- Pedro CantúAdmin
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Primera misión jesuita en México, San Luis de la Paz.
Mar 01 Abr 2008, 8:16 am
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La Primera Misión Jesuita en México.
La paz se consolidó el 10 de octubre de 1594, al instalarse los jesuitas permanentemente en San Luis de la Paz. Los padres Francisco Zarfate y Diego de Monsalve se instalaron en la hoy conocida colonia de La Banda. Con ellos llegaron muchos otomíes, españoles, negros, mexicas y tarascos. Años más tarde, brincaron el río y se acomodaron en el centro del pueblo, en terrenos que les fueron donados.
Durante su estancia llevaron a cabo múltiples actividades y empresas. Aparte de catequizar a los indígenas, fundaron una escuela y varias capillas. La escuela según la tradición oral quedaba en la esquina oeste de Mina con Guerrero. Entre las capillas se puede mencionar la de Las Ánimas, posteriormente conocida como Santa Cecilia y que hoy sirve como Librería Parroquial. Esta capilla quedaba enfrente del antiguo cementerio, en lo que es ahora el atrio parroquial. Otra capilla fue el Santuario de Guadalupe, en lo alto de un cerrito donde anteriormente existió un templo a Curi-caberi, una deidad chichimeca.
En los siglos XVII y XVIII se construyeron más capillas. Algunas de ellas en el curso del tiempo fueron destruidas. Por ejemplo, la capilla de la Santa Escuela, en la calle Guerrero, donde en el presente se encuentra la Cruz Roja; otra fue la capilla del Señor de la Columna, en la calle Hidalgo, entre Ortiz Domínguez y Bravo, antes de llegar a la Pila Nueva; una más fue la capilla de la Santísima Trinidad en lo que ahora es la gasolinera que esta al final de la calle Hidalgo. Muchas más desaparecieron, conociéndose de algunas su ubicación exacta.
El templo de San Luis Rey, hoy Parroquia, se comenzó a construir a finales del siglo XVII. Aunque debe aclararse que no tenía las dimensiones actuales, pues ella tuvo varias modificaciones a través de la historia, la última de ellas a finales del siglo XIX y principios del XX.
Ciertas capillas permanecen en su tamaño y forma original como por ejemplo la de San Luisito, Loretito y La Purísima. Esta última tiene el mismo estilo de arquitectura, estípite, que la capilla de Santa Cecilia (hoy librería parroquial).
Por otra parte, algunas capillas se convirtieron más tarde en templos. Principalmente, durante la bonanza minera de Pozos ocurrida a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Entre ellas se encuentran el Santuario de Guadalupe, Señor Ecce Hommo, San Francisco y la Virgencita, que anteriormente era la capilla de la Soledad.
Los misioneros participaron a su vez en el fomento de la ganadería y la agricultura. Fundaron y fueron dueños de las haciendas de Manzanares, Santa Ana y Lobos. Otras que se crearon fueron San Isidro, Pozo Hondo y Ortega.
Ellos mismos se dieron cuenta del potencial minero del próximo Mineral de Pozos. Por ende, le enseñaron a los indígenas técnicas europeas para la extracción y beneficio de metales. Tomaron a su cargo la mina de Santa Brígida y edificaron tres colosales hornos cónicos para la fundición de la plata.
Debido a que no todos los Chichimecas se pacificaron inmediatamente, en el siglo XVII, los jesuitas construyeron para su protección túneles secretos por debajo del pueblo. Estos túneles comunicaban a su casa con diversas capillas. Ricos hacendados también construyeron túneles para ir de una casa a otra. Los mismos servían como canales para surtir agua. Probablemente las excavaciones fueron hechas por manos expertas de las minas de Pozos. En el presente están aterrados, pero se tiene conocimiento de algunos recorridos.
Tocante a otro tema, data de 1635 el mapa más antiguo de San Luis de la Paz. En éste, se puede observar la existencia de una iglesia, casas y caminos que llevaban a San Miguel, Pozos y San Isidro. Entonces, todavía el río San Luis llevaba agua y la laguna estaba seca.
El 25 de junio de 1767, los jesuitas fueron expulsados de la Nueva España por sus ideas revolucionarias. San Luis de la Paz fue uno de los pocos pueblos que protestó esta acción. La gente se amotinó y quemó la Casa del Ayuntamiento. Como represalia, algunos revoltosos fueron ajusticiados en el presente jardín de la Pila Nueva y otros desterrados.
