LEYENDA O HISTORIA SONORENSE
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Jose Elizalde Valles
VICTOR HUGO PEREZ ALMAZAN
DEThector
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Localización : HERMOSILLO, SONORA
Frase Célebre : CAMARON QUE SE DUERME SE LE CAE LA SOPA
Fecha de inscripción : 10/10/2009
Puntos : 11468
LEYENDA O HISTORIA SONORENSE
Miér 09 Dic 2009, 6:45 pm
Me gusta esta leyenda o historia real sonorense.
La pongo para compartirla que al fin y al cabo también es parte de todos nosotros los Mexicanos.
El secuestro de Lola Casanora ¿Historia o Leyenda?
Por/By:Gilberto Escoboza
Instituto Sonorense de Cultura
El
año 1854 estuvo preñado de aconteceres en nuestra patria,
que pasarían los linderos del tiempo de ese siglo y se divulgarían
por América y Europa. El Plan de Ayutla firmado y realizado por
don Juan Álvarez y don Ignacio Comonfort, tenía a los
hombres con las armas en la mano y Santa Anna, el Nerón mexicano,
en oníricas vivencias preveía el ocaso de los liberales.
Y lo que sucedía en Guerrero y Michoacán, en forma muy
importante afectaba a Sonora; aquí también los hombres
sacaban las uñas como fieras, por el centralismo o por el federalismo,
por el santanismo o por la evolución social. Sin embargo, son
dos los acontecimientos de esa época que mucho después
de un siglo permanecen en el recuerdo de los sonorenses. Uno de ellos
es una épica hazaña que aún después de tanto
tiempo, aún parece que escuchamos los redobles de los tambores
y el toque de los clarines interrumpidos por el tronar de los cañones
y los disparos de la fusilería: la batalla que otorgaría
laureles de victoria al Puerto de Guaymas.
El otro reviste caracteres de tragedia y tintes de romanticismo: el
secuestro de Dolores Casanova -Lola Casanova como pasaría a figurar
en los libros de la historia y de la leyenda-.
Lola Casanova era una joven de dieciocho años, bellísima,
según afirmaron quienes la conocieron. Era hija de españoles
residentes de la comunidad guaymense. El padre, un rico comerciante,
estaba orgulloso de aquel portento de mujer: ojos verdes como las aguas
de la bahía, cabellera dorada como espiga de trigo maduro, la
piel blanca y en su rostro dos chapetas como rosas de Jericó.
Era la Dulcinea de los jóvenes más apuestos del lugar.
Pero el viejo Casanova tenía ya planes para casar a su unigénita
con un rico peninsular que residía en el mismo puerto. Un hermano
del señor Casanova que vivía con su familia en Hermosillo,
en varias ocasiones invitó a su sobrina a que fuese a pasar una
temporada en su hogar, al lado de sus hijas también adolescentes;
la insistencia tuvo su fruto cuando el padre de Dolores accedió
a que su hija pasara sus vacaciones en casa de las primas.
En ese tiempo los seris andaban perpetrando depredaciones en los lugares
cercanos a la costa, desde Guaymas hasta las playas de Altar; por ello
las diligencias que daban servicio a los viajeros del Puerto a la antigua
Villa del Pitic, eran protegidos por una numerosa escolta de dragones.
Así lo dispuso el General José María Yáñez.
Doloritas, como la llamaba su padre, salió de Guaymas la mañana
del 2 de abril. Aún hacía frío y los quince dragones
que escoltaban la diligencia llevaban puestos sus chaquetones. Era una
guardia especial que las autoridades militares concedieron a tan distinguida
joven. Lola no sólo iba protegida por la tropa y varios viajeros;
también iba con ella su madrina.
El vehículo y los guardias iban a regular velocidad, "Los
tres troncos de robustas bestias", decía el auriga, "pueden
hacer volar la diligencia". Pero no podían ir más
aprisa; tenían que caminar al paso de los otros carros que formaban
una fila, pues muchos viajantes aprovecharon la guardia para hacer tan
peligrosa travesía.
