''El sin cabeza'', un alma buscando redención
Vie 29 Oct 2010, 8:10 pm
http://correo-gto.com.mx/notas.asp?id=192366
''El sin cabeza'', un alma buscando redención
Por: Vicente Ruiz / APASEO EL ALTO, Viernes, 29 de Octubre de 2010
Por las noches, el espíritu de Gregorio Paredes cabalga por los antiguos caminos de Apaseo el Alto
Los apaseoaltenses más antiguos cuentan que por las noches se deja ver un jinete, al oírse sus cascos sale la gente para verlo, pero al acercarse ya no hay ruido y antes de tener contacto, desaparece, tal vez por ser un alma en pena que murió sin confesión
Las 2 de la mañana; en el silencio de la noche resuenan los cascos de una cabalgadura sobre el antiguo Camino Real (hoy calle Benito Juárez) y doblan por la antigua calle del Diezmo (hoy Insurgentes) rumbo a la plaza principal y al sur, al Cedazo y las alturas del cerro de Los Ates.
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Curiosos, algunos apaseoaltenses se asoman por sus ventanas mientras las pisadas se acercan, luego cesa el ruido, pero por el arroyo ven a un jinete que avanza en un caballo entre oscuro y tordillo, todo está en silencio, los cascos ya no se escuchan, y sin embargo la figura sigue y se pierde en la noche, tiene una característica sobrecogedora, no tiene cráneo, es Gregorio Paredes: "El sin cabeza".
En el relieve de madera tallada sobre la historia de este pueblo que existe en la presidencia municipal, la figura del "sin cabeza" destaca como parte de una antigua tradición.
La leyenda de Gregorio Paredes data de fines del siglo XVIII y principios del XIX; el hombre, posiblemente de origen indio o mestizo, fue un famoso salteador de caminos que asolaba el antiguo Camino Real que corría de poniente a oriente de la población serpenteando el cerro de Los Ates, desde El Rejalgar al Cedazo y a La Cañada y cruzando incontables arroyos.
Se escondía en las numerosas cuevas que existen en Los Ates; "El Chilarillo", "La Barranquilla", "Los Ates", "El Talayote", etcétera, y donde hoy todavía hay gente busca los tesoros que pudo haber escondido "El sin cabeza", como lo es el oro que conducían las conductas y carruajes españoles desde la minas de Guanajuato hacia México o a Valladolid, hoy Morelia.
Cuenta el cronista Francisco Sauza Vega, que en esas épocas el pueblo de Apaseo el Alto era objeto de incontables abusos. Uno de ellos es que cuando se le dio el fundo legal o permiso de fundación, la comunidad fue cercada por un grueso muro, encerrándolo en sus 600 varas a partir de la plaza principal hacia los 4 puntos cardinales, todos los encomenderos y notables que transitaban por aquí exigían alimento a los pobladores y pastura sin pagar nada, amén de los destrozos en los magros cultivos que las cabalgaduras hacían.
Gregorio Paredes era testigo de esto mientras trabajó en una de las haciendas del Márques de Bélgida, el encomendero con quien los apaseoaltenses se disputaban el agua del arroyo para el riego, un buen día desapareció y ahí comenzó su carrera.
Por años asaltó las diligencias solo y sin necesidad de matar a nadie, armado con sable y pistola o arcabuz; los soldados españoles le tenían tanto temor que no oponían resistencia y los pocos que lo enfrentaron acabaron con la punta de un sable en el cuello.
El hombre distribuía el botín entre los pobres y se cree que por eso los apaseoaltenses siempre pudieron sostener su lucha por el derecho a las aguas, que al final ganaron.
Pero todo llega a su fin y luego de sortear muchos intentos de captura, Gregorio Paredes cayó en una trampa que le tendieron los soldados, escondidos en el interior de un carruaje y en la vegetación vecina, fue sorprendido, atado y golpeado en el rostro, el que le vendaron para que no viera quien lo hacía (era tal el temor), luego le pusieron una soga corrediza, la que atravesaron en la rama de un antiguo ahuehuete y lo montaron en una mula, ofreciéndole perdonarlo e incluso darle un indulto real si les revelaba donde estaba lo robado, él no respondió.
La leyenda dice que en esos momentos pasó por el lugar un animal silvestre que espantó la cabalgadura que se hechó a correr, dejando colgado al hombre y cuando cortaron el lazo ya estaba muerto, en esos momentos las campanas de la iglesia de San Andrés repicaron, como dando un último adiós, sin que nadie las accionara.
En todo caso, procedieron a cortarle la cabeza y abandonar el cuerpo, luego pasearon el despojo por las calles de la ciudad, ahí nació la leyenda.
''El sin cabeza'', un alma buscando redención
Por: Vicente Ruiz / APASEO EL ALTO, Viernes, 29 de Octubre de 2010
Por las noches, el espíritu de Gregorio Paredes cabalga por los antiguos caminos de Apaseo el Alto
Los apaseoaltenses más antiguos cuentan que por las noches se deja ver un jinete, al oírse sus cascos sale la gente para verlo, pero al acercarse ya no hay ruido y antes de tener contacto, desaparece, tal vez por ser un alma en pena que murió sin confesión
Las 2 de la mañana; en el silencio de la noche resuenan los cascos de una cabalgadura sobre el antiguo Camino Real (hoy calle Benito Juárez) y doblan por la antigua calle del Diezmo (hoy Insurgentes) rumbo a la plaza principal y al sur, al Cedazo y las alturas del cerro de Los Ates.
