una de tantas de Talpa de Allende, Jalisco

Un señor un día llego aqui a su humilde casa, no hace mucho, y visitando a mis tios que son herreros comenzaron hablar de los "dineros enterrados", el se quedaba callado y nada más movia la cabeza, mi tio le dijo pues que te pasa amigo y dice si yo les contara mi historia ahorita me agarraban a martillazos.

Cuenta el señor que allá por un rancho había una señora que en su casa veía que en un arbol de aguacate se aparecía una muchacha que se paseaba en un columpio, y todos los días a la misma hora se aparecía, la Sra. le comento al amigo - oye muchacho traete un aparato de esos con los que buscan el dinero, mira que aqui se aparece una muchacha, a lo mejor hay dinero porque se ve muy catrina-, el amigo solo le decía no sra. como va creer usted en esas cosas eso ni existe, y el amigo nomas la veía y la juzgaba.

La Sra. le insistía andale muchacho traete el aparato vamos medias de lo que encuentres, andale si va haber algo, ella llega todos los días y se pasea ahi en el arbol de aguacates, y el amigo le decía pos si tanto le molesta doña, quitele el columpio para que ya no se pasié y la sra. le decía pos siempre se lo lleva, y al amigo nomas le daba risa.

De tanto insistirle la Sra. lo enfadó y le dijo esta bien ya le voy a traer el aparato nomás para que vea que no hay nada, se consiguió el aparato no dijo que tipo de aparato tenía solo dijo que era muy sencillo, y ya entonces empezó a buscar en el terreno y nada que marcaba el aparato, hasta que le dijo la sra. mira debajo de esa rama, es donde se columpia la muchacha, y ya que pasa el aparato y ahi le marco, pues ya el amigo un poco asombrado pero todavia incredulo, se pone a escarbar y dice que como a medio metro, encuentra un cuero de animal, que olia re feo dijo el, ya lo saco, y con su navaja lo empieza abrir, durisimo estaba el canijo, y ya lo abrio y todavia estaba cubierto con otro, dice aguantar este olor y todavia tener que rajar otro y estaba re duro, ahi como pude le encaje más la navaja, y ya que salen unas monedas todas prietas, feas y le dice a la sra. ya ve ahi esta su tesoro, uste cree que esas monedas todas viejas todavia han de valer, ahi se las dejo yo ya me voy, y la sra. le dijo no muchacho quedamos que la mitad y la mitad, no yo para que quiero esas monedas ya ni valen nada, asi de que sirven mejor tirelas a lo mejor le hacen daño tenerlas ahi, y la sra. insistía no llevate tu mitad, no sra. a mi ni me sirve, de tanto insistir me convencio la sra. y le dije pos nomas deme cuatro.

Ya se fue el amigo a su casa, paso el tiempo, y ya su esposa tenía unos aretes rotos y le dijo andale lleva estos aretes a reparar con el joyero, ahi tengo unas piezas de oro para que me los solde y ya el amigo dijo bueno ahorita te los llevo y sirve que llevo esas monedas viejas para que me las limpie haber de que salen.

Se llevo los aretes, las piezas y las monedas con el joyero, le dijo ahi te traigo a arreglar estos aretes y estas monedas haber si me las limpias. Se fue y se las dejó, a los pocos días regresó por ellas y le dijo el joyero toma aqui estan tus aretes, y le dijo y tambien te limpié tus monedas, cual fue la sorpresa del amigo al ver las monedotas cuadradotas dijo bien brillosas de un color amarillo, pues el amigo se fue bien contento.

Ya nos platico que por cada moneda le dieron 40 mil pesos, que porque eran españolas, y pues el amigo se dedico a vivir la mala vida, mujeres, alcohol, y le salio una que pues tenia un hijo de el, y ahi se gasto el dinero de sus monedotas.

Cuando se le acabo el dinero desconsolado por andar con las viejas y que al final el chamaco no fuera de el, regreso con la Sra. para haber que había hecho con sus monedas, y ya le dijo Sra. como está que ha hecho con las monedas y le dice no pos muchacho te hice caso para que quería yo esas monedas asi de feas vaigan a tener alguna enfermedad, y ya le dice el que les hizo Sra. pos paso el chaterrero y se las vendí, el Sr. se quería morir y ya le cuenta a la Sra. lo de sus monedas, y le dice ya vez y tu que no quisiste tu mitad, asi ya hubieras logrado algo aunque sea, y dijo por algo pasan las cosas Sra. después de contarle su historia y ya para despedirse le dice la Sra. ojala se apareciera otra vez la muchacha para pedirle la soga del columpio y ahorcarme con ella, espero les guste la historia fue veridica, despues regresare con otra.

PD. Con el tiempo el Sr. se fue al norte (E.U.A) y dice que le dijeron allá que sus monedas valían mucho mas, porque eran españolas y eran de una única edición, así nos contó el.