En
su libro, el periodista Federico García Alva, dice:
"Al llegar el convoy a un punto conocido como La Palmita, los seris
lo atacaron y después de un reñido combate los indígenas
vencieron. Algunos carreros murieron, otros lograron huir, y desmayada
en uno de los carros quedó la infeliz Lola Casanova.
El jefe de los seris, un individuo de elevada estatura y atlética
musculación (sic), tomó en sus brazos la bella prenda
y huyó con ella por valles y montañas y al reposarla suavemente
en la dura peña se constituyó su guardián y ansioso
esperó hasta que la joven volvió en sí. Lola al
abrir sus ojos y mirarse junto a aquel tostado guerrero, primero quedó
como petrificada y después pretendió huir, pero el indio
cogiéndola por la ropa cayó de rodillas a sus pies y le
dijo en claro español: que no temiera de él nada, ni huyera,
que él, aunque jefe de la tribu, no era seri sino pima y muy
joven en un combate había caído en poder de los seris,
a quienes a través de los años había logrado dominar
por su valor y su destreza, que a ella la adoraba y que la haría
reina de la tribu.
"La infeliz Lola estaba perdida e indudablemente no por amor, pero
sucumbió a la feroz pasión de aquel temible salvaje que,
librando heroicos combates con los principales cabecillas de la tribu
que se opusieron al advenimiento de esa reina, al fin la impuso".
El señor García Alva incurre en un error en lo que asevera
en el último párrafo trascrito, porque los indígenas
de Sonora, como sucede hasta la fecha, siempre han respetado a las mujeres
de sus congéneres de la misma tribu, aún cuando aquéllas
sean de otras razas.
Dice la leyenda -¿o historia, quizá?- que Coyote-Iguana,
el cacique que secuestró a la muchacha blanca, era un individuo
de una estatura de más de un metro con noventa centímetros,
lo que era muy común entre los antiguos seris, los más
altos de los nativos de América, y que tenía una musculatura
que le hacía invencible en el combate de cuerpo a cuerpo.
Cuentan también que el cabecilla seri se prendó tanto
de Lola, que la llevó a su aldea y no queriendo tenerla prisionera
le construyó su propia vivienda. El indígena sabía
que la muchacha no podía huir por no saber en qué lugar
se encontraba la comunidad seri. Además ha llegado a saberse
hasta nuestros días transmitido de boca en boca, que Coyote-Iguana
durante mucho tiempo respetó la integridad de la joven y que
por las noches iba hasta la morada de ella a cantar en su dialecto canciones
de amor, que se escuchaban por toda la aldea.
Lola, por ser joven, pronto aprendió el dialecto seri y las costumbres
de la tribu, empezando a hacer vida común entre las mujeres solteras.
Mientras tanto, Coyote-Iguana, perdidamente enamorado de la muchacha,
en los combates con las tropas del Gobierno o con los guerreros de otras
tribus, siempre se le veía delante de sus hombres, sin importarle
morir; por ello los seris temían perder a su caudillo.
En muchas ocasiones el pima convertido en jefe seri, recibió
heridas que hubiesen hecho morir a cualquier otro hombre; y en cada
ocasión que el gigante llegaba a la aldea ayudado por sus guerreros,
Lola lavaba y curaba sus heridas.
Después de dos años de la fecha del secuestro, Coyote-Iguana
perdió la esperanza de conquistar el corazón de Lola y
un día se presentó en el habitáculo de la muchacha,
diciéndole:
-Mañana, antes salir sol, tú poder volver tu tierra. Dos
guerreros acompañarte cerca Guaymas.
Entonces la mujer blanca respondió:
-Yo no quiero irme.