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Curiosos, algunos apaseoaltenses se asoman por sus ventanas mientras las pisadas se acercan, luego cesa el ruido, pero por el arroyo ven a un jinete que avanza en un caballo entre oscuro y tordillo, todo está en silencio, los cascos ya no se escuchan, y sin embargo la figura sigue y se pierde en la noche, tiene una característica sobrecogedora, no tiene cráneo, es Gregorio Paredes: "El sin cabeza".
En el relieve de madera tallada sobre la historia de este pueblo que existe en la presidencia municipal, la figura del "sin cabeza" destaca como parte de una antigua tradición.
La leyenda de Gregorio Paredes data de fines del siglo XVIII y principios del XIX; el hombre, posiblemente de origen indio o mestizo, fue un famoso salteador de caminos que asolaba el antiguo Camino Real que corría de poniente a oriente de la población serpenteando el cerro de Los Ates, desde El Rejalgar al Cedazo y a La Cañada y cruzando incontables arroyos.
Se escondía en las numerosas cuevas que existen en Los Ates; "El Chilarillo", "La Barranquilla", "Los Ates", "El Talayote", etcétera, y donde hoy todavía hay gente busca los tesoros que pudo haber escondido "El sin cabeza", como lo es el oro que conducían las conductas y carruajes españoles desde la minas de Guanajuato hacia México o a Valladolid, hoy Morelia.
Cuenta el cronista Francisco Sauza Vega, que en esas épocas el pueblo de Apaseo el Alto era objeto de incontables abusos. Uno de ellos es que cuando se le dio el fundo legal o permiso de fundación, la comunidad fue cercada por un grueso muro, encerrándolo en sus 600 varas a partir de la plaza principal hacia los 4 puntos cardinales, todos los encomenderos y notables que transitaban por aquí exigían alimento a los pobladores y pastura sin pagar nada, amén de los destrozos en los magros cultivos que las cabalgaduras hacían.
Gregorio Paredes era testigo de esto mientras trabajó en una de las haciendas del Márques de Bélgida, el encomendero con quien los apaseoaltenses se disputaban el agua del arroyo para el riego, un buen día desapareció y ahí comenzó su carrera.
Por años asaltó las diligencias solo y sin necesidad de matar a nadie, armado con sable y pistola o arcabuz; los soldados españoles le tenían tanto temor que no oponían resistencia y los pocos que lo enfrentaron acabaron con la punta de un sable en el cuello.
El hombre distribuía el botín entre los pobres y se cree que por eso los apaseoaltenses siempre pudieron sostener su lucha por el derecho a las aguas, que al final ganaron.
Pero todo llega a su fin y luego de sortear muchos intentos de captura, Gregorio Paredes cayó en una trampa que le tendieron los soldados, escondidos en el interior de un carruaje y en la vegetación vecina, fue sorprendido, atado y golpeado en el rostro, el que le vendaron para que no viera quien lo hacía (era tal el temor), luego le pusieron una soga corrediza, la que atravesaron en la rama de un antiguo ahuehuete y lo montaron en una mula, ofreciéndole perdonarlo e incluso darle un indulto real si les revelaba donde estaba lo robado, él no respondió.
La leyenda dice que en esos momentos pasó por el lugar un animal silvestre que espantó la cabalgadura que se hechó a correr, dejando colgado al hombre y cuando cortaron el lazo ya estaba muerto, en esos momentos las campanas de la iglesia de San Andrés repicaron, como dando un último adiós, sin que nadie las accionara.
En todo caso, procedieron a cortarle la cabeza y abandonar el cuerpo, luego pasearon el despojo por las calles de la ciudad, ahí nació la leyenda.
- CHELO STONEExperto del Foro
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Re: ''El sin cabeza'', un alma buscando redención
Vie 29 Oct 2010, 8:22 pm
muy buena historia, este tipo de relato son un deleite porque me imagino prospectando por esos lugares. muchas gracias y suerte
- Felix Davila RamirezExperto del Foro
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Re: ''El sin cabeza'', un alma buscando redención
Vie 29 Oct 2010, 8:58 pm
GTo 958 buenas noches muy buen relato y muy antigua la tradicion , sigue el camino del decapitado pero de dia y quizas puedas encontrarte lo que otros nadamas intentaron , suerte en tu busqueda .............tu compa Felix.
- PachitoGran Experto del Foro
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Re: ''El sin cabeza'', un alma buscando redención
Vie 29 Oct 2010, 9:07 pm
Muy buena historia,...Por estos rumbos cuenta una ancianita que una persona toco su puerta y al preguntarle quien era, le contestaron que venian a darle un dinero, entonces oyo que le variaron monedas por fuera de la puerta de su casa, y al abrir su puerta alcanzo a ver que un jinete que se retiraba en un Caballo Negro muy hermoso, a los dias la señora nos llamo para que detectaramos el dinero, estubimos trabajando algunas semanas en su casa pero no se encontro nada, cuenta su hijo que quiza fue la imaginacion de su mama, ya que la señora ya le llegaba a los 90 años, a estas alturas la señora quiza ya falleciio .
Saludos.
Saludos.
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