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Continuación de la lista de la muerte (Ocotlan Jal.)
Jue 01 Dic 2011, 7:58 pm
Continuación de la lista de la muerte
4. PANCHO LA CHIVA
Mientras tanto, Cruz comenzó a buscar a Pancho la Chiva, Lo encontró en el
garlito del Gringo Anaya (por la calle Hidalgo frente al sindicato Celanese).
Pancho estaba sentado tomándose una copa cuando vio entrar a Cruz. Ambos se
miraron con rencor y sin darse la espalda, salieron a la calle y al estilo del
lejano Oeste, hubo un duelo en la calle de Hidalgo disparando varias veces sus
armas sin que ninguno saliera herido y este duelo terminó cuando ambos huyeron.
Cuentan los que esto vieron, que la Chiva se orinó del puro susto.
Un tiempo después la Chiva se encontraba en una cantina de la calle Ramón
Corona y Aquiles Serdán y los Franco mandaron un gatillero para que lo matara
dentro de la cantina, pues ellos de momento no podian acercarse al pueblo. El cantinero
cuando vio que se estaban peleando y los sacó de la cantina y mandó llamar a la
policía, pero cuando esta llegó ya le habian abierto todo el vientre a la Chiva
con un cuchillo carpero. Muriendo así otro de los implicados en aquel
asesinato.
5. ENRIQUE T. ACUÑA
En otra ocasión Cruz Franco estaba en la cantina del Nº 8, en donde también
se encontraba el periodista Enrique T. Acuña y por un Quítame estas pajas, se
enojaron los dos. Enrique sin demostrarle miedo se le encaró y los dos salieron
de la cantina y se dirigieron al río con el ánimo de matarse, pero al llegar a
un sembradío de maíz Cruz le dijo:-No Enrique, contigo no tengo nada que
sentir, más vale quedar como amigos. Y las cosas no pasaron
de allí, Enrique fue borrado de la Lista Negra.
6. LA LIEBRE
Otros de los que se encontraban en la Lista de la Muerte era un comandante
de policía al que apodaban la Liebre. (No se a podido conocer su nombre). Pero
él estaba en la policía cuando mataron a Jesús Franco, por lo que también se
encontraba en esta famosa lista. A este lo estuvo siguiendo Cruz Franco durante
algún tiempo, hasta que lo encontró solo allá por el barrio del Piquín, en
donde le dio muerte. Otra de las muertes que le achacaban a Cruz fue la de un
dentista que usaba un gran anillo de oro; después de su muerte este anillo lo
estuvo utilizando Cruz.
7. EL ALAQUÍN
Pero la persona más importante de esta famosa lista era José Gutiérrez Cerda
quien al parecer era el autor intelectual de este crimen. Pues estaba de
presidente municipal cuando mataron a Jesús Franco. Sin embargo, nadie creía
que Leonardo siendo tan joven se atreviera a ejecutar una venganza. Todos se
burlaban de él, recordándole que el asesino de su hermano continuaba libre
hasta que, cansado de tanta burla, meditó un plan. Aceptó una pistola descompuesta que algún
acomedido le había ofrecido. Se fue a su casa y la arregló, después la probó en
un antiguo baño de caja, el que dejó con varios orificios. Y el 28 de marzo de
1928 se fue por el monte hacia Zula y regresó por el camino viejo de Santa
Clara, hasta encontrarse con el reten de la tropa que por ese tiempo patrullaba
la entrada de Ocotlán. Traía unas botellas en la mano y les dijo que tenía una
tía enferma en Zula y que iba a Ocotlán a comprar medicinas. Además les solicitaba
que si se le hacia tarde lo dejaran pasar a su vuelta, para lo cual les pidió
un salvoconducto, el cual le fue otorgado.
Llegó al pueblo. Dejó su caballo en la esquina de Hidalgo y Reforma y se fue
caminando a la cantina de José Gutiérrez Cerda (el Alaquín) presidente
municipal en 1927. Estaba en plena inauguración esta cantina ubicada en Hidalgo
162.
Existen varias versiones de como ocurrieron los hechos. Algunos dicen que
Leonardo se metió a la cantina y pidió una copa, pero no le quisieron vender por
ser menor de edad (en ese momento tenía 19 años de edad pues había nacido el 6
de noviembre de 1909) y entonces, parándose frente al Alaquín, le dijo:
-¿Que? ¿No me conoces?