-¿Por qué?- pregunto el cacique y ella respondió,
bajando la vista como lo hacen las mujeres indígenas cuando les
habla su hombre:
-Porque quiero ser tu mujer.
Doña
Manuelita Romero viuda de De la Llata, quien murió después
de haber cumplido cien años de edad en 1933, era tía de
mi padre y vivió hasta el día de su deceso en una casa
de la propiedad de él, que estaba ubicada contra esquina de la
Catedral de Hermosillo, que fue demolida para construir el Boulevard
Miguel Hidalgo y Costilla, era una anciana que poseía una memoria
prodigiosa. Por eso en mi niñez siempre procuré acompañar
a mi progenitor cuando la visitaba para proveerla de lo que requiere
la subsistencia. Los relatos de mi tía-abuela siempre me conmovían
o me alegraban; tenía un gran encanto cuando contaba anécdotas,
cuentos o viejas historias; "parecía", afirma mi hermana
Gloria, "que cuando hacía sus relatos nos llevaba de la
mano al lugar de sus personajes, reales o ficticios, y nos hacía
sentir las emociones que la embargaban al recordar los sucesos de su
niñez y juventud". En tan luenga vida la muy amada viejecita
muchas cosas tenía que contar; a ella gustábale relatarlas
y a mí me encantaba escucharlas.
Un día dijo me la tía Manuelita:
-¡Ah! Si tú hubieras visto como yo a Lolita Casanova, la
muchacha que se llevó un jefe seri, habrías pensado que
tenías enfrente a un angel vestido de mujer. Yo la conocí
porque... ¿sabes? Mi papá también era español
y un día que fuimos a Guaymas visitamos a la familia Casanova.
La anciana estuvo un rato pensativa, como hurgando en el arcón
de los recuerdos. Enseguida continuó, con la vista fija en el
techo de la habitación, como si estuviese pensando en voz alta:
-De esto hace ... hace casi ochenta años ... ¡Pero parece
que la estoy viendo en este momento!
La tía volvió a permanecer en silencio y noté en
su rostro que lloraba interiormente; pues dicen que los viejos no tienen
lágrimas porque ya derramaron todas. Y yo sentí un nudo
en la garganta cuando siguió con su relato.
-El señor casanova y su esposa murieron al año siguiente
del secuestro.
Al no lograr localizar a su hija perdieron el interés en seguir
viviendo. El tío de Lolita se hizo cargo de los negocios del
muerto y gastó una fortuna tratando de rescatar a su sobrina.
Como la viejecita dejó de hablar, seguramente porque los recuerdos
estrujaban sus sentimientos, inquirí, inquieto:
-¿ Y qué pasó al final, tía Manuelita ?
-Poco después hubo revoluciones, muchas revoluciones; se impuso
el Imperio de Maximiliano y sucedieron muchas batallas. Por eso el tío
de Lolita tuvo que suspender la búsqueda de su sobrina.
La ancianita guardó silencio durante unos segundos antes de continuar:
-Pero un día la localizaron, después de quince años
del asalto a la diligencia. Los ojos claros de la tía no podían
percibir las emociones en mi rostro; la ceguera senil sólo le
permitía ver mi silueta. Sin embargo quiso complacer mi curiosidad
y terminó su relato:
-Lolita no quiso regresar al mundo civilizado. Dijo que amaba a Coyote-Iguana.
Y a mi, que era un niño, me satisfizo el final de la narración,
considerando que ese drama tan doloroso merecía un epílogo
feliz.
A los 10 meses de haberse unido a Coyote-Iguana, Lola tuvo al
primero de sus 3 hijos, lo cual terminó por ligarla definitivamente a
la tribu Seri y separarla definitivamente de su familia.
Al
morir “Coyote-Iguana” la tribu se subordina y se subleva, tanto que
para demostrar su enojo y resentimiento con él por haberles impuesto a
Lola como reina de la tribu, arrojan su cadáver a los perros para que
lo destrocen.
