20 HISTORIAS DE HORROR Y UNA NARRACION INSOSPECHADA. PARTE 5

20 HISTORIAS DE HORROR Y UNA NARRACION INSOSPECHADA. PARTE 5










EXPERIENCIA ATERRADORA.



Era una noche de luna llena, poco màs o menos pasaba de la medianoche. El viento ululaba fuertemente entre las ramas de los àrboles y los perros ladraban fuirosamente a las sombras que pululaban a la vera del viejo camino real.

Màs ebrio que una cuba, Fulanito regresaba al rancho donde vivìa, dando traspiès y zigzagueano, manteniendo el precario equilibrio a duras penas, mientras entonaba una alegre canciòn para acompañarse.

Interrumpiò su engolado canto al ver en medio del camino a un niño llorando con las manitas en el rostro y se allegò hasta èl y le preguntò.....

-------¿Porquè lloras?................. ¿Acaso estàs perdido?......

El niño asintiò con un movimiento de cabeza con sus manitas en el rostro lloroso.

-------¿En dònde vives?............

Y el niño se concretò a señalar hacia el camino con una de sus manitas sin dejar de lloriquear.

-------Bueno, yo tambièn voy para allà, asì que nos haremos compañìa...... y te llevo a buscar tu casa y a tu familia.

Y diciendo y haciendo, lo tomò de su manita y comenzò a caminar con rumbo hacia el rancho màs pròximo. Ahora iba silbando una tonadilla despreocupadamente.

Al ver que se le hacìa tarde y era poco el trecho que avanzaban, optò por cargarlo en sus hombros, pensando que asì llegarìa màs pronto al rancho.

Màs adelante, ofreciò un pan que traìa al niño para que comiera.

-------¿No quieres pan?........ Y el niño le contestò:

-----"No porque no tengo dientes"....

Comentario al que no le prestò atenciòn y èl sì se dispuso a comerse el pan.

Conforme se iban acercando al rancho, el niño comenzò a pesarle cada vez màs y ya para cruzar un arroyo vecinal en las afueras del rancho, comenzò a oir como gruñidos de un animal salvaje sobre su cabeza y la voz gutural y cavernosa transformada del niño que decìa:

-----¡Ahora sì tengo dientes!.......... ¡Ya quiero comer!............

Y alzò la cabeza y volteò para ver al niño ahora transformado en una horrible bestia peluda con un hocico mostrando unos terribles y afilados dientes y unos ojos rojos llameantes enfurecidos y gritaba:

----¡Dàme de comer!......................... ¡Ya tengo dientes!...................

Como pudo, se quitò aquel animal del averno de sus espaldas y se echò a correr despavorido, gritando lleno de terror y espanto:

------¡Auxilio!...................... ¡Alguien que me ayude!...................

Y sentìa muy cerca de èl las pisadas del horrible monstruo y captaba sus emanaciones de un olor fètido a azufre que salìa de sus fauces espumosas abiertas y gruñendo amenazadoramente.............

-----¡Quiero comer!................. ¡Dame de comer!.................

No bien atravesò las primeras casas del rancho y el lucerìo que lo alumbraba, cuando con alivio se diò cuenta de que aquel Ser infernal ya no lo seguìa, asì que aminorò su marcha y se puso a rezar de golpe y porrazo, todas las oraciones que se sabìa y asì llegò hasta su casa, todo pàlido y asustado diciendo:

------¡Acabo de ver al diablo!................ ¡Acabo de ver al diablo!............

Y todo esto ya sin los visibles efectos de la borrachera que otrora se cargaba.













SIN NOVEDAD, ALFA. (EL SEPTIMO ELEMENTO)




Se habìa montado un nuevo Servicio de Seguridad en un exclusivo Club Campestre de la ciudad.

Los guardias destacados, ya eran muy avezados en estos menesteres, y sumaban hasta 6 sèis los elementos contratados para tal fin, contando con ellos a un Jefe de Grupo.