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La Primera Misión Jesuita en México.
La paz se consolidó el 10 de octubre de 1594, al instalarse los jesuitas permanentemente en San Luis de la Paz. Los padres Francisco Zarfate y Diego de Monsalve se instalaron en la hoy conocida colonia de La Banda. Con ellos llegaron muchos otomíes, españoles, negros, mexicas y tarascos. Años más tarde, brincaron el río y se acomodaron en el centro del pueblo, en terrenos que les fueron donados.
Durante su estancia llevaron a cabo múltiples actividades y empresas. Aparte de catequizar a los indígenas, fundaron una escuela y varias capillas. La escuela según la tradición oral quedaba en la esquina oeste de Mina con Guerrero. Entre las capillas se puede mencionar la de Las Ánimas, posteriormente conocida como Santa Cecilia y que hoy sirve como Librería Parroquial. Esta capilla quedaba enfrente del antiguo cementerio, en lo que es ahora el atrio parroquial. Otra capilla fue el Santuario de Guadalupe, en lo alto de un cerrito donde anteriormente existió un templo a Curi-caberi, una deidad chichimeca.
En los siglos XVII y XVIII se construyeron más capillas. Algunas de ellas en el curso del tiempo fueron destruidas. Por ejemplo, la capilla de la Santa Escuela, en la calle Guerrero, donde en el presente se encuentra la Cruz Roja; otra fue la capilla del Señor de la Columna, en la calle Hidalgo, entre Ortiz Domínguez y Bravo, antes de llegar a la Pila Nueva; una más fue la capilla de la Santísima Trinidad en lo que ahora es la gasolinera que esta al final de la calle Hidalgo. Muchas más desaparecieron, conociéndose de algunas su ubicación exacta.
El templo de San Luis Rey, hoy Parroquia, se comenzó a construir a finales del siglo XVII. Aunque debe aclararse que no tenía las dimensiones actuales, pues ella tuvo varias modificaciones a través de la historia, la última de ellas a finales del siglo XIX y principios del XX.
Ciertas capillas permanecen en su tamaño y forma original como por ejemplo la de San Luisito, Loretito y La Purísima. Esta última tiene el mismo estilo de arquitectura, estípite, que la capilla de Santa Cecilia (hoy librería parroquial).
Por otra parte, algunas capillas se convirtieron más tarde en templos. Principalmente, durante la bonanza minera de Pozos ocurrida a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Entre ellas se encuentran el Santuario de Guadalupe, Señor Ecce Hommo, San Francisco y la Virgencita, que anteriormente era la capilla de la Soledad.
Los misioneros participaron a su vez en el fomento de la ganadería y la agricultura. Fundaron y fueron dueños de las haciendas de Manzanares, Santa Ana y Lobos. Otras que se crearon fueron San Isidro, Pozo Hondo y Ortega.
Ellos mismos se dieron cuenta del potencial minero del próximo Mineral de Pozos. Por ende, le enseñaron a los indígenas técnicas europeas para la extracción y beneficio de metales. Tomaron a su cargo la mina de Santa Brígida y edificaron tres colosales hornos cónicos para la fundición de la plata.
Debido a que no todos los Chichimecas se pacificaron inmediatamente, en el siglo XVII, los jesuitas construyeron para su protección túneles secretos por debajo del pueblo. Estos túneles comunicaban a su casa con diversas capillas. Ricos hacendados también construyeron túneles para ir de una casa a otra. Los mismos servían como canales para surtir agua. Probablemente las excavaciones fueron hechas por manos expertas de las minas de Pozos. En el presente están aterrados, pero se tiene conocimiento de algunos recorridos.
Tocante a otro tema, data de 1635 el mapa más antiguo de San Luis de la Paz. En éste, se puede observar la existencia de una iglesia, casas y caminos que llevaban a San Miguel, Pozos y San Isidro. Entonces, todavía el río San Luis llevaba agua y la laguna estaba seca.
El 25 de junio de 1767, los jesuitas fueron expulsados de la Nueva España por sus ideas revolucionarias. San Luis de la Paz fue uno de los pocos pueblos que protestó esta acción. La gente se amotinó y quemó la Casa del Ayuntamiento. Como represalia, algunos revoltosos fueron ajusticiados en el presente jardín de la Pila Nueva y otros desterrados.
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