Lola espera a que su hijo alcance
la edad conveniente y lo motiva para que a través de él sea vengada la
memoria de su padre y el maltrato que siempre ha recibido ella por
parte de la tribu. Su hijo recobra el trono como legítimo heredero y
gobierna a los Seris bajo el nombre de “Coyote-Iguana II”, pero esto no
cambia la situación ya que tiene que seguir defendiéndo a Lola de los
ataques por ser blanca y extranjera, hasta que desafortunadamente lo
matan.
Lola no se deja vencer y lucha hasta que
su segundo hijo gobierna a la tribu bajo el nombre de “Coyote-Iguana
III”, con un amor hacia su madre que rayó en el fanatismo, pero fiel a
los viejos designios de su raza
Así concluye la
leyenda de la “Reina Blanca de los Seris”, fundadora de la dinastía
“Coyote-Iguana, una historia que probablemente permanezca más vigente
en la nuestra memoria que la propia tribu Seri que actualmente lucha
por subsistir.
P.D. uní dos relatos para completar la historia. espero les guste
La pongo para compartirla que al fin y al cabo también es parte de todos nosotros los Mexicanos.
El secuestro de Lola Casanora ¿Historia o Leyenda?
Por/By:Gilberto Escoboza
Instituto Sonorense de Cultura
El
año 1854 estuvo preñado de aconteceres en nuestra patria,
que pasarían los linderos del tiempo de ese siglo y se divulgarían
por América y Europa. El Plan de Ayutla firmado y realizado por
don Juan Álvarez y don Ignacio Comonfort, tenía a los
hombres con las armas en la mano y Santa Anna, el Nerón mexicano,
en oníricas vivencias preveía el ocaso de los liberales.
Y lo que sucedía en Guerrero y Michoacán, en forma muy
importante afectaba a Sonora; aquí también los hombres
sacaban las uñas como fieras, por el centralismo o por el federalismo,
por el santanismo o por la evolución social. Sin embargo, son
dos los acontecimientos de esa época que mucho después
de un siglo permanecen en el recuerdo de los sonorenses. Uno de ellos
es una épica hazaña que aún después de tanto
tiempo, aún parece que escuchamos los redobles de los tambores
y el toque de los clarines interrumpidos por el tronar de los cañones
y los disparos de la fusilería: la batalla que otorgaría
laureles de victoria al Puerto de Guaymas.
El otro reviste caracteres de tragedia y tintes de romanticismo: el
secuestro de Dolores Casanova -Lola Casanova como pasaría a figurar
en los libros de la historia y de la leyenda-.
Lola Casanova era una joven de dieciocho años, bellísima,
según afirmaron quienes la conocieron. Era hija de españoles
residentes de la comunidad guaymense. El padre, un rico comerciante,
estaba orgulloso de aquel portento de mujer: ojos verdes como las aguas
de la bahía, cabellera dorada como espiga de trigo maduro, la
piel blanca y en su rostro dos chapetas como rosas de Jericó.
Era la Dulcinea de los jóvenes más apuestos del lugar.
Pero el viejo Casanova tenía ya planes para casar a su unigénita
con un rico peninsular que residía en el mismo puerto. Un hermano
del señor Casanova que vivía con su familia en Hermosillo,
en varias ocasiones invitó a su sobrina a que fuese a pasar una
temporada en su hogar, al lado de sus hijas también adolescentes;
la insistencia tuvo su fruto cuando el padre de Dolores accedió
a que su hija pasara sus vacaciones en casa de las primas.
En ese tiempo los seris andaban perpetrando depredaciones en los lugares
cercanos a la costa, desde Guaymas hasta las playas de Altar; por ello
las diligencias que daban servicio a los viajeros del Puerto a la antigua
Villa del Pitic, eran protegidos por una numerosa escolta de dragones.
Así lo dispuso el General José María Yáñez.
