La Dentista y la viejita

Hace algunos años me presentaron a una señora dentista de profesión que fue a hacer su servicio social en una ciudad del Estado de Jalisco. Se instaló en una casona grande antigua, puso su consultorio y ahí mismo vivía.

En una ocasión fue a verla una señora ya de edad avanzada a curarse una muela y le dijo -¿Niña le gustaría sacar un tesoro?-, si es posible si -contesto la dentista-, ¿pero a dónde está?

La viejita le dijo: -Aquí cerca de usted, en la bodega que está al fondo entre dos pilares

-¿Y cómo sabe usted eso?- Le preguntó la dentista, y la viejita le contestó: -porque yo trabajé aquí 30 años y ayudé a enterrar el dinero. Está en un cuero de cochino-. -Muy bien- le dijo la dentista, -voy a pedir permiso a la dueña de la casa para que venga usted el día que se rasque, y diga en qué lugar está el entierro-.

Habló la doctora con la dueña de la casa y ésta estuvo de acuerdo con la búsqueda, inclusive le recomendó a dos señores de confianza, ya de cierta edad para que la ayudaran. Sólo le voy a anticipar que tenga cuidado con mi hermano, es muy tomador y se pone muy pesado.

Se pusieron todos de acuerdo la doctora, la viejita y los señores. A las dos horas que llevaban rascando encontraron el cuero de cochino con su contenido, pesaba mucho y uno de los señores fue a buscar un cable y una garrucha y amarraron el cuero de cochino, lo iban subiendo con cuidado. Ya había salido del agujero, cuando en ese momento entra el hermano de la dueña tomado o drogado con una pistola en mano amagando a todos los que ahí estaban.

La doctora le explicaba que tenía permiso de la dueña, su hermana, pero el tipo fuera de sí amenazo con matarlos. En medio de la discusión se oyó un tronido, el cable se rompió y el cuero de cochino se cayó nuevamente al hoyo, el tipo siempre con pistola en mano, ordenó a los rascadores que amarraran nuevamente el cuero, pero al bajar al agujero no había nada. No hay nada señor, -dijo uno de los rascadores-. -¡Cómo que no hay nada hijos de tales por cuales!- -No señor, no hay hada-. El tipo aquel bajó al agujero y efectivamente no había nada. Sin dejar de amenazarlos se alejó del lugar, dejando a los rascadores, a la anciana y la doctora traumados.

Algún tiempo después un sacerdote fue a consulta con la doctora y ella le contó lo que había sucedido sin decir el lugar. El sacerdote le dijo, -El día que quieran me avisan y vengo a decir unas oraciones- Sin embargo, después de tal susto la doctora se fue al poco tiempo de esa población y ya no se hizo nada.

Sigue el tesoro esperando a ser descubierto por alguien...



Saludos.

Oraless!! .........
y que cuando nos lanzamos a buscarlo?

Que pena........y como se entero el fulano ?......seguro su hermana le dijo, ni hablar, asi suelen pasar las cosas en ocasiones.



Saludos

jajajajajaajaja maaa

Interesante historia! Cual es su fuente?

estimados compañeros; es asi, cuando te toca te toca. es una historia mas comun de lo que creen. Lo que yo haria seria que fueran solo la ancianita y la doctora, de preferencia de noche y heber que pasa