El Real de a ocho, moneda internacional
- ejoersrExperto del Foro
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El Real de a ocho, moneda internacional
Hacia 1559, Felipe II ordenó explorar el tornaviaje; la ruta marina que permitiera regresar de las Islas Molucas a las costas de la Nueva España a través del Mar del Sur o Gran Golfo, como entonces se llamaba al Océano Pacífico. La encomienda fue dada al vizcaíno Miguel López de Legazpi y al fraile agustino Andrés de Urdaneta, quienes después de numerosos retrasos, zarparon de Barra de Navidad en noviembre de 1564 rumbo a Oriente. La expedición fue un éxito, ya que incorporó a las islas Filipinas (así llamadas en honor al monarca) al imperio español y abrió una prolífica ruta comercial entre América, Filipinas y China. Fue entonces cuando nació la Nao de China o Galeón de Manila que trajo numerosos y muy apreciados tesoros a América, como porcelana, marfil, seda y especias. A cambio, del puerto de Acapulco partía un creciente número de monedas de plata, gracias a lo cual empezó a utilizarse la moneda mexicana como medio de pago internacional.
La plata, procedente de las ricas minas novohispanas, se acuñaba en la ciudad de México, donde la reina Juana, la loca, había dispuesto el establecimiento de una casa de moneda en 1535. Desde 1536 hasta 1572, se batieron monedas del tipo Carlos y Juana, así conocidas por la leyenda que se lee en sus improntas (KAROLVS ET IOHANA REGES HISPANIARVM ET INDIARVM), las cuales eran casi perfectamente redondas y con un fino grabado, pese a la rusticidad del procedimiento con el que se fabricaban, ya que se acuñaban manualmente a golpe de martillo. Sin embargo, los crecientes requerimientos monetarios producto de la apertura del comercio con Oriente y la constante demanda de recursos de la corona para el sostenimiento de las guerras europeas, así como la enorme burocracia imperial y los gastos de la vida palaciega, obligaron al emperador a ordenar, el 8 de marzo de 1570, un cambio sustancial en el aspecto de la moneda americana. Tal modificación no fue acompañada de innovaciones técnicas en la amonedación, pues la moneda continuó acuñándose manualmente, pero ahora en grandes cantidades y de forma apresurada y descuidada, al menos en apariencia, ya que la fineza del metal (de 930.51 milésimos de plata) se mantuvo intacta. A esta moneda, acuñada entre 1572 y 1732, se le conoce como macuquina, término de origen árabe que significa “verificado” y que alude a su buena ley, pese a lo burdo de su aspecto, ya que se fabricaba en cospeles de forma y grosor irregulares en los que apenas se aprecian parte de los grabados y de las leyendas. Además, fue entonces cuando se inició la acuñación de piezas de ocho reales o “reales de a ocho”, entonces la más alta denominación acuñada en México había sido la de 4 reales.
Eran tales el prestigio y la aceptación de las que gozaba la moneda mexicana en Oriente que, cuando en 1732 se inició en México la acuñación de moneda redonda del tipo columnario, conforme a las reformas dictadas por Felipe V, continuó circulando en aquella parte del mundo pese a la disminución de su contenido de plata. Ni siquiera una nueva reducción de su fineza, dispuesta a partir de 1772 con la aparición de la moneda de busto (a 902. 77 milésimos de fino), alteró su aceptación. Como resultado del extendido uso y aceptación de la moneda mexicana, surgieron falsificaciones con menor contenido de metal fino. Incluso, se tienen noticias del establecimiento de una fábrica inglesa de “monedas mexicanas” en Hong Kong. Cuando los comerciantes y banqueros chinos descubrieron el curso de piezas espurias, iniciaron la práctica de ensayar las monedas para verificar su contenido de fino y, de esta manera, distinguir las piezas auténticas de las falsas. Para ello, a las piezas auténticas, una vez ensayadas, se les estampaba con un pequeño punzón un sello o marca llamada chop. Y mientras más chops tuviera una pieza, gozaba de mayor confianza entre los usuarios, aunque cada vez que se estampaba una de estas marcas perdía una pequeña porción de metal.
