- romel505Moderador
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La Casa de Moneda de Guadalajara
Mar 25 Nov 2008, 5:30 pm
LA CASA DE LA MONEDA
El 20 de mayo de 1811, fue autorizada la fundación de la Casa de la Moneda de Guadalajara que funcionaría en el Palacio de Gobierno (planta baja).
En 1814 la plata troquelada subió a casi 902 mil pesos a diferencia de la Casa de Moneda de Guanajuato que alcanzaba la tercera parte (311 mil pesos).
El 31 de marzo de 1815, el virrey Félix María Calleja descubre ciertas irregularidades en la moneda producida en Guadalajara respecto a su peso y ley ordenando el cierre inmediato de dicha institución.
Esta paralización causó graves estragos porque muchos países europeos y Estados Unidos, habían aceptado la moneda de plata acuñada en México como forma de pago, así que el Consulado y el Ayuntamiento presionaron a José de la Cruz para que lograra convencer a Félix María Calleja de la reapertura de la Casa.
El 6 de abril de 1816 se logró abrir nuevamente la institución, pero el gusto no les duró mucho, pues el virrey Ruiz de Apodaca volvió a clausurar este organismo el 31 de marzo de 1818, causando muchas inconformidades.
Posteriormente, tras la Consumación de la Independencia, el restablecimiento de la Casa de la Moneda de Guadalajara, fue uno de los principales objetivos que pretendían los comerciantes tapatíos. El 21 de agosto de 1821, lograrían su propósito.
Durante la gestión de Juan J. Jiménez Sandoval, encargado de la Casa de la Moneda de Guadalajara, se acuñaron
1' 094,698 pesos con una merma de 1,625 marcos, resultando de utilidad 3,000 pesos ingresados a la Hacienda Pública y 1,196 que quedaron existentes en la tesorería particular de la Casa de la Moneda de Guadalajara.
LA CASA DE MONEDA EN GUADALAJARA
El 21 de agosto de 1821, tras la Independencia en Jalisco, la Casa de Moneda de Guadalajara reanuda sus operaciones, no obstante que la Institución no contaba con la simpatía de los poderosos comerciantes del centro.
El 28 de abril de 1826, se publica el reglamento para el gobierno interior de la Casa de Moneda de Guadalajara, así el fisco pudo aumentar al 3% el cobro de derechos por el oro y la plata que amonedaba en su propia ceca.
El acuñamiento en Guadalajara estaba supeditado al impulso comercial así como a la cantidad de metal existente en las minas de Jalisco y de otros Estados, de esta manera, hasta antes de 1840, Sinaloa, Sonora y Chihuahua, enviaban a Jalisco oro y plata para su acuñación.
Moneda fraccionaria
El 14 de noviembre de 1821, José Antonio Andrade y Baldomar, jefe político de la entonces provincia de Guadalajara, ya se veía en los problemas que siguieron por algunos años, y como solución, exigió a los comerciantes que aceptaran el dinero de cobre, sin reparar en la procedencia de sus cuños.
El primero de agosto de 1823, por decreto se determinaron las características de las nuevas monedas: el anverso debía ser común para todas (oro, plata y cobre), con el escudo de armas, y en la circunferencia la leyenda República Mexicana; en el reverso, estaría el valor correspondiente de la moneda, la fecha y lugar de acuñamiento, la ley y las iniciales de los ensayadores.
El diseño del reverso de cada una de las monedas de acuerdo al material de acuñamiento:
Las de oro, tendrían en su reverso una mano con una varilla y en su extremo superior el gorro de la libertad sobre un código abierto, e inscrito en su circunferencia lo siguiente; “La Libertad en la Ley”.
Las de plata, tendrían un gorro y sobre él escrito diagonalmente, la palabra libertad y de su centro se desprendía un gravado que asemejaba ráfagas de luz.
Las de cobre tenían dos palmeras en forma de orla y en su centro las características ya señaladas, excepto la inscripción de la ley y de los ensayadores.
En 1829, el gobierno mandó acuñar $600,000 pesos en cuartillas, octavos y dieciseisavos de cobre, para ampliar en algo sus escasos recursos, fue entonces cuando las monedas cambian su fisonomía y fueron rechazadas por el público que estaba acostumbrado a las monedas de oro y plata.
El 19 de agosto de 1831, el gobernador José Herrera, dispone que las oficinas públicas no recibieran en lo sucesivo monedas de cobre sin su cuño visible y derogó los ordenamientos anteriores que presionaba a recibirlas.
Así, a los acaudalados comerciantes que tenían grandes cantidades en estas condiciones, se les dio la oportunidad de reacuñarlo a un costo bajo, a su vez, para las gentes que poseía algunas monedas lisas, se les daba la oportunidad de cambiarlas por piezas nuevas hasta donde las reservas de la Casa de Moneda de Guadalajara lo permitiera.
El 22 de septiembre de 1831, es derogada la ley dictada por el gobernador Herrera que prohibía a las oficinas públicas recibir monedas sin su cuño visible, ya que esta disposición provocó que los comerciantes continuaran con las especulaciones y el agio.
