- Jose AlcarazExperto del Foro
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El misterio de los cigarrillos sin marca
Sáb 04 Mayo 2013, 7:48 pm
El misterio de los cigarrillos sin marca
Escrito por Profesor Navarro
Domingo 26 de Abril de 2009 17:30
Un buen día, exploramos una antigua finca, que en sus mejores tiempos, fue “casa de la hacienda”, después de un par de horas de ir y venir sin obtener resultados interesantes, y a punto de dar por terminada la prospección, noté un peculiar abultamiento, en el muro sobre el marco de una puerta, pasamos la antena de un detector, sobre el sospechoso abultamiento, de inmediato, nuestro ánimo se regeneró al comprobar, que el indicador del aparato se energizaba, registrando la presencia de una masa metálica, recabamos la anuencia de los habitantes de la finca para revisar, obtenido el permiso y después de poco esfuerzo, uno de los compañeros encaramado sobre una desvencijada silla, removiendo un pedazo de “enjarre” del muro, puso al descubierto cuatro cajas de madera, de las que se usan para empacar cigarros puros.
El encargado de la operación de remover las cajas, ni siquiera sospechaba el contenido de ellas, al tratar de extraer una, esta se desbarató debido al peso de su contenido y se desparramó por todos los rincones del cuarto, 80 “pesos del resplandor”, saltaron por el suelo tintineando alegremente, (dichas monedas, fueron acuñadas a principio de siglo, cabe mencionar que son piezas muy bien logradas, de gran belleza estética, además de su gran valor numismático) previendo un percance similár al retirar el resto de las cajas, nuestro compañero, procedió con suficiente malicia, para asegurar la integridad de las cajas restantes, al extraerlas de su alojamiento, mañosamente introdujo una tabla debajo de la que seguía en turno, con el apoyo que el pedazo de madera proporcionó, el resto del botín pudo ser rescatado sin que las cajas se desintegraran, una vez a nivél del suelo.
Con sobrado beneplácito, comprobamos que el contenido de las otras tres, era similar al de la primera, excepto que la cuarta caja, contenía 84 pesos y no 80, dentro de un envoltorio de amarillento papel, depositado en el mismo hueco, descubrimos seis cajetillas de cigarrillos sin marca de fábrica, impreso en el papel de las cajetillas, se ve un grupo de estilizadas palmeras de color azul, dentro del mismo envoltorio, 60 cerillos de dos cabezas, dichos cerillos, tienen la particularidad de encender, cuando son frotados sobre cualquier tipo de superficie áspera, por cierto que la fabricación de esas luminarias, se descontinuó, debido al peligro de incendio que el tan inflamable material ofrecía, se comprobó, que los cerillos en cuestión, se inflamaban con frecuencia al ser mordidos por ratas.
La suma de 324 pesos, se repartió entre seis, yo tomé dos cajetillas de cigarrillos y dos manojos de cerillos, el resto, se repartió según el interés personal de cada uno, nos retiramos con rumbo a Guadalajara.
Quedaba un problema que resolver, no teníamos idea, de cual sería la reacción de los soldados encargados del retén militar, si por mala suerte detectaban aquellas monedas en nuestro poder, afortunadamente mis compañeros y yo, siempre hemos sido dueños de buen número de recursos para todo, que bien aplicados, nos han ahorrado problemas en no pocas ocasiones.
El dilema quedó resuelto con facilidad, el mismo subterfugio lo habíamos usado ya con magníficos resultados, pedimos prestado un canasto, en cuyo fondo depositamos las monedas, encima se puso frijol hasta cubrirlas por completo, sobre el grano, acomodamos una docena de huevos que nos regalaron, satisfechos con el arreglo, nos despedimos, externando nuestros amplios reconocimientos, por la amabilidad que se nos había dispensado.
