cajón de la arenilla fina: Se distinguía con claridad la figura del chico recostada sobre la arena y parecía como si hubiera sido deslizado suavemente algunos centímetros, y sobresalían las zapatillas deportivas únicamente, del desaparecido jovencito.
A todos los presentes que se aglomeraron para ver el hallazgo, en su mente repiqueteaban aquellas frases entrecortadas que les comentó el chico que le susurraban al oído:
----¡Eres mío!.... ¡Tú me perteneces!"........ ¡Muy pronte vendré por tí!.
EL FANTASMA DEL CARRETÓN.
Se cuenta de una antigua Leyenda de la región de Matehuala, S. L. P., sobre un viejo carretonero llamado Trinidad, que vivía solo con su esposa y que no había tenido familia.
También se afirma que Trinidad, el carretonero, era de buen corazón y se había propuesto la tarea de acarrear piedras de cantera para construir la iglesia del pueblo, así que era de todos conocido el ruído que producía la vieja carreta al trasladar con dificultad su carga desde la cantera cercana.
Un atardecer de regreso a su casa, no cabía de gozo, pues su mujer le había comunicado por la mañana que la bendición de Dios estaba sobre ellos, pues Trinidad iba a ser padre.
Afanado estaba en el trayecto hacia su casa, que no se dió cuenta que lo había sorprendido una feroz tormenta, tan fuerte que no dejaba ver nada del camino por donde transitaba. Pese a ello, Trinidad no se detuvo, pues ansiaba ver pronto a su mujer para abrazarla y besarla tiernamente.
Pero es misma tarde-noche, sucedió algo terrible: El carretonero y sus mulas se desbarrancaron, para luego desaparecer en el acantilado de la Calavera, el más profundo de Matehuala.
Ligado a esta vieja leyenda, se encuentra el siguiente relato de una familia que viajaba en automóvil hacia Matehuala para visitar unos familiares que hacía mucho tiempo no veían.
Una intensa tormenta hacía muy peligroso seguir viajando, así que el padre de familia decidió hacer un alto en el camino y esperar a que amainara la tempestad.
No tardaron en hallar un pequeño restaurante a la orilla de la carretera, hacia donde se dirigieron para guarecerse de la cada vez más fuerte tormenta.
Al bajarse del vehículo y tocar varias veces, nadie acudió al llamado, el lugar aparecía sólo y lóbrego. Se encaminó a una casucha en la parte posterior del restaurante e hizo lo mismo, tocó la puerta y sólo le respondió el silencio que era interrumpido por uno que otro trueno en el firmamento.
Así que la tormenta había cobrado nuevos bríos y los truenos y relámpagos hicieron que la niñita se despertara, alarmada:
----¿Y mi papi?..... Preguntó.
---No pasa nada, mi amor. Dijo su madre, tratando de tranquilizarla:
--Papá fue a preguntar cuánto falta para llegar con tus tías.
Por su parte, el padre ya regresaba decepcionado y angustiado al no haber encontrado alguien que los atendiera y orientara.
---¡Qué barbaridad, se está cayendo el cielo!.
Su esposa le extendió una toalla para que se secara y le preguntó:
---¿Cómo te fue?.
---No hay nadie, todo está vacío y solitario. Parece un poblado fantasma.
---Cálmate, mi vida, vamos a dejar pasar la lluvia y luego ya veremos.
El papá abrazó a su mujer para tranquilizarla y hacerla sentirse mejor, mientras la niña limpiaba el vidrio para ver mejor. Fue cuando dijo:
---¿Por qué no le preguntamos a ese señor?.
Los papás limpiaron el vidrio y mirando en la dirección que indicaba la pequeña, no lograron ver nada.
La niña insistió:
---¡Es un señor trepado en una carreta!.
El papá cobró ánimos y decidió bajar y buscar en la dirección que señalaba la niña aunque aún no había visto al hombre de la carreta.
---¡Buenas noches!. Gritó el hombre, después de haber sufrido varios resbalones.
---¡Andamos perdidos!........ ¿Nos puede ayudar?.
El hombre de la carreta permanecía impasible en medio de la tormenta, como si lo ignorase.
El padre levantó la mano, tratando de llamar la atención de aquel extraño personaje.
--¡Buenas noches, señor!..... ¡Por acá!. Dijo. Pero el carretonero no se daba por enterado, así que se acercó hasta llegar a su lado.
La esposa en la camioneta limpiaba el vidrio y no lograba ver nada de lo que ocurría, aumentado su angustia.
--¿Dónde está tu papá?...... Preguntaba. -----¿Puedes verlo?.........
---¡Allá está!....... Dijo la niña. Está hablando con el señor de la carreta.
La mamá se aproximó a la ventanilla por donde la niña miraba, pero como estaba llena de vapor, tampoco pudo ver nada.
--¡Estás segura, nena?........ ¿Es él?.
La niña insistía:
---¡Ahí está!..... Es un señor de sombrero que está sentado en una carreta jalada por caballos.
La mamá se esforzó en ver en la dirección que la niña señalaba y alcanzó a ver a su esposo parado, en medio de la tormenta, pero completamente solo, pues no había nadie más.
Afuera, el papá trataba entablar conversación con el Carretonero.
---Nos dirigimos a Matehuala. ¿Nos podría decir si vamos bien?.... ¿Nos puede ayudar?.
El fantasma volteó lentamente hacia el hombre. El cielo se estremecía con los truenos, y los relámpagos esparcían centellantes su manto de luz.
En la camioneta, la niña bricaba sin dejar de ver:
---¡Mi papá se está subiendo a la carreta, se está subiendo!...... ¿A dónde va?.