Doloritas, como la llamaba su padre, salió de Guaymas la mañana
del 2 de abril. Aún hacía frío y los quince dragones
que escoltaban la diligencia llevaban puestos sus chaquetones. Era una
guardia especial que las autoridades militares concedieron a tan distinguida
joven. Lola no sólo iba protegida por la tropa y varios viajeros;
también iba con ella su madrina.
El vehículo y los guardias iban a regular velocidad, "Los
tres troncos de robustas bestias", decía el auriga, "pueden
hacer volar la diligencia". Pero no podían ir más
aprisa; tenían que caminar al paso de los otros carros que formaban
una fila, pues muchos viajantes aprovecharon la guardia para hacer tan
peligrosa travesía.
En
su libro, el periodista Federico García Alva, dice:
"Al llegar el convoy a un punto conocido como La Palmita, los seris
lo atacaron y después de un reñido combate los indígenas
vencieron. Algunos carreros murieron, otros lograron huir, y desmayada
en uno de los carros quedó la infeliz Lola Casanova.
El jefe de los seris, un individuo de elevada estatura y atlética
musculación (sic), tomó en sus brazos la bella prenda
y huyó con ella por valles y montañas y al reposarla suavemente
en la dura peña se constituyó su guardián y ansioso
esperó hasta que la joven volvió en sí. Lola al
abrir sus ojos y mirarse junto a aquel tostado guerrero, primero quedó
como petrificada y después pretendió huir, pero el indio
cogiéndola por la ropa cayó de rodillas a sus pies y le
dijo en claro español: que no temiera de él nada, ni huyera,
que él, aunque jefe de la tribu, no era seri sino pima y muy
joven en un combate había caído en poder de los seris,
a quienes a través de los años había logrado dominar
por su valor y su destreza, que a ella la adoraba y que la haría
reina de la tribu.
"La infeliz Lola estaba perdida e indudablemente no por amor, pero
sucumbió a la feroz pasión de aquel temible salvaje que,
librando heroicos combates con los principales cabecillas de la tribu
que se opusieron al advenimiento de esa reina, al fin la impuso".
El señor García Alva incurre en un error en lo que asevera
en el último párrafo trascrito, porque los indígenas
de Sonora, como sucede hasta la fecha, siempre han respetado a las mujeres
de sus congéneres de la misma tribu, aún cuando aquéllas
sean de otras razas.
Dice la leyenda -¿o historia, quizá?- que Coyote-Iguana,
el cacique que secuestró a la muchacha blanca, era un individuo
de una estatura de más de un metro con noventa centímetros,
lo que era muy común entre los antiguos seris, los más
altos de los nativos de América, y que tenía una musculatura
que le hacía invencible en el combate de cuerpo a cuerpo.
Cuentan también que el cabecilla seri se prendó tanto
de Lola, que la llevó a su aldea y no queriendo tenerla prisionera
le construyó su propia vivienda. El indígena sabía
que la muchacha no podía huir por no saber en qué lugar
se encontraba la comunidad seri. Además ha llegado a saberse
hasta nuestros días transmitido de boca en boca, que Coyote-Iguana
durante mucho tiempo respetó la integridad de la joven y que
por las noches iba hasta la morada de ella a cantar en su dialecto canciones
de amor, que se escuchaban por toda la aldea.
Lola, por ser joven, pronto aprendió el dialecto seri y las costumbres
de la tribu, empezando a hacer vida común entre las mujeres solteras.
Mientras tanto, Coyote-Iguana, perdidamente enamorado de la muchacha,
en los combates con las tropas del Gobierno o con los guerreros de otras
tribus, siempre se le veía delante de sus hombres, sin importarle
morir; por ello los seris temían perder a su caudillo.
En muchas ocasiones el pima convertido en jefe seri, recibió
heridas que hubiesen hecho morir a cualquier otro hombre; y en cada
ocasión que el gigante llegaba a la aldea ayudado por sus guerreros,
Lola lavaba y curaba sus heridas.