En el Lejano Oriente no sólo se utilizó y marcó la moneda novohispana. También se conocen escasas piezas de necesidad acuñadas durante la Guerra de Independencia con chops, así como monedas acuñadas a nombre de Agustín Primero (1822-1823). Pero sobre todo, existen incontables ejemplares republicanos (1823-1905) con chops en su campo. A este particular, vale la pena recordar que los resplandores republicanos (piezas de 8 reales con el escudo nacional en el anverso y un gorro frigio con la inscripción “libertad” sobre resplandores solares, en el reverso) gozaron de tal aceptación en Oriente, que llegaron a convertirse en el principal producto de exportación nacional.
En 1869, una vez derrotado el Segundo Imperio, se adoptó en México el sistema decimal en la amonedación republicana. Entonces, el tipo de resplandor fue sustituido por el de balanza, y el real de a ocho equivaldría a un peso. Aunque las monedas de resplandor y de balanza tenían la misma cantidad de plata, el cambio no fue bien recibido en Oriente; el nuevo diseño no resultó del agrado de los chinos, que dejaron de comprar la moneda mexicana. Fue tal el impacto en las exportaciones de plata mexicana que se hizo necesario retomar la acuñación de pesos de resplandor para los mercados orientales
La demanda y circulación de moneda de plata mexicana en Oriente se extendió a lo largo de varias décadas del siglo XIX, pero en el último tercio de dicho siglo estalló la crisis de ese metal, producto de la adopción de sistemas monetarios monometálicos de patrón oro en varias naciones del mundo, las cuales pusieron en venta grandes cantidades de plata, provocando la inestabilidad del mecado y la caída de su precio. No obstante lo anterior, la demanda de moneda mexicana en Oriente se prolongó, aunque en cantidades decrecientes, hasta la primera década del siglo XX. Actualmente se conocen, además de las miles de monedas virreinales y republicanas con chops, piezas con resellos de Filipinas, Siam, Indonesia y Japón así como monedas con resellos combinados.
Pero la circulación de la moneda mexicana de plata no se limitó al Oriente. En las colonias inglesas de Norteamérica, el columnario de 8 reales no sólo se utilizó ampliamente como medio de pago, sino como unidad contable. Por ejemplo, durante la guerra de Independencia de las Trece Colonias, se puso en circulación papel moneda de 6 pences o one spanish milled dollar, es decir, de 8 reales del tipo columnario. En algunos casos, llegó a contarse entre los elementos gráficos de este papel moneda la imagen de dos mundos coronados sobre ondas marinas, entre dos columnas unidas por la leyenda UTRAQUE VNUM (“ambos son uno”, relativa al carácter intercontinental del imperio español), utilizada en la impronta de los columnarios. E incluso, en 1793, el Congreso de los Estados Unidos declaró al peso mexicano medio legal de pago en ese país, mientras que en Canadá dejó de serlo hasta 1858.
La moneda novohispana también circuló en los dominios caribeños de británicos, franceses y holandeses. En las islas de Jamaica, Tórtola, Guadalupe, Martinica, Santa Lucía, Santa Marta, Tobago y Curazao, así como en las Guayanas, la moneda mexicana fue resellada, no con fines de autentificación como se hacía en Oriente, sino con el propósito de ejercer algún control sobre el circulante metálico. Era práctica común en estos territorios recortar o perforar los reales de a ocho, con el único propósito de obtener monedas de baja denominación como los de una octava parte o bit (en algunas regiones de los Estados Unidos todavía llega a escucharse la expresión two bits al referirse al cuarto de dólar o veinticinco centavos). En Brasil se dio un caso extremo, su moneda de 960 reis de 1821 fue acuñada directamente sobre cospeles de monedas coloniales mexicanas.
Otras potencias europeas también aprovecharon las monedas virreinales. Se conocen piezas con resellos del escudo de Portugal y con el busto del rey de Inglaterra (el cual generalmente aparece estampado sobre el cuello del monarca español, lo que podría sugerir que se trataba de una manifestación de la secular confrontación entre Inglaterra y España). También se conocen ejemplares con resellos escoceses, de Nueva Gales del Sur (actual Australia), Centro y Sudamérica (en Guatemala, por ejemplo, se decretó en 1811 la circulación legal de las monedas mexicanas, chilenas, peruanas y venezolanas) y de Mozambique, entre otros. Todo lo anterior revela con nitidez la amplia aceptación de que gozó la moneda de plata acuñada en México alcanzando su punto culminante en el siglo XIX, cuando la mayor parte del comercio entre Europa, América y oriente se rea- lizaba con reales de a ocho y pesos mexicanos. En esa época, corrían más piezas maxicanas en Oriente que en nuestro país.