La madre estaba aterrorizada, sólo la niña lograba ver lo que estaba ocurriendo allá afuera, por lo que preguntó angustiada:
---¿Qué está pasando?......... ¡No lo entiendo!.
Sin poder contenerse, al ver que su padre las abandonaba, la niña abrió la puerta y salió corriendo a la tormenta. De repente su grito retumbó aún más fuerte que cualquier trueno:
---¡Papá!........ ¡Papá Trinidad!.......... Exclamó.
Entonces la carreta se detuvo. El carretonero se agachó para decir algo al oído de su víctima, quien luego bajó como autómata, y se dirigió hacia su hija:
---¡Niña!.... ¡Qué barbaridad!..... Dijo. ¿Por qué no me esperaste en la camioneta?.
Las lágrimas de la pequeña se confundían con las gotas de lluvia:
---Te iba a llevar, papá: yo lo sé, te iba a llevar.
Se encontraron en la camioneta y abrazándolo fuertemente la esposa preguntó:
--¿Qué ha pasado?.....
---¡No lo sé!... Dijo. Sólo conversaba con un señor que iba en una carreta: me daba algunos consejos; parecía muy buena gente.
Se quedaron en el vehículo hasta que amaneció y reemprendieron su marcha, iban pensando el porqué el fantasma del carretón, se había rehuzado finalmente a llevarse al hombre al acantilado, con la ligera sospecha de que esta familia que regresaba a su tierra de origen, fuera conocida del viejo carretonero.
__¡Ya te llevaba, papá!....... ¡Ya te llevaba y no te iba a volver a ver más!.
LA NIÑA DEL POZO.
Sucedió en una de esas viejas huertas que están ubicadas en lo que se conoce como el viejo barrio de la Salud.
Esta familia de escasos recursos se había echo con mucho esfuerzo de una casona abandonada, con una gran huerta por el rumbo de la Salud. Eran evidentes los años de abandono porque sus paredes estaban sucias, derrumbándose, el pasto seco y crecido, con maleza por todos lados y muchas alimañas por doquier.
Al Benjamín de la casa, que así se llamaba el peqeñuelo, le justaba jugar en el patio muy pegado a la huerta, donde daba rienda suelta a su imaginación y vivía las más grandes aventuras con ejércitos, monstruos, sus héores preferidos y todo lo que hacía agradable su corta existencia.
Un día, sentado a la sombra de un granado para descansar de uno de sus juegos, dejó caer el palo de escoba que usaba como espada, y cuando ésta golpeó el suelo, se escuchó un extraño ruido: un sonido grave y hueco que llamó su atención.
El niño pegó su oído al suelo y volvió a golpear con su "espada": el eco sonó con mayor claridad. El pequeño saltó de alegría y su imaginación le decía que había encontrada el hueco donde podría haber un fabuloso tesoro.
Como no pudo quitar la loza que había descubierto al remover la tierra con sus manitas, decidió dar parte del descubrimiento a su padre para que le ayudara a desenterrarlo.
Benjamín convenció a su padre de que lo acompañara donde su hallazgo y para impresionarlo, golpeó con su "espada" la piedra, y al oir el eco, su padre fue por una barra metálica para que le sirviera como palanca.
Con gran esfuerzo, hizo que la piedra se levantara de un extremo y la hizo a un lado. Cuando se dispersó la nube de polvo que levantó la piedra al caer, y después de toser un poco, padre e hijo pudieron ver con emoción el gran hoyo que había quedado al descubierto.
No tardaron en darse cuenta de que al interior del enorme ahujero había agua.
--¡Es agua!, allá abajo hay agua!...... Exclamó Benajmín.
Fueron a comunicarle la nocticia a la mamá de Benjamín.
---¡Tenemos agua!, tenemos agua!. La felicidad de la familia no se podía describir.
Diariamente, Benjamín salía a toda velocidad de la escuela para trabajar en el hermoso jardín que ahora florecía en el patio de la casa. El papá procedió a acondicionar una cubierta para tapar el pozo y no ofreciera peligro alguno.
Una de esa tardes asoleadas que estaban sacando agua del pozo, les llamó la atención que la cubeta, al hizarla, parecía un poco más pesada de lo normal. Fue cuando descubrieron "algo" de color azul flotando en su interior.
Con una vara, Benjamín sacó un vestido con encaje en el cuello y en las mangas. Asombrados, llamaron a la mamá, que no acertaba a explicarse cómo había llegado la prenda al pozo, ni por qué no se había dañado por el agua, manteniendo su color azul intenso. . La mamá tomó el vestido y lo colgó para que se secara. Después, la familia se fue a cenar, platicando animadamente, sobre el tipo de niña que habría usado el vestido, olvidándose de tapar el pozo.
Ya se retiraban todos a dormir y Benjamín meditaba sobre lo que había dicho su madre:
-¡Debió ser de una niña de no más de ocho años!.
Mientras tanto, "algo" se movía en el pozo, tratando de salir. Primero apareció por el borde una mano, luego la otra; y lentamente, muy lentamente, emergió la cabeza mojada de una niña.
___¡Una horrible niña fantasma salía del pozo!......... Vestía un camisón blanco que iluminaba su andar flotante.
Benjamín dormía intranquilo, revolviéndose entre las cobijas.
Cuando la niña fantasma llegó a su cama y él sintió el aire frío de aquella "presencia", se quedó quietecito, muy quietecito por unos breves momentos.
Ella se acercó, lenta, lenta, muy lentamente, y le susurró al oído:
-----"¡Dame mi vestido azul!".................... ¡Daaaaaaammmeee miiiii veeeesssttiiiidooooo aaazzzuuuuuul!.
Un escalofrío recorrió todo el cuerpo del niño, su rostro perdió el color y su corazón comenzó a latir alocadamente, tan fuerte que amenzaba con salírsele de su pechito.