Después de dos años de la fecha del secuestro, Coyote-Iguana
perdió la esperanza de conquistar el corazón de Lola y
un día se presentó en el habitáculo de la muchacha,
diciéndole:
-Mañana, antes salir sol, tú poder volver tu tierra. Dos
guerreros acompañarte cerca Guaymas.
Entonces la mujer blanca respondió:
-Yo no quiero irme.
-¿Por qué?- pregunto el cacique y ella respondió,
bajando la vista como lo hacen las mujeres indígenas cuando les
habla su hombre:
-Porque quiero ser tu mujer.
Doña
Manuelita Romero viuda de De la Llata, quien murió después
de haber cumplido cien años de edad en 1933, era tía de
mi padre y vivió hasta el día de su deceso en una casa
de la propiedad de él, que estaba ubicada contra esquina de la
Catedral de Hermosillo, que fue demolida para construir el Boulevard
Miguel Hidalgo y Costilla, era una anciana que poseía una memoria
prodigiosa. Por eso en mi niñez siempre procuré acompañar
a mi progenitor cuando la visitaba para proveerla de lo que requiere
la subsistencia. Los relatos de mi tía-abuela siempre me conmovían
o me alegraban; tenía un gran encanto cuando contaba anécdotas,
cuentos o viejas historias; "parecía", afirma mi hermana
Gloria, "que cuando hacía sus relatos nos llevaba de la
mano al lugar de sus personajes, reales o ficticios, y nos hacía
sentir las emociones que la embargaban al recordar los sucesos de su
niñez y juventud". En tan luenga vida la muy amada viejecita
muchas cosas tenía que contar; a ella gustábale relatarlas
y a mí me encantaba escucharlas.
Un día dijo me la tía Manuelita:
-¡Ah! Si tú hubieras visto como yo a Lolita Casanova, la
muchacha que se llevó un jefe seri, habrías pensado que
tenías enfrente a un angel vestido de mujer. Yo la conocí
porque... ¿sabes? Mi papá también era español
y un día que fuimos a Guaymas visitamos a la familia Casanova.
La anciana estuvo un rato pensativa, como hurgando en el arcón
de los recuerdos. Enseguida continuó, con la vista fija en el
techo de la habitación, como si estuviese pensando en voz alta:
-De esto hace ... hace casi ochenta años ... ¡Pero parece
que la estoy viendo en este momento!
La tía volvió a permanecer en silencio y noté en
su rostro que lloraba interiormente; pues dicen que los viejos no tienen
lágrimas porque ya derramaron todas. Y yo sentí un nudo
en la garganta cuando siguió con su relato.
-El señor casanova y su esposa murieron al año siguiente
del secuestro.
Al no lograr localizar a su hija perdieron el interés en seguir
viviendo. El tío de Lolita se hizo cargo de los negocios del
muerto y gastó una fortuna tratando de rescatar a su sobrina.
Como la viejecita dejó de hablar, seguramente porque los recuerdos
estrujaban sus sentimientos, inquirí, inquieto:
-¿ Y qué pasó al final, tía Manuelita ?
-Poco después hubo revoluciones, muchas revoluciones; se impuso
el Imperio de Maximiliano y sucedieron muchas batallas. Por eso el tío
de Lolita tuvo que suspender la búsqueda de su sobrina.
La ancianita guardó silencio durante unos segundos antes de continuar:
-Pero un día la localizaron, después de quince años
del asalto a la diligencia. Los ojos claros de la tía no podían
percibir las emociones en mi rostro; la ceguera senil sólo le
permitía ver mi silueta. Sin embargo quiso complacer mi curiosidad
y terminó su relato:
-Lolita no quiso regresar al mundo civilizado. Dijo que amaba a Coyote-Iguana.
Y a mi, que era un niño, me satisfizo el final de la narración,
considerando que ese drama tan doloroso merecía un epílogo
feliz.