El 17 de enero de 1837, una ley general prohibió la acuñación de cobre en todo el país.
El 20 de mayo de 1811, fue autorizada la fundación de la Casa de la Moneda de Guadalajara que funcionaría en el Palacio de Gobierno (planta baja).
En 1814 la plata troquelada subió a casi 902 mil pesos a diferencia de la Casa de Moneda de Guanajuato que alcanzaba la tercera parte (311 mil pesos).
El 31 de marzo de 1815, el virrey Félix María Calleja descubre ciertas irregularidades en la moneda producida en Guadalajara respecto a su peso y ley ordenando el cierre inmediato de dicha institución.
Esta paralización causó graves estragos porque muchos países europeos y Estados Unidos, habían aceptado la moneda de plata acuñada en México como forma de pago, así que el Consulado y el Ayuntamiento presionaron a José de la Cruz para que lograra convencer a Félix María Calleja de la reapertura de la Casa.
El 6 de abril de 1816 se logró abrir nuevamente la institución, pero el gusto no les duró mucho, pues el virrey Ruiz de Apodaca volvió a clausurar este organismo el 31 de marzo de 1818, causando muchas inconformidades.
Posteriormente, tras la Consumación de la Independencia, el restablecimiento de la Casa de la Moneda de Guadalajara, fue uno de los principales objetivos que pretendían los comerciantes tapatíos. El 21 de agosto de 1821, lograrían su propósito.
Durante la gestión de Juan J. Jiménez Sandoval, encargado de la Casa de la Moneda de Guadalajara, se acuñaron
1' 094,698 pesos con una merma de 1,625 marcos, resultando de utilidad 3,000 pesos ingresados a la Hacienda Pública y 1,196 que quedaron existentes en la tesorería particular de la Casa de la Moneda de Guadalajara.
LA CASA DE MONEDA EN GUADALAJARA
El 21 de agosto de 1821, tras la Independencia en Jalisco, la Casa de Moneda de Guadalajara reanuda sus operaciones, no obstante que la Institución no contaba con la simpatía de los poderosos comerciantes del centro.
El 28 de abril de 1826, se publica el reglamento para el gobierno interior de la Casa de Moneda de Guadalajara, así el fisco pudo aumentar al 3% el cobro de derechos por el oro y la plata que amonedaba en su propia ceca.
El acuñamiento en Guadalajara estaba supeditado al impulso comercial así como a la cantidad de metal existente en las minas de Jalisco y de otros Estados, de esta manera, hasta antes de 1840, Sinaloa, Sonora y Chihuahua, enviaban a Jalisco oro y plata para su acuñación.
Moneda fraccionaria
El 14 de noviembre de 1821, José Antonio Andrade y Baldomar, jefe político de la entonces provincia de Guadalajara, ya se veía en los problemas que siguieron por algunos años, y como solución, exigió a los comerciantes que aceptaran el dinero de cobre, sin reparar en la procedencia de sus cuños.
El primero de agosto de 1823, por decreto se determinaron las características de las nuevas monedas: el anverso debía ser común para todas (oro, plata y cobre), con el escudo de armas, y en la circunferencia la leyenda República Mexicana; en el reverso, estaría el valor correspondiente de la moneda, la fecha y lugar de acuñamiento, la ley y las iniciales de los ensayadores.
El diseño del reverso de cada una de las monedas de acuerdo al material de acuñamiento:
Las de oro, tendrían en su reverso una mano con una varilla y en su extremo superior el gorro de la libertad sobre un código abierto, e inscrito en su circunferencia lo siguiente; “La Libertad en la Ley”.
Las de plata, tendrían un gorro y sobre él escrito diagonalmente, la palabra libertad y de su centro se desprendía un gravado que asemejaba ráfagas de luz.
Las de cobre tenían dos palmeras en forma de orla y en su centro las características ya señaladas, excepto la inscripción de la ley y de los ensayadores.
En 1829, el gobierno mandó acuñar $600,000 pesos en cuartillas, octavos y dieciseisavos de cobre, para ampliar en algo sus escasos recursos, fue entonces cuando las monedas cambian su fisonomía y fueron rechazadas por el público que estaba acostumbrado a las monedas de oro y plata.
El 19 de agosto de 1831, el gobernador José Herrera, dispone que las oficinas públicas no recibieran en lo sucesivo monedas de cobre sin su cuño visible y derogó los ordenamientos anteriores que presionaba a recibirlas.
Así, a los acaudalados comerciantes que tenían grandes cantidades en estas condiciones, se les dio la oportunidad de reacuñarlo a un costo bajo, a su vez, para las gentes que poseía algunas monedas lisas, se les daba la oportunidad de cambiarlas por piezas nuevas hasta donde las reservas de la Casa de Moneda de Guadalajara lo permitiera.
El 22 de septiembre de 1831, es derogada la ley dictada por el gobernador Herrera que prohibía a las oficinas públicas recibir monedas sin su cuño visible, ya que esta disposición provocó que los comerciantes continuaran con las especulaciones y el agio.
El 17 de enero de 1837, una ley general prohibió la acuñación de cobre en todo el país.
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