Benjamín abrió los ojos y vió el rostro horripilante de aquella niña que repetía:
-----¡Daaaaammmeeeeee mmiiiiii veeeeeesttiiiiddooooooo aaazzzuuuuul!.
El desgarrador grito de terror de Benajmín despertó a sus padres y los hizo salir corriendo hacia su habitación para ver qué sucedía.
El pequeño les salió a su encuentro llorando de susto y les decía:
---¡Debemos regresarle su vestido!........... ¡Ella viene por su vestido azul!.
Los padres abrazaron a su aterrado hijo, tratando de controlarse. La mamá se acercó al padre y le preguntó:
---¿Tú también oíste algo?......... ¿La viste cuando se alejaba?.
Por supuesto que no pudieron dormir el resto de la noche. Al amanecer, lo primero que hicieron fue correr al patio y se dirigieron hacia donde estaba el vestido azul colgado. El padre lo tomó firmemente y se encaminó al pozo, percatándose de que lo había dejado abierto. Dejó caer el vestido dentro de él, colocó la piedra y la selló con cemento para que nadie más pudiera abrirlo, y sin pensarlo dos veces, procedieron también a abandonar la casona, poniéndola en venta nuevamente.
EL ESPEJO.
La ciudad de Aguascalientes es muy antigua. En las casas del centro han pasado toda clase de acontecimientos, desde la Colonia hasta la Revolución. En ellas, las familias han podido coleccionar toda clase de objetos antiguos, algunos refinados y otros tan artísticos que no es fácil volver a verlos; algunos afortunados al realizar remodelacioanes, han encontrado valiosos tesoros; son muy famosos sus mercados , parques y jardines así como sus haciendas, de las cuales hoy en día aún siguen en pie varias de ellas.
Se destaca en nuestra hitoria siguiente a la familia Valdespino, que habían adquirido la tradicional costumbre de coleccionar todo tipo de objetos atiguos, por lo que todos los domingos recorrían los mercado, tianguis y la famosa "línea de fuego" en busca de sus preciados tesoros.
La mamá era una apasionada de todo tipo de joyeros; chiquitos, medianos, grandes, rojos, verdes, dorados....... ¡uf!. El papá por su parte, coleccionaba figuritas de fierro, de madera, de plástico, de vidrio y de tela, aunque tambien, compraba cualquier mueble, monedas o cualquier objeto que le llamara la atención.
Los niños buscaban y coleccionaban diversos juguetes y aquellas cosas coloridas que de pronto, les llamaran la atención para conservarlas e intercambiarlas.
Deambulado por unos locales de antigüedades, los niños descubrieron un objeto cuadrado recargado en la pared cubierto por una tela.
Al recorrer el velón que lo cubría, dejó al descubierto un hermosísimo espejo, opaco de tan viejo, pero con un marco dorado y plateado, que lo hacía lucir de una forma tan peculiar y rara.
De inmediato fueron por sus padres:
----¡Encontramos un tesoro!........ ¡Vengan rápido!.
Todos acudieron a ver el espejo opaco, tomaron un trapo y empezaron a limpiarlo.
-----¿Dónde consiguió tan hermoso espejo, don Pánfilo?......
----¡La verdad, ni me acuerdo!. Me traen tantas cosas, que a veces ya ni les pongo atención.
------¡Lástima que ya no sirva!. Concluyó.
La mamá se indignó por lo que había dicho el anticuario:
---¿Cómo que no sirve?........ Solo hace falta que alguien le dé cariño y limpiarlo para que vuelva a brillar y nos muestre su hermosa cara.
Así que compraron el espejo opaco para su colección personal y regresaron felices a su casa.
Procedieron a limpiarlo cuidadosamente utilizando varios líquidos limpiadores para no maltratarlo, hasta que el espejo perdió su opacidad y adquirió un brillo y claridad insospechada.
-----¡Vamos a colocarlo en lugar en donde pasemos todos los días y así nos sirva!.
--Será mejor en el descanso de la escalera, pues todos subimos y bajamos de las habitaciones. Y todos estuvieron de acuerdo.
A la mañana siguiente, nuestra protagonista narradora, (en ese tiempo una niña), dejó su cama rápidamente y procedió a lavarse la cara y los dientes, se vistió y fue a verse en el espejo. Le aguardaba una sorpresa: Ahí frente al espejo, sus padres y sus dos hermanos se peinaban o se arreglaban la ropa una y otra vez, sin dejar de hablar maravillas del hermoso espejo. """"¡Sólo que ninguno de ellos se daba cuenta de que estaban en pijama!"""""
Nuestra amiguita los interrumpió y les dijo muy seria:
----Qué,.... ¿No piensan vestirse?.
Todos se miraron entre sí, y al darse cuenta de que estaban en ropa de cama, subieron a sus habitaciones a cambiarse, sin dejar de hablar de la belleza del espejo.
Cuando sus padres y hermanos se marcharon, Angélica tuvo la tentación de verse en el espejo, pero algo en su interior le hizo dudar:
---"Ese espejo está provocando que mi familia se comporte de manera muy extraña".... Pensó, y prefirió bajar las escaleras agachándose para evitar el espejo.
La familia no dejaba de frecuentar el espejo, pero a partir de allí, todo pareció ir al revés, comenzaron a desobligarse de algunos compromisos, ya nadie hacía caso de nada, y el vaso de agua se desbordó cuando a ella, la dejaron sola en el Colegio sin ir nadie a recogerla.
La maestra directora fue la que la llevó hasta su casa, la niña iba muy preocupada, absorta, pues jamás había sucedido algo así. LLegó, tocó la puerta y se despidió de su maestra directora.