La destacada presencia de la moneda mexicana propició el surgimiento de piezas de plata en otros países que pretendieron competir con ella. Desde principios del siglo XVII, Inglaterra lo hizo mediante la acuñación de las piezas conocidas como portcullis crown o “moneda de la India”, las cuales tenían el mismo contenido de metal fino que las piezas mexicanas. Lo mismo intentó la United Amsterdam Company; sin embargo, ambos ensayos fracasaron y al poco tiempo se suspendió su acuñación.
La demanda y circulación de moneda de plata mexicana en Oriente se extendió a lo largo de varias décadas del siglo XIX, pero en el último tercio de dicho siglo estalló la crisis de ese metal, producto de la adopción de sistemas monetarios monometálicos de patrón oro en varias naciones del mundo, las cuales pusieron en venta grandes cantidades de plata, provocando la inestabilidad del mecado y la caída de su precio. No obstante lo anterior, la demanda de moneda mexicana en Oriente se prolongó, aunque en cantidades decrecientes, hasta la primera década del siglo XX. Actualmente se conocen, además de las miles de monedas virreinales y republicanas con chops, piezas con resellos de Filipinas, Siam, Indonesia y Japón así como monedas con resellos combinados.
Pero la circulación de la moneda mexicana de plata no se limitó al Oriente. En las colonias inglesas de Norteamérica, el columnario de 8 reales no sólo se utilizó ampliamente como medio de pago, sino como unidad contable. Por ejemplo, durante la guerra de Independencia de las Trece Colonias, se puso en circulación papel moneda de 6 pences o one spanish milled dollar, es decir, de 8 reales del tipo columnario. En algunos casos, llegó a contarse entre los elementos gráficos de este papel moneda la imagen de dos mundos coronados sobre ondas marinas, entre dos columnas unidas por la leyenda UTRAQUE VNUM (“ambos son uno”, relativa al carácter intercontinental del imperio español), utilizada en la impronta de los columnarios. E incluso, en 1793, el Congreso de los Estados Unidos declaró al peso mexicano medio legal de pago en ese país, mientras que en Canadá dejó de serlo hasta 1858.
La moneda novohispana también circuló en los dominios caribeños de británicos, franceses y holandeses. En las islas de Jamaica, Tórtola, Guadalupe, Martinica, Santa Lucía, Santa Marta, Tobago y Curazao, así como en las Guayanas, la moneda mexicana fue resellada, no con fines de autentificación como se hacía en Oriente, sino con el propósito de ejercer algún control sobre el circulante metálico. Era práctica común en estos territorios recortar o perforar los reales de a ocho, con el único propósito de obtener monedas de baja denominación como los de una octava parte o bit (en algunas regiones de los Estados Unidos todavía llega a escucharse la expresión two bits al referirse al cuarto de dólar o veinticinco centavos). En Brasil se dio un caso extremo, su moneda de 960 reis de 1821 fue acuñada directamente sobre cospeles de monedas coloniales mexicanas.
Otras potencias europeas también aprovecharon las monedas virreinales. Se conocen piezas con resellos del escudo de Portugal y con el busto del rey de Inglaterra (el cual generalmente aparece estampado sobre el cuello del monarca español, lo que podría sugerir que se trataba de una manifestación de la secular confrontación entre Inglaterra y España). También se conocen ejemplares con resellos escoceses, de Nueva Gales del Sur (actual Australia), Centro y Sudamérica (en Guatemala, por ejemplo, se decretó en 1811 la circulación legal de las monedas mexicanas, chilenas, peruanas y venezolanas) y de Mozambique, entre otros. Todo lo anterior revela con nitidez la amplia aceptación de que gozó la moneda de plata acuñada en México alcanzando su punto culminante en el siglo XIX, cuando la mayor parte del comercio entre Europa, América y oriente se rea- lizaba con reales de a ocho y pesos mexicanos. En esa época, corrían más piezas maxicanas en Oriente que en nuestro país.