Y rápidamente sacó su pistola y le dio un balazo en la boca con el único
tiro que traía. Luego arrojó al piso la pistola y salió a la calle ante la
estupefacción de todos los parroquianos que en esos momentos se encontraban en
la cantina. El Alaquín había muerto en forma instantánea y cuando reaccionaron
y trataron detener a Leonardo éste ya había desaparecido.
Otros cuentan que Leonardo no entró a la cantina, sino que se acercó a la
puerta, la entreabrió y desde allí le disparó al Alaquín, quien cayó sobre el
mostrador y dejó un charco de sangre, mientras Leonardo huía rápidamente.
Luego del asesinato, Leonardo siguió por el antiguo camino a Zula, llegó
rápidamente adonde estaba el retén y presentó el salvoconducto que momentos
antes ellos mismos le habían entregado.
Los soldados lo reconocieron rápidamente y le dijeron:
-Vete rápido a Santa Clara para que lleves esas medicinas, no sea que cuando
llegues ya se haya muerto tu tía.
Al poco rato llegaron los perseguidores de Leonardo hasta el retén y cuando
les dijeron a los soldados lo que había ocurrido ellos no podían creerlo; pero
además ya era difícil seguirlo en la noche y con la gran ventaja que les
llevaba.
Pero la cosa no pararía allí, faltaban muchos más en esta fatídica lista, y
se desató una ola de violencia en el pueblo y sus alrededores. Los moradores de
Ocotlán vivieron una etapa de estrés continuo. Nadie se atrevía a salir después
de la siete de la noche; las calles estaban desiertas y solo quien tenía
urgente necesidad salía durante las sombras nocturnas y lo hacía con una buena
pistola.
Todavía quedaban vivos otros que estaban anotados en la Lista Negra que
tenían los Franco.
Cruz Franco desempeñó un nefasto papel en este tiempo. Pues se disfrazaba de
diversas formas: como catrín, como ranchero, como soldado o campesino e incluso
como mujer y tenía un gran cajón lleno de pistolas y rifles.
Esta mentada lista era interminable. No sabemos cuantos estaban anotados en
ella, pero fueron bastantes los que mataron los Franco, entre ellos varios
policías. Hay quien afirma que eran, más de cien los anotados, y todo mundo
quería saber si formaba parte de esta lista para irse del pueblo antes de que
lo mataran los Franco.
Para la siguiente la Muerte de los Franco....
Saludos al foro
4. PANCHO LA CHIVA
Mientras tanto, Cruz comenzó a buscar a Pancho la Chiva, Lo encontró en el
garlito del Gringo Anaya (por la calle Hidalgo frente al sindicato Celanese).
Pancho estaba sentado tomándose una copa cuando vio entrar a Cruz. Ambos se
miraron con rencor y sin darse la espalda, salieron a la calle y al estilo del
lejano Oeste, hubo un duelo en la calle de Hidalgo disparando varias veces sus
armas sin que ninguno saliera herido y este duelo terminó cuando ambos huyeron.
Cuentan los que esto vieron, que la Chiva se orinó del puro susto.
Un tiempo después la Chiva se encontraba en una cantina de la calle Ramón
Corona y Aquiles Serdán y los Franco mandaron un gatillero para que lo matara
dentro de la cantina, pues ellos de momento no podian acercarse al pueblo. El cantinero
cuando vio que se estaban peleando y los sacó de la cantina y mandó llamar a la
policía, pero cuando esta llegó ya le habian abierto todo el vientre a la Chiva
con un cuchillo carpero. Muriendo así otro de los implicados en aquel
asesinato.
5. ENRIQUE T. ACUÑA
En otra ocasión Cruz Franco estaba en la cantina del Nº 8, en donde también
se encontraba el periodista Enrique T. Acuña y por un Quítame estas pajas, se
enojaron los dos. Enrique sin demostrarle miedo se le encaró y los dos salieron
de la cantina y se dirigieron al río con el ánimo de matarse, pero al llegar a
un sembradío de maíz Cruz le dijo:-No Enrique, contigo no tengo nada que
sentir, más vale quedar como amigos. Y las cosas no pasaron
de allí, Enrique fue borrado de la Lista Negra.
6. LA LIEBRE
Otros de los que se encontraban en la Lista de la Muerte era un comandante
de policía al que apodaban la Liebre. (No se a podido conocer su nombre). Pero
él estaba en la policía cuando mataron a Jesús Franco, por lo que también se
encontraba en esta famosa lista. A este lo estuvo siguiendo Cruz Franco durante
algún tiempo, hasta que lo encontró solo allá por el barrio del Piquín, en
donde le dio muerte. Otra de las muertes que le achacaban a Cruz fue la de un
dentista que usaba un gran anillo de oro; después de su muerte este anillo lo
estuvo utilizando Cruz.
