- jljv42Experto del Foro
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LA LEYENDA DEL DORADO EN COLOMBIA
Dom 24 Ene 2010, 7:46 pm
La Leyenda
de El Dorado
Aunque esta leyenda es de
toda América del Sur, y se lo ha ubicado en diversos sitios, sin hallarlo; una
de las versiones lo adjudica a los rituales celebrados por los indígenas en la
laguna de Guatavita.
La gente acudía allí a dejar
ofrendas y pedir favores. Las ofrendas en oro, esmeraldas y otras piedras
semipreciosas, eran ofrecidas a las aguas, después de ir en balsa hasta el
centro de la laguna, y allí realizaban ceremonias y arrojaban loas ofrendas.
Como hemos dicho, también
el cacique Guatavita, que se bañaba en la laguna que lleva su nombre,
desnudo y cubierto por resinas y polvo de oro; por lo que los españoles
bautizaron a esa provincia como El Dorado.
Guatavita
pueblo y laguna, historia y leyenda real
Laguna de Guatavita
Para comprobar que una
leyenda trascendió el plano de lo fantástico, sólo hay que salir de Bogotá por la Autopista Norte o
la vía a La Calera
y encontrarse con la laguna sagrada de Guatavita donde sucedió la leyenda de El Dorado o El dorado, la que hizo que en el siglo XVI
los conquistadores españoles llegaran a nuestro territorio.
Guatavita,
la laguna sagrada, que geográfica y legalmente pertenece al municipio de
Sesquilé, era el sitio ceremonial en el que los indígenas adoraban a Chie, su
diosa del agua, por medio de fastuosas ceremonias que originaron la leyenda de
El Dorado y según la cual el cacique muisca llegaba acompañado de cuatro
sacerdotes en una balsa de madera, antes de sumergirse impregnado en oro y
cargado con los tesoros que recogía de la comunidad con el fin de abandonarlos
en el agua como ofrenda y símbolo de adoración. Para los nativos el trabajo en
oro no representaba valor económico sino una forma de acercarse a sus dioses.
Dicha historia llegó a
oídos de los conquistadores españoles, quienes organizaron expediciones para
llevarse las joyas preciosas que nuestros antepasados diseñaron con sobrado
ingenio durante muchos años. En efecto, se dice que en uno de los primeros
saqueos ordenados por Felipe II se extrajeron catorce cargas de oro.
Los españoles pretendieron
desaguar la laguna varias veces, hasta que los altos costos de las misiones los
hicieron claudicar, pero ya cuando habían conseguido la mejor parte del botín.
Fue mucho y muy pesado el oro que se llevaron y muy poco el que se ha podido
recuperar.
de El Dorado
Aunque esta leyenda es de
toda América del Sur, y se lo ha ubicado en diversos sitios, sin hallarlo; una
de las versiones lo adjudica a los rituales celebrados por los indígenas en la
laguna de Guatavita.
La gente acudía allí a dejar
ofrendas y pedir favores. Las ofrendas en oro, esmeraldas y otras piedras
semipreciosas, eran ofrecidas a las aguas, después de ir en balsa hasta el
centro de la laguna, y allí realizaban ceremonias y arrojaban loas ofrendas.
Como hemos dicho, también
el cacique Guatavita, que se bañaba en la laguna que lleva su nombre,
desnudo y cubierto por resinas y polvo de oro; por lo que los españoles
bautizaron a esa provincia como El Dorado.
Guatavita
pueblo y laguna, historia y leyenda real
Laguna de Guatavita
Para comprobar que una
leyenda trascendió el plano de lo fantástico, sólo hay que salir de Bogotá por la Autopista Norte o
la vía a La Calera
y encontrarse con la laguna sagrada de Guatavita donde sucedió la leyenda de El Dorado o El dorado, la que hizo que en el siglo XVI
los conquistadores españoles llegaran a nuestro territorio.
Guatavita,
la laguna sagrada, que geográfica y legalmente pertenece al municipio de
Sesquilé, era el sitio ceremonial en el que los indígenas adoraban a Chie, su
diosa del agua, por medio de fastuosas ceremonias que originaron la leyenda de
El Dorado y según la cual el cacique muisca llegaba acompañado de cuatro
sacerdotes en una balsa de madera, antes de sumergirse impregnado en oro y
cargado con los tesoros que recogía de la comunidad con el fin de abandonarlos
en el agua como ofrenda y símbolo de adoración. Para los nativos el trabajo en
oro no representaba valor económico sino una forma de acercarse a sus dioses.
Dicha historia llegó a
oídos de los conquistadores españoles, quienes organizaron expediciones para
llevarse las joyas preciosas que nuestros antepasados diseñaron con sobrado
ingenio durante muchos años. En efecto, se dice que en uno de los primeros
saqueos ordenados por Felipe II se extrajeron catorce cargas de oro.
Los españoles pretendieron
desaguar la laguna varias veces, hasta que los altos costos de las misiones los
hicieron claudicar, pero ya cuando habían conseguido la mejor parte del botín.
Fue mucho y muy pesado el oro que se llevaron y muy poco el que se ha podido
recuperar.
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