Las atinadas precauciones, nos ahorraron un fuerte disgusto sin duda, al llegar al retén militar, fuimos detenidos por los elementos ahí destacados, un par de oficiales metralleta en ristre, se acercaron a nosotros y nos ordenaron bajar del vehículo, uno de los soldados, ya sea porqué estaba cansado, o su “carácter es fuerte”, se dedicó a remover los objetos dentro del auto, haciendo gala de desagradable brusquedad, tomó en su mano uno de los huevos y lo dejó caer despreciativamente sobre el resto, causando la ruptura de tres de ellos, hecho eso, el hombre, dio por terminada la revisión y nos ordenó seguir camino, durante la maniobra de cateo, ninguno de nosotros profirió palabra, estábamos en suspenso, rogando por que las monedas no fueran detectadas, a juzgar por el mal talante, demostrado por “el oficial rompe huevos”,todos temíamos con razón que, de haberse descubierto nuestro pequeño tesoro, sin duda se nos habría hecho pasar muy mal rato.
Otra vez en ruta, nos volvió el alma al cuerpo, todos sin excepción, dimos rienda suelta a nuestro acostumbrado buen humor y no fueron pocos los chascarrillos, que se fabricaron a costillas de aquel soldado que, “con tan poca consideración había tratado nuestros huevos”.
Llegamos a Guadalajara pasada media noche, como era costumbre establecida, me dediqué a poner a cada uno a las puertas de su respectivo hogar, esa operación, siempre consumía gran cantidad de tiempo, debido a que mis compañeros vivían en puntos opuestos de la ciudad, por esa causa, la llegada a mi domicilio, coincidía casi siempre, con las luces del amanecer.
Ocioso es describir, el enfado de mi media naranja, (mi mejor mitad) , cuando tratando de no hacer ruido entraba yo en la cama, ella socarronamente, alguna vez me preguntó porqué me salía tan temprano del lecho, a sabiendas de que acababa yo de llegar, enseguida me confesaba que no había pegado los ojos, rogando por mi seguridad y esperando mi regreso, en esa ocasión su enfado no cesó por completo, aún cuando yo, usando un dulce tono de voz, le anuncié que el fruto de mi última aventura, estaba en esos momentos llegando a sus manos y que ella, es siempre la dueña de todos mis haberes, (?) así las cosas, demasiado pronto, llegó la hora de prepararme para presentarme al trabajo, gracias a ello, dejamos para después los comentarios al respecto.
Mi consorte, siempre mostraba aparente escaso interés a mis correrías, más, en el fondo, estoy seguro que se sentía halagada, al darse cuenta de que todos mis esfuerzos, estaban encaminados a tratar de mejorar la economía familiar, ante mis ojos, su verdadero sentir, se ponía al descubierto, cuando sin que yo se lo pidiera, se encargaba de preparar mi mochila, sin omitír un útil rollo de papel, además de las vituallas que en sobrada cantidad ,“me obligaba” a llevar conmigo, su argumento en contra de mis andanzas, siempre fué el hecho de que, yo, tomaba demasiado tiempo para mis aventuras, descuidando por consecuencia, la convivencia necesaria con ella y con nuestros hijos, pues casi todos los fines de semana, me encontraba fuera del hogar, recorriendo mundo a favor de mi pasatiempo favorito.
Llegado el tiempo, mis hijos, me acompañaron más de una vez, les gustaba mi deporte, pero no llegaron a desarrollar mucho interés en ese difícil asunto.
Con verdadero ahínco, me acompañaban, cuando se trató de exploraciones, de naturaleza arqueológica.
Última actualización el Lunes 29 de Junio de 2009 18:26
Escrito por Profesor Navarro
Domingo 26 de Abril de 2009 17:30
Un buen día, exploramos una antigua finca, que en sus mejores tiempos, fue “casa de la hacienda”, después de un par de horas de ir y venir sin obtener resultados interesantes, y a punto de dar por terminada la prospección, noté un peculiar abultamiento, en el muro sobre el marco de una puerta, pasamos la antena de un detector, sobre el sospechoso abultamiento, de inmediato, nuestro ánimo se regeneró al comprobar, que el indicador del aparato se energizaba, registrando la presencia de una masa metálica, recabamos la anuencia de los habitantes de la finca para revisar, obtenido el permiso y después de poco esfuerzo, uno de los compañeros encaramado sobre una desvencijada silla, removiendo un pedazo de “enjarre” del muro, puso al descubierto cuatro cajas de madera, de las que se usan para empacar cigarros puros.