A los 10 meses de haberse unido a Coyote-Iguana, Lola tuvo al
primero de sus 3 hijos, lo cual terminó por ligarla definitivamente a
la tribu Seri y separarla definitivamente de su familia.
Al
morir “Coyote-Iguana” la tribu se subordina y se subleva, tanto que
para demostrar su enojo y resentimiento con él por haberles impuesto a
Lola como reina de la tribu, arrojan su cadáver a los perros para que
lo destrocen.
Lola espera a que su hijo alcance
la edad conveniente y lo motiva para que a través de él sea vengada la
memoria de su padre y el maltrato que siempre ha recibido ella por
parte de la tribu. Su hijo recobra el trono como legítimo heredero y
gobierna a los Seris bajo el nombre de “Coyote-Iguana II”, pero esto no
cambia la situación ya que tiene que seguir defendiéndo a Lola de los
ataques por ser blanca y extranjera, hasta que desafortunadamente lo
matan.
Lola no se deja vencer y lucha hasta que
su segundo hijo gobierna a la tribu bajo el nombre de “Coyote-Iguana
III”, con un amor hacia su madre que rayó en el fanatismo, pero fiel a
los viejos designios de su raza
Así concluye la
leyenda de la “Reina Blanca de los Seris”, fundadora de la dinastía
“Coyote-Iguana, una historia que probablemente permanezca más vigente
en la nuestra memoria que la propia tribu Seri que actualmente lucha
por subsistir.
P.D. uní dos relatos para completar la historia. espero les guste
- VICTOR HUGO PEREZ ALMAZANExperto del Foro
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Localización : GUAYMAS SONORA
Frase Célebre : adelante siempre adelante
Fecha de inscripción : 20/11/2008
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Re: LEYENDA O HISTORIA SONORENSE
Miér 09 Dic 2009, 10:29 pm
OYE QUE BUENA HISTORIA ESTA TRISTE PERO BUENA Y DEJARON TESOROS DE PERDIS, NO SUPISTE, PORQUE ACUERDATE QUE ESTUBIERON ROBANDO ESTAS TRIBUS.
QUE BUENA HISTORIA,REPITO .
QUE BUENA HISTORIA,REPITO .
- Jose Elizalde VallesIdentidad Certificada
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Edad : 63
Localización : Chula Vista , Ca oriundo de Culiacan , Sinaloa y el de la foto avatar soy yo
Frase Célebre : Mi tesoro? Mi familia. Porque la vida es tan corta que tenemos que disfrutarla al maximo y sonreirle,vamonos a escarbar.
Fecha de inscripción : 21/12/2007
Puntos : 6734
Re: LEYENDA O HISTORIA SONORENSE
Miér 09 Dic 2009, 10:54 pm
Saludos y les recomiendo que si van a ir a territorio seri tengan cuidado ,porque son muy celosos y territorialistas,mejor que siga escondido lo que hurtaron los antepasados de estos indios y no arriesguen.Saludos
- joel seguraVoz de la Experiencia
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Frase Célebre : ARTILLERIA PESADA
Fecha de inscripción : 03/06/2008
Puntos : 6139
Re: LEYENDA O HISTORIA SONORENSE
Vie 11 Dic 2009, 2:18 pm
ke tal saludos compañeros pregunta aun existen indios en nuestros territorios mexicanos disculpen mi ignorancia pero no estoy muy enterado si existen gracias a todos saludos
- DEThectorIdentidad Certificada
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Frase Célebre : CAMARON QUE SE DUERME SE LE CAE LA SOPA
Fecha de inscripción : 10/10/2009
Puntos : 11468
Re: LEYENDA O HISTORIA SONORENSE
Vie 11 Dic 2009, 9:32 pm
vakero escribió:ke tal saludos compañeros pregunta aun existen indios en nuestros territorios mexicanos disculpen mi ignorancia pero no estoy muy enterado si existen gracias a todos saludos
Aquí en sonora todavía están Los Seris y Los Yaquis.