La destacada presencia de la moneda mexicana propició el surgimiento de piezas de plata en otros países que pretendieron competir con ella. Desde principios del siglo XVII, Inglaterra lo hizo mediante la acuñación de las piezas conocidas como portcullis crown o “moneda de la India”, las cuales tenían el mismo contenido de metal fino que las piezas mexicanas. Lo mismo intentó la United Amsterdam Company; sin embargo, ambos ensayos fracasaron y al poco tiempo se suspendió su acuñación.
Entre 1771 y 1777 se acuñaron piastras de plata en Groenlandia por disposición del rey danés Christian VII, las cuales eran muy semejantes a los columnarios novohispanos. Sólo el llamado dólar o talero de María Teresa logró alcanzar una difusión internacional similar a la del real de a ocho mexicano, pues circuló profusamente en parte de Egipto, en Abisinia, Sudán y en las islas del archipiélago malayo.
En 1863 los británicos buscaron una vez más acuñar una moneda útil en el comercio internacional el Hong Kong Dollar, pero el nuevo intento resultó fallido. La maquinaria con que se acuñó esa moneda se vendió a Japón para que, en su casa de Osaka produjera el trade yen. La moneda japonesa repre- sentó durante las últimas décadas del siglo XIV, un importante competidor para el peso mexicano, ya que en China sustituyó al peso de balanza, que no gozaba de la aceptación de los comerciantes y usuarios.
Entre 1860 y 1870, se vivió un importante auge minero en los Estados Unidos gracias a la explotación de los ricos yacimientos de plata de Nevada. Ya que el dólar no podía competir en los mercados internacionales con los pesos mexicanos debido a su menor contenido de metal fino, las autoridades norteamericanas decidieron crear una nueva moneda de plata que pudiera gozar de la aceptación mundial. Así nació el trade dollar, acuñado de 1873 a 1885, que llegó a convertirse, al menos durante los últimos años en los que la moneda de plata fungió como medio de pago internacional, en un fuerte competidor de los pesos mexicanos, ya que su contenido de plata pura era de 378 granos, o sea ¾ de grano superior. Pese al éxito inicial del trade dollar, dado su alto contenido de metal fino, los chinos la fundieron y volvieron al uso de los pesos mexicanos como medios de pago.
La crisis de la plata, iniciada durante el último tercio del siglo XIX, marcó el paulatino fin de la secular y profusa circulación mundial de la moneda mexicana, la cual finalmente sería desmonetizada en 1931. a partir de entonces, los importantes recursos aportados por la explotación, amonedación y exportación de la plata mexicana serían reemplazados por otro recurso no renovable: el petróleo.
- PachitoGran Experto del Foro
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Re: El Real de a ocho, moneda internacional
Saludos.
- radimemxIdentidad Certificada
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Re: El Real de a ocho, moneda internacional
Saludos!
- chat77Gran Experto del Foro
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Frase Célebre : Esperando lo mejor, pero preparado para lo peor.
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Re: El Real de a ocho, moneda internacional
Re: El Real de a ocho, moneda internacional
Este tipo de temas sí valen la pena, ojalá se vean más seguido acá en el foro.
¡Saludos!
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- Hector Hugo ZavalaIdentidad Certificada
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Re: El Real de a ocho, moneda internacional
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- megaserColaborador ocasional
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Re: El Real de a ocho, moneda internacional
- chat77Gran Experto del Foro
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Re: El Real de a ocho, moneda internacional
megaser escribió:chat77 si nome equivoco esa monedota de 8 reales es de la ceca de bogota n o de la de mexico pero igual es una muy bella moneda, felicitaciones
Se equivoca compañero es de 1 real y es ceca de Mo Mexico.....pero si es unica mi moneda....Felices fiestas! y saludos!!!
- megaserColaborador ocasional
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Re: El Real de a ocho, moneda internacional
- chat77Gran Experto del Foro
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Re: El Real de a ocho, moneda internacional
megaser escribió:disculpe chat77 no mire bien la moneda antes de escribier ya me di cuenta de la narca de ceca de mexico ,de verdad mil disculpas colega,estoy muy apenado ya que uno antes de escribir sobre algo tiene que ver bien antes de dar opinion, lo que pasa es que me deje llevar por el anverso de la moneda y es muy parecida a una de la ceca de nuevo reino , de verdad mil disculpas y felicidaddes en estas fechas
jeje no se preocupeee !!! igualmente le deseo que la pase bien estos dias!!! saludos!!