De repente se dió cuenta de que la puerta estaba abierta, penetró con mucho cuidado llamando a sus padres y a sus dos hermanitos.
Aparentemente, no había nadie en la casa, ella traía hambre, así que se dirigió a la cocina y con fastido se preparó un gran sándwich, regresó a la sala y se puso a ver televisión mientras aguardaba a su familia.
LLegó la tarde y con ella anochecía y su familia no aparecía. La niña prendió todas las luces de la sala y las de afuera. Se quedó mirando por una de las ventanas con la esperanza de que alguien apareciera, pero fue en vano, seguía sola.
Cansada, decidió irse a su habitación a dormir. Estaba a punto de subir la escalera, cuando recordó el espejo, por lo que prendió la luz y miró hacia arriba: nada se movía. Subió los primeros escalones conteniendo la respiración, se iba acercando poco a poco al descanso y grande fue su asombro cuando, frente al espejo y en el suelo, vió el portafolios de su papá, la bolsa de su mamá y las mochilas de sus hermanos.
Angélica bajó aterrorizada la escalera y fue a esconderse en un sillón de la sala. Pasó un tiempo que le pareció una eternidad en que nada se escuchaba, así que armándose de valor, volvió a asomarse poco a poco. Cuando miró hacia arriba todo estaba a oscuras; una suave luz baja tenuemente de la escalera.
De repente, alcanzó a oir voces que provenían como del espejo que decían confusamente:
---"¡Ayúdanos!"........ ¡Aquí estamos, por favor!...... ¡Aquí, aquí, aquí!.
La niña muy asustada corrió a esconderse nuevamente........ Luego le pareció escuchar las voces de sus familiares:
----¡Angélica!............ ¡Angélica!....... ¡Ayúdanos!.......... ¡Sálvanos!........
---------""""""!Sááááááccaaaaaannooooossss dddeee aaaqquuíííí´!""""""""".
----¡En el espejo!........... ¡En el espejo!,
La niña sudaba de miedo, un temblor recorría sus manos. Su respiración se hayaba entrecortada, el corazón parecía salírsele del pecho.
Armándose de valor de quién sabe dónde, al reconocer a su familia en peligro, tomó una de las figuritas de fierro pertenecientes a su padre y se acercó a la escalera sigilosa, paso a pasito, pian-pianpianito.
La tenue luz aún resplandecía tétricamente........ Inmediatamente, Angélica advirtió que esa extraña luz salía del espejo. Se fue agazapando para no ser vista por el reflejo. Por fin, arribó al descanso y con mucha precaución, toda ella tamblando de horror, apretó firmemente el muñeco de fierro entre sus manos.
Asomándose al espejo con suma cautela, fue testigo de una escena que le heló aún más la sangre y casi le hace desmayarse. En el reflejo nebuloso de la superficie del espejo, muchas caras daban vueltas y vueltas: "---caras de gente dentro del espejo---". Claramente oía que decían:
-----¡Ayúdanos, estamos aquí!....... ¡Ayúdanos, estamos atrapados!..........¡Sácanos de aquí, por favor!.
De pronto, alcanzó a ver las caras de sus padres y de sus hermanos. La niña sintió que el miedo le paralizaba los brazos y piernas, quería salir corriendo y escapar lo más lejos posible....... Pero al recordar a su familia, tomó con fuerza el muñeco de fierro, respiró profundamente y se paró frente al espejo desafiante. Acto seguido, reunió todas sus fuerzas que le quedaban, lo estrelló contra el espejo. Entonces surgió una gigantezca luz, y al tiempo que el espejo explotaba en añicos, miles de pedazos de virios se esparcía vertiginosamente, punzantemente; el cuerpo de la niña salió empujado por una colosal fuerza invisble hacia atrás.
Despertó, recuerda, malherida en la sala de un hospital. Apenas sí recordaba como en un sueño lo del espejo. Sus padres y sus dos hermanos estaba ahí, al pie de su cama sonrientes y felices de que había despertado como de un aletargado sueño.
Todos callaban pero sonreían, daban el silencio como entendida complicidad... Preferían tomar las cosas con calma y darle poco crédito o nada a lo que había sucedido. Querían dejar en el olvido aquel episodio del espejo y comenzar una nueva vida, otrora felices y unidos como una gran familia.
Fin.
Eso es todo por ahora.
¡Felices pesadillas!
Deslízate suavemente, con sumo cuidado dentro de mis vivencias y pesadillas, ya no sabrás en qué momento termina la fantasía y da comienzo la fantasmagórica realidad en donde tú, sólo tú eres el protagonista principal.
Aquí irás descubriendo los seres más horrendos que puedan existir, brujas malvadas, espectros diabólicos y demás criaturas que te pondrán a temblar con sus espeluznantes historias.
Así, que.... No lo pienses más, déjate llevar...... Zambúllete en los escondrijos de mis miedos, traumas y las más descabelladas y horripilantes pesadilas que hubieses siquiera imaginado.
DESAPARECIDO.
Se cuenta acerca de un viejo Internado de la ciudad de Aguascalientes, la siguiente historia.
El susodicho Internado tenía un lugar adaptado para hacer ejercicios al aire libre: Trotapista; pista de velocidad; área de salto de altura y otra para salto de longitud, entre otras.
En ésta última, se veía encajonada una fina arenilla blanquizca, que servía para amortiguar la caída de los saltadores.
Destacaba un chico en especial, sobresaliente en esta prueba de salto de longitud, razón por la cual, era muy admirado y criticado por muchos, debido a su presunción de ser el "mejor".
Un día de competición, este chico, una vez realizada la prueba exitosamente, tardó un poco en incorporarse, y al hacerlo, se le vió pálido, temblando, incapáz de articular palabra.