De los Seris te puedo decir que ya están mas relacionados con los "blancos", por decir así.
Las mujeres todavía visten a su manera (falda larga,collares, etcy se pintan la cara, sobre todo en sus festividades.
Los hombres usan cabello largo pero no esperes verlos con plumas en la cabeza, ni nada de eso. Ya visten como nosotros: pantalón levis, zapato, tenis, no se si botas, etc
Traen sus carros del año o semi nuevos (algunos robados), no se si se los regala el gobierno, eso es lo que la gente dice. También tienen armamento. En pocas palabras los tienen chipilones por ser una etnia protegida.
- PachitoGran Experto del Foro
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Frase Célebre : Los locos hacemos camino, que un dia aquellos que se hacen llamar cuerdos recorreran.
Fecha de inscripción : 10/08/2009
Puntos : 17624
Re: LEYENDA O HISTORIA SONORENSE
Sáb 12 Dic 2009, 12:36 am
amigo dethector no te olvides de los mayos.
saludos.
saludos.
- joel seguraVoz de la Experiencia
- Cantidad de envíos : 118
Edad : 42
Localización : san luis potosi s.l.p.
Frase Célebre : ARTILLERIA PESADA
Fecha de inscripción : 03/06/2008
Puntos : 6139
Re: LEYENDA O HISTORIA SONORENSE
Lun 14 Dic 2009, 5:09 pm
orales muchas gracias por contestarme mis dudas, hace mucho tiempo mi mamá radico en USA y ella me decia ke alla veia alos indios y ke el gobierno les pagaba impuestos a ellos y les pagaba muy bien pero no se si aki les paguen bien, por ke fijate estube leeyendo y aki a un ex revolucinario le andan pagando por mes como 1500 pesos masomenos ahora imaginense a un indio ni idea pero no creo ke sea mucho, muchas gracias compañero
- guillermo avilezParticipante
- Cantidad de envíos : 5
Edad : 36
Localización : texas usa
Fecha de inscripción : 21/07/2010
Puntos : 5239
Re: LEYENDA O HISTORIA SONORENSE
Jue 29 Jul 2010, 12:25 am
para el companero que pregunta que si todavia hay indios dejame informarte que si los hay y con todo respeto y admiracion porque soy sonorense y pienso que son nuestros antepasados en el area de empalme me a tocado mirarlos tomar camiones hacia sus pueblos que son vicam potam area del boca vierta rumbos de cruz de piedra. al mirarlos se puede deducir que son yaquis.
- PachitoGran Experto del Foro
- Cantidad de envíos : 8960
Edad : 49
Localización : Guaymas, Sonora, México
Frase Célebre : Los locos hacemos camino, que un dia aquellos que se hacen llamar cuerdos recorreran.
Fecha de inscripción : 10/08/2009
Puntos : 17624
Re: LEYENDA O HISTORIA SONORENSE
Jue 29 Jul 2010, 4:39 am
Asi es Guillermo en la central camionera de Empalme aun se pueden ver gente de la tribu Yaqui, gente que viene del valle de Guaymas y Empalme, Potam, Vicam, Vacum, Torim, Belen, Loma de Bacum... Etc.
Saludos.
Saludos.
- oscarlaleyendaLíder de opinión.
- Cantidad de envíos : 47
Edad : 48
Localización : mexico
Frase Célebre : EL QUE SABE LO QUE BUSCA ENCUENTRA LO QUE QUIERE
Fecha de inscripción : 26/07/2010
Puntos : 5324
Re: LEYENDA O HISTORIA SONORENSE
Jue 29 Jul 2010, 8:04 am
no pues la verdad esta bastante interesante la historia o leyenda ojala y sigan poniendo temas asi mas que nada por que es parte de nuestro tesoro nacional
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