Desde la vìspera, ya tenìan conocimiento de la extraordinaria actividad paranormal que al interior del Club Social se desarrollaba noche tras noche.

Las primeras deserciones no se hicieron esperar, ya que a un guardia le provocò tremenda crisis nerviosa, haberse topado de frente y repentinamente, en uno de sus Rondines, con la figura del ahorcado, mecièndose macabramente de una de las ramas de un frondoso àrbol.

Era impresionante ver aquel desfigurado rostro con la lengua de fuera y el rictus de terror en los ojos desorbitados del desdichado.

Otro màs, durò apenas dos noches, porque en las oficinas donde hacìa su labor de vigilancia y resguardo, se oìa un taconeo apresurado que bajaba y subìa las escaleras, se apagan y encendìan las luces sin motivo aparente y seguido era golpeado por diversos objetos que le salìan volando de la nada, arrojados por una mano invisible que sòlo dejaba oir una escalofriante carcajada burlona: ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja!


Amèn de los carritos de golf que se encendìan y se arrancaban solos, chocando unos con otros y alguno que se quedadaba varado en el green, y otro, acababa sumergido en el agua del lago; o del nahual, que se avistaba mitad hombre y mitad perro, que aullaba frenèticamente en la ribera del rìo que pasaba en la frontera o lìmites del Club.

Solo por mencionar algunos de los sucesos extraordinarios cotidianos que se vivìan en las guardias nocturnas principalmente.

Aquì la historia del Jefe de Grupo que narra brevemente su corta experiencia.

Mi Plantilla con todo y rotaciòn de elementos, era de 6 elementos autorizados. Una noche realizando la inspecciòn de rutina en cada punto asignado a mis elementos, observè que atràs de uno de mis compañeros iba una persona como a escasos 5 metros de retirado.

Utilizando el radio le preguntè:

Compañero..... ¿quièn està con usted realizando el Rondìn?.......

-------Nadie, Alfa.............. Yo estoy solo.

Entonces, ¿quièn està destràs de usted?.............

El volteò inmediatamente y regresò sobre sus pasos y me respondiò:

-------Alfa, le repito que estoy yo solo realizando el Rondìn....

Y ya no le insistì que detràs de èl iba otro guardia de seguridad, aunque con otro uniforme muy pegado al cuerpo como si estuviera mojado.

Y en eso me encontraba cavilando sobre la extraña apariciòn del guardia y su vestimenta, cuando se obtura la frecuencia del radio y se escucha:

----------¡Sin novedad, Alfa!........

Pero era una voz tenebrosa, como de ultratumba.

Dejen de estar jugando con el radio... Al que lo sorprenda lo voy a reportar y a descansar.

El radio se volviò a obturar y esta vez se oyò el mensaje:

----------¡Sì alfa, màndame a descansaaaaaar!.................

Y era la voz gutural de un Ser desencarnado que a todos los que la escuchamos, nos hizo sentir un gran escalofrìo recorrer todo nuestro cuerpo, estremecièndonos involuntariamente.

---------Te juro que yo no fuì Alfa, contestò el Beta, y te aseguro que ninguno de nosotros lo hizo, asì que cambio y fuera.......

Entonces recordè que ya me habìan advertido sobre la historia del "guardia que muriò ahogado" al tratrar de rescatar a dos niños que se estaban ahogando en el lago, pereciendo los tres irremediablemente.

Desde estonces, èl sigue haciendo sus rutinas de recorrido checando su àrea asignada y reportando las novedades del Servicio, como si estuviera vivo.

----------¡Sin novedad, Alfa!.













EL GUARDIA DEL ESTACIONAMEINTO.





Los guardias que desempeñando sus labores de vigilancia en sitios donde forzosamente se requiere el resguardo nocturno, son muy socorridos con una serie de experiencias sobrenaturales, que aùn al màs pintado, muchas veces lo obligan a cambiar de lugar de trabajo.

Esto le sucediò a un elemento asignado al cuidado y control de un estacionamiento de vehìculos de autotransporte de carga express, que realizaba sus labores de monitoreo y aparcamiento nocturno.