Una vez repuesto, cometó entre sollozos que lo sujetaron de los pies paralizándolo, al tiempo que escuchó una voz cavernosa que le decía:
-----¡Eres mío!"......... ¡Tú me perteneces!........ ¡Muy pronto vendré por tí!. Y sólo entonces, pude moverme.
Nadie pareció darle importancia al asunto y pensaron que sólo era un "invento" de la mente del chicuelo que usaba para llamar más la atención.
Esa noche, el chico no paraba de contar el suceso y curiosamente era noche de luna llena, semioculta entre las densas nubes que empezaban a dejar caer abundante agua, entre truenos y relámpagos.
A la mañana siguiente, el chicho no asistió al servicio religioso antes del desayuno y no se le vió en el comedor posteriormente, y ya en el horario de clases, todos comentaban su desaparición misteriosa. La "comidilla" de los comentarios giraban en relación a que, como nadie le hacía caso, había decidido fugarse del Internado, cosa que no era muy rara en aquellos tiempos, debido a la férrea disiciplina, carencias, exigencias y castigos infringidos casi por nada.
El chico no aparecía por ninguna parte y no se sabía nada de él, pese a las pesquizas realizadas por la autoridad, hasta que tocó tiempo de competición y algunos compañeros descubrieron algo inusual en el cajón de la arenilla fina: Se distinguía con claridad la figura del chico recostada sobre la arena y parecía como si hubiera sido deslizado suavemente algunos centímetros, y sobresalían las zapatillas deportivas únicamente, del desaparecido jovencito.
A todos los presentes que se aglomeraron para ver el hallazgo, en su mente repiqueteaban aquellas frases entrecortadas que les comentó el chico que le susurraban al oído:
----¡Eres mío!.... ¡Tú me perteneces!"........ ¡Muy pronte vendré por tí!.
EL FANTASMA DEL CARRETÓN.
Se cuenta de una antigua Leyenda de la región de Matehuala, S. L. P., sobre un viejo carretonero llamado Trinidad, que vivía solo con su esposa y que no había tenido familia.
También se afirma que Trinidad, el carretonero, era de buen corazón y se había propuesto la tarea de acarrear piedras de cantera para construir la iglesia del pueblo, así que era de todos conocido el ruído que producía la vieja carreta al trasladar con dificultad su carga desde la cantera cercana.
Un atardecer de regreso a su casa, no cabía de gozo, pues su mujer le había comunicado por la mañana que la bendición de Dios estaba sobre ellos, pues Trinidad iba a ser padre.
Afanado estaba en el trayecto hacia su casa, que no se dió cuenta que lo había sorprendido una feroz tormenta, tan fuerte que no dejaba ver nada del camino por donde transitaba. Pese a ello, Trinidad no se detuvo, pues ansiaba ver pronto a su mujer para abrazarla y besarla tiernamente.
Pero es misma tarde-noche, sucedió algo terrible: El carretonero y sus mulas se desbarrancaron, para luego desaparecer en el acantilado de la Calavera, el más profundo de Matehuala.
Ligado a esta vieja leyenda, se encuentra el siguiente relato de una familia que viajaba en automóvil hacia Matehuala para visitar unos familiares que hacía mucho tiempo no veían.
Una intensa tormenta hacía muy peligroso seguir viajando, así que el padre de familia decidió hacer un alto en el camino y esperar a que amainara la tempestad.
No tardaron en hallar un pequeño restaurante a la orilla de la carretera, hacia donde se dirigieron para guarecerse de la cada vez más fuerte tormenta.
Al bajarse del vehículo y tocar varias veces, nadie acudió al llamado, el lugar aparecía sólo y lóbrego. Se encaminó a una casucha en la parte posterior del restaurante e hizo lo mismo, tocó la puerta y sólo le respondió el silencio que era interrumpido por uno que otro trueno en el firmamento.
Así que la tormenta había cobrado nuevos bríos y los truenos y relámpagos hicieron que la niñita se despertara, alarmada:
----¿Y mi papi?..... Preguntó.
---No pasa nada, mi amor. Dijo su madre, tratando de tranquilizarla:
--Papá fue a preguntar cuánto falta para llegar con tus tías.
Por su parte, el padre ya regresaba decepcionado y angustiado al no haber encontrado alguien que los atendiera y orientara.
---¡Qué barbaridad, se está cayendo el cielo!.
Su esposa le extendió una toalla para que se secara y le preguntó:
---¿Cómo te fue?.
---No hay nadie, todo está vacío y solitario. Parece un poblado fantasma.
---Cálmate, mi vida, vamos a dejar pasar la lluvia y luego ya veremos.
El papá abrazó a su mujer para tranquilizarla y hacerla sentirse mejor, mientras la niña limpiaba el vidrio para ver mejor. Fue cuando dijo:
---¿Por qué no le preguntamos a ese señor?.
Los papás limpiaron el vidrio y mirando en la dirección que indicaba la pequeña, no lograron ver nada.
La niña insistió:
---¡Es un señor trepado en una carreta!.
El papá cobró ánimos y decidió bajar y buscar en la dirección que señalaba la niña aunque aún no había visto al hombre de la carreta.
---¡Buenas noches!. Gritó el hombre, después de haber sufrido varios resbalones.
---¡Andamos perdidos!........ ¿Nos puede ayudar?.
El hombre de la carreta permanecía impasible en medio de la tormenta, como si lo ignorase.
El padre levantó la mano, tratando de llamar la atención de aquel extraño personaje.
--¡Buenas noches, señor!..... ¡Por acá!. Dijo. Pero el carretonero no se daba por enterado, así que se acercó hasta llegar a su lado.
La esposa en la camioneta limpiaba el vidrio y no lograba ver nada de lo que ocurría, aumentado su angustia.