7. EL ALAQUÍN
Pero la persona más importante de esta famosa lista era José Gutiérrez Cerda
quien al parecer era el autor intelectual de este crimen. Pues estaba de
presidente municipal cuando mataron a Jesús Franco. Sin embargo, nadie creía
que Leonardo siendo tan joven se atreviera a ejecutar una venganza. Todos se
burlaban de él, recordándole que el asesino de su hermano continuaba libre
hasta que, cansado de tanta burla, meditó un plan. Aceptó una pistola descompuesta que algún
acomedido le había ofrecido. Se fue a su casa y la arregló, después la probó en
un antiguo baño de caja, el que dejó con varios orificios. Y el 28 de marzo de
1928 se fue por el monte hacia Zula y regresó por el camino viejo de Santa
Clara, hasta encontrarse con el reten de la tropa que por ese tiempo patrullaba
la entrada de Ocotlán. Traía unas botellas en la mano y les dijo que tenía una
tía enferma en Zula y que iba a Ocotlán a comprar medicinas. Además les solicitaba
que si se le hacia tarde lo dejaran pasar a su vuelta, para lo cual les pidió
un salvoconducto, el cual le fue otorgado.
Llegó al pueblo. Dejó su caballo en la esquina de Hidalgo y Reforma y se fue
caminando a la cantina de José Gutiérrez Cerda (el Alaquín) presidente
municipal en 1927. Estaba en plena inauguración esta cantina ubicada en Hidalgo
162.
Existen varias versiones de como ocurrieron los hechos. Algunos dicen que
Leonardo se metió a la cantina y pidió una copa, pero no le quisieron vender por
ser menor de edad (en ese momento tenía 19 años de edad pues había nacido el 6
de noviembre de 1909) y entonces, parándose frente al Alaquín, le dijo:
-¿Que? ¿No me conoces?
Y rápidamente sacó su pistola y le dio un balazo en la boca con el único
tiro que traía. Luego arrojó al piso la pistola y salió a la calle ante la
estupefacción de todos los parroquianos que en esos momentos se encontraban en
la cantina. El Alaquín había muerto en forma instantánea y cuando reaccionaron
y trataron detener a Leonardo éste ya había desaparecido.
Otros cuentan que Leonardo no entró a la cantina, sino que se acercó a la
puerta, la entreabrió y desde allí le disparó al Alaquín, quien cayó sobre el
mostrador y dejó un charco de sangre, mientras Leonardo huía rápidamente.
Luego del asesinato, Leonardo siguió por el antiguo camino a Zula, llegó
rápidamente adonde estaba el retén y presentó el salvoconducto que momentos
antes ellos mismos le habían entregado.
Los soldados lo reconocieron rápidamente y le dijeron:
-Vete rápido a Santa Clara para que lleves esas medicinas, no sea que cuando
llegues ya se haya muerto tu tía.
Al poco rato llegaron los perseguidores de Leonardo hasta el retén y cuando
les dijeron a los soldados lo que había ocurrido ellos no podían creerlo; pero
además ya era difícil seguirlo en la noche y con la gran ventaja que les
llevaba.
Pero la cosa no pararía allí, faltaban muchos más en esta fatídica lista, y
se desató una ola de violencia en el pueblo y sus alrededores. Los moradores de
Ocotlán vivieron una etapa de estrés continuo. Nadie se atrevía a salir después
de la siete de la noche; las calles estaban desiertas y solo quien tenía
urgente necesidad salía durante las sombras nocturnas y lo hacía con una buena
pistola.
Todavía quedaban vivos otros que estaban anotados en la Lista Negra que
tenían los Franco.
Cruz Franco desempeñó un nefasto papel en este tiempo. Pues se disfrazaba de
diversas formas: como catrín, como ranchero, como soldado o campesino e incluso
como mujer y tenía un gran cajón lleno de pistolas y rifles.
Esta mentada lista era interminable. No sabemos cuantos estaban anotados en
ella, pero fueron bastantes los que mataron los Franco, entre ellos varios
policías. Hay quien afirma que eran, más de cien los anotados, y todo mundo
quería saber si formaba parte de esta lista para irse del pueblo antes de que
lo mataran los Franco.
Para la siguiente la Muerte de los Franco....
Saludos al foro
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