Dato curioso de la revolución....

Jue 24 Jul 2014, 9:25 pm

Historia tomada del libro: RECUERDO QUE…… (Visiones aisladas de la revolución) del autor: General Francisco L. Urquizo paginas 288, 289, y 290
Obra editada por la SECRETARIA DE LA DEENSA NACIONAL (Edición exclusiva para el ejército Mexicano)

Probablemente más de uno en el foro esté enterado de esta historia, yo no la conocía, ni nunca leí algo parecido…… Inicia en esa pagina así:

La gente de la brigada de Calixto Contreras le tenía más miedo al chino Banda que al mismo general Villa y que a los federales. Le veían con horror, con pánico. Cuando llegaba la hora del combate, dejaba Banda su caballo y recorría la línea de fuego en su motocicleta, haciendo entrar a tiros a los rezagados o cobardes; era del estado Mayor de Villa. El más activo en aquellos momentos y el que mejor secundaba a su jefe.

Manuel Banda había sido mi condiscípulo en el colegio de Torreón, de don José Gálvez; era en aquel entonces uno de esos muchachos tranquilos, callados y buenos que no se meten con nadie y que con todos llevan cordialísimas relaciones. Nunca llegó a saberse que tuviera alguna riña con los muchachos del colegio ni con los de las otras escuela, y pasaba por ser un compañero comedido de ejemplar conducta y sin igual tranquilidad. En aquellos sus quince años parecía ya un hombre grande por lo serio y formal que era en todos sus actos. Se diferenciaba de nosotros hasta por llevar ya pantalón largo, cuando todavía lo traíamos los demás a las rodillas, y usábamos medias de popotillo.

Salido de la escuela el Chino Banda, se dedicó al comercio: era cobrador de facturas de la casa de don Pancho Lozano, y continuamente azotaba las calles pedaleando su bicicleta.

En la primera toma de Torreón se dio de alta con Villa, y quedó agregado a su estado mayor; despertó en él, la fiera adormecida que llevamos dentro, y solo la muerte pudo acabar con ella.

Algo me contó un día de sus actividades:
-No creas que me agrade mucho la comisión que tengo en los combates.
-¿Cuál es tu papel?
-Hacer entrar a los trancazos a la gente, a punta de bala.
-Habrás tenido que herir ya a algunos….
-¿Herir?
-Matar!! yo no hiero, yo mato. No conviene herir, hay que matar de una vez para no dejar pendientes. Un herido se cura y me puede matar cualquier día, a la buena o a la mala. Yo tiro a matar y cuando no acierto entonces no paro hasta acabar con el hombre.

-¿Cuántos habrás matado?

-Muchos. He matado muchos; puede ser que hasta haya ya matado tantos nuestros, como los federales en algunos combates. Es el sistema de mi general Villa y te diré que es el único que da resultado, sobre todo con esta gente de Durango. ¿Tú sabes cómo estaban estas gentes antes de que las mandara el general Villa? No paraban bola en ningún lado; a los primeros tiros corrían como borregos; imposible de ganar en ninguna parte. Dicen que a esta brigada en que estas tu ahora de Calixto Contreras, le decían los federales de Bravo, “Brigada Carreras,” por lo “juilones” que eran. De los mas que hemos matado por no entrar a los golpes o por escapar de ellos, han sido de los de Calixto y de los de Arrieta. Ya me conocen y me tienen pánico; apenas me ven en la motocicleta con la pistola en la mano, dan unas empujadas para adelante, tremendas. Así fue como tomamos Torreón. Ahora esa gente de Contreras está desconocida; ya pelean igual que todos los demás, puede que hasta mejor; ya saben que el que no se muere por los federales, se muere por nosotros, allá atrás. Aquí no hay quien corra; el que corre peligra, puede que más que con el enemigo.

-Tienes fama.
-Sí ya sé que tengo fama.
¡Qué le voy a hacer!
-Tan tranquilo que eras de muchacho en la escuela. ¿Te acuerdas?
Con nadie peleaste nunca, con nadie te disgustabas.
-Ya ves ahora.
-¿Y el primero que mataste?
- No fue uno, fueron varios casi al mismo tiempo, claro que empezó por uno que corrió cobardemente y a punto estuvo que con su miedo de levantarnos toda la línea de una posición; cayó muerto de un tiro; a los compañeros del muerto les vi cara endemoniada, como de querer parárseme, y me jugué el todo por el todo, y logré imponerme matando a varios. No se puede uno quedar a medio camino; una vez que se comienza hay que acabar.
Es triste la misión, pero no tiene remedio. Yo te garantizo que si no fuera por esas medidas que toma mi general Villa, no habríamos hecho nada; andaríamos a salto de mata por allí entre los cerros o entre los montes. Ni modo de pelear con terrones de azúcar; para ganar, hay que echar bala para adentro, y para que esta gente lo haga bien, necesita también sentir balas por las espaldas y estar amenazada de que si corre, hay un dorado a la mano que lo deja tendido ahí mismo.
-¿Y no te gustaría matar mas enemigos que a los compañeros?
-.Hombre, claro: pero tengo que hacer lo que manda el jefe.

Saludos

Vie 25 Jul 2014, 3:49 pm

si, yo creo que aun han de haber quedado en el anonimato muchos sucesos, y también fotos, etc., lo que me gusta mas de la Revolución fue el momento que los ricachones enterraron los arcones llenos de monedas de oro y nunca los recuperaron...

Vie 25 Jul 2014, 5:46 pm

Que bien, excelente relato

Bastante convincente de cómo es que se tiene q llegar a ganar, literalmente ganar o morir le va un punto y agradecimiento por el dato

Saludos y suerte

Vie 25 Jul 2014, 5:59 pm

Así deberíamos tener un compañero que nos ajusticie si nos retiramos de la prospección por miedo.Ya en serio,que terrible realidad

Vie 25 Jul 2014, 8:56 pm

Que historia tan cruda y fuerte a la vez si que tenia los pantalones bien puestos para obedecer ordenes del generalísimo,matar hasta compañeros del mismo pelotón que sádico,cuanta historia sin conocer hay y cuantas anécdotas perdidas en el tiempo. Gracias por la información un heeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee punto.