--¿Dónde está tu papá?...... Preguntaba. -----¿Puedes verlo?.........
---¡Allá está!....... Dijo la niña. Está hablando con el señor de la carreta.
La mamá se aproximó a la ventanilla por donde la niña miraba, pero como estaba llena de vapor, tampoco pudo ver nada.
--¡Estás segura, nena?........ ¿Es él?.
La niña insistía:
---¡Ahí está!..... Es un señor de sombrero que está sentado en una carreta jalada por caballos.
La mamá se esforzó en ver en la dirección que la niña señalaba y alcanzó a ver a su esposo parado, en medio de la tormenta, pero completamente solo, pues no había nadie más.
Afuera, el papá trataba entablar conversación con el Carretonero.
---Nos dirigimos a Matehuala. ¿Nos podría decir si vamos bien?.... ¿Nos puede ayudar?.
El fantasma volteó lentamente hacia el hombre. El cielo se estremecía con los truenos, y los relámpagos esparcían centellantes su manto de luz.
En la camioneta, la niña bricaba sin dejar de ver:
---¡Mi papá se está subiendo a la carreta, se está subiendo!...... ¿A dónde va?.
La madre estaba aterrorizada, sólo la niña lograba ver lo que estaba ocurriendo allá afuera, por lo que preguntó angustiada:
---¿Qué está pasando?......... ¡No lo entiendo!.
Sin poder contenerse, al ver que su padre las abandonaba, la niña abrió la puerta y salió corriendo a la tormenta. De repente su grito retumbó aún más fuerte que cualquier trueno:
---¡Papá!........ ¡Papá Trinidad!.......... Exclamó.
Entonces la carreta se detuvo. El carretonero se agachó para decir algo al oído de su víctima, quien luego bajó como autómata, y se dirigió hacia su hija:
---¡Niña!.... ¡Qué barbaridad!..... Dijo. ¿Por qué no me esperaste en la camioneta?.
Las lágrimas de la pequeña se confundían con las gotas de lluvia:
---Te iba a llevar, papá: yo lo sé, te iba a llevar.
Se encontraron en la camioneta y abrazándolo fuertemente la esposa preguntó:
--¿Qué ha pasado?.....
---¡No lo sé!... Dijo. Sólo conversaba con un señor que iba en una carreta: me daba algunos consejos; parecía muy buena gente.
Se quedaron en el vehículo hasta que amaneció y reemprendieron su marcha, iban pensando el porqué el fantasma del carretón, se había rehuzado finalmente a llevarse al hombre al acantilado, con la ligera sospecha de que esta familia que regresaba a su tierra de origen, fuera conocida del viejo carretonero.
__¡Ya te llevaba, papá!....... ¡Ya te llevaba y no te iba a volver a ver más!.
LA NIÑA DEL POZO.
Sucedió en una de esas viejas huertas que están ubicadas en lo que se conoce como el viejo barrio de la Salud.
Esta familia de escasos recursos se había echo con mucho esfuerzo de una casona abandonada, con una gran huerta por el rumbo de la Salud. Eran evidentes los años de abandono porque sus paredes estaban sucias, derrumbándose, el pasto seco y crecido, con maleza por todos lados y muchas alimañas por doquier.
Al Benjamín de la casa, que así se llamaba el peqeñuelo, le justaba jugar en el patio muy pegado a la huerta, donde daba rienda suelta a su imaginación y vivía las más grandes aventuras con ejércitos, monstruos, sus héores preferidos y todo lo que hacía agradable su corta existencia.
Un día, sentado a la sombra de un granado para descansar de uno de sus juegos, dejó caer el palo de escoba que usaba como espada, y cuando ésta golpeó el suelo, se escuchó un extraño ruido: un sonido grave y hueco que llamó su atención.
El niño pegó su oído al suelo y volvió a golpear con su "espada": el eco sonó con mayor claridad. El pequeño saltó de alegría y su imaginación le decía que había encontrada el hueco donde podría haber un fabuloso tesoro.
Como no pudo quitar la loza que había descubierto al remover la tierra con sus manitas, decidió dar parte del descubrimiento a su padre para que le ayudara a desenterrarlo.
Benjamín convenció a su padre de que lo acompañara donde su hallazgo y para impresionarlo, golpeó con su "espada" la piedra, y al oir el eco, su padre fue por una barra metálica para que le sirviera como palanca.
Con gran esfuerzo, hizo que la piedra se levantara de un extremo y la hizo a un lado. Cuando se dispersó la nube de polvo que levantó la piedra al caer, y después de toser un poco, padre e hijo pudieron ver con emoción el gran hoyo que había quedado al descubierto.
No tardaron en darse cuenta de que al interior del enorme ahujero había agua.
--¡Es agua!, allá abajo hay agua!...... Exclamó Benajmín.
Fueron a comunicarle la nocticia a la mamá de Benjamín.
---¡Tenemos agua!, tenemos agua!. La felicidad de la familia no se podía describir.
Diariamente, Benjamín salía a toda velocidad de la escuela para trabajar en el hermoso jardín que ahora florecía en el patio de la casa. El papá procedió a acondicionar una cubierta para tapar el pozo y no ofreciera peligro alguno.
Una de esa tardes asoleadas que estaban sacando agua del pozo, les llamó la atención que la cubeta, al hizarla, parecía un poco más pesada de lo normal. Fue cuando descubrieron "algo" de color azul flotando en su interior.
Con una vara, Benjamín sacó un vestido con encaje en el cuello y en las mangas. Asombrados, llamaron a la mamá, que no acertaba a explicarse cómo había llegado la prenda al pozo, ni por qué no se había dañado por el agua, manteniendo su color azul intenso. . La mamá tomó el vestido y lo colgó para que se secara. Después, la familia se fue a cenar, platicando animadamente, sobre el tipo de niña que habría usado el vestido, olvidándose de tapar el pozo.