El encargado de la operación de remover las cajas, ni siquiera sospechaba el contenido de ellas, al tratar de extraer una, esta se desbarató debido al peso de su contenido y se desparramó por todos los rincones del cuarto, 80 “pesos del resplandor”, saltaron por el suelo tintineando alegremente, (dichas monedas, fueron acuñadas a principio de siglo, cabe mencionar que son piezas muy bien logradas, de gran belleza estética, además de su gran valor numismático) previendo un percance similár al retirar el resto de las cajas, nuestro compañero, procedió con suficiente malicia, para asegurar la integridad de las cajas restantes, al extraerlas de su alojamiento, mañosamente introdujo una tabla debajo de la que seguía en turno, con el apoyo que el pedazo de madera proporcionó, el resto del botín pudo ser rescatado sin que las cajas se desintegraran, una vez a nivél del suelo.
Con sobrado beneplácito, comprobamos que el contenido de las otras tres, era similar al de la primera, excepto que la cuarta caja, contenía 84 pesos y no 80, dentro de un envoltorio de amarillento papel, depositado en el mismo hueco, descubrimos seis cajetillas de cigarrillos sin marca de fábrica, impreso en el papel de las cajetillas, se ve un grupo de estilizadas palmeras de color azul, dentro del mismo envoltorio, 60 cerillos de dos cabezas, dichos cerillos, tienen la particularidad de encender, cuando son frotados sobre cualquier tipo de superficie áspera, por cierto que la fabricación de esas luminarias, se descontinuó, debido al peligro de incendio que el tan inflamable material ofrecía, se comprobó, que los cerillos en cuestión, se inflamaban con frecuencia al ser mordidos por ratas.
La suma de 324 pesos, se repartió entre seis, yo tomé dos cajetillas de cigarrillos y dos manojos de cerillos, el resto, se repartió según el interés personal de cada uno, nos retiramos con rumbo a Guadalajara.
Quedaba un problema que resolver, no teníamos idea, de cual sería la reacción de los soldados encargados del retén militar, si por mala suerte detectaban aquellas monedas en nuestro poder, afortunadamente mis compañeros y yo, siempre hemos sido dueños de buen número de recursos para todo, que bien aplicados, nos han ahorrado problemas en no pocas ocasiones.
El dilema quedó resuelto con facilidad, el mismo subterfugio lo habíamos usado ya con magníficos resultados, pedimos prestado un canasto, en cuyo fondo depositamos las monedas, encima se puso frijol hasta cubrirlas por completo, sobre el grano, acomodamos una docena de huevos que nos regalaron, satisfechos con el arreglo, nos despedimos, externando nuestros amplios reconocimientos, por la amabilidad que se nos había dispensado.
Las atinadas precauciones, nos ahorraron un fuerte disgusto sin duda, al llegar al retén militar, fuimos detenidos por los elementos ahí destacados, un par de oficiales metralleta en ristre, se acercaron a nosotros y nos ordenaron bajar del vehículo, uno de los soldados, ya sea porqué estaba cansado, o su “carácter es fuerte”, se dedicó a remover los objetos dentro del auto, haciendo gala de desagradable brusquedad, tomó en su mano uno de los huevos y lo dejó caer despreciativamente sobre el resto, causando la ruptura de tres de ellos, hecho eso, el hombre, dio por terminada la revisión y nos ordenó seguir camino, durante la maniobra de cateo, ninguno de nosotros profirió palabra, estábamos en suspenso, rogando por que las monedas no fueran detectadas, a juzgar por el mal talante, demostrado por “el oficial rompe huevos”,todos temíamos con razón que, de haberse descubierto nuestro pequeño tesoro, sin duda se nos habría hecho pasar muy mal rato.
Otra vez en ruta, nos volvió el alma al cuerpo, todos sin excepción, dimos rienda suelta a nuestro acostumbrado buen humor y no fueron pocos los chascarrillos, que se fabricaron a costillas de aquel soldado que, “con tan poca consideración había tratado nuestros huevos”.