Cierta noche en especial, sentìase una tempera un poco màs baja de lo normal y el cielo se mostraba borrascoso semiocultando una fantàstica y enorme luna llena. Todo transcurrìa normalmente, salvo el ladrido insistente de una pandilla de perros a los alrededores.

Ya pasada la media noche, oyò claramente el claxon de un tracto que se aprestaba para aparcar en el estacionamiento.

Ni tardo ni perezoso se habilitò para realizar las maniobras de entrada y ubicaciòn del vehì****** de carga, cuyo chofer lo maniobraba con hàbil destreza.

Una vez estacionado en su caja asignada correctamente, descendiò el operador de la unidad. Que por cierto, a èl se le hizo un tanto desconocido, procediendo a tomar la media filiaciòn e identificar al chofer y a la unidad para dejar los datos recopilados bien asentados en su bitàcora de movimientos del turno.

El procedimiento de rutina se realizò sin contratiempos, y el conductor se aprestaba a abandonar el estacionamiento en su propio coche, y antes de montarse en èl, se encaminò nuevamente al camiòn que habìa aparcado y sacò del compartimiento unas botellas de tequila que puso en manos del guardia de seguridad con la siguiente consigna:

Son para el jefe Operativo suyo, èl me las encagò especialmente para este viaje. Le ruego se las haga llegar en mi nombre. Dìgale que yo siempre cumplo. Y sin màs se alejò del estacionamiento.

El guardia al dìa siguiente, inmediatamente que se encontrò con el Jefe Operativo, le hizo entrega del encargo del chofer de la pesada unidad que habìa aparcado en la noche transcurrida y le hizo el comentario a nombre del chofer del encargo: ¡Dìgale que yo siempre cumplo!.

Espera, espera. Còmo dices que se llama esta pesona y què descripciòn me puedes dar de èl....... Y, ademàs: ¿en dònde està el camiòn que aparcò, segùn dices tù?

El oficial visiblemente contrariado y molesto se regresò a la zona de aparcadero para unidades pesadas y para su sorpresa el camiòn ya no estaba ahì donde el chofer lo habìa dejado estacionado.....


Atràs de èl, el Jefe Operativo, tratò de calmarlo y le diò la siguiente explicaciòn, no sin antes poner al guardia còmodamente sentado en una silla y ofrecerle a beber un vaso lleno del contenido de una de las botellas que le habìa obsequiado.

Mira el chofer cuyo nombre me has referido y caracterìsticas descritas, ademàs identificado la unidad que èl precisamente operaba en esa ruta, sufriò un accidente mortal de necesidad en la carretera. Precisamente hace ya dos meses, antes de que tù entraras, es por eso que no le conocìas. Su pesada unidad volcò y cayò aparatosamente a un profundo desfiladero, muriendo èl instantàneamente al caer èl debajo de la pesada unidad.

Y efectivamente, era un buen camarada mìo y le pedì como un favor muy especial, que me trajera dos botellas de tequila de añejamiento especial, cuya marca sòlo es distribuida por una empresa tequilera de la regiòn por donde èl iba a pasar en su trayectoria y ruta asignada para hacer llegar la carga que le tocaba en turno.

Y vaya que èl siempre fuè muy cumplidor con sus encargos. Por lo que no me sorprende nada, que èl se tomara la molestia de venir a cumplir con la entrega prometida antes de partir al viaje del cual ya no pudo regresar con vida.

¡Asì que no te asustes, tòmalo con calma!

Y te agradezco mucho por el favor que me haz hecho, como tambièn ¡agradezo al ànima de mi amigo por haberme cumplido!.






-------------------------------------¿QUIÈRES MÀS............ O, HAY TE PLANTAS?.............

pues que vengan las otras Don Chava muy buenas sus historias como siempre gracias por tomarse su tiempo en compartirlas, saludos...

Estas super historias ya son un clasico, excelente aporte Don Chava .

Saludos.