Ya se retiraban todos a dormir y Benjamín meditaba sobre lo que había dicho su madre:
-¡Debió ser de una niña de no más de ocho años!.
Mientras tanto, "algo" se movía en el pozo, tratando de salir. Primero apareció por el borde una mano, luego la otra; y lentamente, muy lentamente, emergió la cabeza mojada de una niña.
___¡Una horrible niña fantasma salía del pozo!......... Vestía un camisón blanco que iluminaba su andar flotante.
Benjamín dormía intranquilo, revolviéndose entre las cobijas.
Cuando la niña fantasma llegó a su cama y él sintió el aire frío de aquella "presencia", se quedó quietecito, muy quietecito por unos breves momentos.
Ella se acercó, lenta, lenta, muy lentamente, y le susurró al oído:
-----"¡Dame mi vestido azul!".................... ¡Daaaaaaammmeee miiiii veeeesssttiiiidooooo aaazzzuuuuuul!.
Un escalofrío recorrió todo el cuerpo del niño, su rostro perdió el color y su corazón comenzó a latir alocadamente, tan fuerte que amenzaba con salírsele de su pechito.
Benjamín abrió los ojos y vió el rostro horripilante de aquella niña que repetía:
-----¡Daaaaammmeeeeee mmiiiiii veeeeeesttiiiiddooooooo aaazzzuuuuul!.
El desgarrador grito de terror de Benajmín despertó a sus padres y los hizo salir corriendo hacia su habitación para ver qué sucedía.
El pequeño les salió a su encuentro llorando de susto y les decía:
---¡Debemos regresarle su vestido!........... ¡Ella viene por su vestido azul!.
Los padres abrazaron a su aterrado hijo, tratando de controlarse. La mamá se acercó al padre y le preguntó:
---¿Tú también oíste algo?......... ¿La viste cuando se alejaba?.
Por supuesto que no pudieron dormir el resto de la noche. Al amanecer, lo primero que hicieron fue correr al patio y se dirigieron hacia donde estaba el vestido azul colgado. El padre lo tomó firmemente y se encaminó al pozo, percatándose de que lo había dejado abierto. Dejó caer el vestido dentro de él, colocó la piedra y la selló con cemento para que nadie más pudiera abrirlo, y sin pensarlo dos veces, procedieron también a abandonar la casona, poniéndola en venta nuevamente.
EL ESPEJO.
La ciudad de Aguascalientes es muy antigua. En las casas del centro han pasado toda clase de acontecimientos, desde la Colonia hasta la Revolución. En ellas, las familias han podido coleccionar toda clase de objetos antiguos, algunos refinados y otros tan artísticos que no es fácil volver a verlos; algunos afortunados al realizar remodelacioanes, han encontrado valiosos tesoros; son muy famosos sus mercados , parques y jardines así como sus haciendas, de las cuales hoy en día aún siguen en pie varias de ellas.
Se destaca en nuestra hitoria siguiente a la familia Valdespino, que habían adquirido la tradicional costumbre de coleccionar todo tipo de objetos atiguos, por lo que todos los domingos recorrían los mercado, tianguis y la famosa "línea de fuego" en busca de sus preciados tesoros.
La mamá era una apasionada de todo tipo de joyeros; chiquitos, medianos, grandes, rojos, verdes, dorados....... ¡uf!. El papá por su parte, coleccionaba figuritas de fierro, de madera, de plástico, de vidrio y de tela, aunque tambien, compraba cualquier mueble, monedas o cualquier objeto que le llamara la atención.
Los niños buscaban y coleccionaban diversos juguetes y aquellas cosas coloridas que de pronto, les llamaran la atención para conservarlas e intercambiarlas.
Deambulado por unos locales de antigüedades, los niños descubrieron un objeto cuadrado recargado en la pared cubierto por una tela.
Al recorrer el velón que lo cubría, dejó al descubierto un hermosísimo espejo, opaco de tan viejo, pero con un marco dorado y plateado, que lo hacía lucir de una forma tan peculiar y rara.
De inmediato fueron por sus padres:
----¡Encontramos un tesoro!........ ¡Vengan rápido!.
Todos acudieron a ver el espejo opaco, tomaron un trapo y empezaron a limpiarlo.
-----¿Dónde consiguió tan hermoso espejo, don Pánfilo?......
----¡La verdad, ni me acuerdo!. Me traen tantas cosas, que a veces ya ni les pongo atención.
------¡Lástima que ya no sirva!. Concluyó.
La mamá se indignó por lo que había dicho el anticuario:
---¿Cómo que no sirve?........ Solo hace falta que alguien le dé cariño y limpiarlo para que vuelva a brillar y nos muestre su hermosa cara.
Así que compraron el espejo opaco para su colección personal y regresaron felices a su casa.
Procedieron a limpiarlo cuidadosamente utilizando varios líquidos limpiadores para no maltratarlo, hasta que el espejo perdió su opacidad y adquirió un brillo y claridad insospechada.
-----¡Vamos a colocarlo en lugar en donde pasemos todos los días y así nos sirva!.
--Será mejor en el descanso de la escalera, pues todos subimos y bajamos de las habitaciones. Y todos estuvieron de acuerdo.
A la mañana siguiente, nuestra protagonista narradora, (en ese tiempo una niña), dejó su cama rápidamente y procedió a lavarse la cara y los dientes, se vistió y fue a verse en el espejo. Le aguardaba una sorpresa: Ahí frente al espejo, sus padres y sus dos hermanos se peinaban o se arreglaban la ropa una y otra vez, sin dejar de hablar maravillas del hermoso espejo. """"¡Sólo que ninguno de ellos se daba cuenta de que estaban en pijama!"""""