Llegamos a Guadalajara pasada media noche, como era costumbre establecida, me dediqué a poner a cada uno a las puertas de su respectivo hogar, esa operación, siempre consumía gran cantidad de tiempo, debido a que mis compañeros vivían en puntos opuestos de la ciudad, por esa causa, la llegada a mi domicilio, coincidía casi siempre, con las luces del amanecer.
Ocioso es describir, el enfado de mi media naranja, (mi mejor mitad) , cuando tratando de no hacer ruido entraba yo en la cama, ella socarronamente, alguna vez me preguntó porqué me salía tan temprano del lecho, a sabiendas de que acababa yo de llegar, enseguida me confesaba que no había pegado los ojos, rogando por mi seguridad y esperando mi regreso, en esa ocasión su enfado no cesó por completo, aún cuando yo, usando un dulce tono de voz, le anuncié que el fruto de mi última aventura, estaba en esos momentos llegando a sus manos y que ella, es siempre la dueña de todos mis haberes, (?) así las cosas, demasiado pronto, llegó la hora de prepararme para presentarme al trabajo, gracias a ello, dejamos para después los comentarios al respecto.
Mi consorte, siempre mostraba aparente escaso interés a mis correrías, más, en el fondo, estoy seguro que se sentía halagada, al darse cuenta de que todos mis esfuerzos, estaban encaminados a tratar de mejorar la economía familiar, ante mis ojos, su verdadero sentir, se ponía al descubierto, cuando sin que yo se lo pidiera, se encargaba de preparar mi mochila, sin omitír un útil rollo de papel, además de las vituallas que en sobrada cantidad ,“me obligaba” a llevar conmigo, su argumento en contra de mis andanzas, siempre fué el hecho de que, yo, tomaba demasiado tiempo para mis aventuras, descuidando por consecuencia, la convivencia necesaria con ella y con nuestros hijos, pues casi todos los fines de semana, me encontraba fuera del hogar, recorriendo mundo a favor de mi pasatiempo favorito.
Llegado el tiempo, mis hijos, me acompañaron más de una vez, les gustaba mi deporte, pero no llegaron a desarrollar mucho interés en ese difícil asunto.
Con verdadero ahínco, me acompañaban, cuando se trató de exploraciones, de naturaleza arqueológica.
Última actualización el Lunes 29 de Junio de 2009 18:26
- detectoresalonsoExperto del Foro
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Edad : 64
Localización : queretaro
Fecha de inscripción : 19/05/2010
Puntos : 5660
Re: El misterio de los cigarrillos sin marca
Dom 05 Mayo 2013, 9:20 am
BUEN DIA.
EXCELENTE COMPAÑERO DEMUESTRA SU CAPACIDAD DE ESCRIBIR MUY INTERESANTE Y DISFRUTE SU RELATO ESPERO CONTINUE APORTANDO SUS EXPERIENCIAS.
EXCELENTE COMPAÑERO DEMUESTRA SU CAPACIDAD DE ESCRIBIR MUY INTERESANTE Y DISFRUTE SU RELATO ESPERO CONTINUE APORTANDO SUS EXPERIENCIAS.
- brainjuice888Colaborador ocasional
- Cantidad de envíos : 16
Edad : 30
Localización : Guadalajara
Frase Célebre : En los corazones de los hombres más temerarios hay cuerdas que no se dejan tocar sin emoción."
Fecha de inscripción : 12/04/2013
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Re: El misterio de los cigarrillos sin marca
Dom 05 Mayo 2013, 9:59 am
Fooootooooos!!
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"Be cool, don´t be culo"
- buscador26Identidad Certificada
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Edad : 63
Localización : df
Fecha de inscripción : 02/05/2012
Puntos : 5589
Re: El misterio de los cigarrillos sin marca
Dom 05 Mayo 2013, 11:29 am
excelente relato no me dejo ni pestañear ,saludos y a la espera de mas de sus aventuras
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