Nuestra amiguita los interrumpió y les dijo muy seria:
----Qué,.... ¿No piensan vestirse?.
Todos se miraron entre sí, y al darse cuenta de que estaban en ropa de cama, subieron a sus habitaciones a cambiarse, sin dejar de hablar de la belleza del espejo.
Cuando sus padres y hermanos se marcharon, Angélica tuvo la tentación de verse en el espejo, pero algo en su interior le hizo dudar:
---"Ese espejo está provocando que mi familia se comporte de manera muy extraña".... Pensó, y prefirió bajar las escaleras agachándose para evitar el espejo.
La familia no dejaba de frecuentar el espejo, pero a partir de allí, todo pareció ir al revés, comenzaron a desobligarse de algunos compromisos, ya nadie hacía caso de nada, y el vaso de agua se desbordó cuando a ella, la dejaron sola en el Colegio sin ir nadie a recogerla.
La maestra directora fue la que la llevó hasta su casa, la niña iba muy preocupada, absorta, pues jamás había sucedido algo así. LLegó, tocó la puerta y se despidió de su maestra directora.
De repente se dió cuenta de que la puerta estaba abierta, penetró con mucho cuidado llamando a sus padres y a sus dos hermanitos.
Aparentemente, no había nadie en la casa, ella traía hambre, así que se dirigió a la cocina y con fastido se preparó un gran sándwich, regresó a la sala y se puso a ver televisión mientras aguardaba a su familia.
LLegó la tarde y con ella anochecía y su familia no aparecía. La niña prendió todas las luces de la sala y las de afuera. Se quedó mirando por una de las ventanas con la esperanza de que alguien apareciera, pero fue en vano, seguía sola.
Cansada, decidió irse a su habitación a dormir. Estaba a punto de subir la escalera, cuando recordó el espejo, por lo que prendió la luz y miró hacia arriba: nada se movía. Subió los primeros escalones conteniendo la respiración, se iba acercando poco a poco al descanso y grande fue su asombro cuando, frente al espejo y en el suelo, vió el portafolios de su papá, la bolsa de su mamá y las mochilas de sus hermanos.
Angélica bajó aterrorizada la escalera y fue a esconderse en un sillón de la sala. Pasó un tiempo que le pareció una eternidad en que nada se escuchaba, así que armándose de valor, volvió a asomarse poco a poco. Cuando miró hacia arriba todo estaba a oscuras; una suave luz baja tenuemente de la escalera.
De repente, alcanzó a oir voces que provenían como del espejo que decían confusamente:
---"¡Ayúdanos!"........ ¡Aquí estamos, por favor!...... ¡Aquí, aquí, aquí!.
La niña muy asustada corrió a esconderse nuevamente........ Luego le pareció escuchar las voces de sus familiares:
----¡Angélica!............ ¡Angélica!....... ¡Ayúdanos!.......... ¡Sálvanos!........
---------""""""!Sááááááccaaaaaannooooossss dddeee aaaqquuíííí´!""""""""".
----¡En el espejo!........... ¡En el espejo!,
La niña sudaba de miedo, un temblor recorría sus manos. Su respiración se hayaba entrecortada, el corazón parecía salírsele del pecho.
Armándose de valor de quién sabe dónde, al reconocer a su familia en peligro, tomó una de las figuritas de fierro pertenecientes a su padre y se acercó a la escalera sigilosa, paso a pasito, pian-pianpianito.
La tenue luz aún resplandecía tétricamente........ Inmediatamente, Angélica advirtió que esa extraña luz salía del espejo. Se fue agazapando para no ser vista por el reflejo. Por fin, arribó al descanso y con mucha precaución, toda ella tamblando de horror, apretó firmemente el muñeco de fierro entre sus manos.
Asomándose al espejo con suma cautela, fue testigo de una escena que le heló aún más la sangre y casi le hace desmayarse. En el reflejo nebuloso de la superficie del espejo, muchas caras daban vueltas y vueltas: "---caras de gente dentro del espejo---". Claramente oía que decían:
-----¡Ayúdanos, estamos aquí!....... ¡Ayúdanos, estamos atrapados!..........¡Sácanos de aquí, por favor!.
De pronto, alcanzó a ver las caras de sus padres y de sus hermanos. La niña sintió que el miedo le paralizaba los brazos y piernas, quería salir corriendo y escapar lo más lejos posible....... Pero al recordar a su familia, tomó con fuerza el muñeco de fierro, respiró profundamente y se paró frente al espejo desafiante. Acto seguido, reunió todas sus fuerzas que le quedaban, lo estrelló contra el espejo. Entonces surgió una gigantezca luz, y al tiempo que el espejo explotaba en añicos, miles de pedazos de virios se esparcía vertiginosamente, punzantemente; el cuerpo de la niña salió empujado por una colosal fuerza invisble hacia atrás.
Despertó, recuerda, malherida en la sala de un hospital. Apenas sí recordaba como en un sueño lo del espejo. Sus padres y sus dos hermanos estaba ahí, al pie de su cama sonrientes y felices de que había despertado como de un aletargado sueño.
Todos callaban pero sonreían, daban el silencio como entendida complicidad... Preferían tomar las cosas con calma y darle poco crédito o nada a lo que había sucedido. Querían dejar en el olvido aquel episodio del espejo y comenzar una nueva vida, otrora felices y unidos como una gran familia.
Fin.
Eso es todo por ahora.
¡Felices pesadillas!
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[b]GEMINI 3 FISHER
RADIESTESIA Y BIOPERCEPCION
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